Va a ser complicado hacer entender al lector de este texto las muchas ganas que le tenía a ‘Overwatch’, juego que me maravilló con su propuesta y posibilidades tras su anuncio y que incluso me hizo liarme la manta a la cabeza al comprar un PC que no me diese ningún tipo de problema para disfrutarlo en ultra.
Ahora, con su lanzamiento cada vez más cerca y un puñado de horas a la beta a mis espaldas, llega el momento de tocar con los pies en el suelo y comprobar si, como suele ocurrirme con asiduidad, me flipé en exceso con mis expectativas respecto a la entrada en el género de tiros multijugador de Blizzard.
El free-to-play que no fue tal cosa
Creo que vale la pena hacer un apunte antes de entrar en faena y espero que eso mismo ayude después a comprender mis impresiones con ‘Overwatch’.
Desde el principio vi este juego como un movimiento maestro por parte de Blizzard para seguir intentando arrasar en el mercado free-to-play.
Lo tenía todo para funcionar con una estrategia similar a la de ‘Heroes of the Storm’, ofreciendo un buen puñado de personajes que irían rotando y permitiendo que el juego continuado crease una comunidad deseosa de tener a su alcance cada uno de ellos, pero parece que finalmente serán otros los planes de la compañia.
Reconozco que tampoco las tengo todas conmigo, que la comunicación en ese sentido no ha sido clara en ningún momento y las reservas que hoy en día se venden como juego retail o digital tanto en PC como en consolas, bien podrían ser esa versión premium con todos (o casi todos) los personajes que ya encontramos en su día en el MOBA de Blizzard.
Eso ahora mismo sería especular, claro, así que quedémonos con la idea de estar ante un juego completo con todos los personajes, mapas y modos que puede ofrecer. Visto desde esa perspectiva, ‘Overwatch’ no me convence por completo. Me explico.
Jugando a la beta de Overwatch
No es menos cierto que lo visto en la beta bien podría ser una mínima parte de lo que el juego esconde, una vez más un conflicto interno que tiene mucho que ver con cómo ha comunicado Blizzard sus planes, pero pese a ofrecer una jugabilidad que me chifla, tengo la sensación de que la falta de un sistema de progresión puede sentarle muy mal.
Aquí hay varias opciones, como por ejemplo que cada personaje gane nuevas habilidades conforme avancen los niveles o incluso que muchos de ellos estén esperando a ser desbloqueados a base de horas y horas de juego, pero la beta ha dejado todos a nuestra disposición y, lamentablemente, ahora sé con certeza qué personajes tengo que perseguir u obviar por completo.
La gran baza de Overwatch no sólo está en sus personajes, también en su curiosa fusión de MOBA y FPS
Espero que este periodo de prueba sea de gran ayuda para encarar uno de los grandes problemas que me he encontrado, el balanceo. Lo he sufrido en personajes, en escenarios y, aunque Blizzard no tenga culpa de ello, también a la hora de jugar.
Que nadie se acerque a ‘Overwatch’ pensando que está ante un ‘Call of Duty’ con cien veces más carisma (aunque fácilmente podría colar como algo así a ojos del que no haya seguido el juego), y es que aunque acabe teniendo algún día su parte de duelo por equipos o en solitario, la gran baza del juego está en la fusión del género MOBA y el del FPS, sin minions pero con poderes y objetivos similares.
Overwatch no es un shooter más
Protege un objetivo del punto A al punto B, captura dos zonas, crea un equipo equilibrado con gente que sane, defienda y ataque, aprende a utilizar tus poderes en el momento adecuado… En definitiva, un juego en el que es tan importante aprender a jugar con cada personaje como con tus compañeros.
Los mapas están orientados a que eso sea imprescindible, ofreciendo zonas más abiertas y laberintos de callejones que siempre acaban convergiendo en un cuello de botella donde, como ya habréis adivinado, se lía pardísima.
Es uno de esos títulos en los que jugar bien se vuelve imprescindible para disfrutarlo como se merece
Sólo cuando los dos equipos juegan con cabeza el reto se vuelve divertido, y es que la alternativa a eso son defensores que se atrincheran perfectamente y un equipo atacante que no tiene nada que hacer sin coordinación o, si lo miramos desde el otro lado, defensores que dejan la puerta abierta a partidas que duran nada y menos convirtiéndose en poco más que un paseo con cuatro muertes por el camino.
Ojo, es un problema mío, no del juego. Disfrutado con un grupo de amigos o atento a las indicaciones del resto de tu equipo la experiencia es formidable, pero como ya sabéis lo de jugar acompañado de otras cinco personas no siempre está a nuestro alcance y, para más inri, la comunidad de jugadores acostumbra a tener unos comentarios y unas formas que te acaban haciendo empatizar más con el enemigo que con tus compañeros.
Y pese a ello aún mantengo la esperanza
A pesar del mal sabor de boca que pueda quedar después de leer esto, lo cierto es que sigo teniendo muchas ganas de jugar la versión final y, más allá de lo que personalmente pueda marcar como criticable, me chifla colarme con Tracer por la puerta a los templos de Hanamura gracias a su desplazamiento rápido y hacer una sangría para después utilizar la opción de volver atrás en el espacio y evitar una muerte segura.
Hay grandes ideas en 'Overwatch' y no todas se limitan a lo bien pensados que puedan estar algunos héroes y sus podere,s o el hecho de disfrutar de votaciones o escenas con las mejores jugadas tras cada partida, pero sí tengo la sensación de que me falta información respecto a lo que acabará siendo, cómo intentará enganchar a los jugadores tras la emoción inicial o hasta qué punto hay planes de cara al futuro.
Visto así mis dos únicos problemas con el juego son la falta de gente con la que disfrutarlo y la necesidad de un sistema de progresión que me aporte algo más que skins para incitarme a seguir jugando más allá de echar una partida de vez en cuando para desconectar. La primera tiene solución y la segunda puede estar ya solventada sin que lo sepamos así que... que siga el hype.
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