La moda de la refrigeración líquida comenzó como algo que sólo los más expertos en la materia podían usar, pero, poco a poco, las compañías comenzaron a fabricar las suyas propias con un diseño simple en cuanto a la instalación.
Estos módulos se fueron ganando un hueco dentro del sector, que se fue agrandando y aumentaron los fanáticos que deseaban un plus de refrigeración para sus ordenadores, los cuales se fueron haciendo más y más potentes conforme pasaba el tiempo debido al avance de la tecnología.
¿Qué nos ofrece?
Por normal general, parten con unos 10 grados menos como mínimo en comparación con la temperatura ofrecida por los disipadores que nos trae el microprocesador por defecto, además de una bajada en el nivel de ruido producido por nuestra torre.
Estos sistemas tienen una durabilidad "recomendada" de alrededor de 5 años. Después de dicho tiempo es recomendable empezar a sopesar cambiarlo, ya que los tubos por los que circula el líquido podrían picarse en algún punto de su longitud. Además, es aconsejable una revisión del circuito cada 6 meses como mínimo y obligatoriamente una vez al año.
¿En qué se distingue una prefabricada de una refrigeración personalizada?
La prefabricada viene diseñada para instalar y punto. Normalmente, está compuesta por un radiador con ventiladores ya conectados por tubos a un bloque que se sitúa encima del microprocesador, por norma general.
La personalizada parte de la nada y somos nosotros quienes diseñaremos nuestro propio circuito, que no tiene por qué quedar tan sólo en el microprocesador, si no que podemos hacer viajar al refrigerante por nuestra tarjeta gráfica, memoria RAM o, incluso, nuestra placa base.
Vale, me has convencido, ¿qué necesito?
¿De primeras? Mucho dinero. Las prefabricadas se limitan al microprocesador y, por costumbre, sobrepasan los 100€ las de un nivel decente en cuanto a características y componentes. Para nuestro circuito, comenzaremos con la más básica y, de ahí, escalaremos según avancemos en el artículo.
Para comenzar, desarrollaremos una únicamente para nuestro microprocesador, para lo cual necesitaremos:
- Bomba: encargada de impulsar el refrigerante por nuestro circuito.
- Depósito: lugar donde se almacena el refrigerante.
- Disipador: deberá encajar en nuestro socket de la placa base, ya que será el encargado directo de dar refrigeración al microprocesador.
- Radiador: lugar por el que circulará el refrigerante y liberará el calor de éste.
- Ventilador: irá colocado en el radiador, dependiendo del tamaño del radiador se necesitarán más o menos.
En cuanto al tubo, tenemos 2 opciones: flexible o rígido. El primero nos ocasionará menos problemas en el montaje, pero tiene un mayor deterioro. El rígido es más complejo de montar al necesitar codos y un mayor número de enganches, pero es más duradero.
Con vistas a un mejor acabado, se puede optar a montar un depósito con hueco para la bomba incluido y con diseño para encajar en nuestras obsoletas bahías de 5,25 de nuestra torre. Con la ausencia del uso de unidades ópticas en nuestros ordenadores, ¿qué mejor uso que dejar una ventana por la que controlar nuestro sistema de refrigeración?
En este caso, recurrimos al modelo Monsoon Series Two D5 Premium Dual 5.25” como depósito, que nos proporciona además iluminación, y una bomba simple como la Alphacool Eispumpe VPP755, que encaja perfectamente en el hueco de nuestro depósito, ahorrando así espacio.
Para el bloque que se situará en el microprocesador, nosotros elegimos el Aquacomputer cuplex kryos NEXT debido a su gran número de sockets Intel soportados (1156/1155/1151/1150).
Ahora mismo, quedaríamos a falta de los extras, como son el tubo flexible y un puñado de abrazaderas (mejor que sobren y no que falten, mínimo unas 20-25). Con respecto al radiador, con un modelo de un ventilador de 120mm sería suficiente para el microprocesador, como puede ser el Alphacool NexXxos ST30 Industry HPC Series 120mm radiator.
Acompañando dicho radiador, irá un ventilador Arctic Fan F12 para ayudar a disipar el calor, además de unos 6 fijadores para ayudar a unir los tubos y, por supuesto, mínimo un bote de 1L de agua.
¿A cuánto se nos va nuestro presupuesto? Disparado totalmente hacia nuestro riñón, a juicio de cada uno estará cuál queréis vender a cambio de dicha refrigeración:
Bomba | 70,14€ |
Depósito | 128,10€ |
Disipador de microprocesador | 86,21€ |
Tubo | 6,60€ |
Abrazaderas (25 unid) | 12,5€ |
Radiador | 66,08€ |
Ventilador | 3,75€ |
Fijadores | 33,54€ |
Agua | 5,69€ |
TOTAL: | **412.61€** |
¿Es rentable? A simple vista no. Una respuesta más concreta sería "no, dependiendo de nuestras expectativas". Es decir: no es lo mismo el usuario de a pie que quiere "darse un capricho" que aquellos que no paran de renderizar vídeos, por ejemplo.
Pero esto no acaba aquí: en el próximo post ampliaremos nuestro circuito a las tarjetas gráficas, memoria RAM y placa base. Sí, aún más dinero pero ¿y lo bonito que queda todo?.
Si lo comparamos con una prefabricada, la diferencia es abismal en cuanto al precio. ¿Qué opinas? ¿Realmente sale a cuentas realizar tal desembolso? ¿Qué riñón donarías primero?
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