Análisis de Kirby's Dream Buffet. La bola rosa de Nintendo se queda lejos de la diversión a la que nos tiene acostumbrados

El catálogo de Nintendo Switch ha tenido varios protagonistas en lo que va de año, entre ellos Kirby, quien ha protagonizado su primera aventura en 3D en la consola híbrida de Nintendo con Kirby y la Tierra Olvidada, con un buen resultado. No obstante, a la gran N se ve que no le ha parecido suficiente y ha querido dedicarle un nuevo título con Kirby's Dream Buffet.

El videojuego fue anunciado por sorpresa de un día para otro y a priori se presentaba como una propuesta divertida y con la que el entretenimiento parecía estar garantizado. La cuestión es, ¿realmente merece la pena? Esa misma cuestión es la que vamos a tratar de responder en el siguiente análisis de lo último de la bola rosa de Nintendo.

Alimentando al Kirby más glotón de todos

Aquellos que en su momento jugasen a Kirby Super Star (conocido también como Kirby's Fun Pack) se acordarán del mítico minijuego Gourmet Race, en el que el objetivo consistía en enfrentarse al Rey Dedede en una carrera y ser rápidos en llegar a la meta, aunque también había que recolectar todos los alimentos posibles por el camino.

Pues bien, se podría decir que la finalidad de Kirby's Dream Buffet es exactamente la misma. Hasta cuatro jugadores se verán las caras en una competición de pruebas en las que deben hacer todo lo posible para que Kirby engulla todas las fresas que pueda, ya que al final ganará aquel que sea el más gordito de todos.

Primero todos se enfrentarán en un circuito repleto de obstáculos, con enemigos de por medio y trampas para ralentizar el avance, mientras que los jugadores lo único que deben hacer es rodar y rodar y avanzar rápidamente, pero sin dejarse fresas por el camino. Aun así, ahí dependerá de la forma de jugar de cada uno, porque el primero que llegue se llevará un suculento premio en forma de fresas, pero ser muy veloz puede provocar dejarse comida por el camino.

A continuación, el grupo participa en un minijuego muy simple y con una duración muy corta, dado que no llega ni a 30 segundos, que de nuevo consiste en recolectar fresas. Después toca otra carrera más y finalmente una batalla campal tipo Super Smash Bros. al tener que arrojar a los oponentes fuera del escenario.

En este último se puede optar por simplemente empujar, lo que importará ser un glotón y enorme para ser más fuerte y resistente, y también habrá objetos para utilizar que le otorgarán a Kirby poderes temporales, entre ellos algunos que resultarán muy familiares a los seguidores de la serie, como por ejemplo la piedra, el pincho, el tornado y muchos más.

Una vez se acabe el tiempo llega el momento de los resultados, en los que es posible que cambien las tornas porque se entregan una serie de premios aleatorios con un buen cargamento de fresas. De hecho, ¿recordáis cuando se otorgan estrellas al final de un tablero en Mario Party y que a veces fastidian una barbaridad? Pues aquí sucede exactamente lo mismo.

Como podéis leer el juego no tiene ningún misterio y más simple no puede ser. Precisamente ese es uno de sus mayores problemas, porque dentro de su extremada sencillez nos encontramos con una propuesta que en menos de una hora te ha mostrado todas y cada una de sus cartas, lo que provoca que se pueda volver extremadamente repetitivo por no contar con una mayor variedad de minijuegos o modos de juego.

El multijugador, ¿su salvavidas?

Llegados a este punto tal vez os preguntéis qué pasa si queréis jugar vosotros solos sin nadie más. Por suerte, aunque la jugabilidad esté claramente enfocada al multijugador, también se pueden disputar partidas en solitario y en cualquiera de las pruebas mencionadas, por si alguien prefiere practicar alguna en concreto o pasar el rato únicamente corriendo o luchando.

En cualquiera de estos casos el resto de huecos los rellena la inteligencia artificial, a la que le podemos otorgar diferentes niveles de dificultad. Aun así, la gracia está en juntarse con otras personas con su multijugador local, lo que hace que al menos la propuesta gane más puntos porque así hay piques. Además, los controles son tan fáciles de aprender que cualquiera puede ponerse a los mandos sin importar el nivel de experiencia a los mandos.

El motivo se debe a que tan solo hay que estar pendiente del stick para movernos, hay un botón para saltar o volar cuando sea necesario y otro más para utilizar los poderes, nada más. Desde luego eso mismo es de agradecer para que así los más pequeños puedan jugar y pasárselo bien con el multijugador local a pantalla partida para dos. Las otras opciones son el multijugador local inalámbrico para cuatro, cada uno con su consola y juego, y el multijugador online.

Este último se supone que debería ser el mejor de todos, ya que por lo general es más fácil jugar con personas de todo el mundo. Sin embargo, tras haberlo intentado varias veces en distintas franjas del día, me ha resultado imposible encontrar una partida en la que se unieran otros tres jugadores más. Como mucho he encontrado uno o incluso dos más, pero tres nunca. Y eso que el juego lleva tan solo dos semanas a la venta.

¿Podría ser que los jugadores que lo han adquirido se han cansado rápido de él o que no ha llamado la atención lo suficiente? Sea como sea, resulta muy llamativo que en menos de un mes cueste tantísimo formar un grupo al completo, cuando lo normal sería todo lo contrario. Aun así, como he señalado previamente, tampoco es que el juego ofrezca demasiados retos o una excesiva rejugabilidad.

Más allá de todo esto, a base de jugar y recolectar fresas Kirby irá subiendo de nivel para desbloquear recompensas en forma de artículos cosméticos que harán que la bola rosa cambie de color o se le puedan colocar distintos gorros, por lo que esto podría ser el único aliciente a jugar sin parar.

La opinión de VidaExtra

Sin duda es una lástima que Kirby's Dream Buffet no haya salido bien parado, porque es difícil imaginarse un videojuego de la franquicia que no sea divertido, que este lo es, pero se queda lejos del nivel que estamos acostumbrados a ver en la serie y pierde el fuelle demasiado rápido por lo repetitivo y corto que resulta al poco rato de ponerte a los mandos. A su vez, tampoco ayuda el que no haya gente en el multijugador online.

Quizás si el juego hubiese sido publicado en forma de free-to-play en lugar de por 15 euros la cosa habría sido totalmente diferente. Habrá que ver si Nintendo intenta remediar la situación de alguna manera o por el contrario el último juego de Kirby acaba convirtiéndose en un título que para jugar con amigos un rato está bien, pero nada más.