Void Bastards fue una de las sorpresas que nos dejó el X018 de Microsoft el pasado mes de noviembre. Su estética rematadamente cel-shading junto con esa mezcla de shooter con componentes de estrategia y roguelite captaron nuestra atención; y saber que detrás del proyecto estaba Jonathan Chey, co-fundador de Irrational Games (BioShock, System Shock 2), puso la guinda.
Disponible desde hace pocos días en PC y Xbox One (aquí, hasta en Xbox Game Pass, ojo), he podido darle con calma esta semana y no me ha disgustado su propuesta por mucho que abrume durante las primeras horas de juego y tenga margen de mejora en lo relativo a su interfaz. Pero lo mejor es que lo veamos con calma en su análisis, porque el juego tiene miga.
Ármate de paciencia, porque la necesitarás
La primera sensación que nos invade al adentrarnos en Void Bastards es la de sentirnos perdidos. Tanto de modo literal al estar vagando por el espacio como por no estar ante el típico juego de disparos en primera persona. Blue Manchu, sus creadores, lo describen como un shooter estratégico, vaya.
Es, además, un juego que nos abofetea desde el principio, porque nuestra primera muerte será inevitable. Y todo para comprender que, pase lo que pase, por muchas veces que nuestro personaje fallezca, lo sustituirá otro conservando el mismo objetivo de escapar de la nebulosa de los Sargazos.
Ese espíritu de roguelite se impregna de la aleatoriedad de los encuentros por el espacio, con un sinfín de tipos de naves de gran tamaño con peligros de toda índole en su interior. Y también aleatoriedad de cara a los avatares que nos van tocando, los cuáles pueden tener ventajas o inconvenientes.
Inspirado en BioShock y System Shock 2, como no podía ser de otra forma manera sabiendo quién está detrás (y porque no oculta la influencia), es un shooter donde el saqueo será capital si queremos llegar a buen puerto.
Es, de largo, lo que más abruma de esta ópera prima de Blue Manchu, ya que costará bastante comprender los entresijos de todos los materiales ocultos dentro de cada nave espacial. El menú del taller es mejorable, sobre todo en lo relativo a la gestión de los materiales para producir esas piezas necesarias para mejorar el equipo principal o desbloquear cosas nuevas. Porque habrá mucho que atender y muchos viajes que realizar hasta tenerlo todo a punto.
El día de la marmota, según Void Bastards
Void Bastards es un juego que va de menos a más debido a su naturaleza, porque al comienzo seremos un don nadie, un avatar cualquiera con poca cosa que tendrá que preocuparse demasiado por no morir de inanición o por no calcular bien el límite de oxígeno dentro de una nave foránea.
A base de repetir y repetir, con no pocas muertes al respecto, es cuando empezaremos a pillarle el punto y a ver cómo podemos llegar con garantías a zonas donde están esos materiales necesarios para cumplir la misión principal, la de largarse pitando de ahí sin que los piratas nos persigan.
Bajo una especie de tablero espacial calcularemos cada movimiento como si de un juego de estrategia se tratase: nosotros decidiremos qué camino tomar en base a los materiales que haya en cada nave y también los peligros que tendrá en su interior. Habrá que prestar mucha atención al suministro de combustible para no quedar a la deriva o que se agote nuestra comida.
Son muchos factores a tener en cuenta al principio, pero superado el miedo lo cierto es que llega a enganchar bastante. Lo malo es que peca en exceso de un componente repetitivo (lógico, teniendo en cuenta su naturaleza) ante el que poco cambiará a lo largo de toda la aventura, salvo nuevos peligros.
Lo bueno es que nunca tendremos la sensación de perder al morir, porque todo lo que hayamos desbloqueado lo conservará el siguiente personaje. No así para la munición, en cualquier caso, algo que pude comprobar cuando había conseguido más de 3.000 piezas de munición de una especie de uzi espacial y el siguiente avatar se quedó con tan solo 300 piezas.
Surcando el espacio evitando a los piratas
Me ha encantado esa sensación de inseguridad y temor ante lo que pueda pasar, porque en cualquier momento nos puede salir en el mapa una nave pirata que nos acabará dando caza (o no) según lo que tengamos en el equipo. Si conseguimos torpedos, ningún problema. O telellaves para viajar a más de una casilla de distancia para dejarlos atrás, otra solución idónea.
Si, por contra, nos dan caza, habrá que afinar todos los sentidos y lograr zafarse del amarre de su nave con la de la que hemos visitado para poder escapar por la esclusa de la nuestra, ya que de no hacerlo estaríamos atrapados a su merced. En las primeras horas será muerte casi segura.
Hay muchos más peligros en Void Bastards, por supuesto, porque no es, ni por asomo, un juego fácil. Y también dependerá de la suerte que tengamos con el avatar que se nos cree (puede toser y alertar a los enemigos, sufrir de enanismo, ser daltónico y un largo etcétera) y de todas las naves del espacio. Porque a veces no nos quedará más remedio que entrar en alguna si vemos que estamos en la reserva del combustible o de nuestra propia comida.
Con el tiempo sabremos dónde priorizar al visitar cada nave, porque hay puntos clave, como la parte del timón para que nos muestre los materiales disponibles; al igual que gestionar mejor el taller y la taquilla de piezas para ver dónde podemos conseguir los materiales necesarios para avanzar.
Y esto, como shooter estratégico que es, será esencial, incluso a la hora de escoger qué tres armas (como máximo) queremos equiparnos en cada nave. Porque hay enemigos que tienen vulnerabilidades ante algunas, y también hay que pensar en qué tipo de vigilancia tendrá cada nave. Porque habrá cierto componente moral de por medio en cuanto a permisos especiales...
La opinión de VidaExtra
En definitiva, una propuesta arriesgada y muy original que abruma bastante al principio, pero ante la que podemos quedar completamente enganchados cuando llegamos a comprender su peculiar idiosincrasia. Tampoco es que Void Bastards sea un producto pensado para todo el mundo, pero a poco que nos gusten los trabajos en los que estuvo involucrado el nuevo estudio de Jonathan Chey (BioShock y System Shock 2), habría que darle un tiento.
Void Bastards
Plataformas | PC y Xbox One (versión analizada) |
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Multijugador | No |
Desarrollador | Blue Manchu |
Compañía | Humble Bundle |
Lanzamiento | 29 de mayo de 2019 |
Precio | 29,99 euros (Xbox One; incluido con Xbox Game Pass) | 29,99 euros (Steam) |
Lo mejor
- Esa mezcla entre shooter y estrategia
- No hay dos partidas iguales debido a su naturaleza
- Todo lo que podemos desbloquear y mejorar desde el taller
Lo peor
- La interfaz de su taller y los materiales es un lío
- Abruma bastante al principio y puede ser disuasorio
- Rebuscar entre tantas naves llega a agotar
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