Hay fantasías que están destinadas a convertirse en realidad. Algunas caen de inmediato y otras requieren tiempo. Mucho tiempo. En el caso de la llegada de Jean-Claude Van Damme a Mortal Kombat, estamos hablando de más de 30 años. Porque su irrupción en la saga del fatality no es otro cameo al uso ni tampoco la enésima estrella de cine que se cuela en un videojuego: estamos hablando del final de un mito muy bien fundamentado, de un cambio de chaqueta antológico (a pecho descubierto) y la reaparición por la puerta grande de una leyenda.
Vaya por delante que Van Damme, el icono, representa como ninguna otra estrella de las artes marciales a esa Hollywood que cimentó las bases, las exageraciones y los clichés del cine de acción más comercial y del producido directamente para llegar a videoclubs y plataformas de streaming. Un personaje que devoró al actor, como quedó patente en JCVD y que, en muchos aspectos, siempre estuvo presente en la saga Mortal Kombat. Sobre todo, a través del luchador Johnny Cage.
Ahora, la superestrella belga ocupa -por derecho propio- el asiento que durante tres décadas Midway y posteriormente Netherrealm Studios le estuvieron calentando. Y pese a que, técnicamente, su presencia en Mortal Kombat 1 es a través de un aspecto (una variante estética), para Johnny Cage, el resultado obtenido es precísamente el buscado: que el fan de la saga tenga dudas sobre cuál es el luchador original y cual el de reemplazo.
Entre otros factores, porque el modo en el que Van Damme se apropia del repertorio de movimientos consolida la fantasía hasta hacer del personaje algo suyo. Una extensión de su carrera que, a su vez, encaja como un guante de seda en el universo del juego.
Lo cual nos lleva a esa pregunta para la cual los más apasionados de la saga del dragón tienen más o menos la respuesta, aunque nunca está de más dejarla planteada: si Jean-Claude Van Damme encajaba tan bien en su apuesta por la lucha con personajes digitalizados, ¿por qué sus creadores no le invitaron a unirse al proyecto desde el videojuego original? La respuesta corta es la idea de trabajar con el actor belga y llevarlo a los videojuegos precedió a la propia creación del Mortal Kombat original.
Todo empezó con dos películas y Jean-Claude Van Damme
Es el año 1991. Street Fighter II es el incuestionable rey de los salones recreativos. Todavía faltaba un año para las conversiones domésticas en el cerebro de la bestia, pero su éxito ya se había propagado a nivel planetario. Mientras tanto, Jean-Claude Van Damme continúa su racha en la meca del cine estrenando hasta dos pelis de acción al año. Su próximo pelotazo: Soldado universal. Aquellos fueron, de hecho, los dos primeros ingredientes para el nacimiento de Mortal Kombat.
Los creadores originales del juego de Midway fueron Ed Boon (quien sigue siendo pieza clave en cada nueva entrega) y John Tobias. Y, si bien, no eran ajenos al éxito de Street Fighter II, tenían claro cómo mejorar aquella base jugable y comerle la tostada a Capcom: seguir la estela de Karate Champ y aplicarle todas y cada una de sus obsesiones, incluyendo la fascinación por las películas de artes marciales producidas en asia y Hollywood.
Dicho de otro modo, su juego no solo iba a ser más salvaje y crudo que Street fighter, sino que iba a contar con enormes personajes digitalizados, incluyendo un rostro clave en la ecuación: el mismísimo Jean-Claude Van Damme sería el protagonista. ¿El doble problema? Ni Van Damme estaba interesado aparcar su carrera en Hollywood para participar en un videojuego ni Midway lo veía claro.
Al menos, inicialmente, según declaraciones de Mike Haseloff a MEL Magazine:
"Van Damme rechazó la propuesta inicial de John Tobias para aquel juego de kung-fu con elementos de fantasía que conocemos hoy. Entonces la empresa se vio obligada a dar un giro. Con la ayuda de los amigos de la infancia de Tobias, los desarrolladores se inclinaron hacia el kung fu, aquellas historias con un toque de magia que se convirtieron en el punto de venta de Mortal Kombat."
Los amigos de Tobias a los que se refiere son Richard Divizio y Daniel Pesina, entre otros. Ellos fueron, de hecho, quienes finalmente interpretarán junto a Carlos Pesina, Liz Malecki y Ho Sung Pak todos los personajes del juego. Artistas marciales, de hecho, que incluso interpretaron a las mismísimas Tortugas Ninja en las primeras películas. Al final todo estaba conectado.
De izda. a dcha: Richard Divizio, Ho Sung Pak y Daniel Pesina
Lo curioso es que pese a que Midway no tenía tan claro aquello de la lucha, sí veía potencial en intentar sumar valor a su próximo juego a través de Van Damme. Así, inicialmente trató de hacerse con los derechos de la adaptación de Soldado Universal sin éxito. Pero finalmente se topó con dos realidades: ya había otra compañía trabajando con la licencia y el éxito de Street Fighter II se había consolidado en un fenómeno. Dos elementos que derivaron en que, a la tercera, se diese luz verde al proyecto original. Eso, a falta de Jean-Claude, tendrían a Johnny Cage.
Johnny Cage, la estrella de Hollywood de Midway
La imagen que precede estas palabras no es ninguna composición creada para la ocasión: es la portada oficial de Bloodsport (Contacto Sangriento) tanto si la alquilas en digital como de varias ediciones en disco. Es más, si vemos sus escenas de combate o las imágenes oficiales, la película protagonizada por Jean-Claude Van Damme casaba perfectamente con la idea que los creadores originales tenían en la cabeza cuando se embarcaron en el proyecto. Ahora había que hacer lo mismo o mejor sin el gancho -comercial, se entiende- de la superestrella, pero su sustituto era también un prodigio de las artes marciales: Daniel Pesina.
Daniel Pesina había sido un especialista que trabajó en la primera película de las Tortugas Ninja y sus tres siguientes papeles le cayeron de golpe, aunque técnicamente contaban como dos: además de interpretar a los ninjas Scorpion y Sub-Zero, los cuales eran variantes de color con diferentes poses y repertorio de movimientos, interpretó al sustituto de Van Damme: la estrella de Hollywood Johnny Cage.
A efectos prácticos, Johnny Cage era un calco de Van Damme. Una estrella de las artes marciales y de Hollywood con una predisposición muy diferente a la de los otros personajes de los juegos de lucha. Y ojo, que su atuendo era un calco del personaje del belga en Contacto Sangriento y su repertorio de movimientos incluía montones de referencias a los golpes, patadas y splits imposibles de las películas de Van Damme.
¿Eso se podía hacer entonces desde un punto legal? Bueno, partimos de que el cine de Bruce Lee también influyó enormemente en Mortal kombat y, a través de Liu Kang, y con la interpretación de Ho Sung Pak, el Pequeño Dragón también formó parte del juego como uno de los luchadores seleccionables.
Y, ya puestos, los personajes de Raiden y Shang Tsung son descaradas copias de villanos en Golpe en la pequeña China.
Diez meses después, ya en 1992, con un millón de dólares de presupuesto, varias apariciones en recreativos a modo de prueba y con apenas cuatro desarrolladores principales implicados en el proyecto, Mortal Kombat pasó a protagonizar su propio fenómeno. La idea funcionó de maravilla, su jugabilidad, su estética y su crudeza irradiaban personalidad propia.
Y todos sus personajes pasaron a ser iconos por méritos propios.
Aquello no era otro clon de Street fighter, sino una alternativa muy potente a la que la polémica generada por su violencia le sentaba de maravilla. Lógicamente, aquello pedía a gritos una secuela.
Daniel Pesina volverá a interpretar a los ninjas y a Johnny Cage en Mortal Kombat II consagrando el fenómeno. Y no solo eso: también era, junto con sus compañeros, abanderados de la franquicia. Figuras totalmente reconocibles para los fans. Tanto, que llegado el momento su justificado conflicto con Midway le costaría la vida a Johnny Cage.
La muerte y la resurrección de Johnny Cage
El éxito comercial de Mortal Kombat ponía a Midway en una posición muy diferente. Sobre todo, con Hollywood llamando a su puerta para proponerles un proyecto cinematográfico. Aquello era la oportunidad perfecta para que, finalmente, Jean-Claude Van Damme se interpretase a sí mismo en la gran pantalla haciendo de Johnny Cage. ¡Nadie más podría hacerlo mejor!
Sin embargo, alguien se les había adelantado: Capcom fichó al belga para que protagonizase la película de Street Fighter. Se mire como se mire, aquella era una oportunidad más golosa para un actor. La otra realidad es que la película de Mortal Kombat fue una adaptación impecable, mientras que Street Fighter: La Última Batalla solo puede ser definida como un entrañable despropósito.
Aquella fue la segunda vez que Midway se quedó sin su Johnny Cage: Mortal kombat recibió un fatality publicitario en 1994 por parte de alguien inesperado: el propio Daniel Pesina.
tras el lanzamiento de Mortal Kombat II, Daniel Pesina comenzó a publicitar el juego BloodStorm, una nueva recreativa de lucha que, de hecho, buscaba competir directamente con la saga de Midway. Técnicamente, estaba en su derecho como actor. Lo que no es tan ético es que lo hiciese vestido de Johnny Cage y firmando un eslogan realmente incisivo: "Daniel Pesina, el protagonista de Mortal Kombat, se ha pasado a BloodStorm."
Aquello no se hizo por avaricia: Pesina afirmó muchos años después que cuando hizo esa campaña no solo no se le había hablado de la posibilidad de un Mortal kombat 3, sino que afirmó que Midway inclumplió varios incumplimientos contratos y acuerdos previos. Eso sí, lo cierto es que se le pagó muy bien por esa publicidad y, pese a lograr el efecto deseado, aquello suponía el punto y final para Johnny Cage. ¿O no?
Cuando Midway lanzó Mortal kombat 3 en 1995 hubo notables ausencias: los personajes de Johnny Cage y Scorpion fueron eliminados y Sub Zero ahora iba con la cara al descubierto. Aquello formaba parte de la trama, por supuesto, pero también era una manera de despachar todos los personajes interpretados anteriormente por Daniel Pesina.
Posteriormente, Scorpion regresará en Ultimate Mortal kombat 3 (interpretado por otro actor), pero Cage fue eliminado de manera fulminante hasta de la película Mortal Kombat: Aniquilación . Y no volvió a aparecer hasta que la saga y los modelos dieron el salto al 3D.
30 años después, Jean-Claude Van Damme llega a Mortal Kombat
"¡Después de 30 años finalmente conseguimos a JCVD para Johnny Cage!"
La saga de Mortal kombat ha evolucionado de manera alucinante a lo largo de las últimas tres décadas: no solo a nivel visual, coqueteando con el fotorrealismo, sino también en ambición y jugabilidad.
Cimentándose poco a poco como un máximo referente de los juegos de lucha y una de las franquicias clave para Warner Bros. Lo suficiente como para que estrellas como Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger o John Cena se hayan llevado sus personajes al juego prestándoles y hasta Megan Fox encarne a una de las kombatientes clásicas.
Visto así, era una mera cuestión de tiempo que Jean-Claude Van Damme se sumase a la fiesta. ¿Qué mejor modo de simbolizar el broche de un ciclo para la saga y el comienzo de otro? Sobre todo, teniendo en cuenta la temática central de Mortal Kombat 1 y cómo Liu Kang ha reescrito toda la historia.
Porque, si hacemos las cuentas, ya no es hay millones de fans de la saga del fatality (y del propio Van Damme ) que ni siquiera habían nacido cuando Midway y sus creadores intentaron fichar a la estrella de Hollywood, es que ni siquiera existía Mortal Kombat como tal. Solo la idea de ofrecer el mejor juego de lucha jamás hecho con la estrella de las artes marciales como reclamo. Algo que adquiere un nuevo significado a en Mortal Kombat 1.
Eso sí, sería completamente injusto afirmar que, 30 años después, Johnny Cage es un simple clon de Van Damme. La estrella de Hollywood de Netherrealm Studios ha encontrado su propio camino e identidad, juego a juego, y tras ser resucitado en la saga, hasta convertirse en un elemento insustituible dentro de la fórmula: él y su legado han llevado el peso de la historia en las entregas más recientes, han sido el alivio cómico en los momentos más delicados y el contrapunto perfecto a personajes que, por lo general, prefieren estar callados.
E incluso si Van Damme no hubiese aceptado hacer de Cage, los planes de Warner Bros. van muy en serio con el personaje: el mismísimo Karl Urban le dará vida en la secuela de Mortal Kombat y, por parte de su división animada, coincidiendo con el estreno del nuevo juego veremos Mortal Kombat Legends: Cage Match, la película precuela en la que conoceremos la vida y milagros de la estrella de hollywood ficticia durante la década de los 80.
Hay ideas tan rematadamente buenas que están destinadas a pasar. Y pese a que Jean-Claude Van Damme irrumpe en Mortal kombat treinta años después como un aspecto alternativo del personaje de Johnny Cage, uno que a la vez está basado en su personaje de Contacto Sangriento, es innegable que se trata de un hito para la saga, sus creadores y para todos los fans de los videojuegos y el cine de artes marciales.
Y no lo vamos a negar, como dijo el propio Ed Boon, hay algo poéticamente irónico al ver a Van Damme haciéndole un fatality al propio Johnny Cage. ¡El ciclo ha sido completado!
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