A lo largo de los últimos días hemos presenciado cómo dos grandes producciones han sufrido fracasos estrepitosos. Las malas críticas de la prensa y del público han provocado que muchos eviten acudir a los cines para no tener una mala experiencia en el cine, pero existe una película que, a pesar de haber recibido opiniones muy positivas, sigue siendo uno de los mayores desastres económicos de 2024.
Hablamos nada más y nada menos que de Argylle, el spin-off de Kingsman protagonizado por Henry Cavill y Dua Lipa y dirigido por Matthew Vaughn, cuya producción tuvo un costo de más de 280 millones de dólares. Sin embargo, su rendimiento en taquilla no alcanzó los 100 millones, y si a esto le quitamos la parte de los ingresos que se queda en manos de las salas de cine, la recaudación neta rondó los 48 millones de dólares.
En resumen, la película generó pérdidas de aproximadamente 231,9 millones de dólares, una cifra que supera las pérdidas sufridas por otros grandes estrenos como Joker y Megalópolis. Esto la convierte no solo en uno de los peores lanzamientos del año, sino también en uno de los mayores fracasos financieros en la historia del cine.
Lamentablemente, este no es un caso aislado. A lo largo de los años, ha habido otras películas que, a pesar de un buen recibimiento por parte del público y la crítica, no lograron alcanzar el éxito comercial. Un ejemplo reciente es Furiosa, considerada por muchos como una de las mejores entregas de la saga Mad Max, pero cuya recaudación apenas cubrió los costos de producción.
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