Cuando Ed Boon y John Tobias crearon a Scorpion rompieron el molde. Si bien la responsabilidad de ser el abanderado de Mortal Kombat debía haber recaído en Liu Kang o un Johnny Cage fuertemente inspirado en Jean Claude van Damme, lo cierto es que el poso que dejó el ninja que fue liberado del inframundo lo ha posicionado como uno de los grandes iconos del videojuego. Un honor que no se gana en un solo juego y a base de suerte.
De hecho, la rivalidad y el odio eternamente latente entre el indomable espíritu infernal y el criomante conocido como Sub-Zero sirvieron para acentuar el que sería uno de los máximos reclamos de la saga Mortal Kombat; su retorcida y sombría historia.
A fin de cuentas, y como veremos, estos dos ninjas siempre han estado destinados a protagonizar una espiral de muerte y destrucción que atraviesa mundos y realidades.
Porque en los juegos de lucha el trasfondo de cada personaje puede ser relativo en mayor o menor medida. Es decir, mientras la experiencia a la hora de vaciar las barras de salud sea buena, el resto son extras a tener muy en cuenta. Pero, cuando se hace bien, la diferencia se nota en resultado final. Y hasta traspasa las pantallas.
En VidaExtra nos apasiona Mortal Kombat. Lo suficiente como para haberle dedicado horas ingentes a los episodios menos celebrados de la saga y regodearnos especialmente con las mejores entregas, clásicas y actuales. Tanto, como para alinear su caótica línea temporal para centrarnos en la de su personaje más reconocible: el colérico Scorpion.
Te hemos elaborado una retrospectiva en torno al pasado del poderoso guerrero del clan Shirai Ryu, sus motivaciones, su descenso a los infiernos (literalmente) y el caos que ha generado tras su resurgimiento. Siempre amparándose en los tres pilares de su personalidad: la disciplina, la venganza y, sobre dos anteriores, la lealtad. Porque mucho antes de que existiera un implacable espíritu dominado por el odio, existió un prodigioso ninja llamado Hanzo Hasashi.
La caída del clan Shirai Ryu
Se cuenta que el origen del Shirai Ryu, un poderoso clan de ninjas, se debe a la escisión de su fundador del clan Lin Kuei. Aquello provocó mucho más que una rivalidad: la colisión de ambas fuerzas era tan recurrente como visceral y sus respectivos miembros enemigos jurados. Sin embargo, existía cierto balance de poder entre ambos inspirado en sus respectivos códigos de honor. Y así lo fue, hasta la intervención de un agente externo.
Uno de los más destacados guerreros de los Shirai Ryu era Hanzo Hasashi. Un luchador implacable con un legendario dominio del kunai que le valió para ganarse el sobrenombre de Scorpion (el escorpión) entre los más notables miembros de su clan y, por extensión, sus enemigos.
Hasashi era un guerrero imbatible, desde luego, pero sobre todo un hombre con un férreo código de honor y un orgulloso padre de familia. Esas tres condiciones determinarían su cruel destino: el hechicero Quan Chi ingenió un funesto plan para ponerlo a su servicio y eso no solo implicaba inseminar odio en su alma y destruirlo en vida, sino también resucitarlo a base de canalizar sus sentimientos de venganza.
Como notable guerrero de los Shirai Ryu, Hasashi aceptó un contrato proveniente de Quan Chi sin conocimiento de que éste también había requerido los servicios de uno de los más poderosos guerreros Lin Kuei: Sub-Zero, un criomante con la capacidad de congelar a sus enemigos y materializar de la nada toda clase de armas gélidas.
Irremediablemente, Scorpion y el criomante se enzarzaron en una batalla que culminaría con la victoria de Sub-Zero, el cual sentenciaría al Shirai Ryu arrancándole el cráneo junto con la espina dorsal de un movimiento fatal. Sin embargo, el ciclo del dolor eterno de Hasashi solo acababa de comenzar.
Tras su combate contra el Lin Kuei, Scorpion pasó a ser un alma condenada en el inframundo (Netherrealm). Al menos, hasta que fue convocado una vez más por un Quan Chi, que volvía a requerir de sus servicios.
¿Qué podría sacar un alma en pena de su agonizante letargo? Quan Chi informó a Scorpion que, tras su derrota, los Lin Kuei no solo habían eliminado a su clan, sino que habían asesinado a sangre fría a su familia.
El hechicero le propuso a Hasashi un trato que no pudo rechazar: le concedería su tan ansiada oportunidad de vengarse a cambio de obediencia incondicional. O lo que es lo mismo, la intervención del ninja Scorpion en el torneo Mortal Kombat.
Algo muy conveniente para Scorpion, ya que durante ese torneo de artes marciales éste podrá asesinar al responsable de su miseria.
La venganza de Scorpion
Hay un protocolo para que el Mundo Exterior (el Outworld) conquiste un nuevo mundo: un torneo sagrado de artes marciales conocido como Mortal Kombat decidirá cuando comienza el periodo de absorción del imperio del Khan o, por el contrario, si es posible repeler sus intenciones.
Raiden, dios del Trueno y protector de la Tierra, congrega a los mejores guerreros y luchadores del mundo con el propósito de mantener a raya a los invasores del Mundo Exterior. Las intenciones de Scorpion, no obstante, son muy diferentes: dar la peor muerte imaginable a Sub-Zero.
Era cuestión de tiempo que el espectro infernal y el Lin Kuei se cruzaran durante Mortal Kombat. Scorpion contaba con ello. Sin embargo, llegado el momento de la venganza, y para sorpresa del espíritu emergido del inframundo, Sub-Zero negó los actos atribuidos a su clan y contradijo las palabras de Quan Chi. Lo cual no frenó la voluntad de Hasashi.
Y sin embargo, Scorpion estaba todavía muy lejos de encontrar la paz que su alma ansiaba. Pese a consumar su muy deseada venganza con el Lin Kuei, su alma inmortal estaba condenada a vagar por toda la eternidad en una realidad en la que su clan y su familia ya no existen.
No obstante, no pasaría mucho tiempo hasta que Hasashi encontrase un nuevo propósito: un nuevo torneo Mortal Kombat había sido anunciado y, para su sorpresa, Sub-Zero tomaría parte en él.
Impulsado de nuevo por el odio, el ninja volvió a armarse con su letal kunai para presenciarse evento. ¿Cómo había resurgido su enemigo? La respuesta llegaría durante el inevitable enfrentamiento con el que consideraba su némesis: el criomante que tenía frente a sí no era el Sub-Zero al que dio muerte en el pasado.
El objetivo de su odio renovado resultó ser el hermano menor del Sub-Zero original. Un ninja del Lin Kuei con un sentido del honor y de la integridad muy parecidos a los suyos. Lo cual, por otro lado, también le convertía en un problema indeseado para algunos de los miembros mas influyentes en su clan.
Finalmente, y atado dado su código de honor, Scorpion acabaría jurando proteger a este nuevo Sub-Zero con el propósito de restituir el asesinato de su hermano que él mismo había cometido. Un juramento que no dudaría para siempre.
Un odio destinado a implosionar y emerger
Poco después de la celebración del segundo Mortal Kombat, el Mundo Exterior inició una caprichosa e inevitable invasión a la Tierra en la que Scorpion tendría un papel menor. Al menos, hasta el regreso de Quan Chi.
El hechicero engañó una vez más al alma del guerrero del kunai para volver a batirse a muerte con el nuevo Sub-Zero implicándole en el asesinato de su familia. Sin embargo, antes de que Scorpion ejecutase el golpe de gracia, Quan Chi acabó delatándose ante Hanzo, revelándole finalmente la verdad sobre la extinción de su clan y su familia: todo formaba parte de su retorcido plan.
Así, tras revelarse el verdadero autor de las desgracias su vida, Hanzo Hasashi desplegó una ira sin concesiones, arrastrando al embaucador Quan Chi al mismísimo inframundo donde lo sometería a un indescriptible dolor durante su estancia.
No obstante, al hechicero todavía que quedaba un papel que jugar en la vida de Scorpion.
Tras la fallida invasión a la Tierra por parte del Mundo Exterior, Quan Chi obtendrá una vía de escape del inframundo a través de una alianza mortal con el ladrón de almas y promotor de Mortal Kombat Shang Tsung.
Un nuevo plan de conquista entre realidades se comenzaba a orquestar entre los hechiceros,
Así, la destreza en combate y la férrea motivación de Scorpion acabarían derivando en algo insólito: ante la aparente consumación de los planes de Quan Chi y Shang Tsung, y la caída de Liu Kang, el protector de la Tierra elegido por Raiden, Scorpion acabaría siendo nombrado como el elegido de los Dioses Antiguos bajo la condición de que éstos restaurarían la orden Shirai Ryu.
Para desgracia del ninja, su sentimiento de traición se vio amplificado cuando descubrió que los miembros de su clan habían resurgido como no-muertos, desatando una nueva oleada incontrolada de venganza en todas las direcciones, siendo uno de los múltiples frentes abiertos durante el mismísimo Apocalipsis:
Se predijo que los combatientes algún día serían muy poderosos y demasiados numerosos. Si se les permitiese seguir sin control, los intensos combates debilitarían y romperían los reinos, trayendo el Apocalipsis
Los Dioses Ancianos exigieron la creación de una salvaguardia para evitar la destrucción total... una que se valdría de la insaciable sed de sangre de los luchadores. Como polillas hacia la llama del fuego ellos serán atraídos a luchar
En el ápice de la destrucción, las alianzas se romperán, y los pasados odios serán revividos. Finalmente, se librará la batalla final. El Armagedón ha comenzado...
Durante esos eventos, un Scorpion cegado por la desolación total verá su final a manos de Sub-Zero, su mayor rival y uno de los pocos hombres de honor a los que tuvo que enfrentarse durante su infierno en vida. Sin embargo, cuando todo parecía perdido, el destino quiso que Hanzo tuviese una segunda oportunidad.
Contra toda posible lógica, Raiden consiguió reescribir la propia historia a través de su último aliento como dios, retornando a los acontecimientos del primer Mortal Kombat en el que participó Scorpion. Muy poco después de que Quan Chi lo devolviese al mundo de los vivos.
El nuevo legado de dos clanes destinados a odiarse
Si bien, la segunda línea temporal iniciada por Raiden no impidió la caída del Sub-Zero original a manos de Scorpion, hubo un drástico cambio en este nuevo mundo: Kuai Liang, el segundo Sub-Zero y hermano menor de éste, enseñó al espíritu bañado en odio una vía alternativa a la venganza desde el minuto en que, tras su enfrentamiento, éste le perdonó su vida.
Este inesperado acto no solo rompería por completo los planes de Quan Chi, sino que daría pie a una alianza todavía más insólita que la de los hechiceros: Hanzo Hasashi iniciará desde cero un nuevo clan Shirai Ryu que trabajará en colaboración con sus antiguos enemigos, los Lin Kuei, para proteger la tierra de las amenazas del Mundo Exterior.
Y no solo eso, tras recuperar su humanidad, tomará como discípulo a Takeda Takahashi, el hijo del formidable espadachín Kenshi, para preservar el legado de sus nuevos Shirai Ryu.
Con el tiempo, Scorpion consumará parte de su venganza eliminando finalmente a Quan Chi, lo cual provocará una serie de infortunios que derivarán en el resurgir de Dios Antiguo caído Shinnok al mundo físico, el cual comenzó a consumir la energía vital del propio planeta Tierra para restaurar todo su poder.
Ante esta situación, los veteranos de Mortal Kombat, Scorpion incluido, se veían incapacitados para sostener la amenaza.
Así, el destino de la Tierra quedó en manos de la Agente Especial Cassie Cage y una nueva generación de guerreros que, a la desesperada, consiguieron sustraer la fuente de poder de Shinnok y, finalmente, vencer al Dios Antiguo corrupto.
Ante la deshonra, Raiden instó a que Scorpion no renunciase a su vida, sino que la dedicase a proteger la Tierra de cualquier amenaza futura. Y así fue hasta el final.
El destino de Scorpion
Con la caída de Shinnok se produjo un desequilibrio de poder entre las deidades de todos los reinos, haciendo que Kronika, la Guardiana del Tiempo y la Arquitecta del Destino, tomase parte en la lucha por la Tierra.
Entre sus designios, y para oponer resistencia a los defensores de la Tierra, Kronika acabará reclutando guerreros de tiempos pasados, incluyendo un Scorpion todavía consumado por el odio y la venganza.
Y fue así, tras de una prolongada alianza con Sub-Zero asentada durante años, y poco después de un redentor enfrentamiento con el Scorpion del pasado, cuando Hanzo Hasashi acabó encontrando su muerte en batalla. Un noble final para un guerrero cuya alma ya había encontrado la paz.
Una despedida que cierra no uno, sino dos ciclos de odio: las últimas palabras de Hanzo Hasashi sirvieron para encauzar la voluntad del Scorpion traído al presente, instándole a encontrar su propia redención más allá de la venganza y delegándole del destino del nuevo Shirai Ryu y de la propia Tierra.
¿Existe alguna realidad en la que Scorpion no haya sido poseído por el odio y el sentimiento de cólera? Si nos fijamos en el final de su Torre en Mortal Kombat 11 descubriremos que la tragedia de su familia, por mucho que el temible guerrero manipulase las propias arenas del tiempo durante eones enteros, es inevitable.
Lo cual no implica que, dentro de su espiral de odio y su técnica implacable, se haya tenido que medir alguna vez en su afán de obtener justicia más allá de la vida.
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