Este último fin de semana he pasado bastante tiempo delante del ordenador, pero desde luego ha sido por un buen motivo y uno que llevaba esperando desde hace años, porque por fin Blizzard habilitó la beta de Diablo 4. Eso sí, solo ha estado disponible para todos aquellos que habían reservado por anticipado una copia de la próxima y prometedora entrega de la saga. En cambio, el resto del mundo deberá esperar hasta el próximo fin de semana para exprimirla al máximo.
Como gran aficionado de Diablo, creía que este momento no iba a llegar nunca. Aun así, lo que más ganas tenía era el poder ver por mi propia cuenta qué novedades se habían implementado exactamente y si realmente era el salto que los aficionados llevaban pidiendo a gritos desde hace tantísimo tiempo. Pues bien, después de pasar horas y horas masacrando criaturas demoníacas, lo que os puedo asegurar es que estoy contando más que nunca los días que quedan hasta su lanzamiento.
El mundo de Santuario mejor que nunca. Un lugar del que no querrás escapar
Antes de adentrarme en la beta no tenía muy claro qué me iba a encontrar, más allá de saber que iba a transcurrir en parte del primer acto, de ahí que una de mis mayores sorpresas fue la impresionante cinemática que aparece en el inicio para poner un poco de contexto a la historia y que es la misma para cualquier personaje que acabes escogiendo. Como ya viene siendo habitual, Blizzard vuelve a brindarnos una lección asombrosa de cómo crear secuencias de lo más impactantes.
Ya no solo por esta que sale al principio, sino también por otra que aparece un poco más tarde en la que Lilith, la gran villana de este capítulo, es presentada por primera vez. No voy a destriparos demasiado sobre este momento porque es digno de presenciarlo uno mismo, pero el realismo que se muestra es para quedarse boquiabierto, porque los personajes parecen de verdad, aunque también me resultó muy sorprendente porque el título no tiene ningún tipo de reparo a la hora de enseñar escenas un tanto crudas.
Lo cierto es que tampoco es que haya habido demasiadas secuencias de este tipo en esta versión de prueba, lo que no quita que sean de las que dan ganas de verlas una y otra vez. Al parecer Blizzard ha querido hacer más énfasis que nunca en la parte argumental, de ahí que haya numerosas conversaciones a mantener con multitud de personajes, con diferentes opciones a seleccionar para recabar más información todavía acerca de ciertos asuntos.
Aun así, tampoco me he querido focalizar demasiado en esta parte debido al tiempo tan limitado de la beta, pero por lo poco que he visto al respecto da la impresión de que se ha puesto toda la carne en el asador para que este Diablo 4 sea el mejor de la saga a nivel argumental. Además, parece ser que no conoce de límites en cuanto a su duración, porque la cantidad de contenidos a llevar a cabo es descomunal, así que no me quiero ni imaginar cómo será en la versión final.
A las misiones principales hay que sumar decenas y decenas de secundarias que te van asignando los habitantes de los diferentes pueblos que hay por los alrededores, lo que sirve para conocer las historias de sus habitantes, para añadirle un poco más de trasfondo a este universo y de paso para obtener experiencia, nuevas piezas de equipo y otros artículos, claro está. No vas a hacer todo gratuitamente.
Eso sí, tampoco os esperéis demasiada variedad entre ellas en cuanto a objetivos, porque la inmensa mayoría consisten en acudir a lugares para acabar con un grupo de enemigos y poco más. De todos modos, el mundo de Santuario es una pasada por lo colosal que es. Es el más grande de toda la saga sin ninguna duda y eso que solo he podido ver parte del primer acto, así que no me quiero imaginar cómo será cuando puedas ir libremente a cualquier otra parte.
Y es que algo a tener en cuenta es que cuando dijeron que iba a ser un mundo abierto, no mintieron en absoluto, porque todos y cada uno de los lugares que existen son exactamente los mismos para todos los jugadores. No es como anteriormente que al iniciar una partida se te generaba un mundo procedural y tenías que buscar el camino correcto a seguir. Aquí siempre sabrás dónde está cada mazmorra, cada pueblo, cada castillo, etc., por muchos personajes que te acabes creando.
A los que les gusten las aventuras procedurales tal vez les pueda suponer un punto negativo, pero lo cierto es que a mí me ha parecido todo lo contrario, porque así puedes centrarte mejor en lo que debes hacer sin tener que dar vueltas y vueltas sin llegar a desesperarte. Asimismo, no os preocupéis por la exploración, porque también hay coleccionables ocultos que son los que invitan a no dejar ni un solo rincón por examinar.
Quizás algo que no me ha convencido tanto es que el diseño de las mazmorras no es muy diferente entre unas y otras, por lo que parecía que siempre estaba dentro de las mismas. Lo que sí os aviso es que más vale que tengáis tiempo al adentraros en alguna de ellas, porque son las zonas en las que más tiempo pasaréis por lo descomunales que son, con cientos de enemigos a derrotar y algún que otro objeto a localizar con el fin de abrir la puerta que conduce al jefe final de este lugar. De hecho, estos enfrentamientos me han resultado un tanto desafiantes y en algunos me he tenido que juntar con algún amigo para acabar con ellos.
Por otro lado, al tratarse de un único mundo para todos, es habitual el llegar a cruzarse con otros jugadores que están por los alrededores masacrando criaturas. Es más, en cierto momento de la beta surgió en un lugar un monstruo gigantesco denominado World Boss, lo que viene a ser el mismo jefe final para todo el mundo, así que nos tuvimos que juntar entre 20-30 jugadores fácilmente para acabar con él, pero el encuentro no fue sencillo en absoluto, porque pegaba como un condenado y lo más normal es que te hiciese morder el polvo de un solo golpe. Por si no era suficiente, tenías un tiempo límite de 15 minutos para eliminarlo y ya os digo que nos quedamos rozando el sonido de la campana.
Con muchísimo esfuerzo logramos eliminarlo para llevarnos a cambio unos cuantos objetos muy especiales, pero la mejor recompensa fue el poder vivir algo así con tantas personas al mismo tiempo. Porque si hay algo que siempre me ha encantado en la saga es el poder jugar con amigos, ir de aventuras juntos y ayudarnos mutuamente para acabar con el mal que trata de asolar el mundo, de ahí que esta batalla me haya resultado simplemente apoteósica.
La guinda del pastel la puso su ambientación. Desde los primeros compases se nota que por fin Blizzard ha escuchado a los aficionados que pedían un toque más oscuro y siniestro como el de Diablo II, porque Diablo 4 es la entrega más tétrica de todas, con enemigos con unos diseños espeluznantes y unos escenarios que no se quedan atrás en absoluto, especialmente las mazmorras por la putrefacción que se respira en ellas, con vísceras, sangre, cadáveres, cuerpos demacrados y mucho más, convirtiendo estos sitios en la peor pesadilla de cualquiera que los visitase en persona.
Tres personajes dispuestos a arrasar con absolutamente todo
Hasta ahora os he hablado únicamente de todo lo que me he llegado a encontrar por este mundo, pero otro apartado que me llamaba la atención y que quería ver bien cómo se había renovado era el de su jugabilidad. En este sentido ya os anticipo que las mecánicas siguen siendo exactamente las mismas de siempre, es decir, la acción parte desde un punto de vista isométrico y, como buen RPG de acción, tienes que luchar contra todo ser viviente que se acabe interponiendo en tu camino.
Lo cierto es que no esperaba otra cosa, porque si ya hay algo que funciona, ¿para qué modificarlo? Lo que sí que esperaba ver es las novedades en cuando a los puntos fuertes de cada clase, sus habilidades principalmente. De este modo, de primeras empiezas con un ataque básico cuerpo a cuerpo hasta que empiezas a subir de nivel y vas desbloqueando más habilidades para atacar y para asignar a la barra situada en la parte inferior de la pantalla. Quizás algo que me ha generado dudas es el hecho de que tan solo tienes seis huecos para colocar habilidades frente a las decenas que hay para seleccionar.
Algo positivo es que el propio árbol de habilidades, con un diseño muy intuitivo a la hora de potenciarlo, te ofrece la posibilidad de reembolsar los puntos que vas obteniendo a base de subir de nivel, lo que te permite probar todas las combinaciones que quieras en cualquier momento, ya sea porque así lo requiera la situación o simplemente porque alguna no te ha terminado de convencer lo suficiente, que es lo que por ejemplo me pasó con el Bárbaro hasta que encontré aquellas con las que me sentía más a gusto jugando.
Por eso mismo, entiendo que haya tanta variedad de habilidades en cada una de las tres clases jugables de la beta (las otras son el Pícaro y el Hechicero), para que así cada uno tenga una mayor sensación de personalización y para que resulte más complicado todavía que haya dos personajes idénticos. Naturalmente luego estarán las mejores combinaciones a nivel general, pero eso ya es otro cantar para los que quieran exprimir al máximo a sus clases.
A pesar de todo, lo que creo que necesita una buena revisión es la forma en la que se utilizan estas habilidades especiales. Por ejemplo, el Bárbaro requiere pegar para generar ira y así sacar partido de ellas, mientras que en el caso del Pícaro y el Hechicero necesitan energía y maná para emplearlas. La cuestión es que se consumen a una velocidad tan grande que la mayor parte del tiempo te lo pasas ejecutando ataques básicos que no gastan ningún punto, lo que viene a ser un inconveniente porque tampoco es que estos golpes sean muy contundentes.
Tampoco es que pida que siempre puedas usar las habilidades, porque son un tanto demoledoras la mayoría, pero estaría bien tratar de buscar un equilibrio para que así la jugabilidad resultase más atractiva todavía sin tener que estar esperando todo el rato a que se genere ira o se recupere la energía y el maná. Por su parte, puedes llevar un máximo de cuatro pociones y la única manera de obtenerlas es teniendo la suerte de que los enemigos las vayan soltando, algo que no es tan frecuente en los enfrentamientos contra los jefes finales. Y ya os aviso que los enemigos pegan duro, y mucho.
Sobre todo porque hay momentos en los que se pueden llegar a juntar decenas de ellos al mismo tiempo, dando lugar a unos combates que te hacen sudar lo suyo para salir vivo sin morir en el intento. Todo ello mientras las flechas, las bolas de fuego, las explosiones y mucho más van volando por todas partes de la pantalla, con unos efectos impresionantes que hacen que te resulte imposible apartar la vista de la pantalla por el espectáculo que tienes ante ti, porque gráficamente el juego es bestial y encima su rendimiento es espléndido sin que haga falta disponer de un maquinón para moverlo.
El único problema es que he notado tirones muy pronunciados y momentos en los que la pantalla se quedaba completamente paralizada, aunque quiero creer que eso es problema de los servidores, porque durante estos tres días han dado algún que otro problema, sobre todo el viernes cuando había que esperar más de una hora o incluso dos para poder acceder al mundo de Santuario. A su vez, hay demasiados tiempos de carga que aparecen cada vez que entras a una mazmorra nueva o también cuando pillas un teletransportador.
Por lo demás, otro detalle que me ha gustado es que ahora los personajes disponen de la capacidad de realizar una especie de esquiva, ya que pegan un saltito en la dirección que quieras, y también pueden interactuar con el escenario. Gracias a ello se puede escalar por muros, deslizarse por pendientes o desplazarse por cuerdas situadas en el aire para así otorgar más variedad todavía a la exploración de las zonas.
En resumidas cuentas, las primeras impresiones que me ha dejado Diablo 4 no han podido ser más positivas. Está claro que esta beta no ha mostrado todas sus cartas y habrá que esperar a la versión final para establecer un claro veredicto, pero las 20 horas o así que habré estado jugando estos tres días se me han pasado volando y me han dejado con más ganas todavía de darle caña. La pintaza que tiene la cuarta entrega numerada de la saga es sobresaliente, con una ambientación magistral, tareas para dar y tomar y una jugabilidad fantástica, así que el viernes ahí estaré de nuevo para seguir disfrutando con la nueva beta abierta.
- Plataformas: PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X/S y PC (versión jugada)
- Multijugador: Sí
- Desarrollador: Blizzard Entertainment
- Compañía: Blizzard Entertainment
- Lanzamiento: 6 de junio de 2023
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