El juego de cartas de Pokémon no es merchandising. Al menos, no como lo puede ser un juguete, una camiseta o cualquier artículo de coleccionista. Si bien, como juego de cartas, es una manera alternativa de experimentar el fenómeno en torno a Pikachu y compañía, también es uno de los grandes pilares sobre los que se sostiene la millonaria franquicia de The Pokémon Company.
Y, lo que es más importante: para millones de fans, el juego de cartas de Pokemon es una manera diferente de abordar, compartir, competir y, sobre todo, disfrutar de la misma pasión en torno a los Pokémon. Mucho más que una extensión del videojuego: un fenómeno por sí mismo.
Partamos desde una cifra absurda: a fecha de marzo de 2020 la propia Nintendo confirmó que había repartidas por el mundo 30,4 mil millones de cartas del juego de cartas Pokémon. Por ponerlo en perspectiva, en caso de repartirlas de manera equitativa, a cada habitante del mundo le correspondería tener al menos cuatro cartas.
Sabemos que la maquinaria de licencias nipona es terriblemente abrumadora y que Estados Unidos les encanta competir y hacer colecciones de Récord Guinness. Pero, para establecer en propiedad su enorme impacto mundial, y si nos centramos sólo en Europa, el juego de cartas de Pokémon alcanzó una cuota de mercado del 82% en 2018 en su propio sector.
Como referencia añadida, las ventas totales de cartas coleccionables estratégicas ascendieron en 2018 a la también astronómica cantidad de 122 millones de euros únicamente en el viejo continente. Cantidades a las que hay que sumar las de Japón, Estados Unidos y el resto del mundo.
Cifras demoledoras que, como veremos, lo alejan de ser una moda pasajera y lo hacen imponerse como una de las bases y fortalezas más importantes -y prioritarios- de la marca Pokémon a nivel internacional. Un éxito, se mire como se mire, que nació prácticamente en paralelo a los propios videojuegos.
¿Qué es Pokémon: el Juego de Cartas Coleccionables?
No es ninguna sorpresa que Pokémon: El juego de cartas coleccionables (Pokémon JCC) haya nacido en Japón como una extensión de los cada vez más populares juegos de Pocket Monsters. Sin embargo, lo curioso aquí es que las primeras barajas y sets de cartas aparecieron a los pocos meses de su lanzamiento: Game Boy recibió las ediciones Roja y Verde en febrero de 1996 y para el mes de octubre de ese mismo año ya podías hacerte con todos los Pokémon en forma de carta. O, más bien, con casi todos.
La primera edición de Pokémon JCC fue publicada por Media Factory, y aunque no fueron los primeros sets de cartas coleccionables (Bandai estuvo muy rápida con su serie Pokemon Carddass), no tardaron en ganar gran popularidad. En parte por el elemento coleccionista, pero sobre todo por su sensacional manera de reflejar a través de sus reglas los intensos combates de entrenadores y el carisma de cada criatura.
Porque la experiencia de jugar Pokémon: el juego de cartas coleccionables llegó con cierto rebufo con respecto al fenómeno de Magic y otras experiencias similares, pero su acertada manera de trasladar lo mejor de los videojuegos de Game Boy a los tapetes marcó la diferencia.
Dicho lo cual, las reglas de Pokémon JCC son sencillas: dos jugadores se enfrentan a través de los Pokémon. Sin embargo, el objetivo final no es dejar al entrenador rival sin puntos de salud, sino obtener seis victorias seguidas o dejarlo sin Pokémon que poder usar en combate.
Los propios Pokémon, por otro lado, son convertidos en cartas con sus propios ataques, puntos de salud, habilidades especiales y, cómo no, dependiendo de nuestra mano -y en caso de contar con la carta adecuada- la posibilidad de evolucionar durante la partida y volverse todavía más poderosos.
Sin embargo, en Pokémon JCC la victoria no se decide únicamente a través de la fuerza bruta:
- Por un lado, como en el videojuego, los Pokémon tienen su propio tipo y existe un equilibrio de naturalezas, de modo que -por ejemplo- los Pokémon de Fuego infligen daño extra a los de Hoja y estos últimos a los de Agua. Cerrándose el círculo dándo prioridad a los de Agua sobre los de Fuego.
- Por otro, está el factor suerte, el cual se decide con el uso de una moneda a cara o cruz. De la suerte dependerá quién comienza la partida, la cantidad de daño adicional que hace un ataque y, en circunstancias extremas, la victoria.
- Como ocurre en el juego, y esto es uno de los aspectos más brillantes de Pokémon JCC, los Pokémon en combate pueden recibir otro tipo de daños: pueden quedarse dormidos, sufrir parálisis, envenenamiento o quemaduras y hasta estar confundidos e infligirse daño a sí mismos. Una situación complicada que se puede resolver con una buena tirada de moneda.
- Además de las cartas de energía, necesarias para hacer acciones, ataques o relevos entre Pokémon, están las cartas de Entrenador. Una suerte de efectos que modifican los estados de los Pokémon en juego, los curan e incluso reajustan las reglas de la partida.
Como resultado de lo anterior, Pokémon: el juego de cartas coleccionables es una sensacional y muy fiel manera de llevar las intensos y divertidos combates por turnos del juego más allá de las consolas. Disfrutar del fenómeno con otros apasionados y, en el proceso, invitarnos a coleccionar aquellas divertidas de todas las formas y colores.
Un acierto que, lógicamente, no podía quedarse en el país del sol naciente.
Cuando Pikachu y compañía llegaron a las Game Boy de occidente vinieron arropados por su serie de animación y, además, por aquel mega popular juego de cartas que tanto gustaba en Japón. Y lo cierto es que Nintendo encontró al aliado perfecto para esto último: Wizards of the Coast, los responsables del fenómeno de Magic The Gathering, tradujeron, editaron y lanzaron los primeros sets de cartas en Estados Unidos y Europa. Todos salieron ganando.
Al principio dijimos que Pokémon JCC no ofreció todos los Pokémon, y tenía su porqué: desde el comienzo se trató de una colección abierta llamada a ofrecer expansiones, de modo que de manera gradual se comenzaron a añadir nuevos packs temáticos. Algo especialmente conveniente cuando se anunciaron y se lanzaron los videojuegos de Pokémon Oro y Plata y, por extensión, una nueva generación de Monstruos de Bolsillo.
Desde entonces, el fenómeno de Pokémon siempre ha venido arropado y ha crecido en paralelo con el de Pokémon JCC. retroalimentándose entre sí y alimentando la misma pasión. Fomentando la competitividad y la fascinación por aquellas criaturas de mil formas y colores entre jugadores de todas las edades. Una llama que sigue muy viva a día de hoy.
Pokémon JCC: una experiencia competitiva para todas las edades
En el año 2003 ocurrieron dos fenómenos de gran importancia en lo relativo a Pokémon JCC:
- Nintendo gestionará de manera directa el juego de cartas y la licencia pasará de Wizard of The Coast a la nueva y ensamblada The Pokémon Company, la compañía que centraliza el uso de la marca Pokémon.
- Por otro lado, y no menos importante, se crea la actual Play! Pokémon y con ella se incentiva el aspecto competitivo de Pokémon a nivel mundial. Siendo el juego de cartas, lógicamente, uno de los máximos focos de esta iniciativa.
No es que no se celebrasen eventos con anterioridad, claro. Sin ir más lejos, en verano de 2000 se celebró el Tropical Mega Battle en Honolulu. Un mega torneo en el que 42 entrenadores del juego de cartas venidos de todos los rincones del planeta. Un evento competitivo, por cierto, diseñado para todas las edades.
La centralización de la organización de torneos y actividades permitió que The Pokémon Company pudiese gestionar más y mejor la creciente expansión del juego de cartas de Pokémon y, a la vez, obtener un valiosísimo feedback por parte de la comunidad de cara a iniciativas.
Y, cómo no, también suponía una oportunidad insuperable para realizar grandes anuncios que hiciese que las miradas de apasionados por las cartas se fijasen en estos eventos. Incluso las de aquellos que no habían tocado los juegos.
Parte del éxito se debe al carisma que irradian las criaturas, lógicamente, y al cada vez más interesante sistema de juego en el que se incorporan nuevas habilidades o cartas específicas sin restar la esencia de los combates originales. Pero, por otro lado, la estructura de los eventos y su sistema de categorías también supuso un notable acierto.
- De partida, la categoría Junior engloba a los jugadores de 10 años o menos. Siendo toda una cantera y una primera gran oportunidad de brillar para pequeños grandes estrategas.
- La categoría Senior es el siguiente nivel, permitiendo competir de manera más intensa e interesante a los jugadores de entre 11 y 14 años.
- La categoría Master es, lógicamente, la más interesante e intensa permitiendo competir a los jugadores de 15 años en adelante.
El éxito de todo lo anterior nace del enorme calado del juego de cartas de Pokémon y de la licencia Pokémon, lógicamente, pero la clave para que el formato haya perdurado se debe al propio formato de eventos y competiciones. El cual cuenta con una estupenda salud gracias a un reglamento, unos requisitos y unos premios que abren la puerta a todo el que esté interesado en participar en prácticamente cualquier país del mundo.
Lógicamente, existe una lista de cartas vetadas que se va actualizando conforme evoluciona el propio juego de cartas. Sin embargo, y como ocurre con todo lo relacionado con el fenómeno Pokémon, el factor coleccionismo también tiene un gran peso dentro de la experiencia. Y que haya cartas poderosas está muy bien, pero que también haya grados de rareza lo hace todavía mejor.
Por suerte, el fenómeno de los juegos de cartas va más allá de los paquetes de sobres y los mazos temáticos.
Pokémon JCC... Más allá de las propias cartas y de vuelta a los videojuegos
A finales de 1998, prácticamente coincidiendo con el aterrizaje de Pikachu y compañía en Estados Unidos, Nintendo publicaba en sus portátiles niponas Pokémon Trading Card Game, la adaptación en clave de videojuego de su experiencia de cartas coleccionables. Una alternativa en forma de cartucho de la experiencia que no solo incluyó los tres primeros sets de cartas, sino que incluso ofrecía cartas exclusivas que solo podían jugarse en el videojuego. Un reclamo extra.
Aquella alternativa digital no se quedó en el país del sol naciente, y coincidiendo con la eclosión del fenómeno en América y Europa el videojuego de Pokémon JCC fue adaptado y publicado a nivel internacional con alguna que otra excepción. Sin ir más lejos, en Arabia Saudí el juego fue censurado por el uso de símbolos como las estrellas de David, lo cual se interpretó como una divulgación del Sionismo.
Lo de Pokémon Trading Card Game: el videojuego, es especialmente curioso. A fin de cuentas se trata de la adaptación del videojuego en clave de RPG de un juego de cartas que, a su vez, busca extender una saga de videojuegos JRPGs. Una manera curiosa de completar el círculo. Sin embargo, la lectura que nos deja esto es bastante clara: Pokémon JCC ya era un fenómeno por sí mismo.
Por su parte, Pokémon Trading Card Game: el videojuego tuvo una secuela en 2001. Pokémon Card GB2: Great Rocket-Dan Sanjō! Una nueva entrega en toda regla con más opciones y nuevas cartas que también supuso un hito importante en la licencia: se trató del primer videojuego publicado por la recién fundada The Pokémon Company. Con todo, el juego únicamente fue lanzado en Japón. ¿El último videojuego basado en el juego de cartas? Ni mucho menos.
Desde 2011 está disponible para todo el mundo y de manera gratuita Pokémon JCC Online para sistemas Windows, Mac, iOS y Android. Un enorme despliegue y extensión online del fenómeno del juego de cartas, perfecto para iniciarse y, en el proceso, desbloquear nuevas cartas a través de:
- Desafíos Diarios con los que obtener paquetes de mejora o Fichas de Entrenador entre otros premios.
- Fichas de Entrenador, las cuales se canjean en la tienda por paquetes de mejora, barajas temáticas o accesorios del juego
- Y, lógicamente, a base de derrotar a rivales -incluso controlados por ordenador en el Desafío de Entrenador- es posible obtener paquetes de mejora gratuitos.
Una alternativa online al fenómeno y, por supuesto, un embajador más de una experiencia 100% Pokémon que va en paralelo a los videojuegos, pero que posiciona como un gran pilar de la licencia por derecho propio.
25 años después, Pokémon: el Juego de Cartas suma y sigue
Mis primeras partidas a Pokémon: el juego de cartas coleccionables fueron con mi hermano antes del cambio de milenio. Hoy, ambos tenemos más de treinta años pero el fenómeno no solo no se ha apagado, sino que ha seguido evolucionando a través de nuevas generaciones de apasionados por aquel juego de cartas.
Jugadores de todas las edades continúan comprando sobres con la misma ilusión que nosotros. Eso sí, hay que admitir que las cartas y los packs de ahora son mucho más espectaculares y tentadores que aquellos con los que nosotros jugábamos y, lógicamente, nuestra lista de 151 Pokémon a coleccionar palidece ante los más de mil Pokémon, con sus variantes regionales, sus megaevoluciones e incluso el fenómeno Gigamax.
The Pokémon Company no solo ha sabido canalizar con éxito el fenómeno de los juegos de cartas, sino que también lo ha conectado con maestría con el resto de iniciativas. Con el anime, desde luego, pero también con los juegos de la saga principal, con los torneos y eventos e incluso con las películas.
Es más, todos los que fuimos a ver la película Detective Pikachu en el cine recibieron un mini sobre con dos cartas temáticas y exclusivas. A lo hay que hay sumar el lanzamiento de sets y packs temáticos. Hay detalles que marcan la diferencia y, en casos como el mío, hasta te roban una sonrisa.
Porque, quizás, los videojuego de Pokémon dividen opiniones en lo referente a su manera de evolucionar -o no-, pero Pokémon: el juego de cartas coleccionables también sabe ser ese otro barómetro de excepción para medir la sensacional salud y el impacto de una marca que celebra sus 25 años irradiando las mismas pasiones que en su lanzamiento inicial.
Porque Pokémon no es una moda pasajera: es un fenómeno al que le queda mucha vida por delante, y muchas cartas por mostrar.
Pokémon TCG: Academia de Batalla, Colores Variados (POK80789)
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