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“Yippie Kay Ye Hijo de pu… oh mierda, esa frase está registrada y no puedo decirla. Pues tengo otra cabrones… ¡Es la hora Hazard!”
Pensadlo por un momento, ¿vosotros creéis que Mario es feliz? Un tipo, fontanero de vocación, que debe rescatar a su princesa. Una vez está bien pero maldita sea, ¿cuantas veces ha sido secuestrada ya? Si es que no hay quien lo aguante, pensará el bueno de Mario mientras disfruta de uno de esos pocos momentos felices junto a su amada, sabiendo que la muy torpe va a meterse en líos de nuevo y a él le va a tocar pringar.
Pero claro, ojalá fuera sólo eso. Mario se ha visto obligado a protagonizar carreras, participar en olimpiadas, hacer de doctor, pintar, jugar al tenis, verse reconstruido en papel, luchar en combates a muerte… en serio, Mario no es feliz aunque siempre sonría. La parte buena es que sigue vendiendo una barbaridad. Pero, ¿y si las cosas no fueran así? ¿Y si ya sólo fuera un recuerdo del icono ochentero que fue? ¿Se daría a la bebida? Esa es la suerte que tuvo el bueno de Matt Hazard tras protagonizar todo tipo de juegos absurdos en su época de mayor esplendor… pero cuidado, el héroe de acción ochenteno más explosivo está de vuelta en ‘Eat Lead: The return of Matt Hazard’. Bienvenidos a su análisis, id activando el modo retro.
Cuando tienes que analizar un videojuego cuya nota de Metacritic ronda el cinco y que ha sido vilipendiado en la mayoría de medios profesionales del sector, partes con desventaja. Sobre todo si tu idea principal era la de decir todo lo contrario. ‘Eat Lead: The Return of Matt Hazard’ no es un mal juego, ni mucho menos, pero para disfrutarlo hay que quererlo, tener un sentido del humor igual de peculiar que el que empaña toda la aventura y sí, tener mucho background jugón detrás.
Pero es que por si todo esto fuera poco todavía necesitaremos una cosita más, estar dispuestos a perdonarle todos los fallos que tiene y simplemente dejarnos llevar. Tu no puedes entrar al cine a ver la última película de Stallone (peliculón por cierto) pensando que te va a dejar tan alucinado y reflexivo como Origen. La película no va de eso, va de sentarte a ver como cuatro tiarracos reparten ostias como panes y chulean a todos los malos que se les pongan por delante. Si buscas más, no lo vas a encontrar. Si en ‘Matt Hazard’ buscas más que un juego de tiros sencillo con un guión auto paródico y mucha mala leche no lo vas a encontrar.
Ahora bien, ¿con eso sólo te vale? A mi sí, para pasar un buen rato en verano y a buen precio no necesito más. No buscaba una obra maestra y no la he encontrado. Quería acción cafre arcade y sentido del humor ochentero y de eso, va bien servido.
Vale, es paródico, tiene mala leche y todo eso pero, ¿de qué va ‘Eat Lead: The Return of Matt Hazzard’?
Matt Hazard era un tío que partía la pana en los ochenta. Uno de esos personajes pixelizados de acción que destrozaba a cualquier enemigo a disparos en arcades de scroll horizontal. Fama, éxito, dinero… el bueno de Matt no soportó la presión y empezó una carrera errática. Se apuntaba a todo lo que diese pasta.
Juegos de conducir sidecars con estética infantil, juegos con toque RPG, aventuras con aliens, aventuras en el salvaje oeste, aventuras con ogros y hechiceros, aventuras como marine espacial, juegos de plataformas, juegos de puzzle… cualquier tipo de locura podía llevar la firma de Matt Hazard y estar protagonizada por él.
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Pero evidentemente todo tiene un coste y su imagen pública iba de mal en peor. Tanto que a principios del 2000 fue totalmente abandonado por la compañía que tenía sus derechos de publishing. Ahora, en 2010 tiene la oportunidad de volver a ser quien parta a los enemigos en dos y protagonizar un gran titulo para consolas de nueva generación… o eso cree él ya que detrás se esconde una mano negra que tiene otros maquiavélicos fines. ¡Es la hora Hazard!
Hablando de jugabilidad y aspectos técnicos…
Seamos sinceros, el juego no destaca ni por tener una jugabilidad a prueba de bombas ni por un apartado visual demoledor, no. Todo funciona más o menos correctamente apoyado en el motor gráfico propio de la compañía Vicious Cycle Software y aunque de vez en cuando se resiente la tasa de frames por segundo en general presenta un aspecto sólido. Eso sí, para nada rompedor.
No esperéis un nivel gráfico a la altura de ‘Gears of War’ o ‘Uncharted’, aquí los malabarismos visuales son justitos y pese a que el título disfruta de una gran variedad de assets y escenarios diferentes nunca llega a superar un nivel medio de calidad aceptable. Digamos que a nivel visual cumple y punto, lo suficiente como para ver el desquiciado diseño de algunos personajes y entornos.
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De una tubería verde de este tamaño y en medio del escenario no puede salir nada bueno.
Pero claro, un juego puede ser malo a nivel visual y tener una jugabilidad endiablada… aunque lamentablemente tampoco sea el caso. ‘Eat Lead: The Return of Matt Hazard’ parte de las mismas mecánicas que ‘Gears of War’, disparo y parapeteo constante, y pese a que el sistema que utiliza para ir saltando de una cobertura a otra está bastante bien resuelto y el protagonista es sumamente fácil de controlar, falla claramente en el diseño del juego.
Las situaciones, una tras otra, no dejan de ser repeticiones. No hay elementos sorpresa, no existe un acusado sentido de la progresión, la dificultad aumenta y decrece sin ton ni son y nos limitamos a entrar a una sala, barrerla y pasar a la siguiente. Siempre parapetándonos o machacando a los enemigos mediante combos de tres golpes.
Incluso encontramos recursos de diseñador de niveles vago de los que todo juego debería huir. Ya sabéis, acabar un nivel, recorrerlo de pe a pa, llegar al final eliminar al enemigo más duro para que el juego nos informe de que debemos recorrer ahora todo el escenario en sentido contrario ya que la única salida justamente se encuentra en donde nacimos. Así se gana un tiempo precioso de juego, claro está.
Pero, ¿sabéis lo bueno? Que da igual. Por que el guión del juego es tan grande y tan loco que se ríe de este tipo de cosas típicas en los videojuegos y Matt, que es consciente en todo momento de ser un personaje de videojuego, va quejándose.
“¿Volver al principio? ¿Por qué hay que volver al principio? ¿Y encima con enemigos que ya había matado? Joder… ni que quisieran prolongar la pantalla… “
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Personajes de RPG Japoneses… joder, ya estamos. ¿Por qué parecen mujeres y llevan esas espadas tan grandes? No me gusta hablar tanto, prefiero disparar… ¡Es la hora Hazard!
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La grandeza de reírse de uno mismo
Todo en ‘Eat Lead: The Return of Matt Hazard’ respira ese ambiente cachondo y demencial. Desde enemigos sacados directamente de supuestos videojuegos ochenteros a los que Matt les pregunta si no saben que hace 20 años que no se llevan esos pantalones, hasta momentos de espera en un ascensor cerrados, mientras se carga el siguiente nivel, con el protagonista asegurando que odia cuando le hacen esperar tanto para cargar un maldito nivel, que si no hay otras formas de hacerlo que no rompan la acción.
Existen tantos guiños, tantas pequeñas bromas a los videojuegos de toda la vida, tantos personajes que nos recuerdan a otros iconos actuales (ese Master Chef vestido exactamente igual que el Master Chief pero con gorro de cocinero es un gran ejemplo), tantos homenajes hechos con cariño y mucha mala leche y la historia es tan grande que invita a que disfrutes con él de sus chistes malos, sus parodias y sus escenas de acción baratas.
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¿Zombies y vaqueros en el mismo escenario? Esas cosas sólo pasan en ‘Eat Lead: The return of Matt Hazard’, está claro.
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¿Recordáis aquella película de Arnold titulada ‘El último gran héroe’? Pues algo por el estilo y con el mismo éxito comercial, muy poco. Despellejada por la crítica y por el público, odiada por muchos y venerada por unos pocos proponía una historia semejante, salvando las distancias, y llegaba a los mismos niveles paródicos.
Resumiendo, ‘Eat Lead: The Return of Matt Hazard’ no es un gran título, de hecho los más snobs dirán que no es ni tan siquiera un mal juego, que es peor. Pero que queréis que os diga, es verano, tiene un guión demencial, se ríe de todos los clichés en los videojuegos y es bastante honesto consigo mismo, es una serie B que jamás pretende ser algo mejor… ¿cuando vamos a disfrutar de pequeños placeres culpables como éste si no lo hacemos ahora?
Recomendado para los que no buscan más que acción ochentera por un tubo. Si no quieres mecánicas de juego complicadas, ni sistemas de gestión de recursos, ni ítems coleccionables y sólo te preocupa disparar a todo lo que se mueva (uno de los consejos que te da el juego al empezar los niveles), reírte de los videojuegos que tanto te gustan y estas dispuesto a perdonarle las carencias, no te lo pienses que sólo vale 15 euros y viene hasta doblado en castellano.
No recomendado para todo aquel que no cumpla los requisitos del anterior párrafo o que busque en este título algo más profundo de lo que encontraría en una película dirigida, protagonizada y producida por Chuck Norris.
Ficha Técnica: Eat Lead: The return of Matt Hazard
“Yippie Kay Ye Hijo de pu… oh mierda, esa frase está registrada y no puedo decirla. Pues tengo otra cabrones… ¡Es la hora Hazard!”
Pensadlo por un momento, ¿vosotros creéis que Mario es feliz? Un tipo, fontanero de vocación, que debe rescatar a su princesa. Una vez está bien pero maldita sea, ¿cuantas veces ha sido secuestrada ya? Si es que no hay quien lo aguante, pensará el bueno de Mario mientras disfruta de uno de esos pocos momentos felices junto a su amada, sabiendo que la muy torpe va a meterse en líos de nuevo y a él le va a tocar pringar.
Pero claro, ojalá fuera sólo eso. Mario se ha visto obligado a protagonizar carreras, participar en olimpiadas, hacer de doctor, pintar, jugar al tenis, verse reconstruido en papel, luchar en combates a muerte… en serio, Mario no es feliz aunque siempre sonría. La parte buena es que sigue vendiendo una barbaridad. Pero, ¿y si las cosas no fueran así? ¿Y si ya sólo fuera un recuerdo del icono ochentero que fue? ¿Se daría a la bebida? Esa es la suerte que tuvo el bueno de Matt Hazard tras protagonizar todo tipo de juegos absurdos en su época de mayor esplendor… pero cuidado, el héroe de acción ochenteno más explosivo está de vuelta en ‘Eat Lead: The return of Matt Hazard’. Bienvenidos a su análisis, id activando el modo retro.
Cuando tienes que analizar un videojuego cuya nota de Metacritic ronda el cinco y que ha sido vilipendiado en la mayoría de medios profesionales del sector, partes con desventaja. Sobre todo si tu idea principal era la de decir todo lo contrario. ‘Eat Lead: The Return of Matt Hazard’ no es un mal juego, ni mucho menos, pero para disfrutarlo hay que quererlo, tener un sentido del humor igual de peculiar que el que empaña toda la aventura y sí, tener mucho background jugón detrás.
Pero es que por si todo esto fuera poco todavía necesitaremos una cosita más, estar dispuestos a perdonarle todos los fallos que tiene y simplemente dejarnos llevar. Tu no puedes entrar al cine a ver la última película de Stallone (peliculón por cierto) pensando que te va a dejar tan alucinado y reflexivo como Origen. La película no va de eso, va de sentarte a ver como cuatro tiarracos reparten ostias como panes y chulean a todos los malos que se les pongan por delante. Si buscas más, no lo vas a encontrar. Si en ‘Matt Hazard’ buscas más que un juego de tiros sencillo con un guión auto paródico y mucha mala leche no lo vas a encontrar.
Ahora bien, ¿con eso sólo te vale? A mi sí, para pasar un buen rato en verano y a buen precio no necesito más. No buscaba una obra maestra y no la he encontrado. Quería acción cafre arcade y sentido del humor ochentero y de eso, va bien servido.
Vale, es paródico, tiene mala leche y todo eso pero, ¿de qué va ‘Eat Lead: The Return of Matt Hazzard’?
Matt Hazard era un tío que partía la pana en los ochenta. Uno de esos personajes pixelizados de acción que destrozaba a cualquier enemigo a disparos en arcades de scroll horizontal. Fama, éxito, dinero… el bueno de Matt no soportó la presión y empezó una carrera errática. Se apuntaba a todo lo que diese pasta.
Juegos de conducir sidecars con estética infantil, juegos con toque RPG, aventuras con aliens, aventuras en el salvaje oeste, aventuras con ogros y hechiceros, aventuras como marine espacial, juegos de plataformas, juegos de puzzle… cualquier tipo de locura podía llevar la firma de Matt Hazard y estar protagonizada por él.
Pero evidentemente todo tiene un coste y su imagen pública iba de mal en peor. Tanto que a principios del 2000 fue totalmente abandonado por la compañía que tenía sus derechos de publishing. Ahora, en 2010 tiene la oportunidad de volver a ser quien parta a los enemigos en dos y protagonizar un gran titulo para consolas de nueva generación… o eso cree él ya que detrás se esconde una mano negra que tiene otros maquiavélicos fines. ¡Es la hora Hazard!
Hablando de jugabilidad y aspectos técnicos…
Seamos sinceros, el juego no destaca ni por tener una jugabilidad a prueba de bombas ni por un apartado visual demoledor, no. Todo funciona más o menos correctamente apoyado en el motor gráfico propio de la compañía Vicious Cycle Software y aunque de vez en cuando se resiente la tasa de frames por segundo en general presenta un aspecto sólido. Eso sí, para nada rompedor.
No esperéis un nivel gráfico a la altura de ‘Gears of War’ o ‘Uncharted’, aquí los malabarismos visuales son justitos y pese a que el título disfruta de una gran variedad de assets y escenarios diferentes nunca llega a superar un nivel medio de calidad aceptable. Digamos que a nivel visual cumple y punto, lo suficiente como para ver el desquiciado diseño de algunos personajes y entornos.
De una tubería verde de este tamaño y en medio del escenario no puede salir nada bueno.
Pero claro, un juego puede ser malo a nivel visual y tener una jugabilidad endiablada… aunque lamentablemente tampoco sea el caso. ‘Eat Lead: The Return of Matt Hazard’ parte de las mismas mecánicas que ‘Gears of War’, disparo y parapeteo constante, y pese a que el sistema que utiliza para ir saltando de una cobertura a otra está bastante bien resuelto y el protagonista es sumamente fácil de controlar, falla claramente en el diseño del juego.
Las situaciones, una tras otra, no dejan de ser repeticiones. No hay elementos sorpresa, no existe un acusado sentido de la progresión, la dificultad aumenta y decrece sin ton ni son y nos limitamos a entrar a una sala, barrerla y pasar a la siguiente. Siempre parapetándonos o machacando a los enemigos mediante combos de tres golpes.
Incluso encontramos recursos de diseñador de niveles vago de los que todo juego debería huir. Ya sabéis, acabar un nivel, recorrerlo de pe a pa, llegar al final eliminar al enemigo más duro para que el juego nos informe de que debemos recorrer ahora todo el escenario en sentido contrario ya que la única salida justamente se encuentra en donde nacimos. Así se gana un tiempo precioso de juego, claro está.
Pero, ¿sabéis lo bueno? Que da igual. Por que el guión del juego es tan grande y tan loco que se ríe de este tipo de cosas típicas en los videojuegos y Matt, que es consciente en todo momento de ser un personaje de videojuego, va quejándose.
“¿Volver al principio? ¿Por qué hay que volver al principio? ¿Y encima con enemigos que ya había matado? Joder… ni que quisieran prolongar la pantalla… “
Personajes de RPG Japoneses… joder, ya estamos. ¿Por qué parecen mujeres y llevan esas espadas tan grandes? No me gusta hablar tanto, prefiero disparar… ¡Es la hora Hazard!
La grandeza de reírse de uno mismo
Todo en ‘Eat Lead: The Return of Matt Hazard’ respira ese ambiente cachondo y demencial. Desde enemigos sacados directamente de supuestos videojuegos ochenteros a los que Matt les pregunta si no saben que hace 20 años que no se llevan esos pantalones, hasta momentos de espera en un ascensor cerrados, mientras se carga el siguiente nivel, con el protagonista asegurando que odia cuando le hacen esperar tanto para cargar un maldito nivel, que si no hay otras formas de hacerlo que no rompan la acción.
Existen tantos guiños, tantas pequeñas bromas a los videojuegos de toda la vida, tantos personajes que nos recuerdan a otros iconos actuales (ese Master Chef vestido exactamente igual que el Master Chief pero con gorro de cocinero es un gran ejemplo), tantos homenajes hechos con cariño y mucha mala leche y la historia es tan grande que invita a que disfrutes con él de sus chistes malos, sus parodias y sus escenas de acción baratas.
¿Zombies y vaqueros en el mismo escenario? Esas cosas sólo pasan en ‘Eat Lead: The return of Matt Hazard’, está claro.
¿Recordáis aquella película de Arnold titulada ‘El último gran héroe’? Pues algo por el estilo y con el mismo éxito comercial, muy poco. Despellejada por la crítica y por el público, odiada por muchos y venerada por unos pocos proponía una historia semejante, salvando las distancias, y llegaba a los mismos niveles paródicos.
Resumiendo, ‘Eat Lead: The Return of Matt Hazard’ no es un gran título, de hecho los más snobs dirán que no es ni tan siquiera un mal juego, que es peor. Pero que queréis que os diga, es verano, tiene un guión demencial, se ríe de todos los clichés en los videojuegos y es bastante honesto consigo mismo, es una serie B que jamás pretende ser algo mejor… ¿cuando vamos a disfrutar de pequeños placeres culpables como éste si no lo hacemos ahora?
Recomendado para los que no buscan más que acción ochentera por un tubo. Si no quieres mecánicas de juego complicadas, ni sistemas de gestión de recursos, ni ítems coleccionables y sólo te preocupa disparar a todo lo que se mueva (uno de los consejos que te da el juego al empezar los niveles), reírte de los videojuegos que tanto te gustan y estas dispuesto a perdonarle las carencias, no te lo pienses que sólo vale 15 euros y viene hasta doblado en castellano.
No recomendado para todo aquel que no cumpla los requisitos del anterior párrafo o que busque en este título algo más profundo de lo que encontraría en una película dirigida, protagonizada y producida por Chuck Norris.
Vale, es paródico, tiene mala leche y todo eso pero, ¿de qué va ‘Eat Lead: The Return of Matt Hazzard’?
- Plataformas: Xbox 360, PS3
- Editor: D3
- Desarrollador: Vicious Cycle Software
- Lanzamiento: Ya disponible
- Precio: 14,95 euros
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-
Plataformas: Xbox 360, PS3
-
Editor: D3
-
Desarrollador: Vicious Cycle Software
-
Lanzamiento: Ya disponible
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Precio: 14,95 euros
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