No hay tradición más inamovible en el mundo de Harry Potter que el hecho de que el profesor de Defensa contra las Artes Oscuras cambia cada año. Los cursos académicos en Hogwarts no serían lo mismo si el anterior docente no es despedido por su neglicencia, renuncia al puesto o sencillamente muere a manos de un alumno.
Una de las mejores incorporaciones fue la del profesor Lupin en Harry Potter y el Prisionero de Azkaban, el cual poseía la particularidad de transformarse en un licántropo. Evidentemente, este pequeño detalle le complicaba la vida en las noches de luna llena convirtiéndose en una suerte de lobo y eso es precisamente lo que le pasó la noche anterior a la primera vez que lo conocemos.
En la novela de J.K. Rowling, Lupin viaja en el expreso hacia la escuela, pero se encuentra exhausto durmiendo en uno de los vagones y con marcas en la cara de arañazos. Posteriormente entendemos que la transformación se produjo recientemente, pero cobra todavía más sentido si revisamos la fecha en la que suben al tren Harry, Hermione y Ron.
En una de las páginas del libro, podemos leer una carta de la muchacha en la que termina diciendo "Si no, nos veremos en el expreso de Hogwarts el 1 de septiembre". Teniendo en cuenta que el argumento nos sitúa en ese día de 1993, basta con acudir a un calendario lunar para descubrir qué tipo de luna hubo aquella noche.
Efectivamente, la fecha no parece que fue elegida de forma aleatoria por Rowling, ya que el 1 de septiembre de 1993 hubo luna llena. De esta forma cobra todo el sentido que Remus Lupin se transformase unas horas antes, así que el sufrimiento corporal por el proceso de verse convertido en hombre lobo lo dejó exhausto.
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