Capcom es una de las compañías más relevantes en la historia de los videojuegos, tanto por veteranía como por habernos brindado un buen puñado de sagas legendarias, algunas de las cuáles son referente absoluto en sus respectivos géneros. Y como es lógico, destacó en las recreativas.
Su etapa en los ochenta fue gloriosa, pero es que la de los 90 tampoco se quedó atrás. De ahí que cuando se anunció Capcom Home Arcade, muchos fantaseamos con la posibilidad de revivir esas etapas a lo grande, con las mejores prestaciones posibles para rememorar aquellas sensaciones a golpe de cinco duros que marcaron nuestra infancia en los salones recreativos.
La magia duró poco, eso sí, porque en seguida descubrimos que ese chasis impagable, con el logo de Capcom y material Sanwa para los sticks arcade y sus botones, se veía empañado por lo limitadísimo que resultaba su catálogo.
Pero faltaba la prueba de fuego, de ahí que toque analizarlo.
Características técnicas, diseño y sensaciones
Lo primero que llama la atención de este artefacto son sus dimensiones, muy en la línea de otros accesorios arcade con juegos en su interior. Es grande, muy grande: 74 cm de largo por 11 de alto y 22 de ancho. Tenía que ser amplio, por otro lado, puesto que incluye dos sticks con un total de 16 botones, ocho para cada jugador. Así que prepara una mesa amplia.
Capcom ha optado por un diseño de lo más atípico, eso sí, ya que baña por completo ese "mueble" con el logo de la compañía, sin tener en cuenta los colores, letras o palabras típicos de los botones que se veían en los salones.
Es, de entrada, el otro punto que sorprende y choca a partes iguales. Los de Osaka han querido celebrar sus 40 años de historia dejando claro su nombre con esas siglas tan legendarias (formadas por Capsule Computers) de color azul y amarillo sobre un fondo blanco totalmente impoluto.
En cuanto al acabado de los materiales ninguna pega se le puede poner, puesto que son de calidad Sanwa, con dos sticks arcade octogonales (aquí habrá polémica para algunos, puesto que hay cierto sector del público que prefiere las palancas "cuadradas") y unos botones con gran sensibilidad de respuesta. Básicamente es como tener una recreativa en casa sin todo el mamotreto del mueble completo detrás, porque la tele la ponemos nosotros.
Más al detalle, esto es todo lo que encontraremos en su caja:
- El logo de Capcom, a modo de mesa, de 74x22x11 cm
- 16 juegos de CPS-1 y CPS-2 pre-instalados mediante emulación
- Dos sticks octogonales JLT-TP-8YT de competición Sanwa
- 16 botones OBSF para asegurar precisión, respuesta y durabilidad
- Una entrada micro-USB para su alimentación
- Cable USB con conexión micro en un extremo de 2,5 metros
- Adaptador de corriente por USB
- Salida HDMI para conectar a la tele
- Cable HDMI de 2,5 metros
- Conexión Wi-Fi (para marcadores online)
- Puerto USB estándar
- Todo por 221,94 euros
- Disponible en tiendas el 8 de noviembre
El "mueble", aparte de llamar la atención por su logo, sigue una disposición curiosa con su diseño, puesto que no es completamente rectangular, sino que tiene diversas curvas para respetar el nombre de la compañía nipona.
Por debajo cuenta con seis alhomadillas para su agarre sobre cualquier superficie (siempre que sea lisa, claro está), quedándose fijada con suma facilidad y sin que se mueva en ningún momento por mucha caña que le vayamos a dar. Ahora bien, jugando con los colegas hemos notado que la bola que recubre los sticks se puede soltar de manera ligeramente sencilla si nos ponemos a dar muchas vueltas en los juegos de lucha. Es algo anecdótico pero que puede pasar, según la forma de jugar de cada uno. Y de todas formas, se vuelve a enroscar como si no hubiese pasado nada.
Resulta extraño, a su vez, que Capcom incluya unas pegatinas bastante inútiles para poner sobre este "mueble", puesto que solo hacen referencia a "Insert Coin", "Player 1" y "Player 2". Sorprende, principalmente, por el gran acabado de todo el aparato en cuestión y lo cuidado que está su embalaje.
Capcom Home Arcade se enciende automáticamente tan pronto conectamos el puerto micro-USB para su alimentación, aunque después podamos apagarlo pulsando el pertinente botón. El aparato tarda unos cuantos segundos en iniciarse (más de los que se esperaría para un dispositivo de estas características), mostrando primero el logo de Koch Media y luego el de Capcom, hasta que aparece su menú con los juegos.
Al contrario que la moda de las mini-consolas, como SEGA Mega Drive Mini, Capcom ha optado por incluir una conexión Wi-Fi, pensada para subir nuestros marcadores a la nube y así competir con el resto de jugadores. Y también con la idea en mente de corregir errores de su firmware, algo que por ahora no está todo lo cuidado que debería teniendo en cuenta su precio.
En la versión de fábrica, la 1.0, de hecho, hay uno, al iniciar el primer juego (1944: The Loop Master) si pulsamos algún botón cuando aún está cargando este accesorio arcade. Actualmente está disponible la versión 1.3 que corrige ese aspecto y afina la subida de los marcadores, aunque tarden en mostrarse y siga el error de mostrar como "NONE" nuestra puntuación en un juego.
Peor si cabe es el tema del sonido, puesto que he seguido encontrando silencios de lo más extraños en cualquier clásico que pongamos: se va el sonido durante dos segundos y vuelve a aparecer. En partidas de 30 minutos puede suceder una vez, pero es un error inconcebible y fácilmente subsanable mediante un parche que aún se tiene que producir. Que este aparato tan solo incluya el idioma inglés (incluso en la 1.3) es anecdótico.
Catálogo de juegos de Capcom Home Arcade
Cualquiera que haya mamado la etapa de los 80 y los 90 en los salones recreativos tendrá a Capcom y a Konami entre sus compañías favoritas, de ahí que resulte sorprendente que Capcom haya incluido solamente 16 clásicos de aquellas épocas. Una cifra paupérrima en comparación, por ejemplo, a la de la futura PC-Engine Core Grafx Mini, con 57 juegos.
Cabe recalcar, además, que este Capcom Home Arcade se ciña a las placas CPS-1 y CPS-2, quedando fuera el CP System III usado en Street Fighter III y unos pocos juegos más en los últimos años de la década de los noventa.
Capcom ha intentado resumir dos décadas gloriosas tocando los géneros que más dominó, entre lucha, beat 'em up, shooters, plataformas de acción, puzles y deportes. Pero no ha atinado bien con la elección, por muy fans que seamos de Capcom y veamos clásicos brutales de los años 1988 o 1989.
La lista al completo es la siguiente:
- 1944: The Loop Master
- Alien vs. Predator
- Armored Warriors
- Capcom Sports Club
- Captain Commando
- Cyberbots: Fullmetal Madness
- Darkstalkers: The Night Warriors
- ECO Fighters
- Final Fight
- Ghouls'n Ghosts
- Giga Wing
- Mega Man: The Power Battle
- Progear
- Street Fighter II' Hyper Fighting
- Strider
- Super Puzzle Fighter II Turbo
Si hablamos de alicientes, no hay ninguno mayor como el del clásico Alien vs. Predator, antaño exclusivo de máquinas arcade. Es, junto con esa rareza llamada Capcom Sports Club o los shooters Progear y 1944: The Loop Master, de los pocos que también eran exclusivos de los salones recreativos.
Los demás, como Captain Commando o Armored Warriors, los hemos visto en distintas colecciones, como el reciente Capcom Beat 'em Up Bundle, por lo que le resta buena parte de su atractivo. Y tampoco se puede obviar el hecho de que este accesorio está limitado a dos jugadores, por lo que se pierde el gran encanto de compartir algunos de esos clásicos con 3 o 4 jugadores. Alien vs. Predator, sin ir más lejos, lo podían jugar tres personas.
No hay posibilidad de conectar un mando por USB para que se una alguien, del mismo modo que tampoco podemos ampliar el catálogo de juegos vía Wi-Fi o USB. Capcom ha limitado esa cifra sin un motivo justificable para un aniversario tan importante y con un precio cercano al de una consola actual.
Capcom Home Arcade carece de muchas de las funciones típicas de esa moda por lo retro iniciada por la NES Mini, al igual que las características que llevamos viendo desde los inicios de la emulación. No podremos guardar la partida, por ejemplo. Y eso que su emulador (Final Burn Alpha) está diseñado por Barry Harris, uno de los responsables de ese clásico.
Cierto es que para juegos arcade no se eche tanto en falta esa opción porque las partidas no llegan a la hora en ninguno de los casos, pero sí que resulta más extraño no contar con la posibilidad de modificar las opciones en los juegos, que es algo que sí se podía hacer internamente en las recreativas.
Partimos de todo por defecto, tanto en dificultad como en número de vidas, salvo por el hecho de que podemos aplicar continues infinitos a golpe de botón (Insert Coin). Lo mas parecido a contar con opciones lo tenemos en el formato de pantalla, con tres distintos (original, completo y estirado) y un filtro de suavizado para los tres. Y hay que decir que se ven muy bien.
El catálogo, a todo esto, tan solo se puede ordenar alfabéticamente o de forma aleatoria, mientras que para acceder a los marcadores online (High Score Leaderboard) y a las propias opciones el método es un tanto extraño al principio, porque no vale con pulsar el stick hacia arriba para acceder al menú superior, sino que hay que hacerlo en diagonal hacia las dos esquinas.
Desde el apartado de configuración de Capcom Home Arcade, aparte de configurar (si lo deseamos) la clave Wi-Fi, también podemos realizar el llamado Control Check para comprobar que todos los botones y sticks funcionan correctamente. No hay mucho más, salvo el reseteo de fábrica.
Esa parquedad de opciones se traduce igualmente a la hora de jugar, como hemos adelantado, puesto que lo único que podremos hacer será pausar la partida (botones Insert Coin + Start) para reiniciar, seguir o salir al inicio. Y esta función tan solo la podrá realizar el primer jugador, por cierto.
La experiencia de volver a jugar a estos clásicos
Más allá de la propuesta tan rácana para una compañía con un catálogo de clásicos envidiable, hay un buen número de títulos que apetece revisitar, como el antes citado Alien vs. Predator, Ghost'n Goblins o Final Fight, sin olvidar el sempiterno Street Fighter II, aquí en su versión "prima".
Se agradece que no se hayan olvidado de los orígenes de Strider, pero a la vez resulta extraño ver por qué capítulo han optado en algunos casos, como Darkstalkers: The Night Warriors, en vez de incluir su tercera entrega.
Hay sonadas ausencias (¿cuándo veremos el mítico Cadillacs & Dinosaurs?) y adiciones que no entusiasman, como Capcom Sports Club, un exclusivo de recreativas que no había probado hasta ahora y que mezcla sin mucha chispa (en comparación a clásicos de SNK o Data East) los deportes de fútbol, baloncesto y tennis. Al menos me ha gustado descubrir otros, como Progear.
Lo bueno es que Capcom Home Arcade transmite a la perfección las mismas sensaciones que sentíamos en los salones recreativos, salvo por el hecho de que aquí no habrá que usar monedas y ahogarse con el humo de los cigarros. La pena es que dentro de esa selección de juegos pocos hagan uso de los seis botones. Tan solo dos, realmente: Darkstalkers y Street Fighter II, puesto que Cyberbots requiere como máximo cuatro botones.
Al final, tras probarlos todos, serán pocos a los que recurriremos de forma asidua, como el altamente adictivo Super Puzzle Fighter II Turbo, ideal para piques con los colegas. Y es una pena, porque este accesorio tenía un potencial descomunal si Capcom hubiese aprovechado su enorme legado y hubiese cuidado mejor su presentación interna, al no contar con ningún apartado de galería o para conocer la historia de cada uno de los juegos.
La opinión de VidaExtra
En definitiva, Capcom Home Arcade parece un Rolls-Royce por fuera, pero su precio no justifica los errores que aún persisten en su firmware y lo tremendamente pobre que resulta la cifra de su catálogo de clásicos.
Si Capcom hubiese incluido (al menos) medio centenar de juegos arcade, probablemente esa sensación agridulce no sería tan marcada. O que se pudiese ampliar la selección mediante Wi-Fi o USB. Salvo que haya una rebaja sustancial de por medio, es un producto de lujo sólo para fans.
Sitio oficial | Capcom Home Arcade
Capcom - Consola Home Arcade
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