Sentía bastante curiosidad por ver qué tal se desenvolvía Nintendo con su Kit de VR para Nintendo Labo. Al fin y al cabo, en el pasado nos sorprendió con el efecto 3D de la Nintendo 3DS, ante la incredulidad de mucha gente.
Por otra parte, no podía evitar sentirme prudente al respecto, puesto que no dejan de ser unos cartones y accesorios desde 34,90 euros, cuando la competencia más directa (PlayStation VR) ofrece una experiencia de Realidad Virtual por unos 249 euros, según el pack. Sí, hay diferencias.
La Realidad Virtual, versión low-cost
A lo tonto, ya se ha cumplido un año desde que debutó en el mercado Nintendo Labo con sus primeros dos Kits. Para el tercero (Toy-Con 03: Kit de Vehículos) hubo que esperar hasta mediados de septiembre del año pasado, momento tras el cuál pensamos que la Gran N dejaría de lanzar más.
Pero como sabemos, este mismo mes de abril salió el llamado Toy-Con 04: VR Kit, donde Nintendo se mete de lleno en la Realidad Virtual... a su manera. Porque vamos a dejarlo claro desde el principio: esto de Realidad Virtual tiene poco. Puede dar el pego para los profanos en la materia, pero en seguida se le ven las costuras a poco que profundicemos en el cacharro.
Hay que tomarlo como lo que es: un acercamiento económico y con leves pinceladas de Realidad Virtual. Pero que puede venir bien para que los peques de la casa se inicien en esta tecnología por lo mucho que sigue divirtiendo crear cosas con Nintendo Labo. Es, de hecho, lo mejor del VR Kit, y en el caso del pack más básico, no nos llevará ni una hora montarlo.
Al ser un producto donde entra en juego un efecto distinto a las 3D de la antes citada Nintendo 3DS, es lógico que se reincida más si cabe en las advertencias de salud sobre su uso, tanto a la hora de hacer pausas más a menudo como en lo relativo a no usar sus lentes para mirar al Sol.
El proceso de montaje es el habitual en Nintendo Labo, por otra parte: seguimos las indicaciones ultra-detalladas de Switch, pudiendo avanzar o retroceder el vídeo e incluso girar lo que se muestra en pantalla para no tener ninguna duda sobre dónde hay que hacer un pliegue o encajar una arandela hasta que esté todo listo. En este sentido nos sigue sorprendiendo lo bien que se aprovechan los cartones de un modo tan original.
Además, se han tenido en cuenta las dimensiones de la propia consola para que encaje a la perfección en este VR Kit de Nintendo Labo, vigilando que no se mueva después gracias a unas pegatinas rugosas y esponjosas.
Ahora bien, tiene varios inconvenientes de entrada:
- No tiene sujeción, por lo que hay que sostenerla todo el rato
- El "botón" de acción de la parte superior no va muy fino
- Al no ser tan nítida su definición, cansa la vista demasiado pronto
- Y sobre todo, su Realidad Virtual no tiene profundidad
Nintendo Labo VR Kit: mera curiosidad
Entrando de lleno en lo que puede ofrecer como experiencia de Realidad Virtual, más allá del pego que da en ciertos aspectos, su mayor escollo es la ausencia de profundidad. O lo que es lo mismo: si intentamos acercarnos a un objeto, éste se aleja junto con todo lo que vemos en pantalla.
De ahí lo expuesto al inicio de que tiene pinceladas de Realidad Virtual, puesto que no nos movemos realmente por su mundo de manera libre, sino que somos un punto fijo que actúa de observador de todo lo que nos rodea.
No deja de ser un poco irónico que cuando analizamos en su momento Astro Bot: Rescue Mission dijésemos, a modo de piropo, que Japan Studio había creado un producto para Sony que parecía hecho por la propia Nintendo, porque en este Labo VR Kit hay algún minijuego inicial que recuerda vagamente a la fantástica propuesta de PlayStation VR. Sólo que sin chispa.
La cruda realidad es que la inmensa mayoría de minijuegos desaprovechan el potencial de este pack, salvo que nos vayamos a construir sus diversos accesorios, como el que viene en el Starter Pack, el Desintegrador (Blaster), de construcción mucho más compleja y divertida que el VR Kit.
Es un shooter sobre raíles donde sentiremos el retroceso del arma, uno de los puntos fuertes de todo artilugio de Nintendo Labo: que nos sumerjamos de un modo completamente distinto al habitual a los videojuegos. Y ahora con ese extra de la Realidad Virtual, que funciona, pero sin ser espectacular.
De todas formas, todo el conjunto carece de la típica magia de Nintendo, y de cómo vemos cualquier juego sin VR (sí, se puede desactivar el efecto, aunque no todos serán igual de jugables así, lógicamente) a cómo los vemos con este efecto en Realidad Virtual hay un bajón de calidad importante.
Al final es un poco lo que sucede con el resto de sets para Nintendo Labo. Son experiencias más desenfadadas y directas, pensadas para un público en concreto, donde casi lo pasaremos mejor construyendo que jugando. Pero que le quiten lo bailado, que por ese precio no hay que pedirle peras al olmo.
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