Análisis de NBA 2K21 de Nueva Generación, el largamente esperado salto de calidad del rey del basket

Desde la primera partida ya lo vi venir: NBA 2K21 ha sido el juego que agotó las pilas que acompañaban el mando de Xbox Series X. Y también la redención de 2K Games frente a las ediciones lanzadas el pasado mes de septiembre.

Que no se me malinterprete: la soberbia jugabilidad de la saga y su apuesta por colmar a los fans de la NBA de experiencias de juego que irradian -con brutal acierto- las sensaciones de la máxima competición de baloncesto dentro y fuera de la chancha están en ambas versiones. Pero el modo en que éstas han sido plasmadas en los sistemas de nueva generación me pilló con la guardia baja.

Está claro que 2K Games y Visual Concepts han jugado su partido más difícil en mucho tiempo: no solo estaban obligados a superar los listones anteriores -es decir, los de su propia saga-, sino que se atrevieron a lidiar con decisiones tan impopulares como ser los primeros en anunciar el precio de los juegos de nueva generación o introducir una publicidad menos sutil dentro de la experiencia.

Y, pese a todo, ninguna alternativa actual de basket en PC o consolas le llega a los tobillos a la serie NBA 2K. Arrinconando desde hace muchos años a la propia saga NBA Live de EA Sports en su propio terreno.

Sin embargo, lo más complicado de defender por parte de 2K Games era que, a diferencia de FIFA 21 y tantas otras, se descartase la posibilidad de ofrecer una actualización gratuita de nueva generación en favor de ofrecer dos versiones. Eso sí, pudiendo hacernos con ambas a través de una edición especial.

¿El motivo? Tras poner a prueba ambas versiones llegamos a una nueva conclusión: 2K Games no ha añadido mejoras de next-gen a su entrega anual ya disponible en las estanterías, sino que ha lanzado dos juegos que comparten los mismos contenidos. O, al menos, la mayoría de éstos.

Bajo el nombre de NBA 2K21 de Nueva Generación, 2K Games ofrece una verdadera experiencia de basket adaptada a las posibilidades de las recién estrenadas consolas de Microsoft y Sony. Un salto de calidad que llena el ojo y también se siente a los mandos, conservando todos los aciertos, los modos de juego y las lecciones aprendidas de los títulos de octava generación.

Dando al fan veterano de la saga NBA 2K esa largamente esperada evolución dentro de la serie.  Aprovechando la tecnología de nueva generación para mejorar la calidad de los ingredientes de su fórmula de éxito, logrando que el resultado se aproxime mejor hacia esa ansiada experiencia definitiva e integral en torno a la NBA que cualquiera puede vivir con la emoción de un palco VIP y desde la comodidad de su casa.

Palabras mayores que deben ser fundamentadas, lo cual nos lleva a dos preguntas más que razonables: ¿qué novedades se han implementado en esta edición next-gen y cuál es la evolución real frente al NBA 2K 21 que llevamos jugando en Xbox One y PS4 desde hace un par de meses?

Por lo pronto, ya te adelantamos dos aspectos especialmente ilustrativos: todas y cada una de las imágenes que verás en este análisis son capturas propias y en la nueva generación los tiempos de carga han quedado reducidos a un logotipo atravesando la pantalla. Literalmente, menos de lo que dura un suspiro.

Así de bien luce y se siente el basket de nueva generación

Sería injusto decir que la edición de NBA 2K para las nuevas consolas de Microsoft y Sony ha sido creada desde cero. A fin de cuentas, existe una colosal labor previa detrás de los aspectos jugables, técnicos y en lo relativo a su generosa propuesta de modos que ha sido pulida a lo largo de más de dos decenas de entregas. Sin embargo, una vez metidos en la cancha de la nueva generación es irremediable sentirte como si estrenases zapatillas nuevas.

Visual Concepts se ha esforzado en dejar muy patente, y desde el principio, que NBA 2K21 de Nueva Generación no es una actualización. De partida, porque si apostamos por las ediciones Mamba Forever veremos que en lugar de instalarse encima de la versión de Xbox One o PS5, el título aparece como otro juego distinto en nuestra biblioteca de juegos. De hecho, ni siquiera se beneficia del sistema de Smart Delivery de Microsoft.

Una declaración de intenciones que también se manifiesta en la propia interfaz de juego, la cual ha sido completamente replanteada y reorganizada, como en varios de los contenidos clave que matizamos solo un poquito más abajo.

Ahora bien, entrando ya en materia, ¿qué mejoras podemos esperar en lo visual y lo jugable? Ahí es precisamente donde más se palpa el salto de calidad y, lógicamente, la mayor diferencia entre versiones.

Desde el principio contábamos con aspectos básicos propios de la next-gen, como tiempos de carga ultra-rápidos, una mayor resolución, un rendimiento más fluido o unos mejores acabados en los modelos y las canchas. Las capturas faciales y de movimiento, lógicamente, salen muy beneficiadas y las físicas y colisiones están a otro nivel.

Ahora bien, si parecía que a Visual Concepts le faltó un golpe de inspiración a la hora de redondear la presentación de las entregas de Xbox One y PS4, lo cierto es que han sabido exprimir el motor Impact y volcarse de lleno de cara a las nuevas consolas.

Desde el nuevo sistema de iluminado a la sobresaliente fluidez y el realismo de los movimientos, con o sin posesión del balón. Todo ha sido generosamente pulido, añadiendo en el proceso un extra de carácter (y nuevas animaciones) a las estrellas del basket y los jugadores creados por nosotros.

De hecho, la manera en la que los jugadores caminan e interactúan entre ellos, de manera programada o acomodándose a lo que ocurre en pantalla, aproximan todavía más el conjunto a las retransmisiones televisivas. Y la cámara por defecto, más próxima al pie de pista, acentúa esos detalles mostrando jugadores de mayor tamaño sin que eso condicione la visibilidad.

Dando como resultado, y en conjunto, unas mejores sensaciones a los mandos y unas reacciones y físicas más creíbles que, lógicamente, tienen un impacto directo en la experiencia de juego.

Algo que, por otro lado, suma puntos extra con el sistema de control de Pro Stick Avanzado, el cual abre nuevas puertas en cuestión de control, pases y oportunidades de encestar.

Mención especial al público y las gradas. Visual Concepts no solo ha sacado partido de la holgura de hardware para introducir más variedad entre los asistentes al pabellón, sino que les ha insuflado una suerte de carácter y aspecto propio. Logrando en el proceso una ambientación como jamás se había visto en un juego de basket.

De hecho, el juego de 2K Games es realmente generoso en cuestión de detalles, además de las típicas entradillas, NBA 2K21 para los sistemas de nueva generación se regodea a la hora de introducir elementos a la experiencia, como el baile de mascotas y Cheerleaders o a la hora de dar vida a la Grada Baja.

NBA 2K21 de Nueva Generación saca constantemente músculo en lo visual, y el referido sistema de cámaras más próximo al pie de pista -inspirado las retransmisiones de la burbuja NBA desde Disney World- redondea el resultado. Siempre, a sabiendas de que el nuevo hito técnico y visual no le llega a pasar factura al rendimiento o los terriblemente fugaces tiempos de carga.

La experiencia de la NBA vivida desde todos los ángulos se expande

Con lo esencial ya establecido, queda abordar el grueso de la experiencia NBA 2K21: qué cambios, mejoras y novedades podemos esperar en lo relativo a sus modos de juego. Tanto  frente a la edición del año pasado como frente a las versiones de Xbox One y PS4 lanzadas en un mes de septiembre que hoy parece todavía más lejano.

Si bien los modos que podemos considerar de partida rápida (Jugar Ya y sus variaciones online y paralelas a los eventos de la NBA) siempre son socorridos, especialmente para compartir mando y sofá, una vez más nuestras obsesiones girarán en torno a la inmersión propuesta de Mi Jugador, y terriblemente adictivo Mi Equipo. Es decir, la carrera centrada en nuestro personaje creado al gusto y la muy profunda experiencia centrada en cartas coleccionables creada a la medida de la NBA.

La idea en torno a Mi Jugador continúa siendo el plato fuerte del propio juego. Como en entregas anteriores, la premisa es hacer prosperar a nuestro jugador personalizado -o avatar- mientras nos sumergimos en una ambiciosa historia que nos llevará del instituto a estar becados en un equipo universitario real y, de ahí, a la NBA.

Sumando progresos partido a partido en los que cada acción y fallo será puntuado y en el que cada nueva fase de la trama vendrá arropada por escenas cinemáticas y que, tarde o temprano, nos invitará adentrarnos en el nuevo escenario creado para la ocasión.

La máxima novedad en este apartado frente a la versión de Xbox One y PS4 no es su renovado aspecto de nueva generación, sino el pozo de horas al que podremos acceder desde el mismo: El Barrio, el espacio social y competitivo de NBA 2K21, ha pasado a ser en los sistemas de nueva generación La Ciudad. Un enorme entorno abierto y compartido, dividido en lo que podemos denominar cuatro grandes facciones.

Una inagotable fuente de excusas para improvisar partidos, ganar reputación, celebrar eventos temáticos y estrenar aspectos. Eso sí, antes de perdernos por la ciudad deberemos ganarnos el derecho a entrar en ella.

El requisito previo antes de entrar en la ciudad que ha puesto 2K games es tener un nivel mínimo de jugador. Para ello, ha previsto arrancaremos desde una serie de pequeñas canchas en Rookieville, ligeramente apartadas de las cuatro zonas principales, en las que deberemos lucirnos y ascender niveles a base de acciones individuales y lucirnos al jugar por equipos.

Eso sí, no te preocupes: este espacio está habilitado para que los novatos adquieran nivel y será un trámite ligero para el resto, con lo que si eres un veterano no tardarás en ascender. Además, una vez nos hayamos ganado la entrada a la Ciudad no necesitaremos repetir la prueba con el resto de personajes que creemos.

La Ciudad es el lugar soñado por los apasionados por el basket: un amplio entorno desde el que pasear libremente, perderse y sumarse a partidas. Puedes atravesarlo en patineta, gastar todos tus créditos en tiendas de ropa y zapatillas o quedar con amigos y otros jugadores para echarte unas partidas, avanzar en tu progreso de personaje y desbloquear toda clase de objetos con los que presumir de hazañas y estilo.

Por otro lado, el modo de cartas coleccionables Mi Equipo continúa apostando fuerte por invitarnos a crear quintetos de fantasía reuniendo, pujando e intercambiando, cartas de legendas de hoy y siempre para ponerlas a prueba en canchas personalizadas con otros jugadores.

Lo primero a destacar, y esto es esencial, es que los progresos y cartas que hayamos obtenido en NBA 2K21 para Xbox One o PS4 serán transferidos a las sus respectivas versiones de nueva generación. Dicho de otro modo, los sobres que ya hayas logrado o comprado con dinero real no se perderán si cambias de consola.

Dicho lo cual, la novedad más interesante reside en las temporadas de duración limitada. Una manera de promover que nos embarquemos en más eventos y objetivos, de paso, aumentar el ritmo, la cantidad y la variedad de recompensas obtenidas.

Otra modalidad de juego que ha recibido su propio empujón es la manera de abordar la modalidad de franquicia de Mi NBA, ofreciendo de partida nuevas y mejores opciones para acomodar la experiencia, las reglas, los roles asumidos y los progresos al tiempo que queramos invertir en él. ¿Atrevernos con ligas de 36 equipos o separar la paja del trigo y dejarla en 12?

Por último, pero no menos importante, NBA 2K21 refuerza su ambiciosa apuesta por el basket femenino de la WNBA a través de su propio modo dedicado (The W), desde el cual se introduce al jugador en los aspectos esenciales del juego -como Mi Jugador, competiciones y eventos online- a través de los equipos oficiales y las jugadoras profesionales de la asociación de baloncesto norteamericana.

Logrando redondear todavía más el conjunto de novedades compartidas con las ediciones de septiembre y las añadidas en nueva generación de cara a los apasionados por la NBA.

Ofreciendo constantemente nuevas actividades y sumando contenidos desbloqueables que, de cara al aspecto social del juego, son mucho más que contenidos estéticos o de colección: representan un logro. Y, además, nos dan excusas y entornos perfectos para exhibirlos.

La opinión de VidaExtra

Las ediciones de septiembre de NBA 2K21 para Xbox One y PS4 no tuvieron la acogida de años anteriores. Y fue algo merecido. No solo llegaron con fallos muy concretos, sino que pecaron de ofrecer poca ambición en una saga anual en la que sus fans demandan -y deben exigir- una evolución palpable entre una nueva entrega y la anterior.

En este sentido, los contrapuntos de nueva generación suponen esa ansiada evolución, y el modo de lograrlo ha sido a través de versiones desarrolladas a medida de la tecnología de Xbox Series X y PS5.

Una decisión que, como comentamos, descarta la posibilidad de una actualización gratuita. Pero que a cambio, se desmarca ofreciendo un verdadero salto generacional. Tal y como debe ser.

Al principio, en el párrafo inicial, comenté que nada más zambullirme en el juego tenía muy claro que acabaría gastando las pilas del mando de Xbox Series X en él. La jugabilidad de NBA 2K 21 de Nueva Generación sumada a su sistema de progresos te atrapa y te invita con enorme facilidad a enganchar una partida con la siguiente, independientemente del modo en el que estés.

Y a dos mandos resistirse es todavía peor: el basket de 2K Games sigue brillando con luz propia a la hora de compartir sofá y partidas en los modos Jugar Ya.

Lo cual, sumado a las novedades de Mi Jugador (online y offline), lo sencillo que es acabar perdiendo horas paseando por la Ciudad, improvisando partidos, o avanzando en las temporadas cortas y esa fuente de horas perdidas en forma de juego de cartas, logra que lo que no me gaste en sobres lo acabe invirtiendo en un pack de pilas recargables.

Porque sé positivamente que estos primeros días son solo la punta del iceberg. El inicio de una larga sucesión de partidas y sinónimo de maratones de juego los fines de semana.

Merece la pena destacar que NBA 2K21 es un juego de nueva generación para todo lo bueno, pero con un matiz que ya me hace temblar: el juego reclama más de 100 GB de espacio en el disco duro. Como comentamos, la edición de septiembre (la de Xbox One y, lógicamente, PS4) cuenta como un juego distinto con un icono distinto, con lo que una vez transferidos los progresos y lo logrado del modo Mi Equipo de 2K21 se puede borrar tranquilamente.

Y viendo lo colosal que es la Ciudad, tengo claro que no echaré de menos el Barrio.

Un año más, NBA 2K21 revalida su liderazgo en lo referente al basket para PC y consolas. Y pese a su poco ambicioso estreno, donde realmente logra consagrarse es en las consolas recién salidas del horno. Ofreciendo, tras varias temporadas ese salto de calidad que los fans deseaban encontrar. A través de varias ideas nuevas y acertadas en modos clave, sí, pero también siendo conscientes de que necesitaban estrenar nueva cancha para terminar de dar el verdadero golpe de efecto.

No únicamente a través del hardware y el potencial técnico de Xbox Series X y PS5, sino con detalles muy concretos, como unos tiempos de carga inexistentes, que hacen que no haya vuelta atrás. Logrando por fin, y tras una racha irregular, una experiencia de juego que solo puede ser definida como de nueva generación.