Te resuelvo la primera duda rápido: llegados a cierto punto, en The Last of Us Parte I puedes sentir el tacto de una jirafa en tus manos, a través del DualSense, y eso es una maldita pasada. Quien ya lo ha jugado es plenamente consciente de que se trata de un momento mágico dentro del juego; y la manera en la que se nos invita a vivirlo en PS5 gana emoción, significado, fuerza y matices. Esos elementos son, de manera muy, muy simplificada, lo que aporta el remake al juego original. Quien lo juegue por primera vez simplemente va a alucinar. Y no por el gesto, que es lo de menos, sino porque The Last of Us era y sigue siendo una de las grandes obras maestras de PlayStation. Pero es que, además, también es un videojuego de absoluto paso obligado.
Hablando con propiedad, The Last of Us, el juego de PS3, y su posterior remaster para PS4 continúan aguantando el tipo con muchísima dignidad. No solo a nivel de trama, jugabilidad y narrativa, sino en lo que se refiere a su presentación, la cual le sigue pasando la mano por la cara a varios futuros lanzamientos. La otra realidad es que su llegada a PS5 es mucho más que un simple paso por el taller de chapa y pintura del estudio californiano: el uso y aprovechamiento del DualSense es solo la punta del enorme iceberg de mejoras que Naughty Dog ha implementado durante más de dos años en el que posiblemente sea su mejor videojuego jamás hecho. Y teniendo en cuenta sus hitos con la saga Uncharted, hablamos de palabras mayores.
A diferencia de otros remakes como el de Final Fantasy VII o el de Resident Evil 2, lo que nos encontramos al jugar The Last of Us Parte I para PS5 es en esencia lo mismo que en PS3. El salto de calidad no es tan drástico y acusado como el de Crash N.Sane Trilogy, lógicamente, pero se nota, se siente y se palpa. Se percibe de manera integral más allá de los nuevos modelos y las sensaciones a los botones y los gatillos. Naughty Dog ha enriquecido de manera drástica el juego empezando por los entornos y coronándose en última instancia en lo que se refiere a sus contenidos más emocionales. Algo que puedes ver en nuestro gameplay en modo rendimiento.
Con las primeras cartas sobre la mesa toca resolver la otra gran duda. La grande: ¿Estamos ante un remaster necesario de cara al catálogo de PlayStation? Más bien, The Last of Us parte I es un imprescindible atemporal, restaurado en 2022 y que sirve para evangelizar la tecnología de PlayStation 5. Para exhibir todo lo que distingue la nueva generación de consolas de Sony frente a las anteriores. No solo a nivel visual, que también, sino en lo que respecta a su manera de ofrecer emociones e inmersión en la partida y llevarlas más allá de la pantalla. Y, en el proceso, como ya veremos, The Last of Us Parte I cumple un hito todavía mayor al sentar nueva cátedra en lo que se refiere a la accesibilidad en los videojuegos.
A partir de aquí, una consideración: pese a brutales los hitos alcanzados a través de la tecnología de nueva generación, que son una barbaridad, lo que consagra el remake del videojuego al que jugamos 2013 como uno de los mejores juegos de PlayStation Studios, si no el mejor, es el viaje físico y emocional de Joel y Ellie. Las novedades son increíbles, pero su naturaleza y su atemporal esencia jugable, en la cual se explora con maestría la supervivencia, el sigilo, la narrativa y los conflictos emocionales de sus protagonistas, es todavía mayor. Naughty Dog se ha servido de la tecnología de PS5 para potenciar notablemente todos y cada uno de esos aspectos y, en el proceso, que su excelencia cale en toda una nueva generación de jugadores. Un doble desafío que este remake cumple con creces.
Llegados a este punto, a la hora de hablar de The Last of Us Parte I, el remake de PS5 y PC, tocará sacar dos varas de medir muy específicas: la primera hace referencia a su experiencia de juego, lo que ésta aporta y lo mucho que como videojuego transmite a quien la aborde en pleno 2022. Diez años después de que, a su modo, sirviese como nuevo molde y referente a los estándares y lo que se espera de PlayStation Studios. La segunda es bastante más subjetiva pero igual de importante dada su naturaleza de remake: qué es capaz de ofrecer The Last of Us Parte I a quien se ya puso en el pellejo de dos pobres almas perdidas viajando con un rumbo no muy definido en mitad de un apocalipsis.
Y, si bien, en nuestro análisis empezaremos hablando de lo que nos encontraremos al empezar a jugar a The Last of Us Parte I en PS5, ya te adelantamos que no tendrás que bajar mucho más para empezar a toparte con las novedades más a la vista: todas y cada una de las capturas que ilustran nuestro texto han sido directamente extraídas desde el juego. Y pese a que, vistas por encima, no parecen presentar grandes cambios, basta con perderse en los detalles para apreciar que estamos ante un genuino videojuego para la nueva generación.
The Last of Us, el Apocalipsis según Naughty Dog
Es el verano del año 2033. El mundo tal y como lo conocíamos se ha ido al carajo. La extensión del hongo parásito cordyceps ha puesto en jaque a la humanidad, tomando el control de la voluntad de sus anfitriones y convirtiéndolos en bestias asesinas y sin conciencia. 20 años después de que estallasen las primeras crisis en Estados Unidos y se desatara el caos y la muerte por todo el planeta no hay cura. Y lo que es peor: para los supervivientes que han malvivido todos estos años, tampoco hay un futuro.
El sistema de contagio es sencillo: respirar esporas emitidas por los cordyceps o entrar en contacto con los fluidos de una persona infectada. Un simple mordisco es suficiente. De hecho, los infectados tienen una especial predisposición a morder y devorar a cualquiera lo suficientemente desquiciado como para acercarse a ellos. Tanto a los que todavía tienen rasgos humanos como a quienes han mutado y se han convertido en abominaciones conocidas como los chasqueadores.
Lejos de unir a los supervivientes, esta amenaza ha fragmentado y retorcido las esferas de poder. Los gobiernos intentan mantener bajo control a través de zonas de cuarentena unas calles devoradas por la miseria y la necesidad, mientras que delincuentes y facciones armadas y los saqueadores y contrabandistas controlan los bajos fondos viviendo prácticamente al día. Joel, nuestro protagonista, es uno de estos últimos ejemplos. Sin embargo, su más reciente encargo es bastante más diferente. Mucho más delicado.
Tras llegar a un acuerdo forzado con los Luciérnagas, un grupo revolucionario de milicias al margen de los gobiernos, Joel comenzará a escoltar a Ellie, una joven de apenas 14 años, desde Boston hasta un laboratorio de investigación en el oeste de Estados Unidos. Una adolescente muy especial: de algún modo, su cuerpo parece ser inmune al parásito cordyceps. El destino del planeta y la propia humanidad podría estar en nuestras manos, pero en el viaje hay mas peligros e incertidumbre que esperanzas.
A nivel jugable, The Last of Us Parte I es un título de supervivencia, acción y sigilo en detalladísimos entornos apocalípticos. Naughty Dog nos describe a través de su obra una sociedad marchita a todos los niveles que, poco a poco, está siendo devorada por la propia naturaleza. Una naturaleza que se abre paso entre las grietas de ciudades y estructuras y que, a través de una pandemia mundial, exhibe lo peor y lo más oscuro del alma humana, dejando siempre suficiente margen para que brote alguna que otra chispa para la esperanza.
Los dos pilares de la obra de Naughty Dog reposan en su intachable estilo narrativo, magistralmente integrado entre secuencias de acción, persecuciones y emotivos diálogos, con un esquema de juego en el que se prima la exploración por encima de todo, apostando por la tensión y el misterio en sus momentos adecuados, pero siempre con amplio margen para poder afrontar los desafíos de la manera en la que estimemos más conveniente.
De hecho, en The Last of Us tenemos la posibilidad de optar por la acción directa con una violencia muy visceral, siempre a sabiendas de que la munición es un bien escaso, o por el sigilo en su estado más puro: el detalladísimo diseño de los niveles invita de manera sencilla a que el jugador tenga a la vista lugares en los que ocultarse, hacer emboscadas con asesinatos silenciosos o simplemente hacer una retirada discreta sin desenfundar un arma.
En lo que se refiere al sistema de armas, contamos con un método de apuntado en el que se nos abre la puerta a las ayudas a la hora de no perder demasiada balas en este remake, pero dónde la emoción y la escasez de munición contribuyen al tono y la ambientación del juego, promoviendo en ambos casos y de manera activa que seamos cada vez mejores. Apuntar no es sencillo, pero podemos mejorar nuestras armas nuestras características y, con la experiencia, nuestra puntería.
A modo de referencia, aquí puedes ver una breve secuencia en la que ponemos en práctica las mecánicas de exploración, infiltración y tiroteos.
A partir de aquí un apunte: según Naughty Dog, uno de los grandes cambios de The Last of Us Parte I para PS5 (y PC) es la mejora del sistema de inteligencia artificial de los enemigos y acompañantes. Un cambio se nota, aunque -siendo justos- no llega a sorprender si venimos de The Last of Us Parte II. En parte, por que es el mismo sistema. Por nuestra parte, además, y si jugamos en dificultad Normal tendremos acceso a una especie de sonar en el que simplemente pulsando un botón localizaremos la silueta de las amenazas.
Con todo, y como comentamos, la exploración y la supervivencia tienen exactamente el mismo peso en The Last of US que la narrativa y la acción. A veces esta se manifiesta en enormes zonas en las que perderse siempre tiene una recompensa en cuestión de coleccionables, documentos que nos dan contexto o artículos de mejora. En otros casos, el escenario es un puzle en si mismo que deberemos resolver a base de ingenio, activando secuencias de botones y, sobre todo, colaborando con nuestros acompañantes.
Fortaleciendo el vínculo emocional y afectivo hasta que éste traspasa la pantalla. Y, con el toque maestro de Naughty Dog, hasta que lo sentimos como propio.
The Last of Us Parte I es un viaje emocional que se experimenta a través de los videojuegos. Como experiencia que se vive a los mandos sobresale en todo lo que se refiere a su diseño, desde su presentación hasta el diseño de niveles, pasando por el rico y compleja trasfondo. Y, a la vez, logra calar de manera muy genuina y desde sus compases iniciales en el jugador, adelantándole que a lo largo de sus 12 horas de duración habrá momentos con un fuerte impacto emotivo y que será testigo de decisiones difíciles e incómodas. Un viaje que, incluso en sus tramos más amargos, atrapa y logra calar.
Desafiando en su justa medida, recompensando con una de esas experiencias que atesorarás para siempre.
Nueve años después, Joel y Ellie vuelven a emprender el mismo viaje que hicieron en PS3. Todos los aciertos de entonces dicen presente a viva voz. Todo lo que PlayStation 5 puede ofrecer a los jugadores como consola, también.
The Last of Us Parte I: ¿Qué ha cambiado en estos diez años?
El remake de The Last of Us es exactamente el mismo juego que vimos hace dos generaciones. La manera de experimentarlo es muchísimo mejor. Naughty Dog no solo ha reconstruido y actualizado su propia obra maestra, sino que se ha empeñado que sus máximos aciertos traspasen todavía más las pantallas. Un objetivo superado con creces en PS5 a través de hitos concretos muy bien planteados y siempre a la vista del jugador.
Si bien, The Last of Us ya lucía de escándalo en las PlayStation de generaciones anteriores, el grado de detalle de este remake es atronador: Naughty Dog no solo ha puesto modelos de personajes de nueva generación, sino que ha regrabado las animaciones faciales, aportando un grado mucho mayor de humanidad a los personajes. Logrando que empaticemos con Joel, Ellie y el resto del elenco niveles completamente nuevos, tanto en las tomas cinemáticas como en mitad de las partidas.
¿Qué clase de mejora podemos esperar? Aquí puedes ver dos capturas extraídas de The Last of Us Parte I para PS5 y The Last of Us Remastered para PS4. No solo es el nivel de detalle, los cambios en el fondo o la iluminación: la expresión en la cara de los personajes realmente impresiona.
Llegados a este punto toca hablar de aspectos un poquito más técnicos: The Last of Us Parte I para PS5 ofrece tasa de fotogramas desbloqueadas en consola, pero con letra pequeña: solo para aquellos que dispongan de televisores compatibles con tasa de refresco variable. En caso contrario, las opciones, además del HDR, se quedan en dos:
- Un modo Fidelidad que alcanza las 4K con una tasa preferentemente de 30 fotogramas.
- Un modo Rendimiento con 4K dinámicas y una tasa preferentemente de 60 fotogramas.
Existen muchísimas más opciones visuales, incluyendo un sistema de ajuste del granulado, y lo cierto es que el remake está colmado de montones de efectos adicionales completamente nuevos que pasan por un renovado sistema de iluminación o una mayor densidad y realismo en elementos como las explosiones o el humo. Además, claro, de los efectos ambientales que se aprecian al pasearnos por las secciones más infestadas.
En lo que se refiere a los modelados y los escenarios, lo logrado por este remake es verdaderamente alucinante. Por un lado, cada uno de los personajes ha sido recreado hasta el más mínimo detalle alcanzando las exigencias de lo que podemos esperar de un sistema de novena generación. Pero es que en lo que se refiere a los entornos, la cosa va más allá.
Naughty Dog ha rehecho The Last of Us de modo que las explosiones, el deterioro del entorno e incluso los paisajes se sientan reales. Veremos cómo al pasear por la naturaleza los bosques se sienten con vida propia, y los tiroteos y las secuencias de acción ganan más emoción añadiendo muchos más elementos interactivos y reactivos a lo que nos rodea.
A lo que hay que sumar, además, un nuevo sistema de registro de animaciones en los que se logra que nuestros personajes avancen o se acomoden a los entornos con el mismo dinamismo que en The Last of Us 2. Y lo mismo se aplica a nuestros acompañantes y enemigos.
Todo lo anterior gana nuevos matices con el sistema de sonido espacial Tempest 3D, lo cual hace que realmente nos sintamos inmersos en la partida. Y no solo eso: seamos plenamente conscientes de la localización de nuestros aliados y enemigos prestando atención a sus pisadas. Algo muy a tener en cuenta si jugamos en niveles de dificultad más elevados o el nuevo estilo de juego con muerte permanente.
Por último, pero igual de importante es el uso del DualSense en la ecuación. Como comentamos, Naughty Dog ha convertido The Last of Us parte I en un auténtico evangelizador de la tecnología de PS5, y el nuevo mando con tecnología háptica le da nuevos matices a la partida en el sentido más literal de la expresión: notaremos el tacto de la lluvia, las pisadas, la reacción y resistencia de las armas y las emociones que atraviesan nuestros protagonistas, incluyendo la sensación de angustia, en las yemas de nuestros propios dedos.
Con todo, si vemos que es demasiado para nosotros siempre podemos hacer unos cuantos ajustes y tener la experiencia que más nos guste.
Porque, si bien, como hemos podido ver el gran salto de calidad del remaster se manifiesta desde la pantalla y más allá, su otro gran hito es la manera en la que se derriban de manera definitiva cualquier muro para acceder al juego a través de unas opciones de accesibilidad que son para quitarse el sombrero.
PlayStation Studios sienta nueva cátedra a la hora de hacer los videojuegos accesibles
Si buscas desafíos, The Last of Us tiene montones por delante. Algunos te hacen sentir bien al salir airoso y otros suponen tragos amargos. Si necesitas facilidades, su remake te las da todas: Naughty Dog se ha tomado muy en serio las opciones de accesibilidad del juego de PS4 y, en el proceso, ha colmado los menús de opciones para que nada pueda impedir que vivamos el viaje de Joel y Ellie. tanto a nivel de controles como en lo que se refiere a lo que se ve en pantalla o lo que se escucha.
En todo momento, al poner la pausa o al comenzar la partida, veremos un menú específicamente dedicado a la accesibilidad que tiene en cuenta la mayor cantidad de dificultades jamás vista en un videojuego. Si necesitamos un extra de recursos o ayudas visuales, los tenemos a un solo botón. Si nos mareamos al mover la cámara o no podemos manejar bien el mando, también.
Y si deseamos esquivar parte del contenido explícito basta con un par de ajustes. Los de California han pensado en absolutamente todo. De hecho, y pese a que hay grados de dificultad que apenas nos pondrán en apuros, incluso se ofrece una opción de invisibilidad en la que al pulsar un simple botón nuestros enemigos no nos verán mientras no apuntemos, al precio de limitar nuestra movilidad. Un trato justo para los que no son muy diestros con los mandos.
Y no solo eso, si nos cuesta entender lo que está pasando en pantalla o noss quedamos atascados en un puzle tendremos desde guías y un sistema de pistas sonoras, así como sistemas de ayuda al apuntado, referencias visuales e incluso un sistema de narración que, como podrás ver, funciona de escándalo en español.
¿La parte no tan buena? The Last of Us Parte I es un remake con toneladas de mejoras, pero con muy pocas "novedades". No es que le falten alicientes para ser rejugado, todo lo contrario, pero si esperabas un prólogo adicional, un nuevo epílogo o un contenido adicional además de The Last of Us: Left Behind, me temo que no hay nada de eso.
A modo de referencia, y como contenidos extra del remake, podemos encontrar desde el menú de entrada:
- El referido DLC de The Last of Us: Left Behind, una historia protagonizada por Ellie que se completa en unas pocas horas.
- Un visor de modelos y un sistema para hacer composiciones con éstos, los cuales se desbloquean a base de jugar o completando el juego.
- Un montón de contenido entre bastidores, que se adquieren a base de jugar y en el que podemos encontrar ilustraciones creadas para el remake de 2022.
- la opción de alternar el vestuario de nuestros protagonistas, aunque deberemos terminar primero el modo historia para acceder a esta función.
- Un nuevo modo para Speedruns en el que se nos cronometra nuestra partida y que, además, se desbloquea solo cuando completamos el juego.
- Un modo Permadeath que podemos ajustar para que sea durante toda la partida, por episodios o por puntos de guardado.
- Los siempre socorridos comentarios del director
- Y, no menos importante, el modo Nueva Partida+. Sin embargo, PlayStation no da ni la opción de actualizar nuestra copia a las versiones de nueva generación ni la posibilidad de importar nuestra partida de PS4. Una lástima.
Por el camino se pierde el modo multijugador Facciones, el cual seguirá funcionando en PS4 y PS3. Una lástima, desde luego, ya que en lugar de sumar novedades se le resta contenido a los originales pese al brutal despliegue de Naughty Dog a la hora de poner a punto el juego. Y, sin embargo, The Last of Us Parte I tiene lo necesario para cumplir sus dos grandes objetivos: revalidar la grandeza del original a través de PS5 y, en un mismo movimiento, derribar cualquier impedimento para jugarlo a través de sus alucinantes opciones de personalización y accesibilidad.
La opinión de VidaExtra
The Last of Us es una obra maestra. Lo era en PS3, lo siguió siendo en PS4 y lo es todavía más en una PS5 que sabe llevar su excelencia a otro nivel.
El carácter de vendeconsolas del remake se ha quedado diluido en el camino, dado que las versiones anteriores no solo aguantan muy bien el tipo y se pueden jugar a través de la retrocompatibilidad, pero su excelencia no se resigna a permanecer intacta y va mucho más allá de lo que se podía esperar originalmente. Acomodándose como un guante a lo que se le exige a los juegos de nueva generación.
Si ya jugaste a The Last of Us Parte I es posible que los giros emocionales que ofrece su historia ya te pillen de vuelta, pero su manera de traspasar sus aciertos más allá de la pantalla juegan muy a favor de esta iniciativa.
Porque el caso de The Last of Us Parte I es curioso: su gran flaqueza como remake es que no eclipsa lo suficiente al remaster de PS4, pero su máxima baza, su mayor victoria, es cómo y de qué modo pone la tecnología de PS5 a su servicio y, desde ella, justifica holgadamente que el viaje de Joel y Ellie merecía recibir este espectacular tratamiento.
Sobra decir que echamos en falta nuevo contenido. No una nueva escena, sino algo que redondee definitivamente el precio de su etiqueta. Porque el trabajo que hay detrás de este remaster no solo se ve y es omnipresente, sino que se palpa en las manos. Y, bueno, en lo que respecta a su modo multijugador, podían haberlo dejado.
Pero a diferencia de otros juegos más centrados en la experiencia online compartida, la auténtica grandeza del juego de Naughty Dog está en otro lado. En esa conmovedora sensación que únicamente se experimenta al acabar el viaje de Joel y Ellie.
The Last Of Us Parte I PS5
Imprescindible
The Last of Us Parte I
Plataformas | PS5. Próximamente en PC |
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Multijugador | No |
Desarrollador | Naughty Dog |
Compañía | Sony Interactive Entertainment |
Lanzamiento | 2 de septiembre de 2022 |
Lo mejor
- La imprescindible obra maestra de Naughty Dog completamente adaptada a la tecnología de PS5
- La expresividad y detalle de los nuevos modelos, los ajustes en la jugabilidad y la nueva ambientación son absolutamente alucinantes
- Un despliegue hacia la accesibilidad que debe sentar nueva cátedra en los videojuegos
Lo peor
- No esperes encontrar nuevas historias o contenido inédito relacionado con el viaje de Joel y Ellie: es exactamente el mismo juego reconstruido
- No es posible importar partida ni actualizar la copia. Además, por el camino se pierde el modo multijugador Facciones
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