The Lord of the Rings: Return to Moria: un viaje procedural a las entrañas de la Tierra Media

Di amigo y entra. Solo es necesario conocer una palabra en élfico para adentrarte en las Minas de Moria y cuatro jornadas de viaje para atravesarlas de un extremo a otro. The Lord of the Rings: Return to Moria nos propone algo todavía mejor: quedarnos en ellas, sobrevivir a sus peligros, descubrir sus tesoros y, poquito a poco, convertirlas en un paraíso de roca y metal para cualquier enano y fan de Tolkien. Con lo justo en lo que se refiere a fantasía, pero sobrado del espíritu de la Tierra Media.

De partida, porque Return to Moria no es el enésimo juego cuya razón de ser es aprovechar el tirón de la franquicia del Señor de los Anillos, sino una genuina incursión hacia una etapa poco explorada en los videojuegos desde un entorno colmado de posibilidades: tras la derrota definitiva de Sauron, Gimli inició la reconquista del gran Reino y Ciudad de la Mina del Enano. Una premisa, quizás, algo ambigua. Lo bueno es que podremos plantearnos la misión cómo queramos y a nuestro ritmo.

Porque el hecho de que Return to Moria se sitúe en la Cuarta Edad es un pretexto sensacional para que seamos nosotros quienes tomamos la iniciativa y escribamos con cinceles, martillazos y golpes de hacha nuestra propia historia dentro del universo del Señor de los Anillos sin contradecir los libros. Aunque, siendo justos, tampoco necesitarás habértelos leído o ver las películas para disfrutar de lo que te ofrece el juego.

El precio a pagar, si partes de nuevas y sin tener nociones del Legendarium de Tolkien, es que esas anotaciones que tarde o temprano te encontrarás en sus muros, alguna con la firma de Gandalf, no te dirán nada. No verás ese empeño sutil, pero persistente, de Free Range Games por demostrar que el alma de la experiencia pasa por ofrecer al jugador la experiencia definitiva para cualquier enano de la Tierra Media. Un juego en el que la perseverancia, la resistencia y ese afán por crear maravillas con piedras, metales y madera se imponen a todo lo demás.

Y pese a que hay nociones de aventura y acción, al final la razón de ser de Return to Moria es conquistar Khazad-dûm a nuestra manera. A nuestro ritmo. Y, en el proceso, convertirlo en nuestro genuino hogar. Entre otras cosas, porque no habrá dos aventuras iguales.

En Vida Extra

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Una visión oscura de la cuarta edad de la Tierra Media

El Señor de los Anillos ha sido derrotado y, tras la coronación del rey Elessar, ha comenzado la era del Hombre. La Cuarta Edad. Los elfos ya habían comenzado a partir poco a poco hacia las Tierras Imperecederas, los hobbits siguen ajenos a lo que pasa en el resto del mundo (y así son felices) y, sin la mano de un amo, las fuerzas de la oscuridad como los orcos, los trasgos y los siervos de Sauron comienzan a recluirse en aquellos lugares alejados de la luz y de la influencia de los reinos humanos.

¿Y qué pasa con los Enanos? Antes de partir hacia un último viaje, Lord Gimli, el Portador del rizo de Galadriel, tiene una deuda pendiente con los suyos: reconquistar el reino de Moria. Adentrarse en sus muros, limpiarlo de amenazas, volver a iluminar sus impresionantes estancias talladas en roca y convertirlo en el nuevo hogar del pueblo Khazâd.

Porque lo que en otro tiempo fue el más antiguo y famoso de los reinos de los enanos ahora es un nido de oscuridad que cobija entre sus polvorientas paredes varios de los últimos reductos del mal que queda en la Tierra Media. Incontables orcos que reclamaron durante generaciones la herencia de los Enanos y que, lejos de preservar su belleza tallada, han dejado que sus talleres y hornos se oxiden, sus paredes se agrieten, y sus cámaras se llenen de telarañas. Y ahí, justo ahí, es dónde entramos nosotros.

En Return to Moria se nos invita a unirnos a la nueva empresa de los Enanos por reconquistar Khazad-dûm (el nombre enano de Moria). No a base de entrar a lo loco dando hachazos a todo lo que se mueva, sino adentrándonos poquito a poco en ellas, devolviéndolo a su gloria original, recuperando sus tesoros y eliminando las amenazas, residuales y verdaderamente amenazantes, que actualmente habitan en las minas.

Lo cual implica que habrá combates, pero también margen para excavar cantando con amigos y devolver la gloria a las forjas, las estancias y los antiguos salones del reino enano.

Los hachazos y las construcciones, mejor en compañía

Return to Moria es un juego de supervivencia casi, casi de manual. Bajo la premisa de reconstruir el reino enano, deberemos abrirnos paso por sus oscuros pasillos y peligros casi con lo puesto. Lo bueno es que no tardaremos demasiado en tener una antocha que nos ilumine el camino, sin embargo, ni contaremos con un mapa en el bolsillo al emprender la aventura, ni tendría sentido que lo tuviésemos: el reino de Moria del juego se genera de manera procedural.

¿Qué quiere decir esto? A efectos prácticos, que no habrá dos mapas de Moria iguales. La de tu juego y la que estoy construyendo serán diferentes. Pero, y esto es importante, podré ir a visitar la tuya y siempre serás bienvenido a mi mina en constante expansión: ya que desde el principio se habilita que podamos acceder a otros reinos o invitar a los que estamos construyendo. Es más, es un aspecto fundamental de la experiencias.

Free Range Games ha planteado The Lord of the Rings: Return to Moria para que pueda ser jugado por completo por nuestra cuenta y sin depender de nadie, de modo que las incursiones que hagamos a los asentamientos enemigos, nuestra manera de construir o cuando excavemos dependerán únicamente de nosotros y nuestra manera de adaptarnos al entorno.

Y lo mismo se aplica a unos combates en las que nosotros deberemos forjar y mejorar nuestras propias armas. Es indiscutible que eso tiene su propio atractivo, pero no tardaremos en averiguar que, como en el Hobbit, los enanos siempre se lo pasan mejor en compañía de otros enanos.

La verdadera esencia de Return to Moria como juego de supervivencia, construcción y exploración aparece al jugar con un pequeño grupo de enanos. Tanto para luchar como para forjar y dar nueva belleza al reino. Ya bien sea restaurando las instalaciones que tenemos ante nosotros, como creando unas propias aprovechando los materiales a nuestra disposición y extrayendo, con el pico y las herramientas, las que nos faltan desde la pared, el suelo o las ruinas.

Iluminando gradualmente, a nuestro propio ritmo, la solemne Mina del Enano. Cantando con otros jugadores (hay un botón dedicado para ello) mientras extraemos el metal o la roca. Descubriendo sus tesoros y afrontando los peligros. Disfrutando de una merecida sopa o un buen festín antes de acabar una jornada con vistas a continuar lo que sea que estuviéramos haciendo para la siguiente. Convirtiendo, poquito a poco, la propia Moria en nuestro hogar.

¿Cuánto hay de El Señor de los Anillos en Return to Moria?

Hay dos maneras de valorar los hitos de The Lord of the Rings: Return to Moria: como una legítima extensión de la obra de Tolkien en la que nosotros participamos en una especie de epílogo para los reinos enanos, o como un juego de supervivencia que se basa en esta testaruda raza. Y que nos podamos crear un protagonista al gusto, que cada Moria sea diferente y que se nos de libertad creativa y amplio margen de acción habilita que nos lo tomemos como queramos.

En cualquier caso, no esperes encontrarte con una nueva adaptación de las películas o los libros. Hay guiños repartidos, hay mucho del universo Tolkien en los extractos colocados por aquí o por allá. Ya bien sea en forma de notas o en la manera de describir la que es, por méritos propios, una de las localizaciones más emblemáticas de El Señor de los Anillos.

Sin embargo, que Return to Moria se apoye en el material original no implica que se ciña a lo que ya conocemos, sino que busca que construyamos un legado para los enanos a partir de lo que no se ha contado y lo poquito que se nos dejó en los Apéndices de los libros. Y eso, se mire como se mire, es un acierto tanto para el jugador como para el curioso.

Eso no quiere decir que The Lord of the Rings: Return to Moria carezca de sus propios defectos, porque los tiene. La experiencia para un solo jugador puede llegar a ser abrumadora si no vamos con mentalidad de Enano (perseverancia, paciencia y un equilibrio especial entre las cualidades de guerrero y artesano). Y sobra decir que, como cualquier juego basado en la supervivencia y la construcción, deberán pasar muchas horas antes de que lo mejor del juego se manifieste ante nuestras narices.

No es que Free Range Games no ofrezca tutoriales: hay toda una variedad de recursos tanto para aprender cómo hacer las cosas como del propio Lore en sus menús. Sino porque la grandeza y la razón de ser de The Lord of the Rings: Return to Moria aparece en nuestras pantallas cuando empezamos a ver Moria como un hogar propio en lugar de unas minas en las que andamos perdidos y desorientados. En las que cualquier paso mal dado nos devolverá al punto de guardado y, para recuperar lo que llevábamos en la mochila, será necesario regresar allí donde nos eliminaron.

Pero, como dijimos, el triunfo de The Lord of the Rings: Return to Moria es cómo capta la esencia del pueblo de Khazâd y nos vuelve parte de él. De modo que si esperabas el enésimo hack' n slash en el que hacer piruetas con un orejas puntiagudas o un RPG con el que dominar poderosos hechizos, siempre tendrás toda un abanico de opciones inspiradas en la obra de Tolkien. Pero si alguna vez quisiste sentirte como uno de sus enanos, y emprender esa clase de aventura que les volvería locos, ya te adelanto que nadie lo ha hecho mejor que Free Range Games. Y dudo que alguien sepa elevar su apuesta.

La opinión de VidaExtra

The Lord of the Rings: Return to Moria quizás carezca de la originalidad de otros juegos de supervivencia y construcción, pero sabe llevar esas sensaciones que hemos visto en otras obras hacia el universo de la Tierra Media. Más concretamente, a las minas de Moria. Un viaje que se disfruta muchísimo más en compañía y que exige dedicación y perseverancia. Pero una vez hayamos comenzado a iluminar sus muros de piedra, sabe dejarnos atrapados. En el buen sentido.

En el proceso, nos plantea darle un epílogo muy especial a los enanos del Señor de los Anillos al reconquistar las oscuras minas y convertirlas en el mayor de los reinos de los Enanos. O, al menos, en lo que nos gustaría que fuese. Colaborando con otros jugadores en el nuestro o tomando parte en los de otros enanos. Aprendiendo de ellos. Cantando con ellos al extraer metal. Luchando codo a codo con ellos. Dándonos un merecido festín.

Y pese a que The Lord of the Rings: Return to Moria no esa clase de juego destinado a todos y cada uno de los fans de El Señor de los Anillos, sabe ahondar en las raíces de la obra literaria y el Legendarium. Extraer su esencia y plasmarla en una experiencia de supervivencia y creación que nos lleva a las legítimas entrañas de la Tierra Media. Convirtiendo un viaje inesperado en el mejor videojuego jamás dedicado al pueblo de Khazâd imaginado por J.R.R. Tolkien. Y a sus fans, por supuesto.

Precio de The Lord of the Rings: Return to Moria

The Lord of the Rings: Return to Moria se puede adquirir por 39,99 euros en exclusiva para PC desde la Epic Games Store, o para PS5 desde PlayStation para también por 39,99 euros. No hay versiones del juego en formato físico ni tampoco ediciones especiales que incluyan expansiones o contenidos exclusivos. De hecho tampoco hay DLCs.

Duración de The Lord of the Rings: Return to Moria

Reconquistar el reino de los enanos en The Lord of the Rings: Return to Moria requiere aproximadamente unas 40 horas de juego. Quizás más, aunque te recomiendo mucho que lo hagas en compañía para no duplicar esa cifra.

Tienes que tener en cuenta que siempre puedes colarte en otros reinos de otros jugadores y que el reino de Moria se genera de manera procedural, con lo que su duración es prácticamente ilimitada. Aunque, siendo justos, una vez arranques quizás necesites la testarudez de un enano para comenzar de nuevo y desde cero.