Análisis de One Piece Odyssey: un JRPG absolutamente imprescindible para los fans de Luffy y sus divertidísimos nakamas

Aventura, emoción, humor, y combates por turnos. Que One Piece Odissey siempre te dé la bienvenida con una espectacular ilustración de Eiichiro Oda no es casualidad: es una declaración de intenciones. El espíritu del juego es exactamente el mismo que el del manga y el anime. Palabras mayores. Su emoción, su diversión y el colorido carácter de sus protagonistas inunda toda la experiencia. A partir de ahí todo va a mejor.

One Piece Odissey engancha muy fuerte. Atrapa y sabe captar el interés y la curiosidad del jugador, tal y como se espera de sus sagas en el manganime, aunque lógicamente su ritmo es diferente. Entre otras cosas, porque es un RPG de corte nipón que sigue la fórmula de las más recientes entregas de Dragon Quest casi, casi sin salirse de la línea de puntos. Eso sí, es importante incidir que la esencia de la obra de Oda, la más vista del mundo, es absolutamente omnipresente. Como debe ser.

Y sin embargo, el mayor triunfo de One Piece Odissey reside en su razón de ser: Bandai Namco delega en ILCA la responsabilidad de conmemorar los 25 años del manganime de culto en los videojuegos. Tras unas estupendas impresiones iniciales ahora lo tenemos más claro que nunca: no solo se ha estado a la altura, sino que estamos ante uno de los mejores juegos jamás hechos de One Piece. Y pese a que para gustos y géneros de videojuegos están los colores los colores, su ambición por ser el mejor de todos está muy bien fundamentada.

A través de One Piece Odyssey viviremos una aventura jamás contada como Luffy Sombrero de Paja y su banda de piratas del Thousand Sunny en la que no solo conoceremos nuevos personajes y desafíos, sino que se nos permitirá redescubrir algunos de los arcos argumentales más queridos de toda la saga. Reencontrarnos con viejos amigos y luchar contra poderosos enemigos. Viajar por aquellas islas repletas de emociones y recuerdos.

Y, entre una cosa y otra, por no faltar a la tradición, organizar un mega-festín antes de partir hacia el siguiente viaje. ¿Qué más se le puede pedir a un videojuego de One Piece?

Una nueva aventura con los mejores viajes de Luffy y sus divertidísimos nakamas

¡Luffy y sus amigos han perdido sus increíbles poderes! El capitán de los Sombrero de Paja no tiene ni idea de cómo funciona su cuerpo de goma y no es capaz de recordar cómo hacía para estirar sus brazos y piernas. Y lo mismo le pasa al espadachín Zoro: el temerario pirata maneja sus tres hojas con la destreza de un marinerito de agua dulce. ¿Qué es lo que les ha pasado?

La historia viene de muy atrás. Se dice que hace muchos años apareció una misteriosa isla a la que se le dio el nombre de Waford. Los pocos registros que hay sobre ella relatan relatando la existencia de una niña temida por las propias bestias, un poderoso gigante y un camino de luz hacia el cielo. Durante años, incontables eruditos y marineros han intentado llegar a ella sin éxito o lo han logrado sin poder salir de ella.

Ahora, tras una complicada travesía, es el propio Thousand Sunny, el barco de  Luffy y su troupe, el que permanece varado en sus costas. Medio hundido y sin demasiadas expectativas de que eso vaya a cambiar. La buena noticia es que Franky, el cyborg y carpintero naval de la tripulación de los Sombrero de Paja, está reparando el barco. Y, sin embargo, ese es el menor de los problemas de la banda de piratas.

La misteriosa niña de la que habla la leyenda existe y, lógicamente, tiene nombre. La joven Lim odia a los piratas y no se fía de los Sombrero de Paja. Precísamente por ello usa su poder para impedir que sean un riesgo: con un sencillo roce convierte los recuerdos de Luffy y compañía en cubos de diferentes tamaños, lo cual les impide acceder a sus increíbles habilidades y su máximo poder.

La buena noticia es que, tras estudiar un poco mejor a la banda de Luffy, Lim se da cuenta de que no son tan terribles como pensaba y, sin terminar de fiarse de ellos, les confiesa que se trata de un proceso reversible. La todavía mejor noticia es cómo se nos dará la oportunidad de recuperar esos recuerdos: en esencia, regresando a sus mejores aventuras.

Como videojuego, One Piece Odyssey transcurre tanto en la isla de Waford como en el mundo de la memoria, una especie de universo creado por Lim a través de los recuerdos de los Sombrero de Paja y que, a efectos prácticos, recrea arcos muy celebrados del manga y el anime que dan pie a reencuentros colmados de emoción y un segundo vistazo a localizaciones y eventos muy especiales.

Eso sí, tal y como se espera de la aventura que se abre por delante en el mundo de One Piece, este viaje es mucho más que un simple paseo.

Tal y como explica Lim, como la banda de piratas se hizo más fuerte durante sus viajes, sus recuerdos se han vuelto igual de fuertes de manera proporcional. Y eso incluye a sus propios enemigos. No obstante, al perder sus poderes deberán afrontar amenazas pasadas en completa desventaja. Por suerte, no hay nada imposible para Monkey D. Luffy y todo es mucho más divertido cuando los Sombrero de Paja están realmente motivados.

Un JRPG a la altura de Dragon Quest hecho a medida de Luffy y sus divertidísimos nakamas

Las influencias de One Piece Odyssey siempre están a la vista y desde los compases iniciales: ILCA se inspira con descaro en las entregas más recientes de Dragon Quest tanto en lo que respecta al desarrollo como al diseño de la aventura, pero al final acaba barriendo para su terreno gracias al carisma y el desparpajo de los personajes. Logrando una combinación que engancha como jugador y resulta especialmente satisfactoria para los fans de One Piece. Un doble acierto, se mire como se mire.

Si bien a nivel visual podría parecer que se trata de un juego de aventura con tintes plataformeros, el diseño de juego y la movilidad de los personajes es realmente tradicional. De hecho, el diseño de cada mapa y entorno funciona perfectamente como en los JRPGs en 2D, aunque tendremos libertad total de cámara y movimiento y hasta podremos alternar entre cualquier personaje al vuelo durante la partida. Es más, deberemos hacerlo si queremos avanzar.

Dicho de otro modo, pese a que hay un botón de salto, la manera de llegar de una zona a otra o avanzar en una mazmorra, que las hay, pasa por darle uso a las habilidades únicas de cada personaje, lo cual incluye balancearse con Luffy, destrozar tramos cerrados con Zoro o colarse en pequeños túneles por los que únicamente puede pasar el pequeño Chopper.

Eso sí, pese a que el diseño de mazmorras obedece la tendencia clásica de superar retos y desafíos hasta escapar de la misma o toparse con el gran jefazo de turno, las soluciones siempre están a la vista y en ocasiones se suelen ofrecer varias alternativas a la hora de seguir adelante. Dicho de otro modo: nadie se va a quedar atascado en el juego.

Dicho lo cual, tanto las mazmorras como las grandes zonas abiertas de exploración o aventura son espaciosas, ricas en detalle y con gran verticalidad. Tardas bastante en desbloquear los primeros puntos de viaje rápido, pese a que las señales están siempre a la vista, pero con un rápido vistazo al mapa te sabrás ubicar. Es más, muchas veces el desarrollo y la exploración entre zonas de mazmorras peca de lineal.

Y si eres tan despistado como Zoro no te preocupes: a las peores, siempre podemos usar un Haki especial que tiene Luffy para detectar los puntos de interés de cada zona en la que estamos.

Con todo, sería injusto decir que One Piece Odyssey es un JRPG tradicional. Si bien, hay subidas de niveles, registros de monstruos y misiones secundarias y hasta trepidantes combates por turnos (un poquito más abajo te hablaremos de ellos), hay ideas propias que funcionan de maravilla, empezando por la desestimación del clásico sistema de equipamiento y armas en favor de un sistema de joyas.

• La idea es sencilla: en los RPGs sueles potenciar a tus personajes y darles valores distintivos con diferentes armas y vestimentas. En One Piece Odyssey, sin embargo, cada personaje tienes un bloque de cuatro por cuatro al que le puedes incrustar todos los accesorios que entren como si fuese un puzle, mejorando estadísticas y provocando efectos especiales.

• Además de esto están las mejoras de habilidad que funcionan de manera diferente. Dado que los personajes no se equipan con armas, la manera en la que adquieren y mejoran sus ataques está vinculada tanto al progreso de la historia como de los coleccionables que reunimos. Pudiendo potenciar los ataques que más usemos. Y no te preocupes, puedes restablecer los puntos cuando quieras.

Como juego, y a nivel jugable y estético One Piece Odyssey hace un uso espectacular del Unreal Engine, de modo que la identidad visual de Eiichiro Oda es omnipresente en la aventura y lo mismo se aplica a la jugabilidad, el desarrollo de la partida o el humor y la química que existe entre los personajes y que desborda de puro fanservice al jugador.

Sobre todo, cuando llegados a ciertos puntos de la aventura se nos abrirán unas grietas dentro de los recuerdos que abren historias paralelas para personajes específicos dentro de la propia historia original, de modo que se fortalecen todavía más los vínculos entre los Sombrero de Paja y, en el proceso, se recompensa al jugador con alucinantes ataques y movimientos especiales combinados.

Un conjunto de elementos en el que, por cierto, el sonido es un plus añadido. Más allá de la intachable labora actoral de los protagonistas con sus voces en japonés (la versión europea no ofrece las voces en ningún otro idioma) nos topamos con una Banda Sonora Original compuesta y orquestada por Motoi Sakuraba, a quien conocemos de sus trabajos previos en las sagas Tales o Dark Souls. Algo que no solo se nota, sino que acentúa el carácter de aventura del propio juego.

Combates por turnos, sí. Con máxima emoción y nada de rutina

A diferencia de la gran mayoría de aventuras recientes de Luffy y sus amigos en PCs y consolas, los combates de One Piece Odyssey suceden por turnos. Pero que los ataques se suceden en un determinado orden no impide que los Sombrero de Paja y sus enemigos desaten sus mejores ataques y ese bendito caos en pantalla conforme van recuperando sus propios recuerdos.

De hecho, ILCA ha desarrollado nuevas ideas para que las batallas sean uno de los mejores aspectos del juego. No solo aportando profundidad al mismo, sino poniendo un empeño muy especial en que la emoción de las mismas no se diluya, incluso cuando llevas montones de combates librados de manera consecutiva, directa y sencilla.

• Heredado de juegos como Dragon Quest VIII tenemos conceptos básicos como que la aparición de los enemigos en el terreno no es aleatoria, sino que debemos cruzarnos con ellos. Si nos persiguen y nos atrapan estaremos en desventaja, pero si los sorprendemos por la espalda comenzaremos nosotros y tendremos bonificación de críticos.
• A esto hay que sumar el clásico sistema de triangulación de preferencias (golpes de Poder, de Rapidez y de Técnica) y efectos como quemado o envenenado. De modo que siempre se nos invita a ser lo más efectivos en las pequeñas escaramuzas y en los combates contra jefazos.
• Y, lógicamente, una vez que hayamos aprendido lo esencial, el juego nos permitirá acelerar el ritmo notablemente para no tener que revisionar constantemente los asaltos enemigos o un ataque que efectuamos con mucha regularidad.

Los combates por turnos tiene todo el sentido del mundo en One Piece Odyssey y le sientan de maravilla al conjunto. A fin de cuentas, el juego en sí bebe directamente de Dragon Quest así como de los grandes referentes clásicos del RPG japonés. Ahora bien, jamás te vas a aburrir: la propuesta rolera de Bandai Namco se ha volcado de lleno en eliminar por completo el tedioso sentimiento de rutina en el juego apoyándose en tres conceptos muy bien fundamentados. Potenciando que haya momentos trepidantes.

• De entrada, las batallas transcurren en una zona dividida en tres combates que tienen lugar de manera simultánea. Pero lo interesante no es que puedas llevar a tu personaje de un combate a otro, sino que puedes elegir ataques o efectos que afectan a enemigos a diferentes distancias o a toda la zona de batalla.

• Pero lo más divertido es que en One Piece Odyssey se han sacado de la chistera una idea divertidísima: las Batallas Dramáticas. En esencia, se trata de escenas en las que se nos proponen diferentes retos o desafíos protagonizados por los propios personajes, generando diálogos únicos, dándole más color a estos combates y recompensas más jugosas al jugador.

• Con todo, tanto si simplemente queremos avanzar en el transcurso de la trama como si deseamos dedicarnos a dar vueltas y subir niveles, One Piece Odyssey ha habilitado formidable un sistema de combate completamente automatizado que podremos activar o desactivar de manera sencilla. La única desventaja, eso sí, es que los personajes no se preocuparán por recibir las bonificaciones especiales de las Batallas Dramáticas.

La manera en la que One Piece Odyssey ofrece emoción y promueve que haya combates con buen ritmo y emoción es uno de sus mejores reclamos. Cómo retrata la esencia de sus personajes, la espectacularidad de sus mejores técnicas y promueve el compañerismo y la química entre los Sombreros de Paja es algo que lo distingue del resto de JRPGs.

En One Piece, antes y después de cada gran combate suele haber una comilona, y One Piece Odyssey no es la excepción. Además de los puntos de guardado, repartidos por la isla de Waford y los recuerdos encontramos zonas de acampada en las que reponer fuerzas, fabricar artilugios y bombas o cocinar platos, cambiarnos de ropa y asegurarnos una bonificación especial durante los próximos combates. Y, ya puestos, hablar con nuestros nakamas y ver si se lo están pasando igual de bien que Luffy. O lo que es lo mismo: igual de bien que nosotros.

Pero su mayor logro, para satisfacción de aquellos que simplemente vienen por la aventura y no tanto por los combates por turnos, es cómo reduce a cero la sensación de rutina. Empezando por los combates por turnos, desde luego, pero sobre todo por su manera de captar la genuina esencia del manganime a través de una aventura nueva. Una que, durante el desarrollo de la misma, nos trae de vuelta a las historias que más nos emocionaron.

La opinión de VidaExtra

One Piece Odyssey es un RPG absolutamente imprescindible para los apasionados por la obra de Eiichiro Oda. Tal cual. El retrato y el tratamiento que se hace en el juego de Monkey D. Luffy y sus divertidísimos nakamas es un homenaje al manganime y, a su vez, una soberbia manera de regresar a una soberbia selección de los arcos más emblemáticos de toda la saga.

No para recrear de nuevo los acontecimientos por enésima vez, sino como una retrospectiva muy especial que los Sombrero de Paja viven de manera muy especial. A fin de cuentas, se trata de aquellos recuerdos que más atesoran.

Si bien, la premisa es sencilla pero exquisitamente interesante, la manera en la que el juego abraza su naturaleza de JRPG también acaba jugando completamente a su favor. Puede que la movilidad de nuestros protagonistas no sea tan abierta como podría parecer a simple vista, pero la manera en la que se incentiva nuestra curiosidad, la sensación de exploración y descubrimiento o que le dediquemos su merecido tiempo a las misiones secundarias engancha. Y mucho. Como el propio manga y el anime.

Mención muy especial al sistema de combate de One Piece Odyssey, el cual encuentra el equilibrio ideal entre momentos colmados de emoción y esa profundidad sin comlicaciones que se le exige a los JRPGs contemporáneos. Esquivando con un acierto asombroso la sensación de rutina y, en última instancia, delegando al jugador su grado de implicación en éstos.

Y pese a se abre la puerta al combate automátizado, tanto las Batallas Dramáticas como los alucinantes ataques de los nakamas fomentan constantemente que nos recreemos en cada pelea. Que desatemos toda la fuerza de Luffy y sus amigos, Sobre todo, si son contra unos jefazos impresionantes en los que los dibujos de Eiichiro Oda dan el salto del papel a un uso intachable del Unreal Engine. Coronando siempre los mejores momentos con las notas y partituras de Motoi Sakuraba.

One Piece Odyssey no solo es un soberbio RPG, sino que será el espejo en el que se miren los futuros videojuegos protagonizados por los divertidísimos piratas del Sombrero de Paja. Desbordando el mismo espíritu del manga y el anime. Coronándose como la máxima celebración de las aventuras y viajes de Luffy y sus nakamas en consolas y PCs a base de conjugar tres elementos clave con maestría: pura emoción, genuina diversión y combates trepidantes.