Hace unos cuantos años no había otra perspectiva hacia Prince of Persia que el puro pesimismo. La saga de Ubisoft se encontraba en barbecho, olvidada entre una marea de AAA novedosos, pero una nueva era se ha confirmado. Tras la llegada a principios de 2024 de Prince of Persia: The Lost Crown, lo cierto es que The Rogue Prince of Persia certifica la resurrección inesperada de la franquicia de plataformas.
Ya pude echarle el guante al proyecto de Evil Empire, codesarrolladores del aclamado Dead Cells, y esta vez me he sumergido por completo en uno de los roguelite más apañados de todo el año. Han sido casi 10 horas de travesía para exprimir todo lo que tiene que ofrecer, por el momento, el Early Access que llega hoy mismo a PC.
Un nuevo reino, un nuevo príncipe
De aquel príncipe de principios de siglo ya no queda ni rastro y la apuesta de la desarrolladora es la de ofrecernos una versión inédita. El futuro monarca ve como las tropas del ejército huno, corrompido por la magia chamánica oscura, arrasan con el pueblo de Persia. Toca enfrentarse a su brutal amenaza, pero el padre del príncipe cree que es demasiado temerario e inexperto para la tarea. Desoyendo los consejos del rey, el protagonista utiliza una bola mística con poderes excepcionales: le da la capacidad única de retroceder en el tiempo cuando está a punto de morir.
Sin embargo, el dirigente huno Nogai, es rescatado por su viejo mentor Sukhra, que lo lleva al oasis oculto a las afueras de la capital para curarlo. Una vez recuperado, el Príncipe se dirige inmediatamente a la capital, y pronto se da cuenta de que el rey huno está perdiendo el control de su magia. Así pues, será el turno de numerosos intentos para acabar con la invasión en una dinámica de ensayo y error.
The Rogue Prince of Persia es un roguelite, y como tal, nos introduce en un sistema donde aprender de cada fracaso. El príncipe es capaz de recurrir a un buen surtido de armas -hasta 8 distintas- y herramientas secundarias -hasta 6 diferentes-, por lo que no existe una forma equivocada de superar cada ruta. Lanzas, dagas, cimitarras o hachas componen los aceros principales; discos con pinchos, guanteletes pesados o arcos se agrupan entre los accesorios. Podemos abusar todo lo que queramos de los primeros, algunos de los cuales cuentan con ataques especiales, pero los segundos ofrecen un movimiento especial que solo se puede desencadenar si hemos rellenado lo suficiente su barra de energía.
No importa cuáles escojáis/os toquen durante las partidas, pues son realmente efectivas en cualquier situación, aunque hay que sumar un detalle fundamental. Existen 30 medallones que otorgan habilidades tan variopintas como desencadenar un torrente de resina que ralentiza a los enemigos, un flujo de veneno que los debilita o hasta la posibilidad de resucitar con la mitad de la vida. No se deben escoger sin pensar, ya que tan solo contamos con cuatro huecos en nuestro inventario y se potencian entre ellos. Por ejemplo, un medallón puede mejorar las aptitudes de los dos que tenga hacia su derecha, mientras que otro puede hacer lo propio, pero con los situados a su izquierda.
Por tanto, es necesario detenerse un segundo y planificar qué es lo mejor que podemos hacer antes de colocar un medallón más. Y no es que vayan a faltar oportunidades en The Rogue Prince of Persia, pues a lo largo de los 6 biomas disponibles existen suficientes reclamos. Cofres ocultos, altares de sangre, altares de elección o comerciantes son algunas de las paradas en el camino antes de proseguir y para llegar a ellos hace falta trepar. Sin ningún tipo de duda, Evil Empire ha sabido dar con la tecla acertada a la hora de capturar las piruetas del príncipe.
Si bien puede saltar, dar volteretas, trepar y esquivar, el movimiento estrella del título es el de correr por las paredes. Una mecánica tan clásica no puede faltar en la ecuación y podemos ejecutarla en cualquier parte, siempre y cuando el fondo 2D muestra una pared sobre la que apoyarnos. El movimiento es tremendamente fluido, pudiendo recorrer los espacios repletos de suelos falsos, pinchos, cuerdas, columnas y pendientes por las que deslizarnos con una soltura fantástica. Si el error llega a producirse, no queda otra que culparnos a nosotros mismos por haber metido la pata. A su ves, desplazarse es un placer gracias a los pozos de los deseos, unas estructuras que funcionan como puntos de viaje rápido dentro de cada bioma.
Más allá del brillo de la espada
No es que sea un paseo por el parque descubrir lugares como los Jardines, la Academia o el Acueducto, pues las tropas de los hunos se interpondrán en el camino. Lo cierto es que la lista de rivales no es especialmente larga, ya que la variedad escasea, pero son lo suficientemente peligrosos como para aprender sus técnicas. Guerreros rasos, brutos poderosos, lanceros, magos o bombarderos no pararán de acosarnos en cada elección de escenario que realicemos.
Todos y cada uno de ellos evocan a ese Oriente tan exótico y misterioso del que proviene el príncipe. El estilo visual, más cercano a la acuarela y con una definición sencilla, funciona a las mil maravillas con diseños reconocibles y estampas muy bonitas. Sí que se echan en falta algunos detalles más en el fondo de algunos de ellos, embelleciendo más el conjunto, pero ni mucho menos estropean un acabado artístico muy resultón.
En mitad de todos elllos se encuentran personajes como Shahin, Feriel o Azadeh, los cuales nos invitan a realizar tareas secundarias que no se pueden llevar a cabo en una sola run. Será necesario examinar mejor cada rincón y escoger mejor cada ruta para liberar un torrente de agua o salvar de su encierro a uno de ellos. Con todo, los más importantes son los que se encuentran en el campamento inicial: Paachi y Sukhra. Los dos poseen la capacidad de, si les entregamos Braseros del Alma, construir nuevas armas o medallones con los que toparnos durante cada intentona. Eso sí, hay que depositarlas en un pebetero especial antes de finalizar, por lo que se logra fácilmente que cada run tenga un propósito mínimo.
Siempre partimos desde la base en el desierto del príncipe, nos decidimos por un primer bioma y dentro del mismo, un segundo. Si superamos los desafíos, desembocaremos en la pelea contra el primer jefe. Dos biomas más tras derrotarlo y un segundo rival a la altura, los cuales conforman un dueto de retos que obligan a estar muy atentos sacando la artillería pesada. Sin embargo, hasta ahí llegará el recorrido principal de The Rogue Prince of Persia. Existen un par de misiones secundarias disponibles durante el Early Access que suman unas cuantas partidas más, pero lo cierto es que hay una escasez de contenido clara a estas alturas. En 9 horas he exprimido todo lo que se puede hacer en la obra y en 5 ya había leído el mensaje de Evil Empire de que había alcanzado el límite de la aventura... por ahora.
La pretensión del estudio es la de duplicar los motivos para sumarse a The Rogue Prince of Persia, previsiblemente a lo largo de un año y escuchando todos los comentarios de la comunidad. Una postura que, teniendo en cuenta los antecedentes, se debe tomar como un compromiso real que nutrirá un videojuego al que le vendría fantástico un empujón más de tareas a cumplir, tales como dotarlo de localización al español. Me he entretenido desbloqueando todas las armas y medallones disponibles, por lo que esperaré con ganas qué tiene que ofrecernos a mayores la desarrolladora. El presente es estimulante y el futuro se dibuja muy prometedor.
Ficha de The Rogue Prince of Persia
- Plataformas: PC
- Multijugador: No
- Desarrollador: Evil Empire
- Compañía: Ubisoft
- Lanzamiento: 27 de mayo de 2024
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