Darle nueva perspectiva y mayor contexto al universo de Final Fantasy VII no es nada fácil. Hacerlo a través de un Battle Royale es, además, un desafío. Ahora bien, Square Enix cuenta con una gran ventaja: conoce muy bien a los fans de Cloud y compañía. Lo suficiente como para que Final Fantasy VII: The First Soldier cubra las expectativas y, en el proceso, sepa encontrar su propia identidad en un subgénero que rinde, pero ya no impresiona.
Final Fantasy VII: The First Soldier no es un Fortnite con los renegados héroes de AVALANCHA. De hecho, busca ser muchas cosas a la vez. Una precuela legítima del clásico renovado de Squaresoft, un JRPG de Acción cuyas partidas se desarrollan bajo las reglas de los Battle Royale y también una experiencia completamente competitiva que busca evolucionar temporada a temporada.
Hay una trama de fondo, desde luego, pero a efectos prácticos es intencionadamente contextual: lo que de verdad importa -en términos jugables- es lo que ocurre entre nuestro aterrizaje en el mapa del juego y el modo en el que concluye nuestra partida. Un festival de acción y supervivencia en el que hay margen para los combates a espada, la magia y la lluvia de balazos; se han introducido elementos de sigilo y hasta se promueve que galopemos libremente a lomos de los divertidos chocobos. Una mezcla muy curiosa y realmente bien planteada.
De hecho, que Final Fantasy VII: The First Soldier se haya desarrollado para dispositivos móviles no desmerece el resultado. Square Enix ha encontrado en la AppStore y la tienda de Google Play un nuevo hogar para las entregas clásicas de su saga estrella, pero esta experiencia paralela que transcurre 30 años antes de los acontecimientos de Final Fantasy VII tiende lazos muy intencionadamente con el muy ambicioso remake de 2020.
Lo cual hace que nos planteemos lo inevitable: ¿Cuánto hay de Final Fantasy VII en este Battle Royale? Lo cierto es que The First Soldier no solo aprovecha muy bien la marca y la esencia de Final Fantasy, aporta nuevas ideas a los Battle Royale y, en el proceso, es capaz de hacer temblar la batería de nuestros móviles.
30 años antes de Final Fantasy VII...
La Compañía de Electricidad y Energía Shinra está ampliando su plantilla y para ser el candidato ideal no necesitaremos saber cómo cambiar una triste bombilla: el proceso de selección consiste, a grandes rasgos, en ser la última persona en pie y con aliento en un colosal campo de batalla. Por suerte para nuestra salud, ese terreno de combate colmado de armas y peligros es en realidad una réplica virtual de Midgard que incluye varios de sus puntos de interés.
Como juego, The First Soldier busca cubrir los inevitables lapsos que hay entre el lanzamiento de Final Fantasy Remake y la llegada de sus secuelas a través de una inesperada precuela independiente y, en el proceso, expande un poquito el contexto argumental del mundo del juego. No demasiado, todo sea dicho. A fin de cuentas, el otro gran objetivo es atraer a los apasionados por los Battle Royale y los shooters competitivos al universo FFVII.
De hecho, en lo referente al desarrollo de las partidas no sorprende a estas alturas que The First Soldier esté mucho más alineado con los juegos shooters en tercera persona para móviles que con los clásicos juegos de rol y aventuras. A fin de cuentas, en este Final Fantasy VII el componente esencial es la acción. Pero, como veremos, también hay una barbaridad de elementos de RPG, hay margen para las invocaciones y el uso de la materia, las subidas de nivel son algo esencial y sí, también hay combates contra monstruos y jefazos.
Dicho lo cual, como cualquier Battle Royale, al final las partidas se resumen en avanzar eliminando a los otros 74 jugadores del mapa. Si jugamos en equipo, a los otros 24 equipos. Lo que marcará la diferencia serán las armas, objetos y giles canjeables que nos encontremos a base de escudriñar en edificios y zonas de interés y lo mucho que potenciemos a nuestro personaje creado para la ocasión.
En este aspecto, merece la pena destacar que Final Fantasy VII: The First Soldier es totalmente compatible con los mandos tradicionales y los periféricos para móviles como el Razer Kishi, lo cual es bastante recomendable dado el extra de precisión que ganaremos y que la palanca digital que se muestra en pantalla nos dará más de un mal rato al menor descuido. No es exclusivamente culpa del juego, aunque se podría afinar mejor.
Porque Square Enix no da puntada sin hilo, pero también tiene claro que el punto más delicado del juego es intentar llegar a dos perfiles de jugador tan diferentes: los apasionados por los JRPGs y los shooters competitivos. Por suerte, la jugabilidad de las más recientes entregas numeradas de Final Fantasy hacen que la convergencia sea mucho más sencilla. Incluso, interesante.
La buena noticia es que Square Enix se ha acostumbrado a sentar cátedra en lo referente a las experiencias roleras, de modo que sabe exactamente qué no debe faltar para que el juego se sienta legítimamente como un RPG. Además, el género de los Battle Royale ha alcanzado un punto de madurez muy interesante, tanto a nivel de jugabilidad y sistema de progresos, como para poder ir a tiro fijo y sin errar demasiado; aunque todavía hay suficiente margen para aportar elementos originales.
The First Soldier, o cómo hacer un Battle Royale al estilo Final Fantasy
Así, Final Fantasy VII: The First Soldier nace como una amalgama de géneros que se manifiesta en partida de manera natural, de modo que el objetivo de ser el último superviviente en un área de combate menguante sigue siendo la gran premisa de juego, pero una vez tengamos los pies en el mapa la jugabilidad y los elementos de Final Fantasy comienzan a aparecer.
De hecho, el enorme mapa está convenientemente regado de localizaciones emblemáticas. Podremos colarnos en la Iglesia en la que Cloud y Aeris se conocieron, pasarnos por el Séptimo Cielo y la barriada del sector 7 e incluso saquear y llevar la acción a la Mansión de Corneo. Porque hay acción de sobra.
Y no solo eso: podremos criar nuestras propias monturas de chocobo, a las cuales podremos llamar desde postes convenientemente repartidos por el mapa. Quizás no se pueda considerar un mini juego, pero es un gran detalle.
Anteriormente dijimos que la sensación general, una vez empezamos a jugar, está más alineada con los shooters en tercera persona e incluso introduce nuevos elementos de movilidad como un sistema de escalada, pero lo cierto es que The First Soldier se niega en rotundo a ser un PUBG ambientado en Midgard, y hace bien.
De hecho, el modo Square Enix ha regado muy generosamente su propio Battle Royale con diversos elementos clave de RPG antes, durante y después de cada partida, de modo que deberemos farmear experiencia y lootear botín para tener ventaja, subir niveles para acceder a nuevas habilidades y, por si esto fuese poco, hasta hay cinco clases a elegir descaradamente inspiradas en los personajes de FFVII:
- El Guerrero usa la espada y tiene ventaja de distancia en los combates cuerpo a cuerpo, además de tener acceso a una habilidad de embestida revestida por un escudo protector.
- El Hechicero recupera puntos de magia a mayor velocidad y potencia los efectos de Piro, Hielo y Electro. Utiliza un enorme báculo que usa de manera muy parecida al de Aeris.
- El Ninja tiene el clásico recurso del doble salto y una mejor movilidad y adaptación a los movimientos de parkour y escalada. Su arma es una enorme estrella shuriken.
- El Monje usa unos guantes muy parecidos a los de Tifa y domina la lucha a muy corta distancia y en situaciones extremas: además de recuperar parte del daño recibido de manera automática recibirá una gran recuperación de salud una vez por partida cuando estemos al límite de ser eliminados.
- El Explorador es el que más recursos da a la hora de usar armas de fuego, puede llevar más munición y además sus tiempos de recarga son menores, siendo perfecto para los apasionados por los shooters.
Ahora bien, más allá de las especialidades y su evolución singular, lo cierto es que la base jugable es absolutamente compartida: podremos hacer uso de magia, potenciadores, diferentes clases de vehículos y todo tipo de armas de fuego tanto en tercera persona como a través de una mirilla.
Si usamos nuestras habilidades de clase o las armas de cuerpo a cuerpo para combatir a enemigos y otros jugadores las batallas están muy en sintonía con los ARPGs. Incluso, cómo dijimos, tendremos acceso a invocaciones como Shiva e Ifrit, y pese a que se trata de una notable ventaja, necesitaremos haber reunido previamente suficiente materia de invocación. Dicho lo cual, el resultado -cuando se logra- es todo un espectáculo.
En lo referente a las armas de fuego, la pantalla táctil de los móviles no es lo más idóneo para apuntar y si no desactivamos las notificaciones nos expondremos a sustos y malos ratos: perderemos el control de nuestro personaje o se quedará petrificado. Y, claro, para sorpresa de nadie, la respuesta del stick táctil de la pantalla no es la más acertada. Algo que puede llegar a frustrar especialmente si nos atrevemos a realizar unas técnicas de parkour que a veces funcionan y otras nos dejan completamente vendidos.
Dicho lo cual, lo cierto es que el triple sistema de apuntado y el sistema de clases integrado no están mal planteados: podremos usar dos variantes de autoapuntado, un sistema más preciso para los rifles de largo alcance o una solución intermedia.
¿Cuál de los sistemas de apuntado es mejor? Todo depende de la situación y el contexto. Si es a campo abierto es más cómodo que el juego nos asista a la hora de gastar munición, pero si estamos en una posición ventajosa en los compases finales, quizás va siendo hora de darle uso a ese rifle de francotirador que no has soltado desde que aterrizaste.
Un Final Fantasy "freemium" con su propio Pase de Batalla
Si bien, hay montones de elementos que diferencian a Final Fantasy VII: The First Soldier de los Battle Royale genéricos desde el punto de vista jugable y a nivel de ambientación, hay tres factores que Square Enix ha heredado de los referentes sin demasiados miramientos: el esquema de Temporadas, el sistema de progresión de niveles y la apuesta por los Pases de batalla junto con los contenidos estéticos.
Como comentamos, existe un contexto argumental que, si bien no se refleja en las partidas, existe y da forma a la evolución del juego a través de las Temporadas. Cada Temporada tiene una duración aproximada de tres meses y supone un episodio dentro de una historia que va tomando forma.
Es decir, la primera Temporada gira en torno al auge de Shinra, establece las localizaciones del mapa y las invocaciones a las que tendremos acceso y, lógicamente, también los contenidos y temáticas de los pases de batalla. Como referencia, está previsto que termine el 28 de febrero del 2022.
Por otro lado, el sistema de Pases de Batalla es dónde reside el sistema de recompensas y desbloqueos. A lo que hay que sumar artículos canjeables con moneda de juego que se inspiran en la toda saga Final Fantasy. Por ejemplo, trajes con los que podremos vestirnos de Cloud, Tifa y Aeris.
Finalmente, el sistema de progresión se basa en nuestro desempeño y en objetivos concretos, de modo que no solo obtendremos recompensas, sino que nuestros progresos nos permitirán mejorar y personalizar más las habilidades de nuestros personajes y sus respectivas clases. Algo que, por cierto, luego se encauza con la experiencia competitiva.
A la hora de saltar al mapa hay dos variantes a considerar. La primera es decidir si jugar en solitario o en equipos de tres, estando habilitado un muy conveniente sistema de chat de voz a través del micrófono del móvil. El segundo es que The First Soldier da a escoger entre las partidas casuales y las competitivas. A lo que hay que sumar, claro, los tutoriales y las sesiones de entrenamiento.
Llama la atención que, tras ir tanteándolo desde sus betas, Final Fantasy VII: The First Soldier haya apostado por salir integrando el competitivo. Así, a las bravas. Aunque también es cierto que no tiene tiempo que perder: pese a sus aciertos y elementos que lo hacen único, se trata del último Battle Royale en llegar a las tiendas de iOS y Android de una muy larga lista de alternativas y propuestas muy bien asentadas en el muy complicado (pero lucrativo) mercado móvil.
Por suerte, esta prisa no implica que se haya salido de manera apresurada: la fusión de ideas que propone The Last Soldier está muy bien atada.
La opinión de VidaExtra
Han pasado prácticamente 25 años desde el lanzamiento de Final Fantasy VII y todavía quedan historias que merecen ser contadas, muchos combates que librar y nuevos niveles que alcanzar y superar. Es un clásico de culto, pero también un universo que sigue teniendo vida, presencia y mucha popularidad.
The First Soldier revalida todavía más la atemporalidad del clásico, tiende fuertes lazos con la nueva continuidad de su revisión y, en el proceso logra conectar con acierto la esencia del RPG y el entretenimiento del Battle Royale; dos experiencias que, sin ser contrarias, cuesta imaginar bien mezcladas. Por suerte, cualquier escepticismo queda completamente despejado tras la primera partida.
Hay que reconocer que Final Fantasy VII: The First Soldier llega con una jugabilidad muy bien planteada, aunque se disfruta mucho más con un mando; y también sabe añadir nuevas ideas que se adaptan a los dos perfiles de jugador a los que se dirige. ¿Máquinas expendedoras de Materia y accesorios? ¡Claro que sí!
Elementos que, por cierto, lo convierten en una alternativa única dentro de un subgénero que ya está bastante saturado. Y lo que es más importante: sabe ser muy fiel a la saga de Square Enix desde lo estético a lo temático, pese a la enorme presencia y protagonismo de las armas de juego en las partidas. Aunque, siendo justos, la movilidad en las zonas conflictivas debería afinarse mucho más y es bastante recomendable el uso de un mando tradicional.
Quizás, el subgénero de los Battle Royale ya ha pasado por su mejor momento. O no. Pero es evidente que los máximos exponentes se esmeran en reinventarse temporada a temporada, porque lo importante ya no es captar jugadores, sino que lograr que apuestes por su Pase de Batalla frente al resto de alternativas. Final Fantasy VII tiene un tirón brutal, desde luego, pero ¿lo suficiente para encajar en ese contexto?
Por su parte, Square Enix ha hecho las tareas y queda patente que FFVII: The First Soldier es una apuesta muy fuerte. A fin de cuentas, se trata de su saga más mimada y su presentación y jugabilidad retienen la filosofía de las grandes compañías a la hora de acomodar sus sagas estrella a móviles: ofrecer la misma calidad y ambición de los juegos de consolas y PCs y un sistema de monetización adaptado a un público diferente. A lo cual hay que sumar que su sistema de progresión y desbloqueos está bien planteado.
FFVII: The First Soldier es un juego que hace nuevo e interesante lo ya conocido ensamblado muy bien experiencias diferentes. Ahora bien, lo tiene todo por ganar. Y pese a que no se limita a aprovechar el tirón de sus siglas, éstas ya juegan a su favor: su acogida ha sido bastante cálida logrando 1 millón de descargas el día de su estreno. Un estupendo arranque, todo sea dicho, para esta resultona y muy original expansión del siempre fascinante mundo de Final Fantasy VII.
Final Fantasy VII: The First Soldier
Plataformas | iOS y Android |
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Multijugador | Sí |
Desarrollador | Square Enix / Ateam Entertainment |
Compañía | Square Enix |
Lanzamiento | 17 de noviembre de 2021 |
Lo mejor
- Se logra conectar con acierto la esencia del RPG y el entretenimiento del Battle Royale
- Una alternativa con identidad propia dentro de un subgénero que ya está bastante saturado
- El sistema de clases y las diferentes opciones de apuntado a la hora de usar armas de fuego le dan un toque de variedad a la jugabilidad
Lo peor
- Si esperabas una trama elaborada o que redondease lo visto en FFVII Remake, posiblemente tengas que esperar varias temporadas
- La movilidad puede afinarse más y mejor. Es bastante recomendable el uso de un mando tradicional
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