Cuando te has pasado toda la vida jugando a videojuegos y has probado cientos diferentes resulta difícil acordarte de todos los que has jugado, pero entre ellos siempre hay alguno que logra dejar una huella que sigue perdurando hoy en día, sin importar la cantidad de años que hayan pasado. Eso mismo me ocurre con Diablo II, la que es sin duda una de las mayores obras maestras de Blizzard Entertainment.
Por eso mismo cuando en la última BlizzConline se anunció su regreso en forma de remasterización con el nombre de Diablo II Resurrected, no pudo alegrarme más, de ahí que fuese corriendo a contárselo a todos mis amigos con los que pasé cientos de horas viviendo toda clase de aventuras en este mítico RPG de acción, algo que he podido repetir 20 años después con esta nueva versión.
La cuestión es, ¿la remasterización hace justicia al título original y conserva su esencia? ¿Se nota demasiado el paso de los años? Pues eso mismo es lo que os vamos a contar a continuación en el siguiente análisis de este pedazo de juego con el que una vez más hemos desafiado a los infernales ejércitos de Diablo.
Un lavado de cara simplemente fascinante
Si hubiese que nombrar la característica más importante y la que sin duda es la más destacada de Diablo II Resurrected es su renovado apartado visual, ya que ahora cuenta con unos gráficos que son una auténtica pasada y con lo que parece un juego totalmente nuevo por el cambiazo, para bien, que ha sufrido. Y lo mejor de todo es que en todo momento se ha respetado lo que hizo especial al original.
Así podemos ver unos personajes que han sido remodelados, con unas texturas mejoradas, una resolución que se ha incrementado, una mayor cantidad de efectos en pantalla al utilizar las diferentes habilidades y sobre todo los escenarios ahora cuentan con una mayor cantidad de detalles. Esto último es lo que más he podido apreciar gracias a una opción que permite alternar rápidamente entre el apartado gráfico nuevo y el original con tan solo pulsar un botón del teclado.
De este modo, me he dado cuenta de que, por mucho que en su momento me volvió loco Diablo II, no recordaba en absoluto que se viese "tan mal" en su momento. Y lo digo entre comillas porque en realidad para su época era brillante, aunque claro, con el salto que ha pegado en este apartado cuesta demasiado disfrutar de una partida con los gráficos originales. Eso sí, durante muchos momentos he pulsado el botón solo para comprobar cómo han cambiado ciertos enemigos y algunas zonas.
Me ha fascinado que algunos escenarios ahora cuenten con infinidad de elementos por todas partes. He pasado de un campo normal y corriente en el que ahora hay más detalles como cadáveres o rocas o mazmorras que antes sus paredes se bañaban en la oscuridad y ahora también están plagadas de putrefacción, sangre y otros aspectos que logran dar a los niveles un toque más siniestro todavía, porque si hay algo que hay que reconocer es que se ha respetado al máximo la esencia del Diablo II original.
A Diablo III se le criticó mucho por el hecho de que no contaba con ese toque tan oscuro que sí estaba presente en su predecesor y que aquí hemos vuelto a apreciar. De hecho, me atrevería a decir que ahora hasta parecen más lúgubres todavía por el rango de visión y porque los enemigos, con sus nuevos modelos, dan la impresión de ser más amenazantes y peligrosos. Mención especial en este sentido a Diablo y al resto de los Demonios Mayores porque sus diseños son alucinantes.
Otro detalle que se ha retocado ha sido la pantalla de selección de personaje, ya que ahora no lo veremos en miniatura y en su lugar veremos a una figura enorme con los objetos que tenga equipado en ese momento, lo que sin duda los vuelve a todos más espectaculares. Incluso en el propio juego lucen mejor todos ellos, al igual que los hechizos mágicos, el fuego, las explosiones, las nubes venenosas, etc.
Por si no fuese suficiente, Blizzard ha aprovechado la ocasión para rehacer de arriba a abajo las diferentes cinemáticas que aparecen durante la aventura. Todas ellas son exactamente las mismas, pero con unos gráficos que encajan más con la impresionante calidad actual a la que nos tiene acostumbrados la compañía californiana. Además, ni la música, ni los sonidos y tampoco las voces se han tocado para dejar todo igual con su sobresaliente doblaje al castellano.
Personalizando al héroe que se enfrentará a Diablo
A la hora de crearse un personajes es una maravilla la enorme personalización que puede llegar a ofrecer el juego, aunque también hay que decir que este apartado no se ha modificado ni un ápice. Por lo tanto, nada más empezar tendréis la oportunidad de seleccionar a cualquiera de las siete clases disponibles, todas completamente diferentes al resto, por lo que la jugabilidad cambia considerablemente de unas a otras, así que lo suyo es que de primeras, si sois unos recién llegados, elijáis al que creáis que os puede gustar más.
A lo largo de todo el juego, y de los 99 niveles que se pueden llegar a subir, es probable que lleguéis a cometer errores sobre qué habilidades elegir o qué puntos de estadísticas subir cada vez que vuestro personaje se vuelva más fuerte. En ese sentido podéis permanecer tranquilos porque el título no os va a castigar por ello y en cualquier momento podéis hablar con algunos personajes principales para resetear estos apartados y así distribuir de nuevo los puntos como queráis.
Lo bueno es eso de ir probando poco a poco combinaciones, porque un mismo héroe tiene varias. Por ejemplo, el Druida es capaz de atacar con hechizos en su forma humana, transformarse en lobo para atacar cuerpo a cuerpo o convertirse en un oso infranqueable. Por su parte, la Amazona también puede decantarse por atacar con un arco y flechas o en su lugar emplear lanzas para llevarse a los demonios por delante. El que algo sea mejor o no dependerá de lo que os guste jugar, que al final eso es lo importante.
Pero todo esto tiene sus pros y sus contras, porque si bien la personalización sigue siendo algo fantástico, tal vez a los jugadores nuevos se les hace un poco cuesta arriba al no tener muy claro qué escoger. A su vez, el utilizar unas habilidades o hechizos tampoco está muy bien mostrado en la interfaz, dado que solo tenemos a la vista dos al mismo tiempo y hay que estar pulsando botones para ir alternando entre unas y otras, algo que fue corregido posteriormente en Diablo III y sin duda fue de agradecer.
Naturalmente estos detalles no se pueden cambiar porque entonces estaríamos hablando de un remake y no una remasterización, pero desde luego hay mecánicas en las que se nota que el juego está anticuado, como también el estar enfrentándose a numerosos enemigos al mismo tiempo y tener que estar consumiendo pociones constantemente para sobrevivir, que desde luego es algo que no he echado de menos. Sobre todo porque el juego es difícil y nunca vais a tener la sensación de que sea un paseo si vais solos, así que prepararos para tener siempre encima un buen cargamento de pociones si queréis vivir para contarlo.
Y si por lo que sea vuestro personaje acaba muriendo, entonces os tocará pillar algún teletransportador o volver a pata hasta el lugar de vuestro cadáver, porque será la única manera de recuperar todo el equipo que se os haya caído al suelo, mientras que una buena parte de vuestro dinero se esfumará. Por lo tanto, los errores se pagan caro y mucho, aunque hay veces que no fallo del propio jugador y sí del juego por algún problema de latencia o porque los servidores no funcionan a la perfección. Sin contar las eternas colas de espera que se producen a veces para entrar a ellos...
Aun así, la experiencia siga siendo magnífica. Las horas se te pasan volando y siempre apetece cumplir más misiones y partirte la cara contra enemigos de lo más variopintos. Asimismo, si contáis con un grupo de amigos, entonces la diversión aumenta una barbaridad al poder juntarse hasta ocho personas en una misma partida, lo que a su vez provoca que la dificultad se incremente más todavía. Eso sí, también existe la posibilidad de jugar en solitario offline, sin conectarse a los servidores, aunque en ese caso vuestro héroe no podrá ser el mismo que utilicéis online.
Las pequeñas novedades que acompañan a esta nueva versión
Algo que también es de agradecer es el hecho de que en esta nueva versión se incluye de serie todo el contenido del Diablo II original y el de su expansión Lord of Destruction, con la que tendréis acceso a un acto más, lo que hace un total de cinco. Esto se junta con la posibilidad de escoger al Druida y a la Asesina, lo que sumado a sus tres niveles de dificultad que se irán desbloqueando a base de pasarse el juego dará como resultado una épica aventura que os durará decenas de horas.
De las pocas novedades que se han añadido, más allá de los gráficos, ahora se recogerá el dinero automáticamente cuando pasemos por encima de él. En cambio, para el resto de objetos, piezas de equipo y demás, tocará ir pulsando de uno en uno para recogerlo, lo que a la larga os hará pasar completamente de largo y eso es por culpa del inventario. El lugar que se convertirá en vuestro basurero cada pocos minutos por el poco espacio con el que cuenta.
Todo hay que decirlo, se habría agradecido muchísimo una ampliación o algo, porque tampoco habría afectado demasiado a la jugabilidad y resulta un tanto tedioso, como sucedía antiguamente, el estar volviendo a la ciudad cada cierto tiempo para identificar los objetos mágicos que vayamos recolectando, venderlos y vuelta a la acción. Por eso mismo decía antes que, cuando ya llevas muchas horas y mucho dinero encima, acabas ignorando ciertos objetos que al final sabes que no te van a aportar nada más que quitarte espacio en el inventario.
En cambio, con el alijo ha sucedido todo lo contrario y en este caso sí que se ha ampliado bastante su capacidad, así que podréis guardar en él todo lo que queráis conservar, como las gemas, objetos que os equiparéis más tarde, las runas, etc. Además, ahora dispone de hasta tres pestañas adicionales que se comparten con el resto de personajes, por lo que ya no necesitaréis crearos alguno adicional que haga la función de baúl y tampoco habrá que recurrir a un amigo que nos guarde las cosas mientras hacemos el traspaso de uno a otro.
La opinión de VidaExtra
Diablo II Resurrected ha cumplido con creces lo que se podía esperar de una remasterización. El nuevo apartado gráfico es extraordinario y parece un juego completamente nuevo por la infinidad de detalles que encontraremos ahora por sus escenarios o todos los efectos que desfilen por la pantalla, al igual que la espléndida recreación que se ha llevado a cabo con sus cinemáticas es digna de aplaudir. Además, el rendimiento, pese a ciertos problemas puntuales, es brillante al moverse la imagen a 60 fps.
Por su parte, la jugabilidad sigue siendo exactamente la misma, para bien y para mal, porque en ciertos aspectos se nota demasiado que estamos frente a un título que tiene 20 años a sus espaldas. Al menos se agradece, y mucho, el que se haya respetado la esencia que hizo al Diablo II original un juego del que nos seguimos acordando a estas altura junto con el entretenimiento que ofrece constantemente y más todavía al unirse a un grupo de amigos en el multijugador online.
Por lo tanto, si en su momento disfrutasteis de él durante infinidad de horas, podéis tener más que garantizado que en Diablo II Resurrected os espera exactamente la misma experiencia, pero con un lavado de cara que nos deja con un juegazo mejor todavía y con el que no nos cansaremos en ningún momento de darle caza a Diablo, Baal y compañía.
Diablo II Resurrected
Plataformas | PC (versión analizada), Nintendo Switch, PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X/S |
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Multijugador | Sí (hasta 8 online) |
Desarrollador | Blizzard Entertainment |
Compañía | Blizzard Entertainment |
Lanzamiento | 23 de septiembre de 2021 |
Lo mejor
- El apartado gráfico es alucinante y todo luce impresionante.
- Sigue manteniendo la esencia que convirtió al original en un RPG de acción sobresaliente.
- Lo entretenido que resulta en todo momento, sobre todo con amigos.
Lo peor
- Se nota demasiado el paso de los años en ciertas mecánicas.
- Las novedades se limitan casi en su totalidad al apartado visual.
- Algunos pequeños problemas de latencia y también en los servidores.
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