Tan entretenido como Dead Cells. Tan cautivador y épico como los Castlevania clásicos. Dead Cells: Return to Castlevania trasciende los límites de lo que se espera de una expansión de contenidos para convertir al Prisionero en el legítimo heredero del clan Belmont. Preservando la esencia de ambas franquicias de manera magistral y dándole más riqueza a ese imprescindible Roguevania que ya era perfecto. Y ahora lo es más.
Porque lo de Return to Castlevania va mucho más allá de repartir elementos propios de la saga de Konami y cambiar los biomas para que parezca que estamos en el Castillo de Drácula: se trata de una extensión total de ese legado descontinuado (pero no olvidado) de Konami con sus propias sorpresas y, a la vez, el mejor tributo que nadie le ha hecho jamás a Castlevania.
Palabras mayores que, como puedes ver en nuestros diez minutos de gameplay acotados para guardar algunas sorpresas, se sostienen combinando lo mejor de ambos juegos en una experiencia divertidísima, con una rejugabilidad infinita y que rebosa auténtico amor por los años dorados de Castlevania.
Tras dar clases magistrales de cómo hacer cada vez mejor Dead Cells a base de expansiones que suman capas y multiplican la rejugabilidad del terriblemente adictivo Rouguevania (término acuñado por ellos mismos) protagonizado por el héroe decapitado, Motion Twin y Evil Empire sorprenden gratamente con un profundo homenaje a la saga que, en sus propias palabras, más les influenció.
Como resultado, Return to Castlevania no solo derrocha el amor de sus creadores, sino que extiende enormemente el valor del conjunto. Para deleite de los fans de los metroidvanias clásicos y la fórmula roguelite. Y que, además, se hayan recuperado y reorquestado para la ocasión hasta 51 temazos de la saga vampírica, incluyendo las piezas Michiru Yamane, eleva lo ofrecido en este exquisito DLC por encima de juegos que aspiran a ser el próximo Castlevania o se inspiran con demasiado descaro y de manera superficial en ellos.
Haciendo que la exploración, la acción y la supervivencia pasen en un suspiro. Premiando cada nuevo paso dado un poquito más lejos que la última vez. Ya bien sea al estilo Dead Cells o como un auténtico Belmont. Dejando siempre la bendita sensación de querer volver a empezar, incluso tras ser derrotado de la manera más amarga. Sobre todo porque ahora el propósito ya no es escapar de la isla, sino vencer al mismísimo Drácula.
Return to Castlevania, una gloriosa purga sin fin
Lo creas o no, el Prisionero ha cruzado la puerta equivocada y se ha topado con el castillo de Drácula en sus narices. Eso sí, con la imponente fortaleza y todo lo que hay dentro: nuevas armas, nuevos enemigos e infinitas razones para no quedarse embobado esperando a que pase el próximo carruaje de vuelta. Entre otros motivos, porque no llegará: una vez empiezas a jugar a Return to Castlevania en Dead Cells ya no hay vuelta atrás.
Para quien no ha jugado al juego de Motion Twin y Evil Empire y haya llegado hasta aquí intrigado por el peso y el valor de la saga de Konami, Dead Cells no es exactamente un Metroidvania, aunque hay mucho de ellos en la experiencia. Nuestro protagonista, el Prisionero decapitado está encerrado en una misteriosa isla que pondrá a prueba su destreza mientras trata de avanzar a su propio ritmo recopilando armas y orbes. Si es eliminado lo perderá todo y tocará empezar de cero. Bueno, casi.
La gracia de Dead Cells es cómo se combina una jugabilidad propia de los clásicos de acción, con una esencia de metroidvania y, desde ahí, abraza la filosofía roguelite: todos los escenarios se generan justo antes de empezar la partida, con lo que no harás dos veces la misma aventura. Sin embargo, cada vez que pasas de un escenario a otro puedes invertir parte de lo ganado en mejoras o desbloqueos permanentes. De modo que siempre empiezas desde cero, pero el Prisionero tiene mejores recursos en cada nueva partida.
El propósito original del Prisionero es escapar de la isla en la que está retenido, lo cual implica atravesar en enormes zonas laberínticas en las que, además, se gratifica tanto la velocidad como la cantidad de enemigos que eliminemos. Con montones de secretos, trampas, desafíos y jefazos finales memorables. Y pese a que en nuestras primeras partidas seremos eliminados en unos 20 minutos o menos, conforme más vayamos jugando más nos atrapa la diversión, el ritmo y la variedad del propio juego.
Si bien, Dead Cells no necesita extras para ofrecer una rejugabilidad infinita, se han lanzado numerosos DLCs de pago y actualizaciones completamente gratuitas con más escenarios, armas y contenidos que han extendido enormemente el valor del juego. El DLC de Return to Castlevania no es la primera colaboración que tiene, de hecho, pero es la más grande, la más divertida y la más interesante jamás hecha.
Y lo que es mejor: Return to Castlevania no solo es una extensión de todos los hitos y lo mejor de Dead Cells, sino que es parte legítima del legado de Castlevania. Al punto de que, tras una verdadera infinidad de horas echadas en PC, consola y Steam Deck, hoy lo veo como ese roguevania que Konami jamás hizo con si saga. Y no tengo garantías de que, en el remoto caso de llegar a anunciarlo, lo pudiese hacer mejor.
Cómo accedo al Castillo de Drácula en Dead Cells
Como ocurre con las expansiones anteriores, al contenido de Return to Castlevania no se llega de primeras y a través de un menú, ya que existe un requisito previo que, siendo sinceros, no tardarás en cumplir: no podremos acceder al castillo de Drácula hasta haber sido eliminados tres veces.
Esto se debe a que las dos primeras partidas sirven para explicar al jugador cómo se desarrolla el juego. Dicho lo cual, si ya has jugado lo suyo a Dead Cells o tu contador de horas te pide clemencia, no tardarás en ver la bandada de murciélagos en pantalla que te adelanta la llegada del señor del mal y su séquito. O, al menos, que en algún punto del nivel hay un Belmont que te acabará metiendo en líos.
A través de Return to Castlevania, Motion Twin introduce una nueva historia completamente original en la que nos unimos a la cruzada de Ritcher y Alucard contra el mismísimo Drácula mientras limpiamos su castillo de bestias y amenazas. De hecho, incluso tiene su propia narrativa oculta: sin entrar en mucho detalle, si atrapamos al gato de María ésta aparecerá y nos dará la posibilidad de añadir una nueva habilidad sorpresa a nuestro repertorio.
Por no decir que cada línea de diálogo irradia mucho amor por la saga Castlevania y detalles que robarán más de una sonrisa a sus fans, y hasta un total de 20 trajes para el prisionero que le visten como un auténtico cazador de vampiros.
Eso sí, hay una segunda manera de acceder al castillo de Drácula, ya que si tenemos la suficiente técnica y las armas apropiadas, el bastión del señor del mal sustituirá al Castillo Pico Alto. Pero, por lo pronto, no tendrás que llegar tan lejos para iniciar tu purga vampírica. Y eso es bueno.
Incluso si apenas has jugado o todavía no has pasado de los compases iniciales del juego, encontrar la ruta hacia el Castillo de Drácula por primera vez y todas las que vengan después es muy fácil, ya que básicamente el diseño de nivel pasa a ser una especie de escalera bastante inclinada y reconocible. Al final de la misma, eso sí, la puerta te conducirá hacia una de las cuatro nueva localizaciones: las afueras del castillo.
Y es aquí dónde se empieza a lucir Return to Castlevania.
Un crossover de ensueño con toneladas de contenido, homenajes y secretos
A nivel de contenido, este DLC introduce cuatro biomas (las afueras del castillo, el castillo de drácula, la necrópolis y el torreón) completamente inspirados en juegos como Rondo of Blood y Symphony of the Night, pero conservando la estética pixelada de Dead Cells, la cual ya se parecía bastante a la de los Castlevania clásicos. Sus inquilinos, de hecho reciben el mismo tratamiento.
Con todo, lo que de verdad nos va a volar la cabeza son las nuevas armas creadas para la ocasión y que, a efectos prácticos, han sido directamente extraídas de Castlevania: desde el clásico Agua Bendita hasta el mismísimo escudo de Alucard se suman al repertorio del Prisionero, pasando por el glorioso Vampire Killer, el látigo que durante generaciones ha puesto a Drácula en su sitio y ahora pasa a manos de nuestro decapitado protagonista.
De hecho, una de las armas más curiosas es la Espada Látigo, la cual ocupa las dos ranuras de armas y que, en esencia, ofrece dos funciones que podemos intercambiar usando un botón. De primeras es un arma fuerte y de gran alcance, pero poco más, pero con las suficientes mejoras es una verdadera pasada.
Lógicamente, las armas servirán de muy poco si no hay enemigos a juego: para la ocasión, además, Motion Twin ha recreado al su propio estilo hasta nueve enemigos míticos de la saga y dos jefazos finales más una sorpresa adicional. Los enemigos, de hecho reaccionan y se mueven exactamente igual que en los juegos de Konami, con lo que los esqueletos lanzan los huesos con la misma curvatura y los vampiros y armaduras siguen siendo igual de molestos. Precísamente por ello gusta tanto cargarselos.
Si bien, cada ubicación de Dead Cells y sus expansiones tiene un diseño y un modo de exploración distintivos, en el caso de Return to Castlevania pasa algo parecido, pero más interesante: el diseño de la entrada al Castillo rinde homenaje a Rondo of Blood y Super Castlevania IV, mientras que las zonas interiores a Symphony of the Night o las entregas de Game Boy Advance.
Sintiéndose un juego de Castlevania, pero conservando esa jugabilidad y sistema de progresos de Dead Cells, con el extra adicional de las melodías y temas principales de la saga de Konami para cimentar esta gloriosa alianza. Una combinación totalmente ganadora. Sobre todo, porque a través del DLC también podemos convertir el propio juego en una especie de Castlevania.
Una vez hayamos vencido a La Parca en Return to Castlevania, si jugamos una nueva partida y vencemos al jefe que nos espera en la Sala del reloj acabaremos en una versión algo diferente del Castillo de Drácula en la que podremos liberar al mismísimo Ritcher. Si hacemos este último proceso por segunda vez, al llegar a la jaula pasaremos de controlar al Prisionero al mismísimo Belmont con su propio set de movimientos y la misma jugabilidad de los juegos de Castlevania.
Y pese a que hay todavía más secretos repartidos a lo largo de este DLC, los cuales deberás descubrir a base de latigazos, tajos y pociones, queda patente el empeño de Motion Twin por ofrecer el homenaje definitivo a la saga de cazadores de vampiros de Konami.
La opinión de VidaExtra
Dead Cells ya había alcanzado la perfección con su propuesta de juego original. O con el juego base, si lo prefieres. Redondeó sus aciertos e intenciones con la llegada de cada una de sus expansiones. Ahora, con Return to Castlevania va un paso más allá: Motion Twin destila la enorme influencia de los metroidvanias de Konami y la imprime con nueva fuerza y un cariño muy especial en su juego.
Logrando en el proceso un doble hito: introducir montones de elementos que enriquecen las partidas de Dead Cells y, sobre todo, darle al mundo ese gran roguelite que Castlevania llevaba pidiendo a gritos desde hace décadas.
Como resultado, tenemos un contenido imprescindible para un juego absolutamente esencial y que se niega a dejar de crecer y ser cada vez mejor. Elevando lo logrado a un nuevo listón que es complicado de superar. No a base de sumar cualquier contenido y de cualquier manera o de apoyarse en el peso de una licencia consagrada, sino ofreciendo el que es el mayor tributo que jamás nadie le ha hecho a la saga Castlevania en forma de videojuego.
Return to Castlevania es un sueño cumplido para los fans de Dead Cells y la saga Castlevania. Y si el propio Drácula ha encontrado el modo de colarse en Dead Cells, es que ya no hay nada imposible... Con una única excepción: proponerse en serio jugar la última partida, y lograr no echar otra justo después.
Precio de Dead Cells: Return to Castlevania
Dead Cells: Return to Castlevania, el DLC, tiene un muy amortizable precio de 9,99 euros en todas las plataformas (PC, Xbox, PlayStation y Switch) a sabiendas de que también se necesita el juego Dead Cells. Motion Twin, además, ha ofrecido dos lotes digitales igual de sugerentes:
- El Dead Cells: Return to Castlevania Bundle, por 34,98 euros con rebaja temporal, que incluye el juego base y el DCL.
- El Dead Cells: Medley of Pain Bundle, valorado en 49,95 euros y que incluye el juego más todos los DLCs. Siendo, a todos los efectos, la mejor opción si no contamos con nada.
En mi caso, como ya contaba con todos los DLCs anteriores, al comprar el último lote en Steam para jugar en Steam Deck (también lo adquirí en Xbox) me beneficié del descuento de lanzamiento, con lo que Dead Cells: Return to Castlevania me salió un par de euros más barato.
Dead Cells: Return to Castlevania (DLC)
Duración de Dead Cells: Return to Castlevania
Tanto Dead Cells como el DLC de Return to Castlevania ofrecen una rejugabilidad absolutamente infinita. De hecho, el juego está diseñado para premiar que te pases cada zona en el menor tiempo posible, pero la grandeza de la experiencia siempre reposa en su matiz de roguelite y cómo engancha y logra encadenar una partida con la siguiente. Independientemente de que hayas completado el juego o te hayan matado sin poner un pie en el castillo de Drácula.
A modo de referencia, con la suficiente destreza puedes completar una partida completa de Dead Cells: Return to Castlevania en unas tres horas y media. Pero incluso si logras todos los secretos, contenidos, trofeos y coleccionables a base de rejugar, continuarás regresando. Porque Dead Cells es uno de esos juegos a los que siempre merece la pena regresar de manera recurrente. Aunque sea para una partida rápida. O dos. O más.
Imprescindible
Dead Cells: Return to Castlevania
Plataformas | PC, Xbox (versiones analizadas), PlayStation y Nintendo Switch |
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Multijugador | No |
Desarrollador | Motion Twin / Evil Empire |
Compañía | Motion Twin |
Lanzamiento | 6 de marzo de 2023 |
Lo mejor
- El resurgir de toda la gloria de los Castlevanias clásicos en un roguevania intachable
- Dispara la rejugabilidad de Dead Cells a una escala alucinante
- Montones de guiños, desafíos y sorpresas
Lo peor
- Nada, salvo las horas que no vas a recuperar por echarte la enésima partida de seguidas
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