Dentro del enorme mercado del material para oficina, en el que el catálogo es más extenso que los campos de futbol de Oliver y Benji, se ha generado un nuevo sector que, poco a poco, ha creado su propio mercado, donde cada vez son más las marcas que se animan a entrar en busca de su trozo de pastel (aunque para algunas, "The cake is a lie!").
Nos referimos a las sillas gaming, un modelo de asiento con vistas a esas personas que no sólo pasan muchas horas delante del ordenador, si no que quieren ir un paso más allá y quieren "lo mejor de lo mejor" también en cuanto a materiales y diseño.
¿La posición importa?
Una silla tiene más importancia de lo que puede parecer en el momento de trabajar y esta afirmación gana peso por cada minuto que nuestro trabajo nos obliga estar sentado. Aunque para esto quizás sea más correcto explicar de dónde viene esta importancia por la ergonomía.
La ergonomía se podría definir como la ciencia que estudia el diseño de lugares de trabajo, herramientas y tareas con vistas a evitar problemas físicos, psicológicos y anatómicos en las capacidades laborales de un trabajador. Por ejemplo, la ergonomía es el motivo por el que tu profesora en el colegio te vociferaba "con la espalda pegada a la silla" o por lo que se sabe que es más cómodo trabajar con un ángulo recto en las rodillas.
De esta forma, los riesgos como lesiones, errores o ausentismo laboral tienen una menor probabilidad de ocurrir, a la par de un aumento en la tasa de producción, eficiencia y rendimiento en el trabajo.
La comodidad mediante la personalización
Dentro de las sillas gaming, existen diversos factores pero, a mi entender, hay uno que sobresale por encima del resto: la comodidad. Un sitio donde vamos a pasar largos periodos de tiempo necesita poder ser confortable para no convertirlo en un calvario. Y, para eso, necesita ser cómodo, tomando el camino de la personalización de la postura de la silla.
Tras varios años utilizando un modelo de estas sillas aprendí que el más leve cambio en la inclinación, altura de la propia silla o los reposabrazos me basta para provocar unos incómodos dolores de espalda durante demasiado tiempo. Aunque bien es cierto que no todas las sillas tienen este nivel de configuración, su presencia es un punto a contrastar dentro de la elección de dicho producto.
La materia prima
Por supuesto, nadie se compraría un coche de cartón ni un avión de papel para volar a Asia. Por eso mismo, una silla como Dios manda debe tener un mínimo de exigencias en cuanto a los materiales, como el acero, por ejemplo. Por norma general, el esqueleto donde las ruedas se unen a la silla debe ser del material más resistente posible. Cada vez que mi propia silla se mueve se nota en ese ruido la robustez del acero chocando contra las juntas del suelo.
Por otro lado, los tejidos deben ser lo suficientemente resistentes como para no perder el color tras un tiempo de uso ni sufrir roturas si nos sentamos con algún pantalón que lleve cremalleras muy mal colocadas. Entre los materiales que conforman dicho tejido, nos encontraremos con algunos como la piel sintética, de la que se pueden sacar otros 2 tipos: poliuretano y PVC (por ejemplo, chubasqueros). El poliuretano es un material más limpio y es usado, por ejemplo, en algunos abrigos, lo que ya nos indica que la silla nos ayudará a aguantar una mayor temperatura, como podemos encontrar también en la tapicería de algunos coches.
Otros aspectos por los que decidirse por una silla u otra
Dentro del mercado podemos encontrar diferentes tipos, modelos y marcas que intentarán llevarnos hacia su terreno gracias a sus voces de sirena camufladas entre precios y diseños sacados de un Ferrari. No caigáis. Dentro de cada marca, existen diferentes patrones que nos pueden ayudar a localizar nuestra silla ideal.
Dentro de cada abanico de posibilidades, tendremos que tener en cuenta los siguientes factores:
Peso: al igual que la ropa tiene su talla. Las sillas tienen un límite de peso que pueden soportar. Comprarse una demasiado por debajo puede llevarnos a un susto bastante caro. Mejor pasarse que quedarse corto.
Altura: de la misma forma que el peso, no toda la gente tiene el mismo tamaño y una silla demasiado pequeña para alguien alto repercute en unos problemas de ergonomía serios, como puede ser dolor desde las lumbares hasta el cuello, al no tener la opción de reposar la cabeza en ningún momento.
Extras: algunas marcas añaden a sus sillas unos cojines que nos harán la vida más cómoda (casi como norma general, hoy en día traen uno para la cabeza y otro para la altura de las lumbares). Normalmente, es recomendable tenerlos puestos ya que es lo óptimo, pero, a título personal, el de las lumbares no conozco a demasiada gente que lo use puesto que provoca más malestar que relajación.
- Accesorios: algunas marcas ofrecen al cliente una amplia gama para poder elegir otros complementos para sus sillas, como, por ejemplo, mesas para apoyar en la propia silla nuestro portátil o ratón. Esto nos permite mantener una postura más cómoda, además de evitarnos problemas al llenar en exceso nuestro escritorio, hasta el punto de que se nos empiece a derramar el café encima del teclado. El único inconveniente de esta parte es el precio, ya que estos accesorios no suelen venir incluidos y su valor llega a ser algo elevado, sumándole también la necesidad de tener una de sus sillas para las que está debidamente preparado dicho accesorio.
Sillas gaming por menos de 200 euros
Dentro del ya mencionado gran abanico que el mercado nos puede ofrecer, aquí podréis encontrar sillas gaming dentro de cualquier rango de precio:
- Silla Miamodo: Silla básica de oficina con detalles, capaz de colar por "gaming" (bueno, vale, le faltan colores) y con opción a subir y bajar la altura de la base, con una capacidad máxima de carga capaz de llegar hasta los 120kg. En cuanto a los materiales de fabricación, es de cuero artificial, razonable debido a su precio de 64,95€. Es una opción muy básica, algo más abajo de lo que estaría una TecTake donde ya empiezan a verse acabados más puramente "de jugador".
- Silla Adec Gaming: Se empieza a ver el salto en una silla mejor en comparación con las dos anteriores. Sube de precio hasta los 110,00€ pero nos da la opción de poder mover los soportes para los brazos, no con vistas a dejarlos fijos; tan sólo da la posibilidad de levantarlos. Además, tiene un tejido de ligeramente mejor calidad.
- Mars Gaming MGC2: Entramos ya en el punto medio de la tabla. Dentro de un rango de precio "bajo" si tuviese que elegir una, optaría por ésta. Por 160€, la marca de periféricos gaming nos ofrece una silla en poliuretano, reclinable y con diferentes opciones para los reposabrazos acolchados, además de venir acompañada por una almohadilla destinada a nuestra cabeza.
Nuestras opciones por más de 200 euros
- AK Racing 7018: Nos vamos ya a los 229€. Un salto más grande en comparación con los anteriores, sí, pero la calidad tiene un precio. Nos encontramos ya con una marca muy bien asentada dentro del sector, que ofrece un producto de la mejor calidad y prestaciones. Sube la puja con la aparición del segundo cojín clásico en estas compras (aparte del superior anteriormente mencionado), como es el pensado para las lumbares.
- DXRacer F-Series: Lo mejor de lo mejor por 325€. Actualmente, es la silla que tengo y no la cambiaría por ninguna tras 3 años de uso. Con todas las ventajas anteriormente citadas, nos encontramos además con el respaldo de una marca líder en el sector y un catálogo de accesorios que, eso sí, podría bajar algo más el precio, pero que nos permite organizar de un modo mucho más cómodo nuestro espacio de juego.