A veces la primera impresión no es la que cuenta, pero hay ocasiones donde, por mucho que lo intentemos, la cosa no mejora. Y en lo relativo al primer acercamiento a Need for Speed: Heat, todo parecía indicar que EA y Ghost Games no habían creado un producto revolucionario para el 25 aniversario de Need for Speed, sino todo lo contrario: ir a lo seguro sin arriesgar nada.
Puedes hacer algo bien, que a la larga, si haces lo mismo todos los años, pocos alicientes vas a ofrecer a los potenciales compradores. Y es justo lo que le pasa a este capítulo: no es malo en absoluto, pero tampoco ofrece nada que no hayamos visto en infinidad de ocasiones. Por lo tanto, tan solo los fans más acérrimos podrán perdonarle su falta de ambición.
Palm City, una ciudad vigilada (por la noche)
Como viene siendo habitual desde hace un tiempo, Need for Speed: Heat vuelve a darle un peso importante a su historia, con una cinemáticas creadas con el motor del juego (sin rastro de actores de carne y hueso, como en aquella entrega de 2015, justo un año después de la película homónima) donde conoceremos tanto al bando de corredores que será nuestra nueva familia como a los policías de Palm City liderados por Frank Mercer.
Su historia se va narrando poco a poco, dejando el margen suficiente para que nos centremos en las carreras (diurnas y nocturnas) y que ganemos el dinero y reputación necesarios para desbloquear el resto de misiones.
Por el día nos lo podremos tomar con más calma, con una presencia mucho más leve y casi testimonial de la policía, para competir en carreras que nos darán única y exclusivamente dinero. Por la noche, eso sí, la cosa cambiará, ya que ahí no solamente ganaremos más dinero, sino puntos de reputación que habrá que asegurar después en un piso franco... siempre y cuando no nos pille la policía, porque estará ojo avizor ante cualquier aviso callejero.
Need for Speed: Heat nos obliga, por lo tanto, a alternar entre el día y la noche con dos objetivos muy distintos para poder progresar en la historia, algo que está ligado de igual modo a las prestaciones de nuestro bólido y a la reputación de nuestro piloto, cuyo aspecto y sexo podremos modificar.
Si hablamos de números brutos, hay un total de 127 vehículos a desbloquear y posteriormente comprar desde el concesionario a medida que ascendemos el nivel de reputación. No faltan bólidos de lujo de casas como Lamborghini, Porsche o Ferrari, ni tampoco clásicos y auténticas joyas actuales, por lo que raro será que no encontremos el coche de nuestros sueños. O diez de ellos.
Qué podemos hacer en Need for Speed: Heat
Palm City es lo suficientemente grande y variada como para que no resulte aburrido circular por sus calles y praderas, pudiendo movernos con total libertad por toda la zona. Ahora bien, a nivel de coleccionables y actividades, la mayoría estarán bloqueadas de inicio y dependerán de la reputación.
Need for Speed: Heat se irá abriendo poco a poco, en definitiva, para que vayamos aprendiendo los entresijos de conducir, tanto la parte de derrapar (acelerar y tomar la curva, soltar y volver a acelerar, casi como en Ridge Racer) como todo lo necesario para salir con garantías de la presencia policial. El caso es que siempre tendremos algo que hacer y eso está bien.
Los coleccionables y actividades, por otro lado, no serán meros añadidos para que los completistas pierdan el tiempo sin un incentivo real, puesto que nos servirán para desbloquear varios de los mejores coches del juego: desde destrozar carteles con saltos peliculeros hasta "recoger" arte callejero, a modo de grafittis (de una belleza parecida a la de inFamous: Second Son), para contar con más diseños para nuestro bólido, pasando por destrozar flamencos de neón, controles de velocidad, saltos largos y zonas de derrapes.
Hay mucho por hacer a lo largo de más de una docena de distritos por toda Palm City, siendo, en cualquier caso, el resto de eventos de competición, las carreras de toda la vida. No faltarán los circuitos con varias vueltas ni tampoco los que irán del punto A al B para recorrer todo el tramo una sola vez. Eso sí, en todos los casos se nos exigirá pasar por distintos checkpoints.
Cabe recalcar que no hay ciclo de día y noche, sino que lo controlamos de forma manual. Si nos apetece correr de día, tendremos acceso a unos eventos y si lo hacemos de noche, a otros... con el añadido de esa policía con más presencia y distintos niveles de alerta en base a lo que hagamos.
Mejoras de distinta rareza (sin cajas de botín)
Cada evento tiene un nivel de prestaciones recomendado para indicar la categoría óptima para competir. Los primeros bólidos que podemos comprar tienen muy poco nivel, por lo que habrá que ir mejorando sus prestaciones.
En esta ocasión no hay rastro de las cajas de botín, sino que esas mejoras dependen exclusivamente del nivel de nuestra reputación. Cuanta más reputación tengamos (a base de competir por la noche), más mejoras de rareza alta podremos comprar con dinero ganado en las competiciones.
Ese nivel de rareza es idéntico al de los juegos de rol, pero en este caso no habrá un número elevado de componentes, sino que todos serán visibles desde el inicio para incentivarnos a seguir sumando puntos. Hay cuatro ramas, con sus respectivas secciones, dentro de cada bólido. Las principales son motor, chasis, transmisión y auxiliar, y hacen referencia a los distintos componentes (desde las ruedas hasta el embrague, por ejemplo) del coche.
Al principio no le daremos tanta importancia e iremos comprando los de mejor calidad para ver cómo suben las prestaciones de potencia, alta velocidad, aceleración y nitro, pero a medida que progresamos en la historia y contamos con eventos más específicos, también habrá que tener en cuenta el tipo de bólido que estamos "construyendo", puesto que habrá distintos tipos al especializarse en campo a través, competición, derrape y asfalto. Pero tranquilos, que también se pueden combinar dos de esos.
Todo está a golpe de un clic desde el garaje, en cualquier caso. Basta con fijarse bien en la descripción de cada prueba (no solamente el nivel recomendado) para saber si correremos sobre asfalto o campo a través, o si habrá mucho derrape para poner ruedas de ese tipo y ganar más puntos.
Aquí me ha fastidiado, de todos modos, ver cómo tenemos que recomprar los mejores componentes si tenemos más vehículos, ya que los que vamos desequipando pasan al inventario y los que están activos para un coche en cuestión no los puede reutilizar el resto. Tiene coherencia, pero por otro lado esto es un videojuego y supone un gasto de tiempo y dinero brutal.
¿Escoger día o noche en Need for Speed: Heat?
Anteriormente recalcamos las enormes diferencias entre optar por el día o la noche en Need for Speed: Heat y ahora conviene apuntar que se echa en falta ese mismo nivel de competición y tensión nocturnos para el día. Vale que de noche la ciudad tenga otro encanto gracias a esa iluminación (habrá luces de neón orientativas sobre el trazado, para que no nos desviemos), pero se pierde un poco la esencia de los primeros Need for Speed.
Esa pérdida de identidad original tiene que ver con el rumbo que tomó la saga a raíz del Need for Speed: Underground de 2003, con mayor énfasis en el tuning, más carreras nocturnas dentro de la ciudad y una historia para que no todo fuese correr sin otro aliciente. Y aquí también hemos visto un cambio sustancial en su banda sonora, siendo bastante lamentable en esta entrega al optar por la moda actual, con bases machaconas y sin caña.
Funciona con mayor o menor acierto en todo lo demás, siendo nuevamente muy disfrutables las persecuciones policiales, puesto que hasta se pueden colar dentro de las carreras nocturnas y nos seguirán persiguiendo al finalizarlas. Y a medida que progresamos en la historia, más difícil nos lo pondrán pese a que podamos contar con dispositivos auxiliares pasivos y activos para contrarrestar parte de las acometidas que nos irán poniendo.
Sigue chocando, nunca mejor dicho, el tema de las colisiones, puesto que nuestro bólido puede arrasar con buena parte del decorado (desde árboles hasta farolas pasando con algunos muros de poca altura) sin tener que ir muy rápido. Hice la prueba a menos de 20 km/h y destroza árboles como si fuesen de papel. Resulta bastante raro y le quita realismo, pese a que no sea precisamente lo que busca un Need for Speed. Pero penaliza poco o nada.
La policía también necesitaría unos retoques mediante un parche, porque me ha pasado en más de una ocasión ver cómo me capturaba estando todavía en movimiento y sin estar acorralado, y eso mosquea lo suyo (y por la reputación, vaya). Al fin y al cabo el juego sale hoy a la venta y ya sabemos que los juegos de este calibre no suelen salir tan finos de lanzamiento.
La opinión de VidaExtra
En definitiva, no es desde luego la celebración idónea para los 25 años de una saga muy querida dentro de los amantes de la velocidad más gamberra, pero al menos Need for Speed: Heat cumple con lo justo para no salir mal parado en este acontecimiento tan especial. Esperamos, eso sí, que de cara a la próxima generación de consolas, EA ofrezca algo más revolucionario.
Need for Speed: Heat
Plataformas | PC (Origin), PS4 (versión analizada) y Xbox One |
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Multijugador | Sí, online (hasta 16 jugadores) |
Desarrollador | Ghost Games |
Compañía | EA |
Lanzamiento | 8 de noviembre de 2019 |
Precio | 59,90 euros |
Lo mejor
- El gran cambio entre el día y la noche
- Lo vistosa que resulta Palm City
- No deja de ser un Need for Speed, en el fondo
Lo peor
- No aporta nada nuevo a la saga
- Ese decorado que parece de papel
- La banda sonora es lamentable
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