Análisis de Paper Mario: La puerta milenaria. ¿Es este el remake que estábamos esperando? Vuelve la leyenda 20 años después

La época de GameCube la recuerdo con mucho cariño gracias a unos cuantos videojuegos que fueron lanzamientos muy imprescindibles y por los que era un pecado no tener la consola de Nintendo. Algunos de ellos han vuelto a la vida en los últimos años con nuevas versiones en forma de remasterizaciones y remakes, como ha sucedido con Metroid Prime, Resident Evil 4 y Tales of Symphonia, lo que ha permitido que nuevas generaciones puedan conocer y disfrutar de semejantes obras maestras.

Este trío de títulos son de los mejores que fueron publicados hace un par de décadas, pero hay otro más que ha querido regresar en el momento más oportuno con motivo de su 20 aniversario y ese es Paper Mario: La puerta milenaria. Se trata de la que, para muchos, es la mejor entrega que ha protagonizado el Mario de papel a lo largo de todo este tiempo desde que esta serie comenzó en Nintendo 64. Desde entonces, ha pasado por múltiples plataformas, pero ninguna de ellas ha dejado una huella tan grande como la del Paper Mario de GameCube.

Ahora, tras dos décadas, este juegazo ha vuelto renovado y en forma de remake para que podamos disfrutar una vez más de esta grandiosa aventura tanto o más como lo hicimos en 2004, conservando todo lo que le hizo especial en su momento y añadiendo alguna que otra novedad que logra ser la excusa perfecta para no dejarlo escapar.

Una aventura de papel en la que la originalidad y el ingenio están bien presentes

Estamos más que acostumbrados a que en la mayoría de videojuegos protagonizados por Mario el objetivo es el de rescatar a la Princesa Peach, así que en este caso no es ninguna excepción. La diferencia está en que no es la única misión que tiene Mario desde que pone un pie en Villa Viciosa, una ciudad del Reino Champiñón, ya que el grupo de malhechores llamados Mega X pretende hacerse con los denominados cristales estelares.

La leyenda dice que estos cristales cuentan con el poder para abrir una puerta que se oculta en las profundidades de esta ciudad y en la que permanece oculto un gran tesoro. Por eso mismo, los villanos de esta aventura harán todo lo posible por apoderarse de ellos y Mario no se quedará atrás con tal de frustrar sus planes para que no se salgan con la suya, además de para rescatar a la Princesa Peach de está banda de enemigos comandada por el malvado Xenón.

A partir de ahí arranca un viaje que no tiene ningún desperdicio y que no para de brindar momentos bien cargados de un gran sentido del humor. Sobre todo por la originalidad y el ingenio que se demuestra de principio a fin por cómo los escenarios formados de papel hacen uso de este gran detalle para dar forma a los lugares de todo tipo que hay que ir visitando, como un castillo, un gran árbol, un ring de combate, un pueblo sombrío y hasta una isla paradisíaca, entre muchos otros.

Otro detalle al que ya nos tiene más que acostumbrados Nintendo es a que la traducción de sus videojuegos es simplemente soberbia, así que en este caso ha vuelto a suceder una vez más. De hecho, aquí es donde se puede apreciar una de las novedades, porque hay textos que han sido modificados y ahora hay determinadas conversaciones que son distintas a la versión original. Eso sí, no afectan al argumento, dado que este sigue siendo exactamente el mismo, al igual que los acontecimientos que se van produciendo, y tampoco se ha dejado de lado en ningún momento sus textos tan hilarantes, sino que se vuelven más cómicos todavía, incluyendo guiños de todo tipo.

La aventura es muy, pero que muy larga, al durar decenas de horas, aunque se hace tan entretenida desde el primer minuto que cuando os queráis dar cuenta ya llevaréis un buen puñado de horas a los mandos. Además, no tienes la sensación de estar haciendo lo mismo constantemente, porque cada capítulo es completamente distinto al resto. Si bien en todos ellos se comparte la misma tarea de localizar los cristales estelares, lo que hay que hacer hasta dar con ellos va variando a lo largo de toda esta odisea.

Tan pronto estás combatiendo contra luchadores de todo tipo para convertirse en una gran súper estrella del cuadrilátero, como investigando el caso de un robo en un lujoso tren, aunque también os encontraréis resolviendo los misterios que se ocultan en una cueva en la que hay un barco pirata abandonado y buscando al responsable de una terrible maldición en un pueblo sombrío. Y a esto se suma el hecho de que en cada lugar habitan personajes muy variopintos que se acabarán convirtiendo en aliados y adversarios con unas conversaciones que no pararán de haceros esbozar una sonrisa y alguna que otra carcajada.

Por otra parte, donde más se nota que es un remake es en sus apartados técnicos, porque gráficamente se ha optimizado una barbaridad su calidad gráfica, algo que se puede apreciar en su resolución, en la nitidez con la que se ve todo lo que figura en pantalla y sobre todo en la iluminación y los colores, para que todo luzca más impresionante todavía. Junto a esto, una de las novedades que se ha implementado es la de que haya nuevos planos o puntos de vista en la que suceden ciertos sucesos de la aventura, para que así parezca más todavía un juego nuevo.

Con respecto a su banda sonora, el título de GameCube ya contaba con unos temazos de los que no te cansabas de escucharlos una y otra vez. Para la ocasión se han respetado todos ellos con unas versiones remezcladas que no tienen nada que envidiar a las originales. Hasta se podrían considerar mejores, porque hay más melodías y, por ejemplo, en los combates ya no suena siempre la misma, sino que esta va variando dependiendo del capítulo en el que se encuentren los personajes. En cualquier caso, los más nostálgicos tendrán la posibilidad de escoger las pistas antiguas si así lo prefieren.

Secretos y desafíos a mansalva por Villa Viciosa y otros sorprendentes lugares

En este trepidante viaje Mario no estará solo en ningún momento. Poco a poco se irán uniendo a su casa un grupo muy majete de personajes formado por una Goomba con ansias de exploración, un Koopa un tanto tímido y temeroso y hasta un pequeño Yoshi que, pese a su tamaño tan diminuto, será el más valiente de todos. Cada uno de ellos, aparte de ser único por sus diseños tan peculiares, se caracterizan por disponer de una serie de habilidades que son necesarias para avanzar por este mundo hecho de papel.

Eso se debe a que podremos lanzar el caparazón de Koops para golpear bloques situados a gran distancia, utilizar los soplidos de Claudia para encontrar caminos que permanecen ocultos en alguna pared o utilizar las explosiones de Bombard para volar en mil pedazos alguna pared que esté agrietada. Todo ello sigue siendo igual que en el juego que ya conocíamos, pero aquí se ha añadido una mejora de calidad de vida y, para mí, el mejor añadido de todos, porque ahora no hará falta acceder al menú para elegir a unos u otros, sino que bastará simplemente con pulsar un botón, lo que acelera el proceso y no lo vuelve tan tedioso como antes.

Y es que el tener que cambiar de compañeros se vuelve en una tarea que se repite hasta la saciedad a lo largo del juego, ya sea para resolver puzles o para elegir al aliado con el que quieres entrar en combate contra algún enemigo. Es algo que se acaba comprobando a la larga cuando comencéis a explorar de arriba a abajo todos los escenarios en busca de cualquier secreto que permanezca oculto en ellos. En este sentido, hay bastante backtracking por Villa Viciosa y otras zonas de todo el juego a las que resulta imposible acceder hasta que no has desbloqueado al personaje correspondiente.

Este mismo caso se aplica al propio Mario, porque en ciertas zonas hay unos cofres con un aspecto muy siniestro que ocultan en su interior a terroríficos espíritus dispuestos a arrojar una terrible maldición a nuestro fontanero, o eso es lo que ellos creen. En realidad, son muy simpáticos y unos trozos de pan, porque lo que de verdad hacen es otorgarle nuevas capacidades, como el volverse un rodillo, saltar más alto de lo normal, convertirse en un barquito de papel y muchas otras.

Por la ciudad central no faltarán lugares que se acabarán convirtiendo en una visita obligatoria y habitual a lo largo de todo este viaje, porque en el subsuelo hay una serie de magos que proporcionan hechizos que otorgan mejoras a los protagonistas, así como alguien al que se le puede entregar unos cristales especiales para obtener a cambio medallas de todo tipo que sirven para potenciar las habilidades de Mario y sus compañeros.

Asimismo, otro aspecto por el que la exploración es tan determinante es para localizar los Soles, los cuales son necesarios para aumentar las estadísticas de los aliados de nuestro fontanero y otorgarles de paso nuevas habilidades. Y ahí no acaba todo, porque por Villa Viciosa hay un puesto en el que se pueden llevar a cabo misiones secundarias para obtener recompensas adicionales. La mayoría son un poco de relleno, las cosas como son, pero siempre viene bien completarlas para seguir disfrutando de este Paper Mario, aunque también hay otras que son muy importantes para desbloquear ciertas cosas muy especiales.

Por si no fuera suficiente, los que busquen más formas de pasar el rato pueden acudir al casino de la ciudad, donde hay varios minijuegos muy entretenidos, aunque el mayor desafío de todos se encuentra de nuevo en el subsuelo, donde aguarda una mazmorra compuesta por un total de 100 pisos, cada uno de ellos con su propia tanda de enemigos que hay que derrotar, por lo que solo los más valientes y poderosos serán capaces de afrontar y superar este reto que sin duda se trata de la prueba definitiva.

Por lo demás, no os preocupéis si en algún momento estáis perdidos y no sabéis cuál es el siguiente paso a seguir, porque con solo pulsar un botón aparecerá Goomarina para dar una pista de gran ayuda y sino también se puede acudir a uno de los magos de Villa Viciosa para que proporcione una solución muy similar gracias a un renovado sistema de pistas. A su vez, no hará falta que os peguéis una pateada enorme a la hora de ir de una zona a otra, porque otra mejora de calidad de vida se encuentra también en el subsuelo, donde se ha añadido una sala de tuberías que permiten regresar rápidamente a cualquier lugar que ya se haya completado.

Todo un espectáculo en una obra de teatro repleta de combates muy divertidos

Pasando a la acción, como buen RPG, los combates son por turnos cada vez que entremos en contacto con cualquier enemigo. Estos empiezan nada más entrar en contacto con ellos, ya sea de manera natural, asestando nosotros el primer golpe o siendo ellos los que impactan en Mario para comenzar el encuentro con desventaja. Sea como sea, en ese instante la pantalla cierra el telón y se abre de nuevo para mostrarnos el escenario de una obra de teatro, siendo este el lugar donde tienen lugar todos los combates del juego.

En ellos se ha cuidado hasta el más mínimo detalle para que no sea un simple escenario sin más. Eso mismo se puede apreciar cuando se produce un golpe muy poderoso y de repente se empieza a caer el decorado que hay en la parte de atrás o algún foco se descuelga, causando daño a Mario o a los enemigos. Y por supuesto, qué sería de una buena obra sin su correspondiente público, de ahí que haya asientos en los que no pararán de acudir personajes de todo el universo de Mario para presenciar el espectáculo

Entre ellos siempre habrá algunos que arrojarán objetos muy valiosos o también piedras y latas de refresco que hay que evitar a toda costa, mientras el resto no para de aplaudir y vitorear cuando se produzca algún ataque asombroso. Aun así, por lo que tienen un papel tan fundamental los espectadores es por el uso del poder de los cristales estelares que se van obteniendo, ya que estos son los que permiten dar rienda suelta a las habilidades más demoledoras de todo el juego y se recargan únicamente con los aplausos del público.

Por eso mismo, es importante ejecutar los ataques correctamente y pulsar los botones adecuados para conseguir que todos los asistentes se vuelvan locos y así se recargue más rápido la energía de los cristales. La verdad es que los combates no tienen ningún misterio y son muy simples, dado que la mayoría de ataques se ejecutan con los mismos comandos, ya sea pulsando el botón A o con el stick del Joy-Con, pero siempre en el momento adecuado para quitar más vida de lo normal. De hecho, esto mismo afecta a la defensa, para protegerse de los impactos de los enemigos y así evitar que quiten más vida de lo normal.

A lo largo de todo el juego se libran batallas para dar y tomar y ninguna de ellas os supondrá un gran desafío. Quizás determinados jefes finales puedan suponer un hueso duro de roer, pero en cuanto tengáis bien dominados los ataques de Mario y sus amigos y ejecutéis todos los ataques y protecciones adecuadamente, no habrá nadie que se interponga en vuestro camino. No es que el juego resulte un buen paseo, porque naturalmente es importante ir subiendo de nivel para aumentar los puntos de vida, los puntos de flor (las magias) y la cantidad de medallas que se pueden equipar para obtener más ataques o ventajas adicionales.

Lo que sí llama la atención es la amplia variedad de enemigos que hay con sus respectivos patrones y que no se andarán con tonterías cuando ataquen en grupos muy numerosos. Es en estos casos sobre todo cuando hay que esforzarse en dar el todo por el todo para que Mario y sus compañeros no pierdan demasiados puntos de vida. De todos modos, no faltarán los objetos curativos, ofensivos y hasta bloques repartidos por el escenario que recuperan toda la salud y puntos de flor a cambio de unas pocas monedas.

La opinión de VidaExtra

Volver a jugar a Paper Mario: La puerta milenaria después de 20 años ha sido todo un regalazo. El juego original me encantó y me he seguido acordando de él durante todo este tiempo por lo bien que me lo hizo pasar en su momento, así que ha sido una gozada revivir esta aventura tan soberbia en todos sus sentidos, porque es de esos juegos que te lo estás pasando en grande constantemente y no paras de desear que no se acabe para que la diversión no llegue a su punto final.

Es un remake sublime que ha sabido respetar perfectamente la esencia del juego de GameCube, manteniendo todo lo que le hacía especial y añadiendo algunas novedades muy interesantes. La mayoría de ellas afectan a sus apartados técnicos, así que tal vez en ese sentido se puede echar en falta alguna novedad más, pero las que hay en forma de mejoras de calidad de vida son muy útiles, sobre todo la de poder cambiar de compañero rápidamente o la de viajar a los mundos ya completados por una tubería.

Todavía queda más de medio año por delante para que acabe el 2024, así que hay tiempo de sobra para que Nintendo nos sorprenda con algún lanzamiento muy destacado. Lo que es innegable es que, a día de hoy, Paper Mario: La puerta milenaria es el mayor candidato para convertirse en el mejor juego del año de Nintendo Switch, con una gran dosis de diversión, humor, originalidad y frescura que siempre es de agradecer en este tipo de propuestas.

Precio de Paper Mario: La puerta milenaria

El lanzamiento de Paper Mario: La puerta milenaria se producirá en ambos formatos. Los que prefiráis la versión física la tenéis disponible por 46,99 euros, mientras que aquellos que opten por adquirir su versión digital podrán hacerse con ella por 59,99 euros.

Duración de Paper Mario: La puerta milenaria

Solo el hecho de completar la campaña de Paper Mario: La puerta milenaria os llevará entre 35 y 40 horas fácilmente por lo extensos que son todos sus capítulos y lo largo que es el juego en general. Si se pretende ir a por el 100%, no faltarán desafíos de todo tipo y secretos por descubrir que pueden aumentar la duración fácilmente en otras 20 horas o más.

Nota: este análisis ha sido realizado gracias a una clave que nos ha proporcionado Nintendo.

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