A todos nos gusta Henry Cavill. Cómo no va a gustarnos Henry Cavill, si al final es "uno de los nuestros", como en aquél circo plagado de Freaks a medio camino entre lo deprimente y lo entrañable. Le gustan los videojuegos, juega con muñecos, se pasa una tarde entera montando el ordenador de sus sueños. Es uno de los nuestros.
Sin embargo, no es menos cierto que pese a que a todos nos gustaría irnos de cañas con él algún día, tiene toda la pinta de ser bastante intensito. No vamos a echárselo en cara, todos podemos llegar a ser excesivos con las cosas que nos gustan de una forma especial, pero lo de Cavill, por alguna razón, parece tener bastantes números para rozar la bandera roja.
El Warhammer de los pobres (y zumbados)
Para muestra un botón. ¿Vosotros jugaríais una partida de Warhammer con Henry Cavill? ¿No os da la sensación de que, tal y como ocurrió con la serie The Witcher, debe ser de esas personas que está contando detallitos constantemente? ¿Que cualquier atisbo de interpretación de las reglas puede desencadenar una batalla dialéctica de las que se alargan hasta que uno de los dos se rinde por aburrimiento, y nunca es Henry Cavill el que se aburre?
Tal vez por eso la idea de presentarle una partida de BrikWars a Henry Cavill es algo que me resulta especialmente emocionante. Y es que para los que no lo conozcan, BrikWars vendría ser la antítesis de la perfección que Cavill busca alrededor de todas sus aficiones.
Es, a grandes rasgos, coger unos muñecos de LEGO, hacerlos pasar por figuritas de Warhammer, y montar una batalla como si dos niños de seis años plenamente conscientes de sus facultades quisieran jugar en serio a una batalla de reglas y dados, pero sin perder ni un ápice de la fantasía que pueda aportar un juego infantil.
Una partida de Warhammer en la que poder decir "pues ahora disparo con un cohete y el edificio se te cae encima y revienta un tanque y de la explosión del tanque sale gasolina y del incendio que se crea se te quema medio ejército". Y que el contrario te conteste "qué zorro, que bueno eres". No me imagino a Cavill pasando por ese aro.
La única regla es divertirse
Pese a lo surrealista de la idea, esa es precisamente la filosofía de BrikWars, un juego creado por Mike Rayhawk destinado a huir del consumismo desmedido de franquicias como Warhammer y buscando aterrizar de la forma más sencilla posible unas reglas que siempre deben priorizar la creatividad y la diversión por encima de todo.
De hecho, gran parte de la gracia de esta mezcla de dados, improvisación y ejércitos de muñecos reciclados, está precisamente en la flexibilidad de esas mismas reglas. Si algo implica una explicación excesiva o genera conflicto, las reglas marcan que no se deben seguir esas reglas.
En la búsqueda de una diversión controlada para ambas partes, el mutuo acuerdo y la posibilidad de devolvérsela al contrario en el turno siguiente, por ejemplo evitando todo el daño con una hazaña heroica que se acabe de sacar de la manga uno de los participantes, son las claves para un juego que, en realidad, sólo será tan loco o tan encorsetado como sus jugadores quieran que lo sea.
Con las reglas oficiales a un clicc de distancia, y toda una comunidad plagada de ideas y recursos a lo largo y ancho de internet, si quieres apoyar a sus creadores puedes hacerlo de la mano de proyectos como este de Modiphius, pero ten en cuenta que para poder jugar a BrikWars lo único que necesitas es un puñado de muñecos y dejar volar tu imaginación.
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