Este fin de semana se ha convertido en una experiencia que no olvidarán nunca todos los jugadores de Pokémon GO que han decidido acudir a Madrid. Del 14 al 16 de junio se ha celebrado en la capital de España el Pokémon GO Fest 2024, el mayor evento que se ha realizado hasta la fecha en nuestro país, por lo que la expectación estaba por las nubes y sin duda se trataba de una cita que no se podía perder ningún aficionado del título para móviles.
Hasta el momento ha habido otras congregaciones que han reunido a infinidad de jugadores, como la quedada que se hizo en Sol en 2016 cuando solo habían pasado unas semanas desde la publicación del juego, al igual que tampoco podemos olvidarnos de la Zona Safari que tuvo lugar en Sevilla en 2022. No obstante, lo que se ha vivido estos tres días en Madrid ha ido más lejos todavía, porque ha sido una auténtica locura la cantidad de personas que han decidido participar en este festival.
Para ello hubo que viajar hasta el Parque Juan Carlos I, situado por la zona norte de la ciudad. Un lugar que sin duda fue en parte una elección perfecta por sus dimensiones, dado que es uno de los parques más grandes de todo Madrid, pero el problema fue que este último fin de semana ha hecho un calor excesivo y los lugares en los que te podías refugiar a la sombra no abundaban precisamente. De hecho, tan solo había una única carpa para refugiarse del sol y que, como era de esperar, estaba atiborrada de gente a cualquier hora del día.
Aun así, con una buena gorra, crema solar y botellas de agua se hacía más llevadero. Sobre todo esto último porque por varias zonas del parque había puntos para recargar las botellas con agua fresquita, lo que se agradecía demasiado para aguantar las altas temperaturas. Eso sí, los móviles no lo soportaban tanto y al darles tanta caña hasta quemaban y todo, pero lo cierto es que merecía la pena porque el acontecimiento, a nivel jugable, fue la bomba.
Así fue la captura de cientos de Pokémon diferentes
Si bien la entrada al recinto en sí era totalmente gratuita para cualquiera que quisiera darse una vuelta por los alrededores y disfrutar del ambiente, la única manera de sacar partido del evento de verdad era adquiriendo su correspondiente entrada con un precio de 32 euros, aunque esta tan solo concedía el acceso al horario de mañana o de tarde, dependiendo del que prefiriese cada uno.
Esto mismo suponía que los que prefirieron dirigirse al parque por la mañana podían jugar desde las 09:00 de la mañana hasta las 13:30, mientras que el turno de tarde arrancaba a esa misma hora hasta las 19:00. No obstante, no quiere decir que el resto del tiempo no se pudiese hacer absolutamente nada, porque por todas las calles de Madrid había un porrón de gimnasios, Poképaradas y Pokémon para capturar, así que suponía una buena excusa para darse una vuelta por la ciudad.
En cualquier caso, lo realmente importante era acudir al Parque Juan Carlos I. En cuanto entrabas al juego prácticamente ni se veía el mapa de la descomunal cantidad de Poképaradas y gimnasios que había a cada paso que dabas, lo que suponía que fuese prácticamente imposible quedarte sin objetos al poder estar girando fotodiscos constantemente. Eso sí, todo esto estaba visible únicamente para aquellos que hubiesen comprado su correspondiente entrada, nada más.
Pero lo que más destacó por encima de todo fueron las Incursiones. Lo bueno es que el acceso al evento concedía nueve pases de incursión gratis y ni siquiera hacía falta coordinarse con nadie, porque había tanta gente entrando a las salas de estos combates que en apenas unos segundos se llenaban con la máxima capacidad. Por eso mismo, derrotar a los Pokémon legendarios y Ultraentes seleccionados era pan comido.
Así pasó que me vino de maravilla para rellenar más huecos de la Pokédex y sobre todo para hacerme con un buen puñado de Necrozmas, uno de los Pokémon principales de este evento que ha debutado en el juego. Es más, el pase venía acompañado por tareas de investigación especiales para conseguir un Marshadow y hasta un Solgaleo o un Lunala para fusionar a cualquiera de ellos con Necrozma y así hacerte con un Pokémon más poderoso de lo normal, así que eran más motivos adicionales para participar en este festival.
Lo cierto es que perdí la cuenta de cuántos Pokémon llegué a capturar en general, pero probablemente fueron cerca de 200 especies durante toda la mañana del sábado que estuve por el parque. Además, me pareció un puntazo que hubiese cuatro zonas diferenciadas unas de otras en las que aparecían algunas especies exclusivas. Por suerte, estos lugares estaban bien marcados por todas partes para que así no tuviese pérdida por si necesitabas ir a alguno en particular.
Por otro lado, al acudir con amigos pude aprovechar para completar desafíos de equipo con una facilidad inmensa y así obtener recompensas adicionales. Pero de haber ido solo tampoco habría sido un inconveniente, porque de los miles y miles, incluso decenas de miles, de jugadores que acudieron al recinto, estoy convencido que muchísimos no habrían tenido inconveniente alguno en formar un grupo, ya que me crucé con varios que solicitaron mi código de amigo para ampliar la lista de amistades para enviar más regalos.
La verdad es que era una locura, porque mirases por donde mirases solo veías jugadores por todas partes. Sin ninguna duda, había más que en cualquier otro evento de Pokémon celebrado en España y hasta considero que es de las veces que más gente he visto junta en toda mi vida compartiendo una misma afición. Menos mal que el parque era enorme para que no supusiera un problema andar por cualquier parte, porque podías pasear tranquilamente sin tener que estar más pendiente de esquivar a otros entrenadores sin parar.
Asimismo, otro hecho que me sorprendió para bien es que Pokémon GO no entiende de edades. Entre los jugadores españoles, franceses, ingleses, alemanes, italianos, portugueses, americanos, japoneses, etc., que acudieron al evento podías encontrar a niños, adolescentes, treintañeros, algunos que pintaban canas y hasta algunos abueletes que no dudaron en ser uno más en la caza de Pokémon, así que me pareció un hecho espléndido cómo un juego es capaz de eliminar cualquier tipo de barrera con tal de disfrutar todos juntos de una misma afición.
Un parque en el que no faltaron las actividades y podía haber aspirado a más
En cuanto llegabas al parque no había ninguna duda de que estabas en el lugar correcto por ver tanta marabunta de personas con móviles y vestimentas de Pokémon, aunque también había por los alrededores algunas decoraciones que también lo dejaban claro. Por ejemplo, una especie de puerta gigante dando la bienvenida al Pokémon GO Fest y algún que otro muñeco hinchable con la forma de un Snorlax, un Blastoise, un Venusaur o un Pichu para hacerte fotos con ellos.
A esto se sumaron carteles con las pantallas de carga que se han ido habilitando en el juego a lo largo de este tiempo u otros dedicados a los entrenadores de cada equipo para hacerte fotos con ellos. Y si hay algo que me gustó también fue otro punto decorado como si estuvieses subido en unas rocas en la playa, con arena y todo, porque mientras te hacían la foto había un chorro que lanzaba agua para hacerlo más realista todavía.
A pesar de todo, para las dimensiones tan grandes con las que cuenta el parque, eché en falta una mayor decoración por los alrededores. Tampoco pido que a cada paso hubiese algo de Pokémon, pero había lugares en los que podías girar la vista en 360º y no apreciabas nada que te dejase claro que estabas en el que se supone que era el mayor evento que se ha creado en nuestro país, por lo que podría haber aspirado a más en ese sentido.
Al menos había multitud de puntos para cargar la batería si lo necesitabas, foodtrucks por si te entraba hambres y tampoco faltaba la correspondiente tienda de merchandising para llevarte algún recuerdo. No obstante, también era posible obtener algún artículo completamente gratis gracias a sorteos que se llevaron a cabo y hasta una zona reservada para librar combates PvP presenciales contra otros jugadores, de manera que los mejores conseguían a cambio un premio garantizado.
En otro orden de cosas, si querías dejar tu huella también era posible con un mapa del mundo para colocar en él posits con algún mensaje que quedase para el recuerdo. En definitiva, había unas cuantas actividades que no estaban nada mal para pasar el rato para que no todo fuese capturar Pokémon sin más. Y no pasaba nada si tenías que irte del parque, porque la plaza de Sol, la Plaza Mayor, el Retiro y otros lugares clave de Madrid estaban atiborrados de entrenadores jugando y aprovechando al máximo cada minuto del evento.
Las sensaciones que me ha dejado el Pokémon GO Fest de Madrid han sido muy positivas y estoy convencido de que no he sido el único por la cantidad de miles de personas que siguen dándole caña al título de Niantic a pocas semanas de que cumpla su octavo aniversario. Lo bueno es que el evento tiene margen de mejora, así que espero que la compañía se vuelva a acordar de España de cara al futuro para tener otra oportunidad de vivir en persona un acontecimiento como este que pasará a la historia.
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