Uno de los RPGs más exigentes y profundos de los últimos años. Análisis de Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven

En lo que llevamos de 2024 ya he perdido la cuenta de la cantidad de RPGs que he jugado en todo este tiempo, de ahí que siga creyendo que estamos frente a uno de los mejores años en mucho tiempo para todos los amantes de este género. En los poco más de dos meses que quedan hay tiempo para que lleguen a las tiendas más títulos de este tipo y uno de los más interesantes que saldrá a la venta mañana mismo es Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven.

En realidad, no es un juego totalmente nuevo, debido a que estamos frente al remake de este gran clásico que fue publicado originalmente en 1993 y que Square Enix ha querido devolver a la vida después de más de 30 años. Aun así, por mucho que se trate de una nueva versión, parece una aventura completamente nueva y original por el cambio tan bestial que se ha producido en todos sus apartados y que han logrado convertirlo en uno de los lanzamientos más potentes de esta recta final del año.

También he de decir que, por mucho que lo he disfrutado a medida que iban pasando las horas, también me ha hecho sudar la gota gorda, algo que por otro lado me ha encantado por toparme como un desafío tan exigente, pero lo mejor es entrar en detalles de por qué esta entrega de la franquicia es tan especial.

La guerra contra los Siete Héroes

En los mundos de fantasía que son invadidos por monstruos siempre se acaba recurriendo a la ayuda de héroes, así que en este caso no fue una excepción. Las historias cuentan que en el pasado hubo un grupo conocido como los Siete Héroes, unos guerreros invencibles que fueron capaces de acabar con todas aquellas criaturas que planeaban arrasar con todos los territorios. Su fuerza era tan descomunal y la unión de todos ellos era tan inquebrantable que nada ni nadie era capaz de hacerles sombra.

El problema del poder de estos salvadores es que no era tan bien visto por todo el mundo. Es por ello que los ancestros temían que los héroes se pudiesen volver en contra de ellos en algún momento, por lo que aprovecharon que reinaba una época de paz para desterrarlos a otra dimensión. Sin embargo, con el paso de los siglos la barrera que les mantenía presos se fue resquebrajando hasta dejarlos completamente libres, haciéndose realidad la premonición de la que tanto se hablaba.

Así pues, los Siete Héroes se han transformado en unos seres completamente malignos que solo tienen sed de venganza. Es ahí cuando entra en escena el emperador de Varennes, el reino que gobierna las tierras en la que transcurren todos estos sucesos y que ahora han sido invadidas por toda clase de bestias y seres malvados que buscan sumir el mundo en las tinieblas, por lo que los nuevos héroes deben acabar con los que antaño fueron los responsables de traer la luz a este mundo cada vez más oscuro.

Esto nos deja con una trama apasionante en la que el objetivo es el de exterminar a los Siete Héroes, naturalmente, pero también el de reconquistar todos y cada uno de los territorios. Además, la forma en la que van teniendo lugar todos los acontecimientos depende únicamente de las decisiones que vayan tomando los jugadores, porque las primeras horas son muy lineales, pero llegado a cierto punto hay que escoger cuál será el siguiente punto de destino.

Esto mismo conlleva que cada uno puede seleccionar el orden en el que se irá acabando con todos los jefes finales y las zonas a recuperar, lo que afecta drásticamente a la forma que tomará esta odisea tan emocionante y que sabe perfectamente cómo enganchar a los jugadores de principio a fin. De todos modos, lo mejor de todo es el brutal lavado de cara que ha sufrido este RPG y que no deja lugar a dudas de que estamos frente a un remake con todas las de la ley.

Atrás han quedado aquellos sprites en 2D del título de Super Nintendo para que ahora todos los personajes pasen a contar con unos modelos en 3D en los que se ha respetado su aspecto original basándose en las ilustraciones de la artista Tomomi Kobayashi que fueron diseñadas hace unas cuantas décadas. Por su parte, los escenarios tampoco se quedan atrás, porque todos ellos se han recreado para dejarnos con unos pueblos y mazmorras que no tienen nada que ver con los que ya se vieron a principios de los 90.

En un conjunto global, Square Enix ha logrado que todo lo que se muestra en la pantalla sea simplemente fascinante y resulte toda una delicia para la vista recorrer cualquier lugar en la que tiene lugar la acción. Asimismo, las animaciones también logran ser impresionantes, ya sea durante las secuencias o en los propios combates, con algunas habilidades de las que no te cansas de ver una y otra vez por cómo los héroes sacan a relucir todo su potencial para causar estragos a los monstruos.

Por su parte, la banda sonora ha recibido los mismos cambios al contar con nuevas versiones con el fin de brindarnos unas épicas melodías que encajan a la perfección con todo lo que va sucediendo. No obstante, aquellos que se acuerden de cómo eran los temas originales les alegrará saber que se pueden activar en cualquier momento desde las opciones, mientras que los personajes ahora disponen de voces en inglés y japonés, con subtítulos en castellano, que es otro gran puntazo a agradecer.

Combates estratégicos que te mantienen en una tensión constante

Como buen RPG, es indiscutible que uno de los pilares más fuertes de Romancing SaGa 2 son sus combates. Estos transcurren por turnos en los que se determina quién ataca primero dependiendo de los puntos de velocidad, aunque en todo momento se puede observar el orden en el que irá atacando cada uno de nuestros personajes, así como los enemigos, en la parte superior de la pantalla, lo que es uno de los aspectos más fundamentales a no perder de vista jamás si queréis alcanzar la victoria.

El motivo se debe a que hacía años que no me encontraba con un RPG tan exigente y que me obligase a mantener activos todos mis sentidos y a permanecer atento a todo lo que ocurre con tal de no morder el polvo una y otra vez. Si bien es posible decantarse por tres niveles de dificultad diferentes, podéis estar seguros de que eso no quita que el juego os obligará a esforzaros al máximo para no pasarlas canutas en cada batalla en la que os veáis envueltos.

Principalmente porque los enemigos son huesos muy duros de roer, cuentan con demasiados puntos de vida y pegan como unos condenados. Al principio creía que sería pan comido, porque resulta que al terminar un combate se recargan automáticamente todos los puntos de vida, pero no los de magia, lo que me hizo creer que sería muy fácil por no tener que preocuparme de curar a mi grupo cada cierto tiempo o de fijarme en la salud de cada uno para que no fuesen derrotados. Desde luego, no pude estar más equivocado y no tardé en comprobar por qué el juego opta por curarte si vives para contarlo tras cada pelea.

Como decía, todos los enemigos pegan muy duro, causando unos impactos capaces de arrebatarte más de la mitad de los puntos de vida de una tacada, además de provocar efectos secundarios que tampoco se deben de ignorar, sobre todo en aquellas batallas que se pueden alargar en exceso, como los encuentros contra los jefes finales. De hecho, estos últimos he de decir que ha habido algunos que me han resultado un tanto desesperantes por cómo te obligan a mirar al milímetro cada acción y tratar de anticiparte unos cuantos turnos para planear estrategias futuras.

El hecho de que algún personaje sea derrotado y se pueda levantar con magias curativas u objetos similares no tendría mayor importancia si no fuese porque el juego te penaliza severamente si uno de los héroes pierde todos sus puntos de vida. Esto se debe a que cada uno posee una cierta cantidad de vidas que se van descontando de una en una cuando caen al suelo, de manera que si en algún momento llegan a perder todas, ese compañero que te ha acompañado durante tantísimas horas dirá adiós para siempre.

Y ahí se encuentra otro de los motivos por los que los jefes finales son tan irritantes y otros grupos de enemigos que casi son igual de complicados, porque a veces atacan varios de ellos seguidos o te ejecutan dos ataques a la vez en el mismo turno que causan unos combos loquísimos de los que te dejan vendidísimo sin poder hacer absolutamente nada para evitar el perder una vida. Si me dijeses que al menos las puedes recuperar… pero como no es el caso, es el mayor motivo por el que este juego se vuelve tan desafiante en determinados momentos, con picos de dificultad demasiado empinados en vez de presentar un buen equilibrio.

Por supuesto, los enemigos no son los únicos que disponen de toda clase de bazas para machacar a nuestros héroes. En este sentido, los personajes se pueden equipar con distintos tipos de armas, ya sean espadas, hachas, lanzas, floretes, etc., al igual que pueden realizar hechizos de diferentes tipos, como de fuego, agua o aire. Todos ellos son factores indispensables porque cada monstruo cuenta con debilidades y fortalezas y creedme cuando os digo que se nota una barbaridad cuando descubres cuáles son sus puntos débiles, de ahí que siempre es importante probar todas las herramientas que tienes a tu disposición para decantarte por unos ataques u otros.

Por eso mismo, también es recomendable llevar siempre un grupo lo suficientemente equilibrado, ya que en este juego no hay un sistema de niveles como tal. En su lugar, en vez de una barra de experiencia, la vida, la magia y las armas tienen sus propias barras que van subiendo poco a poco a base de ganar combates y obtener puntos de técnica. Las dos primeras aumentan con tan solo salir del paso, mientras que las armas y los hechizos solo se van optimizando si se han empleado durante las batallas, de ahí que este sea otro motivo adicional para hacer uso de ellas siempre que sea posible.

Asimismo, otra opción que existe es la de las formaciones, porque en este caso se puede hacer que los integrantes del grupo estén situados de una manera determinada en las batallas para obtener a cambio unas propiedades especiales. Para que os hagáis una mejor idea, la primera de todas es la cruz imperial que, como su propio nombre indica, coloca a los miembros del equipo en forma de cruz para que el que esté en la vanguardia se lleve más golpes y ejerza de tanque, mientras que el que esté en la retaguardia esté más a salvo. Al menos eso es lo que se dice sobre el papel, pero al final los enemigos hacen lo que quieren y acabas recibiendo hostias con todos por igual, pero sí que se nota lo de las formaciones con las bonificaciones que recibes.

En otro orden de cosas, donde se aprecia más que los personajes van evolucionando es en el hecho de que con el tiempo, cuantos más ataques usen de una misma arma, aprenderán nuevas técnicas de lo más letales y que gastan puntos de magia, así que al final tienes que estar alternando entre unos y otros de la larga lista de personajes que se unirán a la causa para especializarlos en diferentes tipos de armas y magias y más aún para no quedarte vendido si alguno de ellos acaba muriendo para siempre.

Las fortalezas de Avalon y del séquito

Un aspecto que me ha sorprendido de Romancing SaGa 2 es que aquí no hay un mundo como tal por el que te vas desplazando a la hora de ir de un lado a otro. Todo el reino se divide en zonas por las que vas viajando automáticamente, así que durante la aventura no paras de saltar de ciudades a mazmorras y viceversa, así que he echado en falta un mundo por el que poder viajar y no tener la sensación de estar atrapado una y otra vez en escenarios cerrados, sobre todo en el caso de los lugares donde hay enemigos, que estos se suelen alargar un poco más de lo normal.

Mientras estás descansando en Avalon, la ciudad que regenta nuestro emperador o emperatriz (dependiendo de lo que se escoja inicialmente), puedes acudir a tiendas para adquirir objetos, piezas de equipo, desbloquear más formaciones o modificar a los integrantes del séquito que te acompañarán en este periplo. Eso mismo conlleva que la ciudad principal es el lugar clave al que hay que acudir constantemente para optimizar más todavía a los miembros, dado que estos aspectos no se pueden alterar posteriormente cuando te has adentrado en una nueva mazmorra.

Además, nuestro/a protagonista también cuenta con su propia cantidad de vidas que pueden reducir a cero, momento en el que será necesario escoger a alguien de los personajes obtenidos para que se convierta en el sucesor, aunque también se puede optar por abdicar directamente. En realidad, todo ello tiene una razón de ser debido al sistema de legado que sirve para que las nuevas generaciones hereden todas las habilidades y mejoras del anterior emperador, por lo que todo el trabajo realizado hasta ese momento no caerá jamás en saco roto.

Por lo tanto, una vez escogido el emperador o la emperatriz con la que jugarás, se podrá sentar en el trono para ejercer su labor como gobernador/a. Una de las principales tareas consiste en solicitar que se expandan las infraestructuras para así generar una herrería o un laboratorio de encantamientos que se pueden mejorar más todavía con el paso de las generaciones.

Más allá de todo esto, hay otras actividades que también son interesantes para pasar el rato, como el no dejar ningún rincón sin explorar para localizar a los Señores S, unos seres que parecen extraterrestres que te entregan sellos que se pueden canjear por premios muy suculentos. Junto a esto, hay misiones secundarias que tampoco conviene ignorar, ya no solo por las recompensas que te puedas llevar y de paso aprovechar para mejorar a los personajes, sino también porque en ocasiones aparecerán nuevos seguidores para aumentar más todavía la extensa lista de héroes compuesta por más de 30 clases distintas de todo tipo de profesiones y razas.

La opinión de VidaExtra

Con Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven tenemos un remake excelente que ha sabido cómo respetar la esencia del juego original al mismo tiempo que ha introducido la suficiente cantidad de novedades que lo convierten en un producto que te mantendrá pegado a los mandos durante decenas y decenas de horas, ya sea por su historia o por sus combates tan duros, con los que tendréis que esforzaros en gran medida para no morir en el intento.

El buen toque estratégico que tienen estas peleas logran que Square Enix nos deje con una propuesta que supone un reto considerable a superar. No importa si disfrutasteis en su momento del título de Super Nintendo o no o si es la primera vez que os adentráis en la saga, porque lo disfrutaréis por igual, siendo uno de los mejores RPG de este 2024, pese a no ser perfecto.

Precio de Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven

El lanzamiento de Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven se producirá en formato físico en sus versiones para PS5 y Nintendo Switch por 59,99 euros, aunque también os podréis hacer con este RPG en formato digital a través de PlayStation Store, Nintendo eShop y Steam por el mismo precio.

Duración de Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven

Ya solo la historia principal de Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven os deparará un viaje que tardaréis alrededor de unas 50 o 60 horas en finalizarlo. Y si sois de los que queréis ir a por el 100%, ya sea para completar las misiones secundarias, encontrar a todos los Señores S o desbloquear a más aliados, la cantidad puede aumentar perfectamente en unas 20 horas o más.

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