Análisis de Ghostrunner 2, o cómo dejar a tu predecesor a la altura del betún con espadazos cyberninja

El terreno de los AA es absolutamente resbaladizo: o el juego se da de bruces con la realidad de ser un desastre olvidable o nos deleitamos con una de las aventuras más reivindicables del año. El término medio parece ser ajeno para los presupuestos a caballo entre los indies y las grandes producciones, pero con Ghostrunner 2 el diagnóstico es muy sencillo: es un juegazo de manual.

Lo que ha hecho One More Level con su franquicia basada en un ninja cyberpunk es cátedra absoluta de cómo crear una secuela. Si en el juego de 2020 repartir espadazos y realizar piruetas imposibles ya nos parecía una genialidad, ojito con lo que se os viene encima.

Subir el listón hasta los cielos

No existe un manuscrito con la fórmula del éxito para una segunda parte, pero existen dos opciones: reinventarse para ofrecer novedades a eones de distancia de la propuesta original o atacar con furia la frase de "más es mejor". Eso es precisamente lo que ha debido pensar la desarrolladora, pues el primer Ghostrunner funcionaba como un reloj suizo al que apenas había que realizarle ajustes.

Una vez más, la trama nos sitúa en la piel de nuestro querido Jack, el cual debe lidiar con los problemas que asolan a la Torre Dharma e intentar establecer un gobierno que calme los ánimos tras la caída de Mara. La Maestra de Llaves ya no está, pero la oposición a un nuevo régimen surge en forma de otros Ghostrunner que darán muchísimos quebraderos de cabeza. Este contexto no es baladí, pues la obra se ha preocupado por mejorar la presentación y profundidad de su trama.

Una escena inicial en formato cómic nos recibe y con el paso del juego presenciaremos diversas secuencias en tiempo real. Nada del otro mundo para cualquier otro proyecto, pero esta construcción de una narrativa más presente se apuntala a partir de la base que sirve como lobby para nuestras actividades. Allí nos toparemos con los personajes principales entre nivel y nivel, pudiendo charlar tranquilamente, interesarnos por sus preocupaciones y escoger entre varias opciones de diálogo.

Tampoco es que hablemos de un argumento que opaque el festival de carnicería, pero desde luego que One More Level ha querido añadir matices y riqueza a un universo que puede dar mucho más de sí. Lo mismo sucede con el escenario, que es el principal protagonista de Ghostrunner 2 en cuanto a la evolución con su predecesor.

En el primer título nos topábamos con el gancho cibernético, paredes para correr, raíles para deslizarnos y hasta robots sobre los que encaramarnos en el aire. La combinación entre todos esos elementos, en las manos adecuadas, era suficiente para originar niveles con un diseño excelente. Aquí la apuesta se redobla con la posibilidad de encaramarnos a pértigas horizontales, tirar letreros que aplasten a los enemigos, destruir soportes para tener nuevos puntos de apoyo, hacer explotar barriles e infinidad de puntos de agarre.

Cornisas, ganchos, paredes y hasta los propios contrarios son lugares a los que podemos lanzar nuestro gancho para acudir al instante. La sensación de desplazamiento es tan placentera, tan bien medida y dinámica que no haréis otra cosa más que ir a la mayor velocidad posible. No hay un método único para aniquilar a un grupo de robots y esbirros que se plantan ante nosotros; es como entrar en un patio de recreo para que tú mismo descubras cómo quieres jugar.

Las habilidades especiales clásicas regresan, pero con un nuevo formato. Por ejemplo, la Traslación, capaz de cortar de un solo espadazo a varios contrincantes, se convierte en un poder especial que necesita recargarse con el paso del tiempo y solo podemos tener seleccionado uno. Sin embargo, los shurikens, los cuales se presentaban como un ítem especial en Ghostrunner, ahora son una opción más entre cuatro principales que iremos desbloqueando poco a poco.

Su utilidad no se limita al combate, ya que lanzar un shuriken para conseguir un nuevo agarre es la diferencia entre morder el polvo o seguir con vida. La combinación de todas las técnicas es imprescindible para superar zonas que pueden llegar a ser realmente duras, pero la sensación de querer superar el desafío es constante. Puedo haber muerto más de 300 veces en mi partida a Ghostrunner 2 y en ningún momento he querido desistir; al contrario, mis ganas de completar el reto crecían. Un golpe significa una muerte, tanto para nosotros como para el enemigo, por lo que la línea entre la victoria y la derrota es finísima.

Que Mara bendiga la moto

Con todo, ¿cómo logra abarcar nuevos terrenos el título? Pues precisamente saliendo de la Torre Dharma para explorar el exterior. Un buen tramo de la aventura nos llevará lejos del culmen de la tecnología para visitar los restos de la humanidad, pero lo haremos a bordo de una moto. Al más puro estilo Akira podremos conducir el vehículo a velocidades absolutamente demenciales.

Podremos acelerar a más de 300 km/h, saltar del asiento para volver a engancharnos en el aire, ponernos boca abajo en un túnel y disparar ráfagas de balas. Lejos de quedarse en un añadido reservado a niveles concretos, la moto se puede usar con total libertad en un mundo semiabierto. Sí, Ghostrunner 2 presume de ciertos tramos en los que podemos movernos por espacios grandes para descubrir fichas RAM, coleccionables y skins para la katana, por ejemplo.

Es divertidísimo usarla y estarás pensando continuamente en volver a agarrar los mandos para pisar a fondo. Hay escenas realmente brutales a bordo de ella, teniendo que aniquilar jefes finales incluso. Ese es precisamente uno de los debes más importantes del primer Ghostrunner, pues las escasas batallas contra jefes se quedaban lejos del nivel de desafío que presentaba el resto de enemigos.

Y lo cierto es que existen hay cambios, pues muchas de estas luchas se dividen en confrontación directa o la apuesta de que tengamos que superar una zona de plataformas para golpear al rival. Es una mejora notable respecto al primer juego, pero los enfrentamientos individuales en los que pistolas o espadas chocan siguen quedándose un poco lejos de lo que podríamos esperar. Se han añadido muchas dosis de dinamismo, pero la sensación de toparnos ante una barrera infranqueable no existe.

Si lo que queremos es tirarnos de los pelos en Ghostrunner 2, entonces las mejores citas las tendréis con los desafíos opcionales. En diferentes puntos de los niveles, nos toparemos con máquinas que nos proponen recibir dinero y RAM a cambio de que completemos un objetivo en el mejor tiempo posible. Por otro lado, podremos acudir a una máquina que nos trasladará a una simulación en formato roguelike para desbloquear diferentes skins.

Es una lástima que no se puedan lucir debidamente, ya que aunque aparecen colocadas las diferentes versiones de la katana en nuestra habitación de la base, la posición del arma ya no es horizontal a nuestra visión; es decir, ahora Jack agarra el mango con el acero en vertical hacia el lado derecho de la pantalla, por lo que se pierde la idea de poder presumir de estética mientras la sangre enemiga brota.

Cabe mencionar la genial banda sonora synthwave con nueva música de Daniel Deluxe, We Are Magonia, Gost, Dan Terminus y Arek Reikowski, la cual siempre aporta ese toque tan futurista y retro al mismo tiempo.

La opinión de VidaExtra

Ghostrunner 2 es la definición y el puro ejemplo de cómo crear una secuela que deje por los suelos a su predecesor. No dejará de ser ridículamente bueno el trabajo de One More Level hace tres años, pero aquello parece una prueba antes de lanzarse a por el videojuego real que llega esta semana.

Es una obra tan segura de sí misma, desprende una sensación de confianza tan plena de que todo está perfectamente engrasado, que se reserva un tremendo añadido para la sección final que bien podría haber formado parte del viaje completo. El plataformeo es más variado, las posibilidades en combate se amplían, la historia cobra más presencia sin sobreponerse a la acción y los añadidos como la moto son exquisitos.

El único resquemor es el técnico. Ghostrunner 2 adolece de tramos donde los FPS se despiden de la pantalla, lo cual puede llegar a ser tremendamente molesto. No es constante, no condiciona la partida, pero es un apartado a revisar por parte de la desarrolladora a base de parches.

Precio de Ghostrunner 2

Ghostrunner 2 se puede conseguir en las principales plataformas de PC (Steam, GOG, Epic Games Store), PS5 y Xbox Series X/S. En todos los casos, el precio de venta es de 39,99 euros.

Duración de Ghostrunner 2

La duración de Ghostrunner 2 es claramente superior a la de la primera entrega. En este caso he invertido 11 horas en completar el juego, aunque por el camino he conseguido prácticamente todos los coleccionables y he superado muchos desafíos opcionales. Acabar el juego al 100% podría extenderse hasta las 13 horas, más o menos.

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