En algún lugar, entre el diminuto Planeta de Kaio y el interminable Grand Line, dos apasionados por los combates épicos y la buena comida cruzaron sus destinos. ¿El motivo? Sumarse a una gran fiesta organizada por sus amigos. Dragon Ball x One Piece: Cross Epoch es el mejor regalo de navidad de que la publicación Weekly Shonen JUMP jamás hizo a sus lectores y, en el proceso, hizo realidad una colaboración de ensueño entre los legendarios Akira Toriyama y Eiichiro Oda, resultando en 20 páginas que sacan lo mejor de cada uno. Para alegría de los fans de Son Goku, Monkey D. Luffy y todos sus nakamas.
También conocido simplemente como Cross Epoch, este One Shot, o historia corta y autoconclusiva, es algo muy diferente a los habituales crossovers entre los personajes del manga y el cómic. De hecho, no era la primera vez que Goku y Luffy coincidían más allá de sus obras, ya que tenían hasta videojuegos en común, pero lo que hace especial este proyecto es que no transcurre en ninguno de los mundos imaginados por sus autores, sino en un nuevo mundo que decidieron hacer juntos. Algo que les permitía llevar a sus personajes hacia direcciones únicas, divertidas e inesperadas.
Porque Cross Epoch no es ni Dragon Ball ni tampoco One Piece, pero capta de maravilla la esencia de ambos mientras hace que sus protagonistas coincidan en un nuevo mundo creado a su medida, con aventureras espaciales con un toque de picardía, piratas en barcos voladores, samuráis gruñones gruñones y un par de agentes de la ley a los que, probablemente, habría que tirarles de las orejas por depravados. Efectos colaterales de juntar a dos piezas como el Maestro Roshi y Sanji.
Si no conocías Cross Epoch, sigues estando al día tanto en Dragon Ball como en One Piece. Básicamente, porque todo lo que ocurre en esta pequeña historia empieza y acaba aquí. Casi se podría decir que, con un margen tan pequeño de páginas, no da para algo ambicioso, o a la escala de dos obras tan épicas. Pero en su defecto se consolida una idea que todos los enamorados del manga teníamos interiorizada: si Goku y Luffy compartiesen aventuras se lo pasarían bomba.
La mayor sorpresa, porque las hay, es la maestría con la que Toriyama y Oda lo plasman en tinta y papel ese mundo compartido, regalando a sus lectores 20 páginas y dejándoles con una sonrisa imborrable.
De piratas, súper guerreros y un dragón capaz de cumplir cualquier deseo
De buenas a primeras pasó algo absolutamente inesperado: un tipo cualquiera se convirtió en Rey y con ello hizo feliz a todo el mundo. Este tipo de cosas no es algo que suceda todos los días, y todavía es más extraño que algo así ocurra tan rápido, pero algunos habitantes del reino no tardan en atar cabos y descubrir el secreto del nuevo rey: alguien le ha pedido un deseo al dragón sagrado Shenron, y eso hay que celebrarlo a lo grande.
Poco a poco, y sin tener que ponerse de acuerdo, un variopinto grupo de amigos comienza a reunirse dejando cualquier cosa que tuviesen entre manos. Algunos acuden en coche desde lejanos desiertos, otros sin apenas sentido de la orientación han tratan de hacerse paso atravesando remotas zonas cubiertas de nieve y, en según que casos, algunos deciden posponer sus actividades delictivas más allá del planeta para llegar a tiempo a este improvisado reencuentro tan especial.
Por no perder las costumbres, los siempre distraídos Goku y Luffy llegan tarde... ¡Y eso que el primero puede volar! De camino a la fiesta estos buenos amigos se ponen al día y, sin dejar de comer un apetitoso trozo de carne, el pirata del sombrero de paja admite que le salieron un par de pequeñas aventuras por el camino. Y pese a que en principio prefería compartir camino junto a Goku corriendo en chanclas, la entrada en escena justo a tiempo de una carismática nube voladora le hizo cambiar de idea.
Como es de esperar de un cómic dibujado por Toriyama y Oda, en Cross Epoch hay amplio margen para el humor y la acción no puede faltar: el sindicato de villanos Pilapaggy liderado por los reyes de los malhechores Pilaff y Buggy entra en escena, y a nuestros protagonistas no les queda otra que apartarlos usando en conjunto sus técnicas más icónicas. Porque cuando hay comida de por medio, ni Goku ni Luffy hacen concesiones.
Finalmente, todos los amigos comienzan a llegar a ese lugar secreto en el que siempre aparece el dragón Shenron el día después cumplir sus deseos exactamente a las 3 de la tarde. Por supuesto, éste último ya contaba con ellos y les ha preparado una increíble fiesta con té, montañas de pastel y una cantidad increíble de dulces y galletas. Goku y Luffy han llegado los últimos, por no perder las costumbres, pero todos contaban con ello, así que la fiesta puede empezar.
Cross Epoch: una amistad tan grande que trasciende el papel
Puede que Cross Epoch tenga la duración aproximada de cualquier capítulo de manga, pero tardó nada menos que tres años en hacerse, aunque la cosa venía incluso de antes: Eiichiro Oda siempre fue un enorme fan de Akira Toriyama (Dragon Ball es la mayor influencia de One Piece) y en 2001 descubría en una entrevista en la que coincidieron que al padre de Goku y Arale también le encantaban las aventuras de Luffy, las cuales leía junto a sus propios hijos.
¿Cómo surgió esta colaboración? El artífice fue Takahiro Habuta, quien era el editor de Oda en 2003 y, a su vez, estaba trabajando con Toriyama con su divertida serie de historias cortas de Nekomajin. Viendo la estupenda relación entre ambos y las posibilidades de combinar sus obras, Habuta les propuso hacer algo juntos a sabiendas que la agenda de Oda estaba completa y sus responsabilidades hasta arriba.
Oda trabajó en los borradores y la historia de lo que pasará a ser Cross Epoch entre los márgenes que le permitía la serialización de One Piece, de modo que las páginas estaban planteadas aproximadamente en otoño de 2005 y buscó plasmar en ellas todo lo que los fans de Dragon Ball y One Piece desearían ver sin las restricciones de los mundos por separado.
Por supuesto, Toriyama no solo le dio su aprobación, sino que ya en 2006, dibujará y entintará la mitad de las mismas. Algo que se nota a golpe de vista al coincidir ambos estilos en todas y cada una de las viñetas. ¿Lo mejor de todo? En lugar de ser un contraste de personajes y maneras de dibujar, ambos genios del manga se completaban de maravilla sobre el papel. Y pese a que se trataba de una colaboración muy especial, en las notas de los autores Toriyama admitió que casi todo lo hizo Oda... La otra realidad es que su toque maestro está presente en cada trocito de papel.
Un mundo nuevo lleno de nakamas, aventuras y Fanservice
Por supuesto, uno de los máximos atractivos de Cross Epoch son sus curiosos emparejamientos entre personajes para crear situaciones completamente nuevas para este mundo hecho a medida para los fans, de modo que:
Krillin y Chopper son maquinistas en un tren que atraviesa un enorme mar con unos raíles similares a los de las montañas rusas, pero también los primeros en descubrir qué había pasado con la coronación del nuevo Rey. |
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Bulma y Nami son unas ladronas y aventureras espaciales, lo cual habría pasado si ambas hubiesen coincidido en cualquiera de los mangas de Oda y Toriyama, pero dejan todo lo que tenían entre manos y regresan al planeta en su divertida nave al detectar la presencia del Dragón. |
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Sanji y el Maestro Roshi son unos sheriff que patrullan el desierto y, pese a recibir el aviso de un atraco, deciden dar un amplio rodeo porque, pese a ser su trabajo, hay unas chicas muy guapas que les están esperando en otro lugar. |
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Mientras tanto, en una enorme nave con forma de barco pirata el Capitán Vegeta ordena a su oficial Robin y a su tripulación (incluyendo a los piratas Trunks y Usopp). Todos tienen unos curiosos cuernos y pese a que inicialmente Vegeta no ve la necesidad de ir, que haya montañas comida le hace cambiar de opinión. |
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El caso de Piccolo y Zoro es realmente particular: están completamente perdidos. El primero se dejó llevar y el segundo no tiene ningún tipo de sentido de la orientación. Sin una solución a la vista, desenvainan sus espadas samuráis y hacen uso de su mal genio. Menos mal que el tren de Krillin y Chopper pasaba por ahí. |
¿Y qué pasa con Goku y Luffy? Técnicamente son los únicos que llegan por separado porque ambos estaban pasándoselo bien y de aventuras. Sin embargo, ante la aparición de unos maleantes que les impedían sumarse al banquete, deciden sumar fuerzas y unificar sus técnicas más celebradas en un improvisado "Gum-Gum Kamehameha Bazooka".
En Cross Epoch hay montones de guiños para quienes saben buscar. Incluso para los fans del Anime. Que Krillin de la bienvenida a Luffy no es casualidad, ya que ambos comparten actriz de voz en la versión original en japonés de la serie y las películas. Y lo mismo pasa con Pilaf y Buggy cuyo nombre de la nave, por cierto, también es uno de esos juegos de palabras con comida que tanto les gustan a ambos autores: Tettiri No. 55. se lee como tetchiri-nabe (てっちり鍋) y es un tipo de pescado.
Por qué Cross Epoch es tan especial
La publicación de Cross Epoch en el Shonen JUMP llegó el 25 de diciembre de 2006 (¡justo en navidad!) y vino acompañada de comentarios de sus autores en los que se notaba el enorme aprecio y respeto que hubo siempre entre ellos. En el caso de Eiichiro Oda, un verdadero sueño cumplido al poder dibujar con alguien que significaba tanto para él.
"Trabajé en [Cross Epoch] lenta y cuidadosamente, así que incluso teniendo en cuenta el hecho de que me acabé causando muchas dificultades innecesarias con mis propios manuscritos, fue un trabajo realmente agradable. Más que nada, me conmovió la belleza de las líneas de Toriyama-sensei. Él realmente es asombroso."
El caso de Toriyama es realmente singular, ya que además de admitir que Oda cargó con la mayoría de la iniciativa, significó regresar a una pasión que en aquella época llevaba bastante tiempo sin publicar: además de episodios sueltos de Neko Majin que iban llegando esporádicamente entre 1999 y 2005, su último trabajo en papel (más allá de ilustraciones y videojuegos) había sido Sand Land en el año 2000. De modo que su regreso a través de aquellas páginas eran algo realmente especial tanto para él como para sus fans.
"Oda-kun, ¡gracias por todo tu arduo trabajo! Este es mi primer cómic en mucho tiempo, así que perdí como medio día en encontrar mis herramientas. Y además no podía ver bien el manuscrito con esos ojos viejos y cansados. ¡¡¡¡Gaan!!!!"
Y pese a que no se dijo el nombre de aquel Rey que hizo a todo el mundo feliz en el mundo de Cross Epoch, los pinceles de Toriyama y el talento de Eiichiro Oda lograban sacar a los fans enormes sonrisas desde la primera página al mostrar lo mejor de ambos sin dar demasiadas explicaciones. O al menos, más de las necesarias.
Cross Epoch no será la última vez que Toriyama y Oda intercambiarán pinceles y personajes. Con el paso de los años y aquellas colaboraciones acabarán convirtiéndose en una amistad en la que ninguno de los dos renunció a la admiración sincera por el trabajo del otro.
Y no solo eso: no mucho después pudimos ver tanto a un Luffy dibujado por Toriyama, como a varias versiones de Son Goku al estilo de One Piece con la firma de Oda.
El caso de fue algo inusual. Siendo justos, dentro del legado de Dragon Ball (y sin tener en cuenta las divertidas aventuras de Son Goku con los personajes de Dr. Slump) se hicieron otros mangas especiales, como una colaboración con Osamu Akimoto para el 40 aniversario de Kochikame (o Kochira Namekku-sei Doragon Kōen-mae Hashutsujo si lo prefieres) en el que vemos aparece la disparatada estación de policías en el planeta Namek.
Y pese a que, como obra, Cross Epoch siempre fue una pequeña historia de apenas 20 páginas, cada una de ellas rebosa el talento de dos de los mayores dibujantes de manga.
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