Algo que ya se ha vuelto habitual en la saga Pokémon es que en el mes de noviembre de cada año sale a la venta algo relacionado con la franquicia, ya sea una nueva entrega, un DLC o un remake, como es lo que sucederá esta misma semana con el lanzamiento de Pokémon Diamante Brillante y Perla Reluciente.
The Pokémon Company no podía faltar a su cita anual y, si bien en un par de meses tendremos entre nosotros Leyendas Pokémon: Arceus, no quería esperar hasta enero para tener nuestra ración de Pokémon, lo que nos ha permitido regresar a Sinnoh con estas versiones mejoradas de los títulos que fueron publicados originalmente en Nintendo DS hace 15 años.
Tras haber probado a fondo estas nuevas ediciones nos han asaltado unas cuantas cuestiones sobre los motivos por los que se ha tomado la decisión de desarrollarlas. A priori parecía algo lógico viendo el rumbo que ha tomado la serie, pero tras jugar un buen puñado de horas nos hemos preguntado si realmente eran necesarias. Os invitamos a descubrirlo en el siguiente análisis.
De vuelta a la región de Sinnoh con un estupendo lavado de cara
Por todos los vídeos que han ido saliendo a la luz hasta el momento no han sido pocos a los que les ha generado dudas el apartado visual que se ha escogido para este par de remakes. No os voy a engañar, soy el primero que cuando vi a los personajes con ese toque chibi me resultó un tanto chirriante porque era demasiado diferente a lo que nos habíamos acostumbrado a ver en la franquicia durante los últimos años y no me convencía demasiado.
Lo cierto es que tras unas cuantas horas no me resultó desagradable en absoluto. Al contrario, hasta me pareció simpático y todo, porque les da a todos los personajes un toque más amigable y familiar, ya que no hay que olvidar que estos títulos están pensados para todo tipo de jugadores, algo que también se nota en la dificultad, como repasaremos más adelante. Además, también provoca que sean más expresivos con sus caras de alegría, enfado, pánico, etc.
Está claro que esto mismo a personajes como Helio, el líder del equipo Galaxia, los villanos de la aventura, les quita un poco de seriedad. Aun así, todo esto se aplica únicamente en el mapa, ya que durante las batallas todos tienen un tamaño normal y más grande, como le sucede a los propios Pokémon. De hecho, me resultó curioso que la secuencia de inicio de los combates es idéntica a los originales, pero con los gráficos mejorados, claro está.
En cuanto a la propia región de Sinnoh, hay que reconocer que se ha realizado un trabajo formidable con el aspecto de todos los entornos porque lucen de maravilla. Su diseño se ha respetado al máximo porque todas las rutas, pueblos, ciudades y edificios están colocados exactamente en los mismos lugares, por lo que en este sentido únicamente se ha aplicado un lavado de cara, algo que no es algo malo para nada, porque es una pasada volver a recorrer todas estas zonas tan míticas con una apariencia renovada.
Hay detalles menores que también me han gustado como el hecho de que al llegar a una ciudad y leer el cartel de entrada la cámara haga un zoom hacia fuera para mostrarla entera o también que se acerque cuando mantienes conversaciones con personajes clave, lo que permite apreciar mejor las caras que destacaba anteriormente.
Con respecto a los propios combates, los Pokémon siguen luciendo de maravilla al nivel de los últimos títulos, al igual que sucede con los ataques que realizan que están perfectamente representados en pantalla con toda clase de efectos de lo más espectaculares. Eso sí, no esperéis encontraros a los más de 800 Pokémon que existen, porque aquí solo aparecen hasta la cuarta generación de la saga, que es precisamente la que debutó en estas ediciones.
Combates, concursos y exploración por el subsuelo
Aunque ya os lo imaginaréis, el objetivo de Pokémon Diamante Brillante y Perla Reluciente es el de llegar a convertirnos en el mejor entrenador Pokémon de toda la región de Sinnoh. Para ello necesitaremos viajar por todo el mapa enfrentándonos a toda clase de entrenadores y fortalecer a nuestro equipo para que los Pokémon suban de nivel y aprendan nuevos ataques. Así hasta derrotar a los todos los líderes de gimnasio, lo que viene a ser la misión principal de toda la vida.
Argumentalmente hablando, aquí no encontraréis ninguna novedad porque tocará visitar los mismo lugares que ya conocíamos de los Diamante y Perla originales, a la vez que tocará lidiar con los miembros del Equipo Galaxia para frenar sus maquiavélicos planes con los que pretenden hacerse con todos los Pokémon. Y si alguno se pierde y no tiene muy claro a dónde dirigirse a continuación, el juego marcará en todo momento en el mapa el próximo destino al igual que te dirá cuál es el siguiente paso a seguir.
Más allá de todo esto, la aventura cuenta con otra serie de actividades con las que podemos pasar el rato. Son minijuegos que ya estuvieron presentes en su momento, aunque en ellos se ha aplicado alguna que otra novedad para que resulten más interesantes, como sucede sobre todo con los concursos y la exploración de las Grutas del Subsuelo.
Comenzando por los concursos, es una buena forma de demostrar la amistad que mantenemos con nuestros Pokémon y algo diferente a combatir sin parar. Aquí nos tocará seleccionar a algún Pokémon de nuestro equipo para que se marque un buen baile al ritmo de la música que se escuche de fondo, aunque por supuesto será tarea nuestra que lo consiga, de manera que tocará pulsar los botones en el momento adecuado según vayan apareciendo en pantalla.
Sin embargo, en estas pruebas se han aplicado una serie de cambios con respecto a la versión de Nintendo DS. Por ejemplo, ahora se han simplificado considerablemente para que solo tengamos que pulsar un único botón y serán los cuatro Pokémon del escenario los que bailarán al mismo tiempo en lugar de seguir el ritmo que marque uno de ellos. Además, en determinados momentos podremos ejecutar un ataque para acaparar toda la atención y así arrastrar más corazones, que básicamente será lo que nos servirá para ganar la prueba.
Por lo tanto, se ha eliminado la prueba posterior al baile, al igual que tampoco podremos decorar a nuestros Pokémon con artículos como gafas, pegatinas y demás. En cambio, será nuestro personaje al que sí le podremos modificar su vestimenta para que vaya bien vestido para la ocasión. Todo ello para así ganar pegatinas con las que podremos decorar nuestras Poké Ball para que así estas realicen algún efecto especial cuando nuestro Pokémon salga a combatir.
En cuanto a las Grutas del Subsuelo, ha sido sinceramente de lo que más me ha gustado de estos remakes y probablemente uno de los lugares a los que le dedicaré decenas de horas, ya que ahora ofrece más formas de pasar el rato. Más que nada porque anteriormente solo permitía explorar sus laberínticos pasillos en busca de gemas y fósiles que se ocultaban por los muros de estas cavernas situadas en el subsuelo de Sinnoh.
Esta función sigue estando presente, pero ahora se han añadido unas cuantas salas nuevas en las que nos encontraremos Pokémon salvajes. De hecho, este será el único sitio de todo el juego donde veremos a criaturas que no aparecen en ningún otro lugar, incluyendo a Pokémon de regiones que no son de Sinnoh, por lo que será una visita imprescindible para completar la Pokédex y sobre todo para formar un mejor equipo.
Otro detalle que también me ha gustado es que en estas mismas salas veremos a los Pokémon salvajes campando a sus anchas, por lo que será decisión nuestra el enfrentarnos a ellos y sobre todo para encontrar a ese Pokémon tan ansiado que necesitamos para registrarlo o porque queremos entrenarlo. Por lo demás, habrá personajes que nos venderán objetos a cambio de las gemas que extraigamos y hasta contaremos con la posibilidad de crear nuestra propia sala secreta para decorar a nuestro antojo.
Novedades y cambios un tanto cuestionables
Se podría decir que las principales novedades de estos remakes son las que hemos mencionado previamente, porque las demás son menores y no todas han dado buen resultado, como por ejemplo la función que permite que uno de los Pokémon del equipo te acompañe por los exteriores. Algo que en principio debería ser una excelente noticia se convierte en una experiencia terrible que a la larga acaba resultando un incordio más que otra cosa.
El motivo se debe a que los Pokémon actúan como un personaje más en todos los sentidos, lo que significa que si estáis pasando por un pasillo estrecho en el que solo podéis moveros a izquierda y derecha, os golpearéis con vuestro Pokémon si dais marcha atrás, teniendo que arrastrarlo para que se desplace en lugar de atravesarlo o que automáticamente se coloque a la espalda, algo que debería ser lo lógico como ha sucedido con otras entregas.
Del mismo modo, sus movimientos no reaccionan correctamente con los nuestros y tampoco es que estén muy bien representados en pantalla. Está claro que no puedes poner un Steelix gigante que abarque un buen trecho del mapa, pero tampoco es plan de colocarlos con un tamaño insignificante o ridículo en algunos casos. Por ejemplo, Pokémon: Let's Go me gustó más en ese aspecto, aunque también es justo reconocer que ahí no había tantas limitaciones por su diseño de los escenarios más en 3D.
La dificultad ha sido otro apartado que no he terminado de entender. Por lo general todos los juegos de Pokémon no son complicado y no te obligan a entrenar en exceso para avanzar, pero si encima ofreces ayudas para ello... Porque resulta que el Repartir Experiencia, un objeto que otorga una cierta cantidad de experiencia a todos los Pokémon, sin importar si salen a combatir o no, viene activado de serie y no se puede desactivar de ninguna forma, lo que supone que nuestro equipo subirá muy fácil y rápidamente de nivel.
Por lo tanto, a la larga llegan a alcanzar unos niveles demasiado elevados en comparación con los de los entrenadores comunes. Los lideres de gimnasio es otro cantar, eso sí, pero el resto de la aventura es un paseo con una dificultad prácticamente inexistente. Casi en ningún momento me tuve que enfrentar a Pokémon salvajes, que esa es otra, han regresado los molestos encuentros aleatorios cuando entras a la hierba.
Entiendo que se ha querido respetar la esencia y la experiencia de los juegos originales, pero ¿de verdad era necesario traer esto también de vuelta? Ya me he acostumbrado en los últimos títulos de la saga a ver a los Pokémon salvajes por los escenarios, como en las Grutas del Subsuelo, y la decisión es mía si quiero enfrentarme a ellos o no, pero el que te aparezca un Zubat cada dos pasos cuando estás en una cueva o un Bidoof cada vez que entras en la hierba, sin exagerar, pues acaba cansando y mucho, sobre todo cuando les sacas tantos niveles que no te dan apenas experiencia por derrotarlos y no sirve de nada encontrarte con ellos. Esa etapa de mi vida ya pasó y no quiero revivirla.
Y si hay algo más que tampoco he entendido es el hecho de que las MT se gasten. ¿Por qué? Estas máquinas técnicas que sirven para que los Pokémon aprendan ataques especiales se consumían en los primeros juegos de la serie, pero hace muchísimo que se optó por brindarles un uso infinito, algo que estoy seguro que agradecieron muchísimos aficionados. Sin embargo, el tener que pensar ahora con quién las usas, por mucho que te entreguen a veces varias unidades de una misma MT, no tiene explicación.
Al menos las MO, como Corte, Vuelo, Fuerza, etc., sigue sin ser necesario que las aprenda algún Pokémon para utilizarlas. Para ello tenemos el Poké Reloj, un dispositivo que ya estaba en los Diamante y Perla originales y que ahora ha vuelto con las mismas funciones y otras nuevas, como una para emplear las mencionadas MO. Junto con esto, podremos consultar la hora, contar los pasos que demos, consultar el estado de nuestros Pokémon y mucho más, por lo que resulta una herramienta de lo más útil.
El problema está en que Nintendo DS tenía una doble pantalla y en la parte inferior de la consola se podía ver perfectamente el Poké Reloj. Aquí en cambio ocupa un hueco un tanto grande de la pantalla y acaba resultando un poco molesto, así que no voy a negar que la mayor parte de la aventura la he pasado con el dispositivo oculto para así disfrutar mejor de todo lo que tenía delante.
La opinión de VidaExtra
No sé si el hecho de que estos remakes los haya desarrollado ILCA y no Game Freak o tal vez la pandemia del coronavirus ha tenido algo que ver con el resultado final. Ya se han desarrollado versiones renovadas de otras entregas de la serie y han acabado siendo francamente muy superiores a estas ediciones que va a recibir Nintendo Switch en un par de días, por lo que resulta de lo más extraño encontrarse con unos juegos de Pokémon que han recibido muy poco mimo.
Volver a Sinnoh siempre merece la pena y gráficamente los dos títulos son fantásticos, eso es innegable, porque todas las zonas lucen de maravilla y los personajes con su toque chibi ha acabado siendo un acierto que sin duda les ha sentado bien. No obstante, más allá de eso hay unas cuantas características que se han perdido por el camino, cambios que no tienen lógica, una dificultad que se ha reducido considerablemente y errores que se deberían de corregir cuanto antes.
Tampoco es que Pokémon Diamante Brillante y Perla Reluciente sean malos juegos, porque es difícil que un Pokémon sea malo y este no es el caso en absoluto. Eso no quita que sean unos remakes en los que se nota que no se ha depositado demasiado esfuerzo en llevarlos a cabo y con los que da la impresión que se han lanzado para tener algo ya mismo mientras esperamos al lanzamiento de Leyendas Pokémon: Arceus el 28 de enero de 2022.
Pokemon Diamante Brillante
Pokemon Perla Reluciente
Pokémon Diamante Brillante y Perla Reluciente
Plataformas | Nintendo Switch |
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Multijugador | Sí |
Desarrollador | ILCA |
Compañía | Nintendo |
Lanzamiento | 19 de noviembre de 2021 |
Lo mejor
- El renovado apartado visual de Sinnoh.
- Las Grutas Subsuelo son ahora más divertidas de explorar.
- El aspecto chibi le otorga un toque muy simpático a los personajes.
Lo peor
- Se han perdido por el camino algunas mejoras de calidad de vida esenciales.
- Las novedades se limitan prácticamente al apartado gráfico.
- Los Pokémon que te acompañan resultan molestos en lugar de algo encantador.
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