En numerosas ocasiones hemos hablado de que el desarrollo de algunos videojuegos ha variado completamente desde la idea original. Hay casos en los que la jugabilidad ha cambiado ligeramente y otros en los que no tiene nada que ver la versión final en comparación con lo que se planteó desde un inicio. El mejor ejemplo lo tenemos con The Legend of Zelda: A Link to the Past.
Recientemente os hemos contado que en un principio se pretendía añadir más dimensiones paralelas y no limitarse a incluir un mundo de la luz y de la oscuridad. Pero esta no era la única gran característica que se pensó en incluir en la que es una de las mejores entregas de la saga, porque se debatió acerca del hecho de que la aventura la protagonizara alguien que no fuese el mismísimo Link.
Se quiso ir tan lejos en este sentido que hasta el propio Shigeru Miyamoto reveló que ni siquiera pensó en que él fuese el héroe de este título de Super Nintendo. Es más, su intención era la de optar por un trío de personajes, con un sistema de combate basado en grupos y muy similar al que se ha visto en la serie Dragon Quest, dado que esta saga fue la que le sirvió de inspiración para llegar a hacer algo así.
De haberse hecho realidad, el plan de Miyamoto consistía en brindar a los jugadores la oportunidad de controlar a una mezcla de elfo y luchador, otro que supiese dominar la magia y también a una niña. Los tres partirían en un viaje inolvidable para salvar Hyrule, aunque con Link completamente al margen de este periplo. Además, a todos ellos se iba a unir una hada, que iba a ser precisamente la de Zelda II: The Adventure of Link.
Si bien los tres primeros iban a ser los que se podían controlar y con los que sería posible librar batallas contra enemigos, el hada habría ejercido un papel de apoyo, dado que su cometido sería el de explorar los alrededores y reconocer el terreno para aportar cualquier tipo de ayuda o consejo. Por lo tanto, queda claro que habríamos recibido un juego que no tendría absolutamente nada que ver con la obra maestra de SNES.
Resulta cuanto menos curioso imaginarse cómo habría sido jugar a un Zelda con estas características y sobre todo si esto podría haber llegado a suponer un antes y un después en la serie. Sin duda, cuesta imaginarse un juego de la franquicia con múltiples protagonistas, así que, por otro lado, tal vez sea lo mejor que nunca se llegase a producir algo así.
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