Siempre he creído que las campañas de ciertos FPS están muy infravaloradas. Todos conocemos la trilogía Modern Warfare original y Modern Warfare I de 2019 de Call of Duty, Titanfall 2 y DOOM de 2016, entre otros. Sin embargo, creo que las Historias de Guerra de Battlefield 1 y Battlefield V no siempre han obtenido el reconocimiento que se merecen.
Acordemos que ambas antologías no están a la altura de un GOTY, pero siempre he pensado que DICE puso mucho corazón a la hora de crearlas. Cada campaña se compone de una serie de historias autoconclusivas sobre diferentes partes del frente durante las Guerras Mundiales.
Se diferencian de otras campañas, como Call of Duty: WWII, por centrarse en pequeñas historias alejadas de los grandes eventos conocidos. Si bien no son tan épicas, cuentan con un trasfondo emocional muy potente, lo suficiente para arrancar algunas lágrimas a muchos jugadores... entre los que me incluyo. Pese a todo, la vertiente multijugador siempre ha acaparado el 90% de la atención de la mayoría de personas y con razón, todo sea dicho.
El Último Tigre de Battlefield V
Estoy capacitado para hablar durante horas sobre las Historias de Guerra de Battlefield 1 y Battlefield V, pero en esta ocasión quiero centrarme en una en concreto de este último. Su nombre es El Último Tiger y es el último capítulo de esta antología de historias.
Han pasado seis años desde que jugué la campaña de Battlefield V y todavía mantengo que El Último Tiger es una de las mejores historias que ha entregado la franquicia en su historia. Su premisa es interesante y se inspira en lo mucho que nos gustó a los fans el capítulo Barro y Sangre y de Battlefield 1. Ya hablaré otro día sobre este último.
La premisa de El Último Tiger me parece original y atrevida, puesto que la historia abandona por primera vez el bando Aliado para mostrar la realidad de muchos soldados alemanes durante la retirada a Berlín, después de que Estados Unidos y Reino Unido, entre otros, irrumpieran en Europa por las costas francesas.
Toda la misión se desarrolla a lomos de un tanque Tiger I, cerca de la orilla del río Rin en 1945. Battlefield V nos pone en la piel de Peter Müller, comandante del tanque, cuya misión es ralentizar todo lo posible el avance de las tropas aliadas hasta que los puentes puedan ser destruidos por completo.
Superó en armamento y blindaje a todo lo que enfrentó en el frente occidental. Los Aliados lo temían. Así que decidimos colocar esta bestia imbatible en una lucha que no podía ganar para explorar las dinámicas humanas que surgían. [...]
Cuando investigamos, descubrimos que se perdieron más tanques Tiger por la falta de combustible y de munición o por fallos mecánicas que por el fuego enemigo. Queríamos intentar ofrecer una experiencia para un solo jugador acerca de lo que significaría luchar en uno de estos tanques legendarios. - Eric Holmes, director de diseño de Historias de Guerra
La historia tiene cierta similitud con la película Fury o Corazones de Acero: una tripulación veterana acoge a un joven soldado para suplir un reemplazo. En este caso, la situación es mucho más desesperada, puesto que las órdenes son que "Cada defensor deberá aguantar hasta el último cartucho, hasta la última bala". El sentimiento es de derrota y agotamiento, se puede ver en los personajes.
Te das cuenta de que llevas un armatoste muy peligroso en cuanto tomas el mando del tanque. Los primeros enfrentamientos contra los aliados tienen lugar entre las ruinas de los edificios derribados. Puedes subir a grandes montículos que antes eran casas y disparar contra los soldados y vehículos que se ponen en tu punto de mira. El sistema de destrucción de Battlefield brilla más intensamente que nunca.
Los combates contra los Shermans aliados son en largas calles y literalmente están a la vuelta de la esquina, así que son extremadamente peligrosos. No hay sitio para maniobrar, así que gana el tanque que acierte primero. A todo esto hay que sumar la infantería apostada en los edificios. Disparas instintivamente un pepinazo con el cañón y no solo matas a tus enemigos, también derribas medio edificio.
Tras un enfrentamiento muy acalorado en una plaza, llegas a una zona de la ciudad en la que parece que ha estallado una bomba nuclear. Es una enorme explanada gris y marrón de escombros, salpicada por estructuras a medio caer y carros de combate carbonizados. El ambiente es horrible y cualquiera con un mínimo de consciencia seguro que siente una pequeña sacudida en el pecho.
Punto de no retorno: mentiras y agotamiento
Una pequeña parte de la misión es a pie, pero rápidamente vuelves al tanque. Entonces llegas a un punto de no retorno. No a nivel jugable, sino narrativo. Peter Müller y sus hombres entran en una calle totalmente destrozada y tiene lugar una de las dos mejores escenas de esta pequeña historia:
Peter Müller observa una hilera de soldados alemanes ahorcados en las farolas de las calles por traidores, disidentes o cobardes. También ve civiles corriendo entre los escombros y el fuego. Un hombre llora desconsolado con el cadáver de su mujer entre los brazos. Müller reconoce a uno de los ahorcados como un compañero. "Cumplió con su deber, tal y como se le ordenó", se lamenta. El joven soldado lo llama traidor. Pero el comandante replica: "Era uno de los nuestros".
Toda esta escena sucede con una radio alemana de fondo que emite una arenga. "Atención, valientes y nobles defensores. Hemos evacuado a todos los civiles de la ciudad. La patria protege a todos sus ciudadanos, vela por ellos. Todos sois importantes y valiosos. Sois leones entre hombres, vuestra causa es justa y buena". Müller vive una aterradora sincronía de eventos y se da cuenta de la gran mentira.
La fase final de la misión hace honor a su nombre: El Último Tiger. El tanque que conducimos es literalmente la única defensa de la ciudad a este lado del río. Luchas con el poderosísimo tanque para repeler el ataque aliado, hasta que te ves obligado a batirte en retirada hacia el puente... pero es demolido antes de que cruces. Entonces tiene lugar la escena más brutal y descorazonadora de toda la misión.
Kertz, un integrante de la tripulación, se baja del tanque averiado y camina hacia ninguna parte. Está agotado de tanta guerra y decepcionado por la gran mentira de sus altos mandos. Müller le apunta con su pistola, pero no dispara porque padece de lo mismo. "Han reventado el puente y nos han dejado para que nos pudramos", grita Kertz entre lágrimas. "Todo en lo que creíamos, Peter. Que Dios nos asista. Mira a tu alrededor. Las cosas que hemos hecho... Se acabó".
Müller sabe que Kertz tiene razón y lo deja marchar, pero el joven y radical soldado dispara su MP40 contra el soldado a grito de traidor y cobarde. Está aterrado y completamente disociado de la realidad. Abre fuego contra las tropas aliadas mientras el comandante sujeta el cuerpo de su compañero. El cuadro es absolutamente desgarrador. Müller tira su medalla y se rinde, mientras el joven decide dejar de apuntar a sus enemigos para liquidar a su comandante por traidor.
La misión acaba con un fundido a negro y sonidos de disparos, pero no sabemos si los aliados mataron al joven radical o si este último mató a su comandante antes de ser apresado por los aliados. Tal era su fanatismo que prefirió apuntar a su aliado en vez de defenderse de sus enemigos. La música y la ambientación completan una escena que me sobrecogió y agrietó un poco mi corazón. Es una pena que esta y el resto de Historias de Guerra pasasen sin pena ni gloria para tantas personas.
En VidaExtra | Echo de menos las campañas bélicas de Battlefield 1 y Call of Duty WWII, y es probable que pase mucho hasta que otra me emocione igual
En VidaExtra | Nada de Ruso: la misión más polémica de Call of Duty dividió al equipo de desarrollo y pudo ser muy distinta de como la conocemos
En VidaExtra | La historia de la misión de Call of Duty que se convirtió en un icono de la franquicia y que la cambió para siempre
Ver 2 comentarios