Análisis de Super Mario Bros. Wonder, lo mejor de lo que ya te gusta más la emoción de lo inesperado

Clásico. Moderno. Sorprendente y revolucionario. Super Mario Bros. Wonder es todo eso a la vez y más. Imagina la sensación que tuviste al jugar por primera vez a cualquier juego de Super Mario Bros. A tu juego favorito de plataformas. Recuerda la primera vez que apareció ante ti un nuevo Power-Up o desconocías qué iba a hacer ese enemigo tan raro que tenías delante y, en ambos casos, te acercabas con curiosidad. No solo para ver lo que pasaba, sino por descubrir qué podías hacer. La nueva aventura de Super Mario y sus amigos convierte ese sentimiento en una divertidísima aventura y la riega de momentos especiales. O, mejor dicho, de momentos maravillosos.

Super Mario Bros. Wonder es el culmen de todas las lecciones aprendidas entre la NES y Switch. El legítimo heredero de obras maestras de la Nintendo de toda la vida, incluyendo Super Mario Bros. 3 y Super Mario World. Dando amplio margen a todo lo que ya te gusta. Revalidándolo sin sacarte jamás de esa zona de confort que son los juegos con el sello de calidad la Gran N. Y, a partir de ahí, busca sorprenderte. Y lo logra. ¡Vaya si lo logra!

Es más, a base de cultivar y dar cancha a la sensación de maravilla, revalida el estatus de Mario como único y verdadero Rey de los juegos de plataformas. Siendo, dentro de la serie, un gratificante soplo de aire fresco en el que todo lo diferente y lo inesperado acaba derivando en una grata sorpresa. Especialmente, al jugar en compañía.

La magia nintendera es omnipresente en cada uno de los coloridos mundos y niveles de Super Mario Bros. Wonder. Es más, la nueva aventura de Mario, Luigi, Peach y el resto de personajes del Reino Champiñón ofrece de manera magistral nuevas facilidades para que disfrutes de escenarios creados expresamente para sorprender a tu ritmo, y sin depender del tiempo, pero también insufla en el jugador una genuina curiosidad por ver qué pasa al ir en la dirección contraria. Al rebotar entre paredes que parecen conducir a algún sitio. Precisamente, ese modo de incentivar que queramos llegar a esa zona algo distinta, o cuyo acceso es un poco más complicado de lo normal, hace que perderse en este juego sea siempre algo extraordinario.

A veces, por la simple satisfacción de exprimir al máximo cada pedacito del nuevo reino creado para la ocasión. Descubrir cada secreto, cada coleccionable y cada recompensa apartada de la vista. Algunas específicamente colocadas para todos esos curiosos que desean hacer experimentos y encuentran un bien merecido premio. En Super Mario Bros. Wonder, hay mucho de eso. Y es normal dar por hecho que en todos los niveles se ha colocado algo especial esperando a ser descubierto. Un Easter Egg o una sorpresa. A veces, algo que no existe en los otros juegos de Mario, o quizás sí, pero hasta ahora no había asomado en esta aventura. Y Nintendo sabe muy bien cómo alentar que lo queramos descubrir. No defrauda y en eso siempre ha sido insuperable. Pero es que en este Mario hay algo que va más allá.

Tengo la profunda convicción de que Super Mario Bros. Wonder va a ser tu juego de Super Mario favorito. Y no te lo digo a la ligera. La Gran N triunfa y sabe llevarnos más allá de sus nuevos clásicos como New Super Mario Bros. U Deluxe, juegos absolutamente perfectos en su género, pero apegados a las raíces y los hitos originales. Porque descubrir cómo y hasta qué punto Super Mario Bros. Wonder logra llevar esa misma fórmula mucho más allá es algo tan especial que te lo reservo únicamente a ti. Ahora bien, a cambio, te voy a explicar por qué ya se ha convertido en la aventura en scroll lateral definitiva de la superestrella de Nintendo. Como mínimo, en la mejor en lo que llevamos de siglo.

El regreso triunfal del Rey de las plataformas

La magia de Super Mario Bros. Wonder se manifiesta desde su propia presentación y siempre está a la vista. De hecho, su planteamiento argumental, que lo tiene, ya es una exquisita y brillante declaración de intenciones: Nintendo nos invita a viajar a un reino completamente nuevo junto a héroes muy queridos. El plan, a grandes rasgos, es brincar, correr y sortear peligros hasta tocar el banderín que hay al final de cada fase, pero lo verdaderamente especial, lo que hará que disfrutemos de la aventura, ya no es únicamente el reto de la travesía, sino la emoción de descubrir lo inesperado.

Todo empieza un día como cualquier otro. Las princesas Peach y Daisy viajan hasta el Reino Flor acompañadas de Mario, Luigi, los Toads, Yoshi y el resto de sus amigos. Hasta el pillín de Caco Gazapo anda por ahí. Podía haber sido una visita tranquila y agradable, pero la entrada en escena del malvado Bowser acaba poniendo los planes del anfitrión, el Príncipe Florian, patas arriba: cuando el rey de los Koopas se apodera de una Flor Maravilla provoca un efecto completamente insólito: se fusiona con el castillo del Príncipe. Lo cual da pie a dos preguntas: ¿qué es una Flor maravilla y cómo se supone que Mario y compañía van a vencer una colosal fortaleza flotante?

Las Flores Maravilla activan las grandes sorpresas de la experiencia, y parte de su encanto no solo es averiguar dónde se encuentran a lo largo y ancho de Super Mario Bros. Wonder, sino descubrir hasta dónde llegan sus poderes. Encontrarlas es parte del misterio, aunque se dan muchas pistas en cada nivel para que no nos despistemos demasiado. Ahora bien, lo que hace especial esta aventura no es descubrir el escondite de estas Flores, sino averiguar qué efecto maravilloso se activa al tocarlas.

Algunas Flores Maravilla alteran completamente el mundo que nos rodea, otras transforman a los personajes que controlamos y las hay rompen totalmente con las reglas tradicionales del juego y nos ofrecen momentos de pura magia.

Podría parecer que una vez descubierto el efecto de cada Flor Maravilla oculta en cada nivel no hay mucho más que hacer. Y lo cierto es que ni siquiera encontrarlas es un requisito para seguir avanzando en el juego, pero la manera en la que Nintendo ha escondido y planteado cada uno de estos acontecimientos o giros inesperados le da una nueva capa de jugabilidad enorme todos los escenarios. Especialmente, al ver las nuevas reacciones de Mario y sus amigos.

La estética de Super Mario Bros. Wonder es una magnífica evolución y puesta al día de aquella que hemos visto en desde la serie New Super Mario Bros. Cada uno de los protagonistas desborda más carácter propio, animaciones y expresividad, sin llegar a ser caricaturescos. Al menos, dentro de los estándares de los juegos de Mario. De modo que resultan más divertidos de controlar y, a la vez, sus reacciones al moverse, saltar o activar las Flores Maravilla son de total complicidad con el jugador. Sobre todo, al darle uso a los nuevos Power Ups del juego.

No es que se haya rediseñado al Mario o la Peach que todos conocemos, ni tampoco se alejan demasiado de la estética de los anteriores juegos de la superestrella de Nintendo. Lo que vemos en pantalla son personajes que reaccionan de manera más dinámica y divertida. Cuando Yoshi se traga a un enemigo lo vemos con una expresión original, y el propio Mario corre con la misma gracia de un personaje de dibujos animados. Más concretamente, como Arale de Dr. Slump.

Y lo mismo se aplica a Luigi, las princesas, los Toads y hasta los enemigos nuevos y los conocidos que siempre aportan algo diferente a cada partida. ¡Ahora vemos cómo los Goombas muerden a Mario! Pero lo que se lleva la palma a la hora de redescubrir lo que ya nos gustaba más allá de los Efectos Maravilla son todos esos nuevos enemigos con movimientos impredecibles, acciones que nos obligan a reaccionar de nuevas maneras y, en según que casos, colocados para que hagamos reaccionar al propio escenario. Sobre todo, en un nuevo reino colmado de novedades y buenas ideas.

El Reino Flor, un nuevo mundo por descubrir repleto de sorpresas

Super Mario Bros. Wonder deja atrás ese Reino Champiñón que, en mayor o menor medida, todos tenemos interiorizado y nos lleva al Reino Flor un nuevo escenario rebosante de variedad y elementos por descubrir. De hecho, se trata de una decisión brillante por parte de Nintendo: la presencia de Bowser justifica que, de vez en cuando, nos topemos con los goombas, los koopas y las plantas piraña habituales, pero jamás se habían introducido tantos y tan variados nuevos enemigos. Y, ya puestos, se han recuperado algunos que llevábamos décadas sin ver.

El Reino Flor se compone principalmente de Siete Mundos. Seis de ellos tienen un esquema muy parecido al de Super Mario World, de modo que es necesario superar una cantidad previa de niveles antes de llegar al Castillo en el que nos espera el desafío final. Algunas zonas están bloqueadas, de modo que para poder acceder hayamos recolectado una cantidad específica de Semillas Maravilla (obtenidas al final de cada nivel o al completar el Efecto Maravilla de las Flores) como requisito previo, y otras nos plantean abrirnos paso de maneras más originales.

De hecho, pese a que alguna que otra Flor Maravilla está mejor escondida que el resto, hay montones de Flores Parlanchinas que nos guían, señalan elementos interesantes del paisaje e incluso aportan pequeñas dosis de humor. Y sí, en Super Mario Bros. Wonder no solo leemos lo que dicen, sino que también las escuchamos hablar en español. Un pequeño gran detalle perfecto para que los más pequeños de la casa disfruten tanto como los que no son tan pequeños.

Las dos grandes diferencias a la hora de desenvolvernos en el Mapa de mundo del Reino Flor pasan por que ahora se muestra la dificultad de cada nivel antes de entrar en ellos y que, y esto es esencial, no es necesario pasar previamente por todos: algunas zonas dentro de cada mundo son abiertas y podemos pasear libremente entre niveles, y otras tienen caminos independientes de cara a llegar al Castillo final de cada Mundo. Es más, no fue hasta después de acabar el juego que completé casi la mitad de las fases pendientes de uno de los Mundos. Algunas de ellos, porque no los había encontrado, que conste.

El séptimo de los mundos de Super Mario Bros. Wonder es un archipiélago que sirve de gran zona central del Reino Flor y, a su vez, sirve para conectar el resto de Mundos. Tiene sus propios niveles, retos y secretos, pero sobre todo funciona de nexo, con el enorme Castillo de Bowser presidiendo la zona central, para que tengamos claro nuestro gran cometido.

De cualquier modo, y para simplificar que saltemos entre niveles o repitamos nuestros favoritos, Nintendo acierta de pleno haciendo que, al usar un simple botón, se despliegue de manera muy cómoda y organizada un menú con el listado con todas las zonas del juego a las que tenemos acceso o por las que hemos pasado.

Estas ideas de cara a recorrer de manera más abierta el Reino Flor no despegan de manera definitiva hasta completar el tercer mundo, lo cual tiene mucha lógica ya que pocos viajes podemos antes, Super Mario Bros. Wonder logra romper con enorme acierto esa linealidad tan bien disimulada de los otros juegos clásicos de Mario y, a su vez, que cada jugador experimente de nuevas maneras al descubrir las nuevas zonas o redescubra los niveles por los que ya ha pasado. Teniendo a la vista lo que le queda por hacer e incentivando el descubrimiento de nuevos caminos o rutas alternativas.

Es más, junto con los niveles tradicionales, no tardaremos en descubrir que el Reino Flor de Super Mario Bros. Wonder está repleto de variedad y actividades más cortitas: hay tiendas con las que podremos canjear las Monedas Flor recolectadas, hay zonas llamadas de Pasatiempo que sirven para ofrecer pruebas o recompensas de manera desahogada, hay retos y desafíos que realmente medirán tu destreza y lugares secretos repartidos por aquí y por allá que, con tu permiso, prefiero que descubras por ti mismo. ¿Y qué pasa con las sensaciones a los mandos?

Jugabilidad clásica, sensaciones nuevas y el toque mágico de Nintendo

Esto te va a encantar: ningún juego de Super Mario es tan accesible y, a la vez, da tantas posibilidades a los jugadores como Super Mario Bros. Wonder. La jugabilidad clásica se mantiene, que conste: hay un botón para las acciones y correr y otro para saltar. Con todo, el ritmo de cada fase antes y después de activar la Flor Maravilla -si las encontramos y activamos- es todavía más alegre que en los juegos anteriores.

Lógicamente, lo más divertido es descubrir el Efecto Maravilla, transformar la jugabilidad y comprobar en pantalla y a los mandos que en Super Mario Bros. Wonder puede pasar cualquier cosa. A veces es puro caos, en según qué nivel hay momentos de verdadero desafío y se busca despertar la fascinación de quien está frente a la pantalla. Algo que se logra en la gran mayoría de los casos.

A partir de ahí, la base jugable de la nueva aventura de Mario y sus amigos toma elementos de Super Mario World, Super Mario Land y la serie New Super Mario Bros. a conveniencia, incluyendo el socorrido rebote en las paredes, las caídas en bomba o caminar agachado. Y podrás moverte así todo lo que quieras: en Super Mario Bros. Wonder no hay límite de tiempo en las pantallas. Bueno, no en todas, pero nuevamente tendrás que descubrir tú a cuáles nos referimos y por qué.

Porque más allá de la sensación de maravilla, Nintendo logra con éxito que todo el mundo se lo pase todavía mejor que en sus anteriores juegos de plataformas. No tendrás ese As en la manga de una Superguía que te terminará la fase en la que te quedas atascado, pero la ruptura con la linealidad y que se muestre la dificultad de cada nivel antes de entrar hace que nadie se quede sin avanzar incluso si juega solo. Dicho lo cual, el que busque desafíos plataformeros y nuevas maneras de jugar va a salir contento y con los bolsillos llenos.

Sin entrar en muchos detalles, la cantidad de Power Ups y disfraces de Super Mario Bros. Wonder es menor que la de otros juegos de Super Mario. Otra cosa es la variedad de posibilidades que le otorgan éstos y, lo que es mejor, qué habilitan en los escenarios del nuevo reino.

• La manzana Elefante hace que nuestro personaje sea mucho más grande, pero no pierde nada de agilidad. Puede dar trompadas, regar tras empaparse por las zonas con agua y cualquier acción que requiera fuerza bruta duplicará su poder base. Las animaciones son divertidísimas, pero es un Berserk de manual.

• La Flor de Fuego conserva todos los atributos de los juegos clásicos, rebotando en las superficies y eliminando a la mayoría de los enemigos. La novedad pasa por la nueva Flor Burbuja, cuyas pompas atraviesan muros, atrapan a los enemigos y nos permiten rebotar (aunque no demasiado) al saltar encima. Abriendo maravillosas posibilidades en el multijugador.

• El Champitaladro es una variedad especial del Champiñón de toda la vida que no solo nos hace invencibles a casi todos los enemigos que nos atacan desde arriba, salvo los muy pesados, sino que afecta a las caídas en bomba con efectos de inmunidad y, en el proceso, nos permite excavar en techos y suelo, de modo que podremos acceder a zonas imposibles como si fuésemos topos.

Junto a estos, Nintendo recupera los poderes básicos del Super Mario Bros. de NES, como el Súper Champiñón o la Estrella. Y pese a que, a priori no parece que haya grandes superpoderes, ni tampoco mucha variedad, lo cierto es que tampoco echaremos de menos el disfraz de mapache: los Efectos Maravilla amplían enormemente la variedad de posibilidades e interactividad con cada escenario de maneras propias a través de las Insignias. Habilidades que transforman la jugabilidad de cada jugador.

Las insignias están repartidas por todo el Reino Flor a través del mapa de mundo, y las más importantes se obtienen simplemente avanzando en el juego. Algunas condicionan nuestra manera de saltar o nadar, otras potenciarán nuestra velocidad o la manera de rebotar y las hay que activan elementos pasivos o añadirán elementos específicos a la partida.

Ahora bien, exceptuando las fases de Desafíos de insignia, en los que se ponen a prueba nuestro dominio de éstas, en Super Mario Bros. Wonder jamás se nos exige una Insignia específica para acabar un nivel. Otra cosa es que algunas sean más efectivas en determinados tramos. La única condición es que no podemos cambiar de Insignia una vez empezada una pantalla, aunque si perdemos una vida durante la misma se nos dará esa opción. Algo muy razonable.

Las insignias son una adición brillante que amplían la rejugabilidad, condicionan la dificultad de cada fase y dan nuevos matices a nuestro estilo de juego. Cimentado el éxito de Super Mario Bros. Wonder al lograr que aquellos que dominan los mandos y los que no son tan diestros con los botones compartan con la misma intensidad esos momentos de éxito, genuina diversión y descubrimiento.

Dándoles nuevos recursos y amplificando la sensación de aventura. Algo que se logra, sobra decir, con un diseño de mundos impecable y toneladas de secretos, por supuesto, pero también introduciendo novedades realmente significativas a la hora de plantear cómo jugar en compañía. Tanto en la misma consola como online.

Super Mario Bros. Wonder se corona con un Multijugador de diez que se abre al online

Ni dos, ni tres, ni cuatro: Super Mario Bros. Wonder ofrece un total de 12 personajes seleccionables desde el minuto uno. Si jugamos por nuestra cuenta podemos ser cualquiera de ellos, pero lo realmente divertido es jugar en compañía y combinar las diferentes posibilidades. Sobre todo, porque ahora es tan sencillo como ir al menú de pausa y elegir la cantidad de jugadores que van a participar.

Los personajes de Super Mario Bros. Wonder son iconos en sí mismos. No hay ninguno nuevo (la más reciente es Toadette) y cada uno tiene su propia voz y un pequeño toque de personalidad propio: las nuevas animaciones creadas expresamente para Mario, Peach o Yoshi les dan mucho carácter y expresividad individual o al interactuar en pantalla.

Ahora bien, a la hora de jugar podemos decir que hay tres tipos de protagonista y cada uno de ellos está destinados llegar a todos los perfiles de jugador.

• Mario, Luigi, Peach, Daisy, los Toads Azul y Amarillo y Toadette funcionan exactamente igual a los controles. Misma velocidad, mismo salto, misma capacidad de rebote y, a diferencia de Super Mario Bros. 2, ninguno de ellos planea en el aire. Son perfectos para todos los perfiles de jugador. Sin embargo, lo que los hace interesantes es que pueden usar los Power Ups.
• Los Yoshi de color Verde, Azul, Rojo y Amarillo no solo son divertidísimos, sino también invencibles: no pueden usar poderes, pero tampoco reciben daño. Además, pueden tragar enemigos, escupirlos y hasta tienen un pequeño revoloteo al saltar. Elementos perfectos para los menos experimentados, para salir al paso en pantallas más complicadas y, lo mejor de todo, para llevar a cuestas a otros jugadores.
• Caco Gazapo solo hay uno, y es la alternativa perfecta a ofrecer un modo fácil, aunque con concesiones: es invencible, aunque puede caerse al vacío, y tampoco se beneficia de los potenciadores o tiene los recursos de los Yoshis. Pero al final es el personaje perfecto para que nadie se quede fuera a la hora de jugar. Ni siquiera, aquellos que tienen que mirar el mando cada vez que quieren saltar. Porque los hay.

Todos los niveles de Super Mario Bros. Wonder, así como los efectos de las Flores Maravilla, se han diseñado para poder ser jugados en solitario o cuatro mandos y con todos los jugadores compartiendo pantalla. No hay pantalla dividida: uno de los jugadores lleva la iniciativa (se muestra una pequeña corona) pero eso no quita que todos compartan el mismo protagonismo y diversión. Sobre todo, al colaborar.

Más allá de beneficiarse de las insignias o los poderes, cuando un jugador es eliminado se transforma en un espíritu flotante que regresa a la partida al tocar a otro compañero de partida en activo. Tan sencillo como suena. Y lo mejor es que eso se aplica también al mejor online que ningún Super Mario Bros. de corte clásico ha ofrecido. Una apuesta brillante que hemos tardado más de una década en tener.

La idea de base de cara al online es sencilla: repartidos por todos los Mundos de Super Mario Bros. Wonder hay una especie de Antenas que habilitamos para la comunicación Online. En ellas podemos crear salas para para hasta 12 personas, pero si buscamos una experiencia competitiva podemos organizar una carrera y competir de una manera más clásica a ver quién llega antes a la meta. Con esto tenemos lo mejor de los dos mundos: podemos jugar por nuestra cuenta y, a la vez, ser rescatados o guiarnos por otros.

¿Y qué pasa si no tenemos amigos con el juego o queremos jugar con desconocidos? Nintendo da la solución definitiva habilitando que nos topemos con siluetas de otros jugadores que nos darán poderes, nos servirán para regresar a la partida en caso de ser eliminados o nos darán pistas sin la necesidad de competir o tener que compartir partida. Es más, a través de un sistema de postes que colocaremos con un simple botón, nosotros mismos podremos dejar esas pistas o rescatar a otros jugadores. Y, ¿por qué no? dejar claro que hemos estado en un sitio con un personaje y nuestro nombre a la vista.

La idea general detrás de Super Mario Bros. Wonder es ofrecer todos los recursos y posibilidades jamás vistas en otra entrega de Super Mario Bros. a los que buscan desafíos, pero también ayudas mucho más interesantes y efectivas a quienes simplemente vienen a divertirse. Independientemente de su nivel o experiencia. Eso sí, dando buena cancha a los más jugones e incentivando su espíritu temerario con los nuevos poderes y las habilidades de las Insignias.

Logrando que las partidas y el ritmo al jugar a Super Mario Bros. Wonder con cuatro personajes en pantalla sea muchísimo más entretenido. Eliminando las posibles frustraciones, dándole más ritmo a cada partida y asegurando las buenas sensaciones a todos los jugadores. Generando risas y emociones genuinas al tocar una Flor Maravilla entre todos o al llegar al poste a la vez. Habilitando que nos dejemos llevar por las sensaciones de diversión, sorpresa y descubrimiento como ningún otro juego de Mario. Pero siempre al estilo Nintendo.

La opinión de VidaExtra

Sin rodeos ni florituras: Super Mario Bros. Wonder es el mejor juego de plataformas 2D de Super Mario y sus amigos en lo que llevamos de siglo. Tal cual. No solo es imprescindible, sino que alcanza el estatus de nuevo clásico a base de ofrecer ese mimo especial que irradian los mejores juegos de la Gran N. Pero ahí no acaba la cosa: su manera de ampliar las posibilidades jugables frente a los mismos títulos que sentaron cátedra y, en el proceso, ofrecer un multijugador perfecto, posicionan Super Mario Bros. Wonder como uno de los mejores juegos protagonizados por la superestrella de Nintendo jamás hechos.

No solo por todo lo que aporta a una saga que solo nos ha dado alegrías, sino por cómo se dan pasos de valiente en aspectos clave. Como el diseño de niveles colmados de nuevos tipos de enemigos, la introducción de elementos inesperados dentro de fórmulas muy bien asentados, la ilusión al lanzarse a buscar secretos y, por encima de todo lo anterior, la genuina sensación de descubrimiento y sorpresa. Algo solo puede llegar a entenderse y disfrutarse en propiedad con el mando en la mano. A ser posible, junto con amigos y familiares.

Super Mario Bros. Wonder es absolutamente intachable en todo aquello que se propone. Generoso a la hora de ofrecer variedad y esa diversión atemporal de los clásicos plataformeros de Super Mario, pero también atrevido a la hora de reinventar la experiencia original una vez activamos los Efectos Maravilla.

Logrando que esos impredecibles efectos de Flor Maravilla, aquellas que dan nombre a la aventura, a veces nos duren un suspiro cuando son realmente entretenidos; pero también que siempre sintamos algo de lo que cada vez menos juegos pueden presumir: la genuina sensación de fascinación ante algo que no esperábamos. En según qué ocasiones, ofreciendo momentos que rozan lo mágico. Concretamente, esa clase de magia que solo encuentras en Nintendo Switch.

Nintendo podría haber hecho un nuevo Super Mario Bros. al uso, y habría dado en el clavo limitándose al revalidar sus aciertos, pero en lugar de eso, Super Mario Bros. Wonder evoca esa misma sensación de novedad que parece reservada a la primera vez que juegas a un videojuego del que no tardas en enamorarte. Y la hace suya. La reparte a lo largo mundos diseñados para entretener y fascinar al fan y al nuevo jugador. Y, lo mejor no es lo que ya te he contado sobre Super Mario Bros. Wonder, sino todo aquello que vas a descubrir jugando.

Precio de Super Mario Bros. Wonder

El precio oficial de Super Mario Bros. Wonder es de 59,99 euros tanto en físico como a través de la eShop, aunque puedes encontrarlo por algo menos según promociones de reservas o en determinados puntos de venta online. Por su parte, el juego no tiene ni DLCs ni opciones de contenido de pago adicionales.

Como dato a tener en cuenta, pese a que no hay una edición coleccionista de Super Mario Bros. Wonder, en My Nintendo Store, la tienda oficial de Nintendo en España, se puede encontrar el Megapack de Super Mario Bros. Wonder que por 75,99 euros añade a la copia física del juego un set de pines, una figura de la flor parlante, un diorama en 2D e imanes.

Duración de Super Mario Bros. Wonder

Según el registro de tiempo de juego de Nintendo Switch, tardé más de 15 horas en completar todos los mundos y encontrar cada secreto de Super Mario Bros. Wonder. Con todo, puedes tardar la mitad en llegar a la Fortaleza Flotante de Bowser. Algo que no te recomiendo: ya no se trata de conseguir todos los coleccionables, sino de disfrutar de todos los efectos maravilla, de tratar de llegar a los sitios más complicados y de rejugar aquellos niveles más divertidos en compañía. A veces, mirando de reojo la reacción del resto tras activar las Flores Maravilla.

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