Seguro que más de una vez has estado en la misma situación. Llegas a casa de tus amigos o familiares con una sartenada de juegos de mesa bajo el brazo, elegís uno y, cuando empiezas a explicar las reglas, empiezas a ver cómo los ojos que estaban atentos empiezan a dispersarse y a mirar el móvil.
Cansado de ver cómo mi paciencia se drenaba, durante las últimas fiestas navideñas decidí optar por uno de esos juegos que ya teníamos quemados en casa y que, esta vez sí, podía acabar acaparando la atención necesaria para que la sobremesa de juegos no se fuese al traste a los 10 minutos. Lo que no esperaba era que todo aquello coincidiese con una segunda explosión de Código Secreto, el popular juego de 2015.
Devir - Código Secreto, Juego de Mesa, Juego de Cartas, Juego para jugar con Amigos, Party (BGCOSE)
El embrujo de Código Secreto
He perdido la cuenta de las veces que he escuchado el nombre de Código Secreto durante las últimas semanas. Tras un buen puñado de años desde su lanzamiento, el juego de mesa ha aparecido en mi timeline de Twitter en varias ocasiones, lo he visto como regalo de Navidad y Reyes tres o cuatro veces y, sobre todo, se ha convertido en el principal tema de conversación en cada comida familiar.
Y no es de extrañar, claro. A no ser que durante todos estos años hayas acabado de él hasta el moño (y pronostico que va a ser mi caso porque ahora en mi círculo familiar no quieren jugar a otra cosa), Código Secreto sigue siendo una de esas ideas tan simples como efectivas que puedes explicar en menos de cinco minutos y jugar hasta que el cuerpo aguante.
No exagero al decir que el enganche suele estar asegurado, así que también es un arma de doble filo. Por fin vas a conseguir que tu familia quiera jugar a un juego de mesa, pero sacarlos de ahí para probar otra cosa va a ser una misión complicada.
Cómo se juega a Código Secreto
Para quienes no lo conozcáis, la idea parte de separar al grupo en dos para ponerlos frente a una colección de cartas aleatorias de cinco por cinco. Entre ellas se pueden leer cosas como Moscú, científico, pulpo, concierto. Palabras completamente arbitrarias que se convertirán en las protagonistas de los próximos minutos.
Con un capitán para cada equipo, una tarjeta de colores indicará qué palabras debe adivinar cada grupo gracias a las pistas de su líder. Una oportunidad por turno en la que el jefe de espías deberá indicar una pista de una única palabra que no esté entre las seleccionadas para hacer referencia al mayor número de palabras posibles.
Por ejemplo, si entre las cartas dispuestas sobre la mesa hay delfín, gato y caballo y están entre las que debería adivinar tu equipo, tu papel sería encontrar la conexión entre ellas para indicar que tu pista es mamífero y que engloba tres palabras. A partir de ahí tu equipo deberá estudiar la colección de palabras para intentar descubrir de qué estás hablando.
Una colección enorme de posibilidades
Encajando la mar de bien la frustración del grupo, a fin de cuentas el único peligro es no adivinar una palabra o, en el peor de los casos, nombrar la palabra clave que está escondida entre todas y puede hacerte perder la partida de golpe (no me ha pasado jamás), Código Secreto es una de esas joyas imprescindibles que difícilmente van a amargarle la tarde a alguien.
Si quieres ir un paso más allá y las palabras se te quedan cortas, el continuo éxito del juego le ha asegurado a su creador, Vlaada Chvátil, una de esas franquicias con las que sentarse a ver cómo le cae el dinero del cielo.
El segundo más famoso es el de imágenes, una vertiente que cambia las palabras por dibujos para intentar deducir a base de pistas con una suerte de Dixit que puedes disfrutar sin la necesidad de ir piojo para entender de qué te están hablando.
Y si quieres ir un paso más allá y tu grupo es lo suficientemente friki para entender las pistas, las versiones de Los Simpson, Marvel, Harry Potter o incluso Blizzard mezclan la idea de imágenes y palabras para terminar de redondear la sesión de juego.
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