De las risas a los piques a unos divertidísimos 60 km/h. El molde del que nacen todos y cada uno de los juegos de karting tiene nombre propio: Mario Kart. El equilibrio perfecto entre la magia nintendera y la pasión por la conducción arcade. El resultado: éxito sin medida y cifras de susto. Pero, ¿y si te dijese que originalmente Super Mario no formaba parte del juego y tampoco estaba en los planes iniciales de Nintendo?
De hecho, el clásico Super Mario Kart de SNES añadió a Mario y sus amigos habiendo pasado entre tres y cuatro meses desde que se empezó a desarrollar el juego. Lo cual es una barbaridad teniendo en cuenta que los tiempos de desarrollo de la época del Cerebro de la Bestia eran muy diferentes a los de las superproducciones actuales. La siguiente pregunta se hace sola ¿quién iba al volante?
Antes de que el proyecto pasase a llamarse Super Mario Kart, en las oficinas de Nintendo se estaban trabajando en dos ideas paralelas: la tecnología del modo 7 de SNES abría la puerta a un tipo de conducción insólito en consolas gracias a la posibilidad de manipular, rotar y escalar una textura que se usaba como circuito, logrando experiencias de vanguardia en sobremesas como F-Zero o PilotWings. Ahí es donde entra la otra idea: ofrecer esas sensaciones para dos jugadores.
En una entrevista de Satoru Iwata para su sección Iwata Pregunta, y con motivo del lanzamiento de Mario Kart Wii, el que fue presidente de Nintendo se sentó a hablar con Shigeru Miyamoto, Ideki Konno (quien codirigió el clásico de SNES) y otros desarrolladores de la casa para conocer la evolución de la saga, cuya única ambición era que ofrecer un juego de conducción que siguiese la estela de F-Zero, pero que pudiera disfrutarse en multijugador a pantalla partida.
De hecho, tal y como recuerda Miyamoto, aquello no era ni una secuela de aquellas carreras futuristas, sino algo completamente nuevo y original. Entonces, ¿por qué se usó a Mario? Lo cierto es que en el primer piloto del prototipo del juego ya llevaba puesto un peto muy parecido al de la superestrella de Nintendo. Eso sí, en lugar de plátanos, se lanzaban latas de aceite.
Al principio, no era un juego de carreras. Sólo salían dos karts que se movían a su aire. Entonces, nos dimos cuenta de que era divertido parar uno de los karts y ver cómo el otro pasaba volando a tu lado.
Decidimos probar cómo quedaría Mario en uno de los karts y todos estuvimos de acuerdo en que así era aún mejor. ¿Quién sabe? ¡A lo mejor el diseñador que dibujó al hombre con el peto tenía intención de que lo cambiaran por Mario desde el principio! (Risas)
Pese a que Miyamoto contó la historia como si hubiese sido un movimiento dado de manera natural, Ideki Konno recordó que hasta que se decidió apostar por la estética que conocemos hoy y los personajes de Nintendo tuvieron que pasar entre tres y cuatro meses desde que se empezó a desarrollar el proyecto. Es más, en el prototipo ya había dos karts corriendo a la vez y en ambos estaba un tipo con peto.
Super Mario, Donkey Kong y hasta la princesa Peach llegaron de rebote a una propuesta de conducción que hoy es prácticamente un género en sí mismo. ¿Habría funcionado tan bien a nivel comercial aquel juego tan revolucionario sin ellos? Está claro que derribaron muchísimos muros tanto de cara a los jugadores y fans como a los que no les gustaban tanto los títulos de conducción más realistas, pero sí pasarlo bien derrapando y lanzando caparazones de todos los colores.
En cualquier caso, esa pequeña decisión de cambiar los pilotos por Super Mario y compañía fue uno de los mayores aciertos de la historia de Nintendo: únicamente Mario Kart 8 Deluxe ha vendido más de 60 millones de copias en todo el mundo. Y sumando.
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