Al igual que la vida, una partida de League of Legends se puede afrontar de muchas maneras. Hay quienes luchan y pelean por sacar a flote proyectos que tienen todos los visos para salir mal, mientras otros los abandonan al mínimo indicio de que algo va regular. La SoloQ surcoreana es, sin lugar a dudas, el servidor donde más calidad albergan sus jugadores; pero también es donde más se rinden.
Nada duele más que remar para morir en la orilla, es decir, jugar una partida de 50 minutos intentando remontar desde la fase de líneas, para acabar perdiendo. Eso es lo que piensan los jugadores coreanos, a los que no les tiembla el pulso a la hora de acabar una partida antes de tiempo, votación mediante.
Un 43.1% de rendiciones en el Challenger coreano
Esta pasada semana, entrevistaron a Iván "Razork" Martín, jungla de Vodafone Giants de la bootcamp en Corea del Sur. El jungla español confirmó que la ley de la rendición está muy arraigada en el servidor surcoreano: "En las partidas siempre se han opens. Si a un coreano no le apetece jugar, no es como en Europa, que la gente se dedica a farmear; el coreano se pone AFK y la partida acaba en 7 minutos".
Existe un factor adicional para tener en cuenta la popularidad de las sumisiones, como es el nivel de la partida en cuestión. Según datos de League of Graphs, tanto Grandmaster como Challenger, las dos mayores divisiones en la cola clasificatoria de League of Legends, son en las que más surrenders se aprecian con un 25.6% y un 23.5%, respectivamente. Estos datos están por encima de Unranked y Hierro, que tienen poco más del 20% de partidas con rendición.
En Corea del Sur estos datos crecen casi exponencialmente. Para Master el porcentaje es 30.5%, para GrandMaster 36.1% y en Challenger, nada más y nada menos que 43.1%. La optimización del tiempo y la ley estadística de los grandes números, que dice que la aleatoriedad de los resultados disminuye con la cantidad de hechos medidos, pueden ser buenas razones para intentar jugar cuantas más partidas mejor. Y a esto hay que añadir que no pocos invocadores del país usan PC Bangs para jugar, donde se paga por hora de uso del ordenador; razón de más para aprovechar el tiempo.