He jugado a Mario vs. Donkey Kong y estoy obsesionado con él: las plataformas clásicas de Nintendo reviven en Switch con magia y buenas ideas

Es imposible no sonreír cuando escuchas a Charles Martinet dándole voz a Mario entre brincos, rebotes y caídas. Lo era hace ya 20 añazos, cuando se estrenó Mario vs. Donkey Kong en Game Boy Advance, y lo sigue siendo en Switch con una revisión actualizada, ampliada y con extra de mimo. Un delicioso remake que, ya te adelanto, preserva todo el encanto del clásico plataformero y lo lleva más allá. Porque cuando un juego es bueno lo es para siempre, pero eso no impide que pueda ser todavía mejor. Y, ¿por qué no? Incluso más divertido.

Si jugaste a Mario vs. Donkey Kong te tengo las mejores noticias: todo está en su sitio. Nintendo repite una jugada ganadora muy parecida a la que vimos en 2023 con Advance Wars o Super Mario RPG, dándole un repaso a su aspecto y jugabilidad mientras aprovecha para añadir más contenido y características que marcan la diferencia. Aunando el legado de los primeros juegos de Mario y D.K. con los más recientes. Y si no lo jugaste, ya te pongo sobre aviso: este juego engancha muy fuerte. Es toda una obsesión, pero siempre en el mejor de los sentidos.

Porque el modo en el que la saga Mario vs. Donkey Kong reinventa los juegos de plataformas es una genialidad: Mario salta, usa objetos, hace piruetas y trepa como lo hacía en su debut en el Donkey Kong original, pero la gran diferencia es que cada nivel se resuelve como un puzzle. Y eso es una genialidad que jamás pasa de moda. Sobre todo, cuando se le añaden nuevos elementos jugables que no existían en el juego de 2004 y que redondean el valor de una serie que ha tardado demasiado en regresar, pero lo hace de manera intachable.

A fin de cuentas, no podemos olvidar que han pasado casi diez años desde la última entrega de Mario vs. Donkey Kong. Y no es por desmerecer a Mini Mario & Friends: amiibo Challenge, pero la razón de ser del juego de Wii U y 3DS era darle un nuevo uso a las figuras coleccionables de Nintendo. El remake que hoy tenemos por delante es la revalidación definitiva del juego original. No de cualquier modo, que conste, sino con ese toque especial que la Gran N tiene al rehacer lo mejor de su legado. Teniendo incluso más presentes a quienes no son tan hábiles con la cruceta y los botones, pero tienen ganas de pasarlo bien.

¿Por qué hacer un remake del juego de Game Boy Advance cuando puedes rescatar el clásico a través del Servicio Online de Switch? En VidaExtra hemos podido jugar largo y tendido al nuevo Mario vs. Donkey Kong de 2024 y los aciertos no tardan en manifestarse: la renacida rivalidad entre la superestrella y el mono con corbata jamás le había sentado tan bien a una consola de Nintendo. Tanto en portátil como al jugar con alguien compartiendo sofá y Joy-Con.

En Vida Extra

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Plataformas no lineales al estilo Super Mario

La premisa jugable de Mario vs. Donkey Kong se resume en tiempo récord: en cada fase hay una enorme llave dorada y una puerta, así que la idea general es abrir la segunda con la primera. Sin embargo, para lograrlo tendremos que resolver un escenario con plataformas, interruptores, trampas y escaleras. También hay enemigos, y alguno está puesto con cierta picardía, pero incluso si fallas siempre sabrás que ha sido porque no has pensado bien lo que estabas haciendo. Porque en este juego la destreza con los botones ayuda, pero el ingenio es lo que marca la diferencia.

En lugar de la fórmula clásica que consiste en atravesar un escenario de una punta a otra, y que nos volvió a enamorar con Super Mario Bros. Wonder, el nuevo Mario vs. Donkey Kong apuesta por niveles más compactos que se resuelven de manera no lineal: tendrás que deshacer tus pasos, activar y desactivar plataformas, esquivar rayos láser y, si todo sale bien, rescatar a unos divertidísimos Mini-Marios. Porque esos juguetes tan especiales son la razón por la que el buenazo de Mario se ha metido en este lío.

Nintendo le dedica muy poquito margen al contexto del juego y hace bien: en lugar de mapas del mundo y una historia elaborada, se centra en facilitar que progresemos con menús sencillos y niveles diseñados para que nos detengamos a ver cómo funciona cada cosa y cual es la manera de proceder más efectiva. Promoviendo que hagamos experimentos antes de que el temporizador se agote y, en última instancia, recompensando la destreza, el ingenio y la creatividad.

Una vez avanzamos, nuestro doble objetivo pasará por rescatar el Mini Mario de juguete que nos espera al final de cada nivel y, en la medida de lo posible, recuperar tres regalos de colores repartidos para que exprimamos todas las posibilidades de cada pantalla. Podemos elegir ir directamente a la puerta o al muñequito de cuerda, pero si queremos exprimir al máximo el juego nos tocará ver cómo y de qué manera llegar a ese punto que hace dos intentos parecía casi inaccesible. Pero nunca imposible.

¿Y qué pinta D.K. en todo esto? Al resolver los seis niveles de los que consta cada Mundo tendremos un desafío que resolveremos junto a los Mini-Marios -que nos seguirán como pollitos- y, finalmente, nos enfrentaremos en un cara a cara al primer adversario de Mario poniendo a prueba las dinámicas aprendidas de cada escenario. Recuperando el espíritu arcade que tuvo Nintendo antes de su salto a consolas con el Donkey Kong original o el mítico Mario Bros. de 1983. Uno que le sienta de maravilla a Switch, todo sea dicho.

Siendo justos, todo lo anterior ya estaba presente hace dos décadas en el juego de Game Boy Advance, y sobra decir que Nintendo le ha dado un repaso total al clásico para que luzca y se sienta a los controles como un juego actual. Sin embargo, también se ha aprovechado para expandir contenido y añadir novedades que redondean el original a todos los niveles. Incluyendo un nuevo y siempre bienvenido multijugador.

Más allá del clásico de Game Boy Advance

Mario vs. Donkey Kong es un remake que retiene de manera integral la jugabilidad original: la sensación al mover a Mario, mando en mano, es muy diferente a la Super Mario Bros. Wonder y su ritmo también. Esto se debe a algo tan sencillo como que la manera de resolver cada escenario es diferente y requiere más observación e interacción con el entorno que otra cosa, pero incluso en esas, Nintendo sabe adaptarse a través de esta nueva versión a todos los perfiles de jugador. Incluyendo los que no son tan jugones.

Que no se me malinterprete: si queremos avanzar en los niveles más complicados y avanzados tarde o temprano deberemos dominar el doble salto haciendo el pino. El éxito de Mario vs. Donkey Kong es cómo, de manera proactiva, nos enseña cuándo y cómo usarlos la primera vez y, a partir de ese momento, nos deja que lo usemos con total libertad. Sin darnos pistas sobre cuando es mejor emplear ese tipo de técnicas, pero fomentando que, a base de ensayo y error y una jugabilidad excepcional, hagamos piruetas de manera constante para avanzar o sortear peligros.

La clave de esta iniciativa, y la grandeza de este juego, reside en una curva de dificultad deliciosamente calculada en la que jamás se deja atrás a nadie. Que sabe dotar de desafíos acrobáticos a través de los coleccionables, pero que en ningún momento pone barreras a quienes simplemente vienen a resolver cada fase como si fuese un puzle. Promoviendo que disfrutemos del juego sorbito a sorbito y, si lo deseamos, en compañía.

De entrada, Nintendo ha creado un nuevo estilo de juego llamado Relajado en el que no hay temporizador y, en lugar de tener que empezar de nuevo si recibimos daño, regresaremos a un banderín en una pompa. Dándonos varios intentos en caso de necesitarlo.

Pero es que, además, se ha añadido un modo cooperativo para dos jugadores. Uno hace de mario y el otro de Toad, de modo que es posible dividir las tareas. Sin embargo, para completar cada nivel ambos deberán abrir la puerta con sus respectivas llaves.

Sin embargo, el máximo aliciente de quienes ya estaban enamorados del juego original (y planean jugarlo exactamente igual que en Game Boy Advance) pasa por dos nuevos mundos creados para la ocasión con sus propias dinámicas de juego, elementos y, por supuesto, encontronazos finales con D.K.

Las novedades del nuevo Mario vs. Donkey Kong no se quedan aquí, que conste. De momento basta decir que tendremos diversión para rato y desafíos más que de sobra con variantes de Nuevo Mundo+ para cada uno de los mundos. Elevando progresivamente tanto el grado de desafío para quienes lo deseen, como el de genuina diversión para todo el mundo.

Un reencuentro y a la vez la primera gran sorpresa de Switch en 2024

Acuérdate de estas palabras: Cuando un juego es bueno, lo es para siempre. Mario vs. Donkey Kong es la enésima prueba de que las obras de Nintendo nacen para ser disfrutados hoy, mañana y dentro de dos décadas. A veces hace falta darles unos empujones aquí y allá, y nunca está de más darle un aspecto más atractivo, pero la excelencia prevalece y se impone. Y su diversión, como siempre, es exquisitamente atemporal.

¿Cuánto de juego de plataformas y cuanto de puzzle hay en Mario vs. Donkey Kong? Se puede decir que tal y como está planteado el juego, sus niveles son la combinación total de ambos conceptos sin ceder un ápice el uno al otro. Conservando lo mejor de cada manera de jugar. Lo bueno es que, incluso en esas, Nintendo siempre sabe darle protagonismo y opciones a quien sostiene el mando para que investigue, pruebe o se atreva a hacer cosas diferentes si nada le resulta. Ya bien sea dando brincos o activando interruptores en un orden distinto.

Dándole cancha para hacer experimentos y, si nada de lo anterior resulta, nuevas soluciones creadas para la ocasión que pasan por un par de ajustes al elegir el estilo relajado o añadir a un segundo jugador a la experiencia. De modo que no es solo una puesta al día del contenido que ya nos gustaba, sino también una oportunidad sensacional para descubrir un clásico al que el paso del tiempo le ha sentado rematadamente bien.

Nuestra primera toma de contacto con Mario vs. Donkey Kong nos ha dejado sensaciones estupendas con vistas a nuestro análisis final. Ahí tocará abordar aquello que se nos queda en el tintero y los contenidos en todo su conjunto. Sin embargo, ya te adelantamos que este regreso a las sensaciones de los Marios clásicos, los de corte más arcade, le sienta de maravilla a Nintendo Switch y encandilará a los fans del personaje.

En cualquier caso, el lanzamiento de Mario vs. Donkey Kong no está tan lejos: la rivalidad entre la superestrella de Nintendo y su primer icono renacerá el 16 de febrero de 2024, dos días después de San Valentín, Lo cual, en cierto modo, tiene su lógica: se trata de una carta de amor al juego de Game Boy Advance con suficientes mejoras y novedades como para encandilar a los fans de Mario y los que siempre han disfrutado de los juegos de la Gran N de toda la vida.