Análisis de As Dusk Falls, el implacable drama interactivo que no tiene nada que envidiar a las series de Netflix y HBO

Cuando nos sentamos frente a la pantalla del televisor o del móvil para ver una buena serie, no hay nada que deseemos más que pegar un brinco desde el asiento o tener el corazón en un puño. Que las emociones fluyan, se liberen y que disfrutemos tanto como lo he hecho durante mi partida a As Dusk Falls.

La obra de Interior/Night ha pasado hasta por debajo del radar de la comunidad, con una presencia tímida, pero se ha convertido en mi thriller preferido del año. Microsoft me ha dado acceso para escribir esta review en Xbox, pero si hubiese sido una producción que se estrenase en HBO, Netflix o la plataforma de streaming que prefieras, no tengo ninguna duda de que sería una de las revelaciones del 2022.

Un camino conocido

Si sois habituales a los títulos de desarrolladoras como Supermassive Games o Telltale Games, nada de lo que sucede en As Dusk Falls os pillará desprevenidos. Aquí contamos con un estudio independiente que tiene muy claro lo que hace, ya que estamos hablando de antiguos miembros de Quantic Dream o Bioware. Al frente de ellos, Caroline Marchal, diseñadora principal de Heavy Rain y Beyond: Dos Almas.

Por tanto, nos encontramos con el clásico planteamiento de una historia en la que interactuamos poco, pero en la que contamos con una influencia absolutamente decisiva. Elegir qué es lo mejor en cada situación no es una tarea sencilla.

A lo largo de seis capítulos, divididos en dos libros, iremos conociendo los acontecimientos que llevan a que dos familias desconocidas entre ellas terminen por cruzar sus caminos. Un encuentro fortuito, casual e inesperado que tendrá consecuencias graves o terribles respecto a qué decisiones tomemos.

Para mostrarnos acontecimientos de todo tipo, el equipo de trabajo ha optado por un utilizar un apartado visual realmente particular. Al estilo de una novela gráfica en movimiento, como si estuviésemos contemplando ilustraciones, vemos representados a actores reales en carne y hueso. Gracias al juego de luces, junto con algunas estampas concretas, As Dusk Falls nos regala imágenes realmente bellas.

También ayuda en la tarea una banda sonora que está a la altura, con temas country que sobrevuelan el ambiente y nunca se imponen por encima de lo qué sucede ante nuestros ojos. Con todo, el mayor valor en este aspecto se lo lleva un excelente doblaje al castellano, con actores de grandísimo nivel y una traducción prácticamente impoluta.

No es un halago menor, ya que los personajes no hablan o se mueven como en un videojuego habitual, sino que lo hacen en diferentes frames. Es por ello que se convierte en todo un logro el haber conseguido imprimir perfectamente el tono necesario de la escena a las voces y hacer que cada uno de ellos se sienta real.

La familia, bendición o condena

Hablar sobre la trama de un videojuego en el que todo orbita alrededor de la siguiente línea de diálogo es complicado, pero puedo asegurar que As Dusk Falls no decepciona en ningún momento. Si bien hay tramos específicos en las que cambiamos de rol a un tercer personaje, prácticamente todo orbita alrededor de un miembro de cada una de las familias.

Los Holt y los Walker. Unos viven en plena Ruta 66, mientras que los otros están de paso. Ambas familias quieren comenzar una nueva vida, pero los métodos para llevarlo a cabo son diametralmente opuestos. Las lealtades, miedos y secretos son puestos a prueba de forma constante a lo largo de una seis horas de juego.

Y con un ritmo arrollador, especialmente en los tres primeros capítulos, en los que se producen cambios de perspectiva continuos. Una enorme mayoría de las decisiones que debemos tomar no son nada sencillas y realmente llegas a tener dudas sobre qué es lo mejor que podrías hacer a cada momento. Incluso cuando parece que tienes todas las cartas encima de la mesa, Interior/Night llega y le mete una patada para ponerlo todo patas arriba.

Constantemente viajaremos al pasado de los personajes, ya sea unas horas antes, días o hasta meses respecto a los acontecimientos vividos en 1998. Antes de hacerte tomar una decisión clave, llamada encrucijada, y cuyas consecuencias son especialmente delicadas, en ocasiones recibiremos información que desmonta todo el esquema narrativo que teníamos en mente. O dicho de otra forma, no faltan los giros de guión que nos harán replantearnos todo.

Cada personaje ha sufrido mucho, ha actuado peor y la línea entre quién hace lo correcto y lo que no se difumina constantemente. Las motivaciones de cada uno están claras, porque los efectos de aquello que les rodea les ha puesto entre la espada y la pared. Nada es sencillo en As Dusk Falls, ya que cuando el juego te planta tres opciones para elegir en apenas 10 segundos, si esperas un poco es posible que aparezca una cuarta que te convenza más. Bienvenido al terreno de las dudas.

Una vez terminamos cada capítulo, un mapa nos muestra qué senda hemos tomado, con los correspondientes porcentajes de decisiones tomadas por los jugadores. Las ramificaciones son realmente extensas, apuntando a una variedad de escenas muy grande. Rejugando algunas de ellas, especialmente en las etapas finales de la obra con muchas decisiones escogidas, sí que pueden producirse modificaciones sustanciales.

Con todo, es un alivio que no tengamos que volver a vivir todo un capítulo para tomar otras opciones. Escogemos directamente el punto desde el que queremos reiniciar y a partir de ahí somos libres. Además, el juego se encarga de otorgarnos una suerte de medallas según nuestro comportamiento, ya seamos amables, fieles, tiránicos o realmente veloces con los QTE.

Eso sí, no tomamos el control directo sobre los personajes. No podemos desplazarlos a voluntad, ya que todo se reduce a esperar nuestro turno para decidir. Sí que hay momentos en los que podemos registrar una estancia, aunque cuando más responsabilidad absorbemos con acción pura es pulsando botones para esquivar, trepar o realizar un movimiento puntual.

Y nada de lo que sucede está mal, la obra nunca te pone frente a un espejo para que veas en lo que te has convertido. No se puede perder, no hay una pantalla de error, todo es posible según las decisiones que vayamos tomando.

Tensión en compañía

Ha sacado a relucir en múltiples ocasiones As Dusk Falls sus posibilidades respecto a la accesibilidad. No tanto para facilitar la partida a aquellos con dificultades sensoriales, que también, sino que se busca abarcar la mayor cantidad de público posible.

Está claro que los títulos de este género ganan muchos puntos extra si nosotros ponemos de nuestra parte jugando con más gente. Es perfectamente disfrutable jugar en solitario, pero la tensión compartida resulta más excitante. Podemos jugar con hasta ocho participantes en formato tanto local como online y no será necesario contar con mandos de Xbox.

Esto es posible a que existe una aplicación específica de As Dusk Falls para dispositivos móviles, la cual permite jugar sin necesidad de otro controlador. Una forma de asegurarte de que cualquier persona no vinculada a los videojuegos no se pierda la historia. A su vez, desde Interior/Night no se han querido olvidar del gran potencial que tienen estos juegos a la hora de ser retransmitidos.

Un modo específico permite que los espectadores de Twitch tengan la oportunidad de votar por las diferentes opciones y seguro que dará mucho juego desde el lanzamiento. También podemos encontrarnos con la posibilidad de saltarnos escenas sensibles, condicionando el resultado.

La opinión de VidaExtra

As Dusk Falls es uno de los títulos revelación del año y uno de los videojuegos que más voy a recomendar a mis círculos más cercanos. Su historia atrapa sin remedio, manteniendo una tensión constante, y haciendo que no podamos desviar la vista de la pantalla con una cascada de encrucijadas difíciles de resolver.

Interior/Night nos permite controlar a dos de los eslabones más débiles de unas familias que defienden el orgullo de mantenerse juntos, pero que a la hora de la verdad pueden llegar a descubrir que eso es una condena de por vida. As Dusk Falls nos enseña en lo que se puede convertir la vida, sin paños calientes, y en que en un segundo todo puede inclinarse hacia el otro lado de la balanza.

Una dirección artística remarcable, un doblaje y traducción exquisitos junto con una banda sonora que no pretende imponerse coronan al que probablemente se convierta en uno de los referentes de su género.