La trilogía de El Señor de los Anillos es una cosa muy loca. No importa cuántos años pasen. Los libros son maravillas absolutas y las películas son un espectáculo audiovisual sobresaliente, especialmente en versión extendida y en el cine... o en su defecto con una buena televisión y un equipo de sonido. Puede gustar más o menos, pero no creo que haya demasiado debate sobre al respecto.
El director Peter Jackson hizo lo que se consideraba imposible: adaptar las obras de JRR Tolkien en tres películas que pudiesen acoger los principales eventos. Porque ni siquiera los 228 minutos de La Comunidad del Anillo, 235 minutos de Las Dos Torres y 263 minutos de El Retorno del Rey pudieron recoger al completo la bastedad del universo de Tolkien.
Más tarde, la trilogía de El Hobbit rellenó huecos previos a El Señor de los Anillos y más recientemente la serie Los Anillos de Poder de Amazon se remontó a un tiempo muy anterior a lo visto en ambas trilogías. Y pretende seguir cubriendo huecos en su Temporada 2. Además, la película El Señor de los Anillos: La Guerra de los Rohirrim tiene su estreno planeado para 2024. Todas las últimas obras estrenadas han tenido el mismo problema: no han sabido estar a la altura de la trilogía original para un buen número de fans... y para algunos actores.
No es para menos. Hablamos de una trilogía que cuenta con 17 premios Oscar, de los cuales 11 de ellos pertenecen a El Retorno del Rey, y una taquilla que supera los tres mil millones de dólares. ¡Y digo más! El videojuego El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey se considera una joya, entrega de culto y nunca nos cansaremos de pedir un remake. Ahora que todos hablamos el mismo idioma, ¡Vamos al lío!
Las lágrimas de Ian McKellen durante el rodaje de El Hobbit
La carrera del actor Ian McKellen es larga. Cuenta con interpretaciones muy conocidas como Sherlock Holmes en Mr. Holmes y Magneto en X-Men de Marvel, pero nada comparado con su papel en El Señor de los Anillos como Gandalf. Se trata del mago más famoso en la historia del ocio junto a Dumbledore de Michael Gambon en Harry Potter. El personaje oculta un trasfondo tan bello que casi es un crimen que muchos de los fans no lo conozcan... aunque eso es tema para otra publicación.
Mithrandir entre los elfos, Tharkún para los enanos; Olórin era en mi juventud en el Oeste que nadie recuerda, Incánus en el Sur, Gandalf en el Norte; al Este nunca voy.
No es un secreto que el rodaje de El Señor de los Anillos en Nueva Zelanda durante 438 días fue una experiencia increíble y única. Muchos de los actores continúan recordándola con cariño. Así que no puede extrañar a nadie que McKellen se tirase de cabeza cuando le propusieron volver a interpretar al mago en El Hobbit. Su director iba a ser Guillermo del Toro, pero abandonó y cayó en manos de Jackson.
La trilogía de El Hobbit cuenta con muchos fans (servidor incluido), pero es justo admitir que cuenta con muchos más detractores y que su éxito no se acerca ni remotamente a lo que fue El Señor de los Anillos. Estudiosos, críticos y fans han estudiado el caso durante años y ofrecido una larga lista de razones. Las dos más relevantes son las siguientes:
- El Señor de los Anillos contó con una cantidad absurda de contenido para adaptar. La división en una trilogía y la duración de cada película responde a una necesidad, no a caprichos comerciales o de Peter Jackson. El Hobbit no necesitaba una extensión tan larga, pero acabó convertida en una trilogía de películas para seguir la sombra de su predecesora. Y no le sentó muy bien.
- La era digital influenció mucho en El Hobbit y marcó un contraste enorme con respecto a El Señor de los Anillos. Lugares naturales y zonas rurales reales, panorámicas de infarto de paisajes reales y los numerosos efectos prácticos fueron sustituidos por CGI y pantallas verdes.
Este último punto molestó especialmente a Ian McKellen (Gandalf). Fue en 2018 cuando el actor contó a TimeOut y Contact Music (vía Filmstarts) su experiencia en el rodaje de El Hobbit: "No estaba contento. Tal vez sea solo mi impresión, pero no recuerdo ninguna pantalla verde en El Señor de los Anillos. Si Gandalf estaba en la cima de una montaña, yo estaba allí, en la montaña".
McKellen admitió durante la entrevista que se echó a llorar en el set de la tristeza y decepción que sintió al ver el contraste entre El Hobbit y El Señor de los Anillos. "Para rodar una escena con los enanos y el gran Gandalf, no podíamos estar en el mismo set. Lo único que tenía eran 13 fotografías de los enanos en stands con lucecitas, y cada vez que uno de ellos hablaba, la luz respectiva parpadeaba".
La conclusión del actor fue lapidaria: "Esa no es la razón por la que me hice actor". A raíz de estas declaraciones, Peter Jackson admitió que McKellen sufrió muchas limitaciones y faltas de interacciones reales a la hora de interpretar a Gandalf. El cierto modo, el mago supo mucho antes que nosotros que esta nueva aventura no iba a estar a la altura. Ver El Hobbit es un poquito más amargo desde que sé esto.
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