Durante estos más de dos años que lleva Nintendo Switch a la venta han ido llegando la mayoría de franquicias principales de Nintendo. Una de las que había asomado levemente la patita había sido Fire Emblem por medio de un musou con Fire Emblem Warriors, pero lo que se echaba en falta era una nueva entrega de las de toda la vida que apostará por la estrategia.
Dentro de muy poco los seguidores de la serie verán sus deseos cumplidos con el lanzamiento de Fire Emblem: Three Houses, uno de los títulos más importantes de la consola de la gran N para este año y que nos mantendrá atrapados durante decenas de horas con una emocionante aventura repleta de batallas y con una enorme carga narrativa.
En mi caso he de reconocer que, pese a que he visto prácticamente todos los Fire Emblem que existen, nunca me había dado por ponerme a jugar directamente a alguno de ellos. Esto ha cambiado en los últimos días gracias a que he tenido la oportunidad de jugar los primeros capítulos de esta entrega y sin duda ha sido una experiencia que me ha encantado y me tiene completamente atrapado.
Eligiendo la historia que queremos vivir
El argumento de los Fire Emblem siempre ha sido muy importante y en este caso no es una excepción. Con Fire Emblem Fates nos encontramos con tres juegos diferentes, con sus respectivas campañas, aunque también compartían parte de su historia. No obstante, con Fire Emblem: Three Houses se ha apostado por seguir el mismo ejemplo, aunque esta vez viene todo incluido dentro del mismo juego.
Tras elegir si queremos que nuestro protagonista sea un chico o una chica, no tardaremos en vernos involucrados en nuestra primera batalla en la que nos presentarán a Edelgard, Dimitri y Claude. Todos ellos serán los representantes de tres casas diferentes que solicitarán nuestra ayuda tras ser atacados por una banda de ladrones. Los tres no tardarán en darse cuenta del potencial que esconde nuestro personaje y nos pedirán que nos unamos a sus casas.
Si bien esta decisión puede parecer determinante, no será hasta un poco más tarde cuando estaremos obligados a decantarnos por la casa de la que queremos formar parte. El motivo es que la Iglesia de Seiros requerirá nuestra presencia en el monasterio de Garreg March, al que acudiremos con nuestro padre, Jeralt, para convertirnos en un profesor o profesora que se dedicará a impartir clases a los alumnos que nosotros escojamos.
Una vez que hayamos conocido bien a líderes de las casas y sus respectivos alumnos, llegará el momento de la verdad y de elegir qué historia es la que queremos vivir a partir de ese momento. La verdad es que tampoco te ofrecen tanta información que te haga decantarte más por una que por otra, así que dependerá un poco de los gustos personales de cada uno. En mi caso he de decir que escogí a los Leones Azules y la verdad es que me alegro por ello.
La cuestión es que desde que se toma esta decisión el argumento se centrará en la relación de nuestro personaje con sus alumnos, a los que deberá impartir clases, estrechar lazos con ellos y serán únicamente sus acompañantes en cualquiera de los combates que se librarán en adelante. Así pues, cada alumno tiene su propia personalidad muy definida y eso es lo que hace que a la larga cada casa sea tan diferente. Personalmente a mis compañeros de batalla les he cogido bastante cariño y me pregunto si la sensación habría sido igual de haber elegido otra casa.
Sin embargo, pese a que los personajes y las conversaciones no serán las mismas dependiendo del camino que se haya tomado, en esta primera toma de contacto que hemos tenido la historia es exactamente la misma para todas las casas, de manera que habrá que avanzar más hasta poder descubrir hasta qué punto exactamente es tan diferente el juego dependiendo de la campaña que hayamos elegido.
Batallas principales y opcionales a tutiplén
Llegamos a uno de los puntos clave de los Fire Emblem como son sus batallas. Para alguien como un servidor que nunca había participado en una, tenía mis dudas sobre qué me iba a encontrar o si iba a ser capaz de poder completarlas. Sobre todo, las primeras horas resultan un tanto abrumadoras por la enorme carga de información que no paras de recibir.
Tanto dentro como fuera de estos combates el juego no parará de introducir nuevos elementos que te irá explicando poco a poco para ir otorgando más características a la jugabilidad. Son tantísimas que en varios momentos te da por pensar que va a ser imposible acordarse de tantas o que no las vas a llegar a entender del todo, pero nada más lejos de la realidad.
La aventura va dosificando muy bien el añadido de todos estos detalles para que ninguno pase por alto y los puedas ir practicando a fondo. Es más, tras más de 20 horas jugadas tengo la sensación de que todavía hay más información oculta que se irá revelando, así que es de agradecer que todo esto sea así para que tanto los recién llegados como los más veteranos se sientan muy cómodos jugando y no tengan la sensación de que se les escapa algo.
Pero volviendo a las batallas, la mecánica principal de estas seguirá siendo la misma de siempre. Los mapas estarán divididos por casillas por las que deberemos ir desplazando a nuestros soldados para que derroten a los enemigos del bando contrario. Como de costumbre, no será tan sencillo como moverse y golpear sin más, ya que habrá que tener en cuenta numerosos factores que afectarán al daño que causaremos o a la cantidad de casillas por las que nos podremos desplazar.
En el caso de los ataques, al contrario de lo que se dijo inicialmente, se ha eliminado el triángulo de armas, así que deberemos especializar a nuestros personajes en las armas con las que mejor se defiendan, ya sean espadas, lanzas, hachas, puñetazos, magias, etc. Dependiendo de su peso, el nivel de nuestro personaje, su especialidad o el terreno en el que esté situado, por ejemplo, provocarán que la cantidad de vida que quitemos sea mayor o menor.
También hay que tener en cuenta que prácticamente siempre después de cada ataque habrá un contraataque, así que puede ocurrir que a veces no sea tan buena idea lanzarse de cabeza contra un adversario porque podemos salir peor parados que él o al contrario. Por lo tanto, habrá que pensar detenidamente el lugar al que desplazaremos a cada personaje tratando de anticiparnos a los movimientos de nuestros rivales para poder seguir vivos un turno más.
La historia nos presentará una batalla principal por capítulo, pero también habrá por medio otra serie de enfrentamientos totalmente opcionales que únicamente servirán para obtener más puntos de experiencia y objetos. Estos últimas se pueden repetir todas las veces que queramos, así que se puede subir fácilmente el nivel de los personajes y sus clases, para obtener nuevas habilidades, a base de disputarlos sin parar.
Pero no todo es tan bonito como parece, porque las armas tienen una cierta durabilidad. A base de repartir golpes se irán desgastando en una mayor o menor medida dependiendo de si ejecutamos ataques especiales o no, al igual que ocurrirá con los batallones que podremos contratar, los cuales se lanzarán de cabeza en grupo contra los enemigos, además de para quitarles una buena cantidad de vida, para causarles algún efecto en su estado, como que no se puedan mover durante un turno o que retrocedan alguna casilla.
En cualquier caso, a la hora de atacar presenciaremos unas secuencias espectaculares en 3D que nos harán sentirnos como si estuviéramos en una batalla multitudinaria, ya que al fondo veremos a numerosos soldados de cada ejército combatiendo entre ellos, como ocurre por ejemplo en Fire Emblem Warriors. Todo esto se nota mucho más cuando escogemos atacar con los batallones al lanzarse un grupo bastante numeroso de soldados contra unos pocos enemigos.
Por otro lado, dependiendo de la habilidad de cada jugador en la saga, habrá dos niveles de dificultad para seleccionar, uno normal y otro más difícil, además de elegir un modo novato y otro clásico, con el que las muertes de los personajes principales, nuestros alumnos, serán permanentes y no podremos recuperarlos. En cambio, en el modo novato volverán a la vida al finalizar la batalla, además de poder repetirlas en cualquier momento si no nos está yendo muy bien, conservando así toda la experiencia acumulada, mientras que las armas o los batallones volverán al estado original con el que empezaron el combate en cuestión.
El monasterio, ese gran pozo de horas
Algunas batallas se pueden llegar a alargar bastante hasta que lleguemos a completarlas, pero hay que reconocer que donde pasaremos la mayor parte del tiempo y se convertirá en un auténtico pozo de horas será en el monasterio. En este lugar, como comentábamos anteriormente, es donde nos dedicaremos a impartir clases a nuestros alumnos y también a realizar otra serie de actividades de lo más variopintas.
El argumento del juego se divide por meses, de forma que cada batalla principal tiene lugar el último día de cada mes. Hasta que llegue ese momento, cada domingo podremos elegir qué queremos hacer, si explorar el monasterio, participar en las batallas opcionales, acudir a los seminarios para mejorar nuestras capacidades o también dar descanso a nuestros personajes, que tampoco viene mal de vez en cuando que se relajen.
Una visita mensual por el monasterio será prácticamente obligatoria, ya que será en ese momento cuando los personajes nos irán solicitando encargos que mejorarán nuestra relación con ellos, nos servirá para obtener objetos o también para conocer más detalles de la historia principal. Este tipo de misiones serán de lo más sencillas y en su mayoría requerirán que busquemos algún objeto en concreto, realicemos alguna tarea o localicemos a algún personaje en particular.
Además de esto, por el monasterio podremos acudir al coro con los alumnos de todas las casas que queramos, invitarles a comer o perfeccionar las habilidades de nuestro/a protagonista. Sea lo que sea que hagamos, consumirá acciones, y es que solo tendremos una cantidad limitada para cumplir cada vez que visitemos el monasterio, así que habrá que pensar bien qué queremos hacer antes de que finalice el día. Aun así, nuestra capacidad lectiva se podrá mejorar cuanto más felices hagamos a los alumnos y así aumentar el límite de acciones.
Para ello también podremos enviar regalos o entregar objetos perdidos, así que al final, entre tanta conversación, actividad y demás, pueden pasar horas en un mismo día sin que nos demos cuenta. Pero no será lo único de lo que habrá que estar pendiente, porque cada lunes deberemos ejercer de profesor y seleccionar las tareas que van a desempeñar durante esa semana. Por concretar un poco más, estos ejercicios vienen a ser las armas, monturas o capacidades en las que queremos que se fortalezcan.
Cada una de las habilidades tendrá su propia barra de experiencia que podremos aumentar con las tutorías, aunque esto consumirá puntos de acción y el agotamiento de los alumnos, así que habrá que realizar otras actividades para aumentar su ánimo o darles descanso para que vuelvan a clase con más ganas. Aun así, también puede ocurrir que no estén satisfechos con las tareas que les asignemos y sean ellos mismos los que nos pidan cumplir otras.
Probablemente todo esto que hemos jugado no sea ni la mitad de lo que puede llegar a ofrecer Fire Emblem: Three Houses, pero en mi caso ha ganado un nuevo seguidor y ahora me dan más ganas de jugar a las anteriores entregas que me he perdido. Eso sí, lo primero es completar esta aventura que no me cabe duda que me tendrá atrapado durante prácticamente un centenar de horas y solo con la campaña que he elegido.
Si alguno os encontráis en mi misma situación, no dudéis en seguir de cerca a este nuevo Fire Emblem porque se avecina el que probablemente se convierta en uno de los mejores títulos de todo el catálogo de Nintendo Switch. Hasta entonces habrá que esperar hasta el 26 de julio, así que ya no queda nada para su lanzamiento y de paso ofreceros nuestro veredicto final en su correspondiente análisis.
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