Todavía recuerdo como si fuera ayer el momento en el que probé por primera vez Dragon's Dogma 2 hace cosa de mes y medio. En aquel momento lo único que deseaba era que mantuviese la misma calidad de su predecesor, aunque mi sorpresa no solo fue que conservó su esencia, sino que logró superarlo en todo. Aquellas tres primeras horas fueron suficientes para darme cuenta de que no se trataba de un juego cualquiera.
Eso mismo lo pude reafirmar unas semanas después cuando ya tuve entre mis manos la versión final, de ahí que os dejase con mis sensaciones tras haber pasado más de 40 horas a los mandos, en las que mi único deseo era seguir disfrutando de esta aventura tan épica durante muchas más decenas de horas por todos los buenos momentos que me estaba haciendo pasar.
Y es que es una locura la cantidad de títulos tan excelentes que han salido a la venta este 2024 dentro del género de los RPG, pero lo que ha conseguido Capcom está simplemente a otro nivel. No importa en absoluto que se haya jugado al primer Dragon's Dogma o no, porque ambos son productos totalmente independientes y sobresalientes, pero esta segunda parte de la serie me ha cautivado tanto que ya es uno de mis mayores candidatos a llevarse el GOTY de este año.
Una emocionante trama en un inolvidable mundo de fantasía
A pesar de que el argumento tiene partes muy similares al de la anterior entrega, son historias que no están relacionadas entre ellas. Partiendo de esta base, el protagonista al que controlamos de principio a fin es un individuo que se convierte en una figura muy importante para todo el mundo. Se trata del denominado Arisen, cuyo destino está ligado al del Dragón más temible de todos y que planea acabar con el mundo entero, así que es el único capaz de ponerle fin a esta amenaza tan temible.
Además, está considerado como el rey legítimo del reino de Vermund, donde viven los humanos. Sin embargo, el problema con el que se acaba encontrando, y que no vamos a desvelar qué sucede previamente, es que su lugar ha sido suplantado por alguien que se está haciendo pasar por nuestro protagonista, lo que le ha llevado a sentarse en el trono sin ningún reparo y sin que nadie de los habitantes le parezca extraño.
Toda esta situación nos deja con un argumento tremendamente interesante, que sin duda está repleto de momentos muy intensos, otros tantos cargados de misterio y, en general, una trama como las de las mejores series de fantasía que hayáis podido ver, sin dejar de lado giros argumentales y otras grandes sorpresas. Además, multitud de estos momentos están acompañados por secuencias cinemáticas muy impactantes que logran que todo se vuelva más brutal y resulte imposible apartar la vista de la pantalla.
Otro detalle a señalar es que la historia principal es igual para todos, porque las misiones principales son las que son y estas no varían. Sin embargo, la forma en la que van transcurriendo o la forma en la que se producen determinados acontecimientos depende de cada jugador por las decisiones que se vayan tomando o las acciones que se lleven a cabo. En cualquier caso, lo que sí resulta brillante es que el ritmo al que transcurren se adapta única y exclusivamente al ritmo que prefiera cada uno, dado que la historia se lo toma todo con mucha calma y se nota que no quiere que los jugadores vayan con prisa para no revelar demasiado pronto todas sus cartas.
A medida que iban pasando las horas me encontré con infinidad de situaciones que sin duda darían para escribir multitud de artículos acerca de las anécdotas que me ha dejado este viaje tan inolvidable y que, sin lugar a dudas, he sentido que ha sido muy personal. Más que nada porque hablando con amigos y otros compañeros me he dado cuenta de que no existe una única manera de completar todas las misiones, lo que le da un toque exclusivo a la aventura que vive cada uno y sobre todo una mayor sensación de libertad al poder sacar a relucir el ingenio de cada uno para pensar cómo salir adelante en cualquier entuerto en el que te ves envuelto.
Se podría decir que las misiones principales es prácticamente imposible pasar de largo de ellas. Ya no solo por el hecho de ser indispensables para progresar en el argumento, sino también porque determinados personajes principales te abordan o te solicitan que te reúnas con ellos para que no pases de largo de estos objetivos. En cambio, con las tareas secundarias es cierto que hay muchas que resulta complicado ignorarlas, aunque para dar con la mayoría hay que ir hablando con personajes que te vayas encontrando por el camino u otros que directamente te asaltarán por el camino para realizar distintos tipos de peticiones.
Lo bueno de estos objetivos alternativos es que pueden presumir de contar con su propia trama. Al contrario de lo que estamos acostumbrados a ver en tantos juegos, aquí no se limitan a lo típico de recoger plantas o acabar con una cantidad determinada de enemigos, sino que van mucho más lejos. Eso sí, puede suceder que mientras están yendo de un lado a otro te encuentres con alguien pidiendo a gritos una ayuda al estar siendo asaltado por un grupo de monstruos, al igual que hay otros que tienen temor de viajar solos por el camino y no queda otra que ejercer de guardaespaldas para que no mueran durante la travesía.
Por otro lado, tal vez el juego está pensado para que cada uno avance al ritmo que quiera, aunque hay ciertas misiones que sí que disponen de un tiempo límite dentro del propio juego. Por suerte, estas no abundan demasiado y son más raras, pero sí que requieren que te des prisa en llevarlas a cabo o que no transcurran demasiado días en este mundo de fantasía, dado que el ser unos perezosos o despreocupados puede acarrear unos resultados catastróficos en los resultados de estas tareas opcionales.
Aun así, el juego quiere que cada uno se busque las habichuelas y se lo curre lo suyo. Esto se debe sobre todo al hecho de que las misiones no siempre muestran claramente cuál es el destino que hay que alcanzar, lo que conlleva que haya que hablar con personajes o recopilar información antes de partir de viaje para tener claro qué hay que hacer o dónde aguarda la próxima parada del viaje. Y no se trata en absoluto de una mala decisión, sino de que se pretende que los jugadores investiguen y no vayan siempre al grano sin preocuparse por nada más, así que es una buena forma de sentirse más dentro de este mundo y de interactuar con sus habitantes.
Por lo demás, hay que resaltar el hecho de que las voces están disponibles en japonés e inglés, con subtítulos en castellano. No obstante, si hay algo que es magistral es sin duda su banda sonora, con temazos que en muchos momentos tal vez pasen un tanto desapercibidos, pero que acompañan perfectamente a esta odisea tan legendaria, especialmente durante los combates y sobre todo cuando estos alcanzan su punto más álgido, porque entonces la música que se escucha de fondo pasa a ser de esas que no te cansas de escuchar durante horas y horas.
Uno de los mundos abiertos más absorbentes y sensacionales de los últimos años
Una de las características que mejor definen a Dragon's Dogma 2 es el tamaño de su mundo abierto, porque sus dimensiones son increíbles. A medida que vas avanzando te vas dando cuenta cada vez más de lo grande que es y que no parece tener fin o que constantemente está presentándote lugares nuevos que no has explorado previamente, ya que hay tantas zonas y secretos ocultos esperando a ser descubiertos que da la impresión de que puedes pasarte cientos y cientos de horas hasta examinar cada rincón.
Los escenarios lucen espectaculares y con un realismo extraordinario, porque parece enteramente que estás pasando por bosques de verdad, cavernas en las que se palpa la tensión, desiertos en los que se aprecia la soledad y otros tantos paisajes de los que dan ganas de quedarte quieto simplemente para contemplar lo que tienes ante ti. Desde luego, a nivel artístico es alucinante lo que ha logrado Capcom.
El juego nos invita a recorrer un mundo abierto en el que la acción no cesa en ningún instante, dado que las pantallas de carga son inexistentes. Las únicas que aparecen son al iniciar la partida o al morir, nada más, lo que conlleva que quizás haya que esperar un poco más de la cuenta a que se cargue todo en comparación a lo que suele ser habitual en esta generación, pero tampoco es que sea una cantidad de tiempo demencial para que suponga un problema.
Con solo seguir el camino directo que te va marcando la historia, incluso desviándote ligeramente de tu destino en algún instante, lo más probable es que no llegues a ver ni la mitad del mapa una vez llegues al final. Y, aun así, hasta ese momento habrás visitado una inmensa cantidad de lugares, como por ejemplo las ciudades principales, que no se quedan cortas en absoluto por todas sus tiendas y ciudadanos recorriendo sus calles con los que puedes entablar conversaciones.
En otro orden de cosas, el juego dispone de ciclos de día y noche, lo que afecta drásticamente a la iluminación, provocando que al desaparecer el sol no se vea prácticamente nada por la falta de luz. Es más, supone todo un desafío viajar en estos momentos, porque los monstruos varían y es inevitable sentir temor por el hecho de ser atacado en cualquier momento, ya que no ves nada y no sabes por dónde te pueden llegar los impactos. E imaginaros lo que tiene que ser tratar de llegar a tu próximo destino mientras escuchas de fondo el grito de un ogro gigante acechando por los alrededores. Uno de esos momentos que te pone la piel de gallina.
Por suerte, en determinados puntos se puede recurrir a fogatas para levantar un pequeño campamento en el que los personajes pueden descansar, no sin antes cerciorarse de que no hay ningún peligro que pueda poner en riesgo estos momentos de reposo. El motivo se debe a que a los enemigos les trae sin cuidado que estemos durmiendo, por lo que pueden destruir la tienda y atacar si logran dar con nosotros mientras tanto. Además, el descanso es esencial porque es la mejor forma de que los personajes recuperen todos sus puntos de salud.
Por todo el mundo hay toda clase de coleccionables muy necesarios para mejorar las armas y piezas de equipo, así como para aumentar sus estadísticas. A esto se suman también monedas que se pueden intercambiar por recompensas, cofres, animales a los que dar caza y cavernas en forma de laberintos, por su amplia variedad de caminos internos, hasta el punto de considerarse mazmorras al contener enemigos, minijefes y tesoros de gran valor.
Más allá de todo esto, un detalle a señalar es que lo normal es que en los juegos con mundos abiertos tan grandes exista el viaje rápido. Sin embargo, eso no existe aquí como tal, porque la única manera de viajar al instante de un lado a otro es con las piedras de transporte, cuya cantidad es un tanto limitada, o también contratando un servicio de carretas de bueyes que recorren los caminos que van de una ciudad a otra, aunque en este caso se pueden ver interrumpidas por el asalto de grupos de bestias.
De todos modos, el hecho de que haya tantos secretos y sorpresas por tantos lugares, combates para dar y tomar, cavernas para explorar, etc., consigue que te den ganas de recorrer los escenarios a pata sin preocuparte de nada más, que es algo que en ese sentido me recordó en gran manera a Death Stranding al estar pensado para pegarte buenas caminatas constantemente.
Entre otros detalles, el rendimiento del juego ronda los 30 fps en consolas, pero una vez te acostumbras y eres consciente de ello no es que resulte una molestia. Naturalmente, se habría agradecido una mayor fluidez y el hecho de que hubiese sido capaz de alcanzar los 60 fps, pero igualmente se puede jugar sin ningún inconveniente al no ser una barrera. Eso sí, también hay que admitir que cuando hay demasiado caos en pantalla, por la cantidad de personajes, hechizos volando por todas partes, así como numerosos personajes y enemigos combatiendo, cae algo más el rendimiento, aunque estos momentos son más puntuales.
Explotando al máximo las capacidades de las vocaciones
El hecho de que cada uno tenga una gran libertad durante la aventura no se limita exclusivamente a las misiones. Un ejemplo muy similar reside en la personalización del personaje principal, comenzando por el editor que nos permite escoger cuál será su apariencia con una descomunal cantidad de opciones para que sea prácticamente imposible que existan dos personajes idénticos.
El último paso antes de ponerse manos a la obra es el de escoger cuál será su vocación. Se trata de la clase o profesión que desempeñará nuestro protagonista, de manera que de primeras es posible decantarse por cualquiera de las cuatro básicas: luchador, mago, arquero o ladrón. Cada una cuenta con sus propias habilidades y características que las hacen únicas, en especial el hecho de cómo se combate contra los enemigos, porque no tienen nada que ver unas con otras.
Lo cierto es que el sistema de combate es muy sencillo de entender y resulta muy fácil acostumbrarse a él al haber botones de ataque y otros que acceden directamente a las habilidades especiales que se van desbloqueando al subir de nivel las vocaciones. A su vez, a medida que se van volviendo más útiles permiten conseguir capacidades pasivas que en este caso se comparten entre todas las vocaciones, de ahí que una buena forma de volver más poderoso a nuestro personaje sea jugando con todas las clases.
Aun así, lo más recomendable es escoger la que se adapte más a la forma de jugar de cada uno y a partir de ahí que cada uno ya decida cuándo prefiere ir alternando entre el resto. De hecho, a medida que la historia va avanzando se van obteniendo más profesiones todavía, entre ellas las definitivas que son auténticamente demoledoras, como el arquero mago que dispara flechas encantadas o con efectos muy letales, mientras que el lancero místico es capaz de empuñar una arma a dos manos que causa estragos cualquier criatura.
A pesar de que algunas clases son demasiado brutales cuando ya están lo suficientemente perfeccionadas, ninguno de los enemigos se anda con tonterías. Así tenemos a trasgos, harpías o lobos, entre otras criaturas con las que toca lidiar y que por lo general suelen atacar en grupos que superan en números a los protagonistas. El verdadero peligro llega cuando entre ellos hay algún minijefe, en forma de ogros gigantes, cíclopes, gólem de piedra, grifos y hasta dragones que ponen a prueba la habilidad de los jugadores.
Sin embargo, el inconveniente más grande o el mayor defecto del juego con el que me he encontrado ha sido que sus combates me han parecido un tanto injustos en determinados momentos. El motivo se debe a que si yo muero por liarla o no esquivar un golpe o hechizo, entiendo que pueda merecerme morder el polvo, aunque a veces es imposible anticipar los impactos y si el personaje cae al suelo puede ocurrir que tarde un tiempo excesivo en ponerse en pie, lo que servirá para que los adversarios aprovechen para atacar y no exista forma alguna de sobrevivir.
Por desgracia, me ha sucedido más veces de lo que me gustaría el morir y no tener opción alguna de evitarlo, dejándome con la sensación de que a veces ha sido el propio juego el que ha decidido si me merecía seguir adelante o no. Al menos, al renacer se reaparece prácticamente en el mismo sitio, pero con menos vida total. Si bien se puede recurrir a piedras de renacimiento, lo suyo es conservarlas para devolver a la vida a personajes que hayan sido asesinados a nuestras manos o a aquellos que han fallecido accidentalmente, dado que las ciudades también pueden ser invadidas por los propios enemigos.
Con el tiempo se vuelve algo más sencillo hacer frente a cualquiera de estas bestias porque todas cuentan con sus puntos débiles para reducirles la vida más rápido de lo normal. Naturalmente, no siempre es fácil atinar en estas zonas tan clave, aunque lo que es innegable es que los combates son brutales y muy emocionantes por la tensión y la acción que se vive en ellos de principio a fin y más aún si hay que lidiar contra unos cuantos simultáneamente.
Los peones, unos aliados indispensables
Viajar en solitario por este mundo de fantasía sería un suicidio al ser tan hostil. Sin embargo, es raro que eso suceda porque nuestro protagonista está acompañado siempre por tres personajes adicionales, conocidos como peones. Se tratan de unos aliados controlados por la inteligencia artificial que disponen de sus propias vocaciones y que no dudarán jamás en dar la vida por nuestro protagonista ante cualquier situación en la que se vean involucrados.
De todos ellos, hay un peón principal, el cual presume del mismo nivel de profundidad de personalización que nuestro personaje, ya que se puede escoger su apariencia, vocación, habilidades, capacidades, etc. Y otro detalle esencial es escoger qué personalidad tendrá al afectar a la forma en la que habla y actúa al recolectar recursos, al combatir o al entablar conversaciones con el resto de integrantes del grupo.
Los otros dos peones son secundarios y en este caso no es obligatorio el llevarlos de acompañantes, pero si la decisión más inteligente por la ayuda tan grande que aportan. Esto se debe a que cada peón dispone de su propia vocación, así que se puede formar un grupo muy variado y equilibrado. A su vez, estos pueden ser personajes creados por Capcom, por otras personas o por amigos que tengas agregados en la consola.
La mejor forma de contratar peones es recurriendo a las piedras de falla, unos lugares en los que figura una larga lista de estos personajes que pueden ser contratados gratuitamente o empleando unos puntos en el caso de querer sumar al grupo a alguno con un nivel considerablemente más alto que el nuestro. En este sentido, si nuestro peón principal es contratado por alguien, irá entregando estos puntos y otras recompensas cada vez que se descanse una posada, en el caso de haber ofrecido un buen trabajo con otros jugadores.
Otra razón por la que los peones son tan útiles se debe al hecho de que son capaces de ejercer de guías, dar pistas sobre el camino correcto a seguir, localizar cofres ocultos y más. Y algo que a veces resulta muy divertido son los diálogos que mantienen los peones entre ellos o cómo van contando anécdotas que han vivido con otros jugadores, sin mostrar ningún reparo en soltar cualquier comentario o revelar intimidades de sus dueños originales en el caso de que les apetezca irse de la lengua.
A la hora de combatir, por lo general me he sentido muy satisfecho con el desempeño que han mostrado los peones, porque la inteligencia artificial es muy elevada y sabe perfectamente lo que debe hacer en todo momento. Aun así, no quiere decir que sea sobresaliente, porque más de una vez han provocado que me exaspere por no esquivar los golpes adecuadamente o no seguir mis órdenes, por mucho que aporree sin parar el botón de solicitar que me sigan o ataquen a un mismo objetivo.
Por si no fuera suficiente, hasta he visto cómo la cagan de la forma más absurda posible, porque se han caído al agua, lo que es una muerte segura, o se han puesto a andar por donde no debían y se han dado un buen guarrazo contra el suelo, así que toca ir a por ellos para resucitarlos. Esto último es indispensable, porque los peones que mueran lo hacen para siempre y desaparecen del grupo, excepto el principal, que requiere acudir a una piedra de falla para reincorporarlo al cuartero.
Por otro lado, durante los viajes hay peones solitarios que pueden ofrecer sus servicios, por si queremos sustituir a uno de nuestros compañeros por otros, al igual que no dudarán en echar una mano si estamos combatiendo contra enemigos, aunque no formen parte del grupo, lo que causa que a veces se forme toda una batalla campal por la cantidad de personajes que hay repartiendo estopa por todas partes.
La opinión de VidaExtra
Antes de proporcionar mi valoración final, quería resaltar que en ningún momento del texto he hablado acerca de los polémicos micropagos que han causado que se critique tanto al juego. La razón es muy simple y es que estos contenidos descargables de pago son totalmente absurdos al no ser obligatorios. Después de haber jugado casi 100 horas no me he visto jamás con la necesidad de recurrir a ellos porque absolutamente todo lo que puedes conseguir pagando con dinero real lo puedes obtener a lo largo de la aventura muy fácilmente.
Dejando de lado este asunto, no me cabe duda de que Dragon's Dogma 2 es una de esas experiencias que probablemente no acabe olvidando nunca y de las que va a perdurar en mi memoria durante mucho tiempo. Es de lejos el mejor RPG que he jugado en lo que va de año, y no es porque no haya tenido unos rivales tremendamente duros y sobresalientes, pero lo que ha logrado Capcom está a otro nivel por lo épico que resulta el viaje de principio a fin en este mundo de fantasía por el que desearías perderte eternamente.
La libertad que ofrece el juego es alucinante, con un mundo abierto que no para de sorprenderte constantemente. Desde luego el lanzamiento de esta secuela se ha hecho de rogar lo suyo al haber llegado 12 años después del lanzamiento de su predecesor. No obstante, es innegable que la espera ha merecido la pena, porque ya tengo claro cuál es mi primer firme candidato al GOTY de 2024.
Precio de Dragon's Dogma 2
La edición física de Dragon's Dogma 2 puede ser vuestra por 70,99 euros, ya sea en PS5 o en Xbox Series X/S. Por el contrario, los que prefieran tener su copia en formato digital pueden adquirirla por 64,99 euros en Steam o por 74,99 euros en PlayStation Store y la tienda de Xbox.
Dragon's Dogma 2 Standard Edition
Duración de Dragon's Dogma 2
La duración de Dragon's Dogma 2 varía por completo dependiendo del ritmo al que quiera jugar cada uno. En mi caso, entreteniéndome con misiones secundarias y explorando gran parte del mapa he tardado alrededor de unas 60 horas en pasármelo, sin contar un contenido secreto sobre el que no voy a ofrecer ningún detalle para no destripar nada, pero yendo más al grano tal vez sea posible tardar la mitad de tiempo. Eso sí, los que pretendan ir a por todas las misiones, desbloquear todos los secretos, vocaciones, etc., tendrán entretenimiento más que garantizado durante más de 100 o incluso 150 horas.
Imprescindible
Dragon's Dogma 2
Plataformas | PC, PS5 (versión analizada) y Xbox Series X/S |
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Multijugador | No |
Desarrollador | Capcom |
Compañía | Capcom |
Lanzamiento | 22 de marzo de 2024 |
Lo mejor
- Una aventura legendaria con una trama muy emocionante.
- Su mundo abierto tan descomunal y repleto de secretos.
- Los espectaculares combates contra criaturas de todo tipo.
- La libertad que ofrece al explorar y llevar a cabo las misiones.
Lo peor
- Los combates a veces son un tanto injustos.
- La inteligencia artificial de los peones podría haberse optimizado más.
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