En la mayoría de las decenas de aventuras que ha protagonizado Mario ha tenido la misión de rescatar a la Princesa Peach, lo que al final se convierte en una tarea tan habitual que se vuelve en una costumbre y como si fuese a lo único que se dedica día sí y día también. Sin embargo, ha habido ocasiones en las que se le ha planteado otro objetivo adicional al carismático fontanero de Nintendo.
Un buen ejemplo lo tenemos con Super Mario Bros. 3, de las mejores obras maestras de la saga y de todo el catálogo de NES. En él nos encontramos con que Bowser había raptado a la Princesa Peach, otra vez, a lo que se sumó que los Koopalings decidieron hacer de las suyas, así que cada uno de ellos robó una de las varitas mágicas de siete reyes de siete zonas, además de convertirlos en animales.
Así pues, Mario debe viajar por estos siete mundos para devolverlos a la normalidad. Cada vez que llega a uno de estos castillos se produce la misma secuencia con un Toad pidiendo ayuda y a su lado el rey en cuestión transformado en un animal. Acto seguido hay que completar una última fase con un enfrentamiento final contra el Koopaling que se encuentra en este mundo. De esta forma, cuando cae derrotado, Mario obtiene la varita mágica que había sido robada y el rey regresa a su estado natural, agradeciéndole profundamente a nuestro protagonista el trabajo que ha realizado.
Si bien este discurso siempre es exactamente el mismo, hay varios métodos para alterarlo para que sus contestaciones resulten más cómicas. Para que se produzca esta situación hay que cumplir con un paso muy simple que consiste únicamente en utilizar uno de los diferentes disfraces de Mario que le permiten transformarse y adoptar otras habilidades adicionales. Esto funciona únicamente con los disfraces de rana, tanooki y hermano martillo, momento en el que los reyes pasan a decir esto:
Traje de rana
¡Oh, Dios mío! ¡Te has transformado!
¿Te devuelvo a tu estado con esta varita?
Traje de tanooki
Gracias, amable mapache.
Dime tu nombre, por favor.
Traje de hermano martillo
¡Oye tú!
¿Qué tal si me prestas tu ropa?
¿No hay suerte?
Qué fastidio.
No cabe duda de que los reyes son muy cegatos al no ser capaces de reconocer a Mario en ninguna de estas ocasiones, ya sea porque en una creen que ha sido transformado o en otra porque consideran directamente que es un animal. Un poco raro esto último si tiene cara humana y bigote, pero bueno, al final el fontanero logra salvarlos y eso es lo más importante de todo.
En VidaExtra | "Nintendo mató a mi hijo". El polémico titular que hace 30 años provocó la creación de los avisos por epilepsia
En VidaExtra | El cuchillo de Mario, la Peach cristiana y un Luigi leyendo sobre Hitler: los productos oficiales de Nintendo más bizarros
Ver 1 comentarios