Análisis Blasphemous 2, el sensacional retorno de El Penitente en un metroidvania puro y duro a la par de desafiante

En 2019 el estudio español The Game Kitchen nos sorprendió muy gratamente con Blasphemous, un título del que es inevitable que nos sigamos acordando cuatro años más tarde por las buenas sensaciones que transmitió. Por eso mismo es comprensible que el anuncio de una secuela fuese acogido con los brazos abiertos por poder disfrutar de una nueva aventura de la saga.

La llegada de Blasphemous 2 está prácticamente a la vuelta de la esquina. Un título dispuesto a demostrar una vez más que no hace falta poner el punto de mira en grandes producciones fuera de nuestras tierras, ya que aquí también contamos con desarrolladores con un gran talento que son capaces de dejarnos con juegazos de los que enganchan de principio a fin.

El primer Blasphemous dejó el listón muy alto, así que es momento de descubrir en el siguiente análisis si esta continuación ha sido capaz de igualar su calidad e incluso superarla.

Una fascinante ambientación basada en el folclore español

A la hora de hablar del argumento hay que decir que los que hayan jugado al título original se sentirán más familiarizados con la trama, pero podéis estar tranquilos si sois de los que venís de nuevas, porque no es indispensable para entender bien todo lo que sucede. Naturalmente hay guiños y referencias a eventos que han tenido lugar previamente, aunque tampoco son tan vitales para no saber qué está sucediendo.

Partiendo de esta base, el protagonista vuelve a ser El Penitente, quien pone fin a su descanso al despertar en un lugar de lo más extraño en el que se le encomienda una nueva misión para acabar con los horrores que ha generado El Milagro, un ser sobrenatural que con sus poderes ha maldecido a todos los habitantes de la tierra de Cvstodia.

Para llevar a cabo su tarea debe de recorrer infinidad de escenarios en este mundo de fantasía medieval que sin duda está inspirado en el folclore español, con guiños de todo tipo, entre ellos algunos que os harán esbozar una sonrisa. En este sentido, la ambientación vuelve a ser brillante, destacando también sus referencias a la cultura cristiana, con escenarios de todo tipo que en todo momento respetan la temática en la que están inspirados.

Tan pronto estás pasando por bosques, como llegas a un pueblo, pasando por iglesias, cavernas y otras zonas muy distintas unas de otras, pero en todo momento se mantiene ese toque clásico del que hace gala, algo que también se ve reflejado en los personajes y villanos principales. Aun así, también tiene su punto un tanto sanguinario que no teme a mostrar litros de sangre o vísceras si es necesario.

Al contar con unos gráficos en pixel-art no queda todo tan gore en determinados momentos. La verdad es que en este apartado pocas sorpresas podemos encontrar, lo que no quita que el juego se vea de maravilla en todo momento, con una ambientación que te atrapa de lleno, unos diseños de personajes muy variados. Además, también hay que destacar que a nivel jugable es una maravilla, sin sufrir ningún tipo de ralentización y una enorme y constante fluidez.

Y si hay algo que también me ha fascinado ha sido el doblaje, porque todos y cada uno de los diálogos de la aventura están doblados al castellano. La selección de voces que se han escogido es simplemente soberbia, pudiendo escuchar algunas de las más populares que reconoceréis al instante por haber participado en multitud de series y películas, como la de Camilo García, Ramon Langa o Graciela Molina, entre muchos otros.

Ampliando el repertorio de armas y habilidades

En muchos aspectos Blasphemous 2 es bastante continuista en comparación con su predecesor, dado que los puntos importantes se mantienen. Así nos encontramos una vez más con una aventura en 2D de acción y plataformas en forma de metroidvania, algo sobre lo que profundizaré más adelante, pero las capacidades de El Penitente son exactamente las mismas en su gran mayoría.

Siguen estando los puntos de control, los lugares en forma de viaje rápido, las tiendas para adquirir mejoras, las Cuentas de Rosario que brindan también otras mejoras menores o también los hechizos que se pueden ejecutar con los Versos y los Cantos. En líneas generales si os gustó la jugabilidad del primer Blasphemous, os encantará la de su continuación.

Por supuesto también se ha aprovechado la ocasión para añadir algunas novedades de lo más interesantes, porque El Penitente puede emplear ahora tres armas diferentes: Ruego al Alba, su espada principal; Veredicto, una especie de bola gigante atada a una cadena; y Sarmiento y Centella, un par de estoques que se empuñan en cada mano.

El control de cada arma es completamente único, porque la espada principal es la más estándar. Veredicto quita una cantidad de vida bestial en comparación con las otras, aunque se tarda más en ejecutar los impactos, que es justo el caso contrario de lo que sucede con los dos estoques. Ahí depende de cada uno cómo quiere afrontar los enfrentamientos contra los grotescos enemigos que irán apareciendo, aunque he de reconocer que Veredicto ha sido mi gran salvadora a la hora de plantar cara a los jefes finales.

Estos enemigos más demoledores obligan a esforzarse al máximo a los mandos por la cantidad de vida que quitan con cada golpe. Una vez te aprendes los patrones se vuelven más asequibles los combates, aunque hasta llegar a ese punto lo más normal es haber muerto previamente unas cuantas veces, porque podéis estar seguros de que morir es muy fácil y ocurrirá más veces de lo que os imagináis y desearéis.

De todos modos, las batallas contra los jefes finales me han encantado por lo diferentes que son unas de otras, para que resulte un desafío descomunal, pero sin llegar al punto de resultar tan desesperante como el de un Dark Souls. De primeras estos combates parecen pocos durante la primera mitad de la aventura, pero en la segunda mitad más vale que hayáis aprendido bien a dominar todas las capacidades de El Penitente.

Volviendo al tema de las armas, sus aspectos tan distintivos no se basan únicamente en la forma de atacar, ya que también son exclusivas para interactuar con el escenario de diferentes formas. Así se puede utilizar Veredicto para generar unas plataformas al golpear campanas que haya por los alrededores o también emplear Sarmiento y Centella para desplazarse a toda velocidad por unos espejos situados en el aire.

Todo ello consigue que la jugabilidad se vuelva más variada constantemente y no pares de intercambiar unas armas y otras. Por otro lado, a nuestro protagonista se le puede personalizar más todavía gracias a unas figuras de madera que se pueden equipar para potenciar los ataques y habilidades mágicas, garantizando así una mayor personalización en base a la forma de jugar de cada uno.

Un metroidvania extenso y en momentos frustrante

Blasphemous 2 ha apostado más todavía por su vertiente metroidvania, potenciando más todavía lo que hace tan icónico a este género. Al haber multitud de zonas distintas no pararéis de viajar de unas a otras para ir desbloqueando nuevas habilidades, armas o toda clase de coleccionables para canjearlos en los diversos personajes que nos pueden echar un cable en este periplo.

De primeras da la impresión de ser algo más lineal, pero cuando El Penitente se va fortaleciendo no pararéis de regresar una y otra vez a lugares que os acabaréis aprendiendo de memoria por las veces que os tocará atravesarlos. Así pues, a veces no queda más remedio que pegarse unas buenas pateadas, porque cada zona es inmensa y los viajes rápidos se pueden contar casi con los dedos de una mano.

El juego en ningún momento os indicará a dónde os deberéis de dirigir, así que la exploración es fundamental para no dejar ni un solo rincón por visitar en la búsqueda de algo que nos pueda resultar útil para progresar o para encontrar elementos indispensables para alcanzar el 100%, en el caso de que seáis de los que os gusta completar todo. Esto conlleva que a veces pasaréis un buen rato recorriendo un lugar con la esperanza de encontrar algo que os ayude en vuestro viaje para luego daros de bruces con la cruda realidad de que no estáis buscando en el sitio adecuado.

Asimismo, me ha pasado demasiadas veces el tener la sensación de ver lugares que en ese momento no podía interactuar con ellos hasta desbloquear el poder adecuado, pero una vez lo tenía me ha costado encontrar dónde podía sacar partido de él. Por suerte, la jugabilidad es tan buena y la banda sonora tan sobresaliente que se hace más llevadero el viaje por las pantallas hasta descubrir exactamente qué es lo que hay que hacer a continuación.

Como mencionaba previamente, las capacidades especiales de cada arma logra mejorar más todavía el hecho de que sea un metroidvania, sobre todo por la inmensa cantidad de puzles que hay por todas partes y que hay que observar a conciencia para resolverlos, porque a veces también me ha dado la impresión de no poder avanzar por no realizar los saltos adecuados, con algunos muy ajustados para escalar por plataformas o apoyarse en las paredes.

Y en medio de todo esto he de hacer mención a otro aspecto que no me ha terminado de convencer y que, por desgracia, ya era demasiado frecuente en el primer Blasphemous, como son las muertes por caídas. La cuestión es que a veces no te queda otra alternativa que dar un salto de fe para terminar cayendo encima de unos pinchos mortales o directamente para ir a parar al vacío, y si no tienes la suficiente cantidad de vida, muerte asegurada.

Sin duda este hecho resulta un tanto injusto porque estas situaciones son demasiado frecuentes e incluso a veces también puedes acabar cayendo encima de un enemigo. Y el problema está en que al morir puede que reaparezcas medianamente cerca o tal vez demasiado lejos, teniendo que recorrer gran parte del escenario para llegar donde estabas y así recuperar como una especie de espíritu que dejas al morir para recuperar parte de la barra de magia, ya que de lo contrario la perderás a no ser que pagues para restaurarla.

La opinión de VidaExtra

Todos los que hayan jugado al primer Blasphemous y les haya encantado no pueden pasar de largo de esta secuela, porque recoge todo lo que hizo tan especial al título original y trata de llevarlo algo más lejos. Si bien en muchos aspectos es demasiado continuista, conservando la mayoría de mecánicas y funciones, también hay otras nuevas que desde luego son excelentes, como el trío de armas o la personalización de El Penitente a base de mejoras.

De nuevo tenemos ante nosotros un brillante metroidvania con una ambientación alucinante y que en muchos momentos se vuelve un desafío, sobre todo en los combates contra los jefes finales, aunque los enemigos más simples no se quedan atrás tampoco, lo que desde luego pondrá a prueba vuestra paciencia para levantaros e intentarlo una y otra vez.

The Game Kitchen ha conseguido dejarnos un juego magnífico con Blasphemous 2. Tal vez no sea perfecto por ciertos detalles, pero su enigmático y vasto mundo, sus peculiares personajes, sus brutales combates, su banda sonora repleta de temazos y un doblaje digno de aplaudir sin parar, forma un conjunto que convierte a este título en uno de los mejores de este verano.

Precio de Blasphemous 2

Blasphemous 2 saldrá a la venta en formato físico y también en digital por exactamente el mismo precio: 29,99 euros. En físico lo podéis encontrar en su versión para consolas a través de Amazon, mientras que aquellos que prefiráis tenerlo en digital lo tenéis disponible para precomprar en PC a través de Steam, en la eShop de Nintendo Switch, en la tienda de Microsoft para Xbox Series X/S o en PlayStation Store para PS5.

Duración de Blasphemous 2

Todos aquellos que pretendáis pasaros la campaña de Blasphemous 2 y no centraros en casi nada más os durará alrededor de las 12-15 horas. En cambio, los que intentéis ir a por el 100% necesitaréis bastante más horas, como el doble perfectamente, para lograrlo.

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