Acrobacias, brincos y diminutos robots con bigote que nos siguen como polluelos. Mario vs. Donkey Kong desborda la inconfundible magia de Nintendo y la reparte a través de sus alegres niveles plataformeros. Fases que no se atraviesan de una punta a la otra, sino que se resuelven a base de saltos, rebotes e ingenio. Logrando que lo sencillo acabe siendo especial y que sus mejores ideas estén constantemente a la vista. Porque la nueva joya de Switch tiene alma de clásico, pero jamás se apoya en la nostalgia. Y eso siempre juega a su favor. De hecho, le sienta de maravilla.
Mario vs. Donkey Kong reivindica el irresistible encanto de los primeros éxitos arcade de la Gran N. Esas sensaciones plataformeras sencillas y terriblemente entretenidas en las que se recompensa que seas bueno improvisando a los controles, pero sobre todo promueve que pienses lo que vas a hacer y cómo lo quieres hacer. Actualiza ideas que siempre están presentes en los juegos de la casa con acertadas novedades y un extra de mimo. Siendo una carta de amor al legado conjunto de Super Mario y Donkey Kong, pero también la nueva mejor excusa para que compartas tus Joy Cons.
¿Otra aventura 2D protagonizada por la superestrella de Nintendo? Lo cierto es Mario vs. Donkey Kong no es el típico plataformas de scroll lateral. Atraviesas sus niveles a base de saltos y accionando interruptores, pero lo verdaderamente singular es que éstos se resuelven como si fueran un sencillo rompecabezas, de modo que tus prioridades son llevar una llave dorada hasta a la enorme cerradura, rescatar a los alegres Minimarios y, llegado el momento, ajustar cuentas tus pendientes con el mismísimo Donkey Kong. Haciendo que te lo pases bomba en cada partida.
La fórmula es una genialidad, pero no es nueva, que conste. Mario vs. Donkey Kong es una puesta al día integral del juego homónimo de Game Boy Advance hecho a medida de Switch y sus jugadores. Eso sí, un remake que desborda un cariño incondicional por el original de 2004, pero lo mejora añadiendo acertadísimas novedades y expandiéndolo lo suficiente como para encandilar y sorprender a quien lo jugó en su día.
Logrando que la rivalidad del icónico dúo titular atrape al jugador partida a partida. Promoviendo que quien sostiene el mando siempre improvise soluciones a base de ensayo y error. Que disfrute haciéndolo. Y, en última instancia, haciendo todos aquellos que se conocen los niveles al dedillo o vienen totalmente de nuevas se diviertan todavía más de este nuevo Mario vs. Donkey Kong. Porque cuando un juego es realmente bueno, lo es siempre.
Mario vs. Donkey Kong: puzzles plataformeros con el toque de Nintendo
El pícaro de Donkey Kong se ha llevado todos y cada uno de los Minimarios de la Fábrica de juguetes. Es más, ya puestos a hacer las cosas mal, ha perpetrado su crimen delante de las narices del propio Mario. La buena noticia es que es muy fácil seguirle el rastro, ya que al darse a la fuga se le están cayendo todos los muñecos de cuerda por el camino. Recuperarlos a lo largo de los ocho mundos de Mario vs. Donkey Kong no siempre es fácil, las cosas como son, pero la noticia todavía mejor es que embarcarse en este divertido rescate es toda una aventura.
La primera gran genialidad de Mario vs. Donkey Kong es que al empezar cualquier nivel siempre sabrás qué tienes que hacer. No me refiero a cruzar la puerta o recuperar el Minimario, sino a que con un simple golpe de vista tendrás más o menos clara la dinámica de la pantalla y también cómo se te plantea que uses aquello lo que tienes por delante. Ya bien sean enemigos, interruptores o mecanismos, para tratar de resolverla. A partir de ahí, puedes hacer todos los saltos y experimentos que quieras con Mario.
A veces tardarás un poquito más en entender cómo funciona o se resuelve el escenario en el que estás, pero con hacer un par de comprobaciones entenderás la idea general o no tardarás en descubrirla. Mario vs. Donkey Kong sabe alentarte a que llegues a lugares que parecían inaccesibles, a que uses cada plataforma incluso si no te pilla de paso y hasta que interactúes de diferentes maneras con los enemigos que asoman. Promoviendo que seamos curiosos y creativos. Logrando que la magia nintendera sea omnipresente en cada partida tanto en pantalla como a los controles.
Sobra decir que Mario es todo un acróbata: puede saltar, rebotar al dar tres brincos, pillar impulsos adicionales en diagonal al cambiar de dirección... Sin embargo, su repertorio de movimientos, ritmo y agilidad no es la misma que la de los juegos de plataformas 2D. No hay Power Ups más allá del clásico martillo de Donkey Kong y si saltas sobre un enemigo (que no tenga espinas) te subirás encima o lo podrás lanzar como en Super Mario Bros. 2. Y tiene mucho sentido: los niveles de Mario vs. Donkey Kong no se han diseñado para atravesarse de punta a punta, sino para ser resueltos.
En Mario vs. Donkey Kong siempre se promueve y recompensa que pensemos lo que queremos hacer antes de tomar la iniciativa y, una vez tenemos algo parecido a un plan, nos lo pasemos bien a base de saltos, pulsando interruptores, ganando impulsos extra con resortes, lanzando bombas y deslizándonos entre cuerdas y cadenas. Hasta puedes caminar haciendo el pino. Y pese a que técnicamente se trata de un plataformas, la manera en la que resolvemos cada escenario está muy alineada con los videojuegos de lógica o los puzzles. Lo cual no disminuye el protagonismo de las acrobacias o ese espíritu arcade directamente heredado del clásico Donkey Kong. Siempre con la sencillez y genialidad siempre por bandera.
Y lo que es mejor: las novedades de este remake no solo añaden contenido y sorpresas, sino que añaden más variedad a la jugabilidad. Introduciendo mundos inéditos y nuevas maneras de jugar para que nadie se quede atascado más tiempo del necesario en un nivel. Salvo, claro, que quieras exprimir al máximo sus posibilidades o hacer nuevos experimentos. Porque Mario vs Donkey Kong está pensado para que interactúes con todo lo que hay en pantalla y pises todos los interruptores.
Un remake para que todo el mundo se lo pase bomba
Como comentamos, el nuevo Mario vs. Donkey Kong tiene alma de clásico, y eso siempre juega a su favor. El primer gran cambio se manifiesta a la vista, ya que todo el apartado visual ha sido creado desde cero para estar alineado con los juegos de Mario en Switch, logrando un tratamiento y efecto muy parecido al que ya celebramos con The Legend of Zelda: Link's Awakening o el propio Super Mario RPG.
Ahora bien, Nintendo ha aprovechado para añadir cambios por aquí y por allá frente a los niveles de Game Boy Advance recolocando interruptores o plataformas y ya puestos, una gran sorpresa: se han creado dos mundos completamente nuevos que se suman a los seis que ya había en 2004. Dos mundos que cuentan el doble, ya que al vencer por primera vez a Donkey Kong comenzaremos a desbloquear los niveles Plus, duplicando la cantidad de escenarios disponibles originalmente y, ya puestos, añadiendo una nueva capa de dificultad.
En este aspecto, uno de los máximos aciertos de Mario vs. Donkey Kong es cómo se ha planteado su dificultad: los ocho primeros mundos son relativamente más fáciles y están pensados para todos los jugadores, incluyendo los más pequeños de la casa. Aumentando el grado de dificultad solo un poquito con cada nuevo nivel desbloqueado y planteando alguna complicación en los últimos tramos.
Una vez los superas, se desbloquean los niveles Expertos, el modo Contrarreloj y los niveles Plus, de modo que se eleva la dificultad y se triplican la duración y rejugabilidad del juego tras los títulos de crédito. Ofreciendo ese café para los que realmente son muy cafeteros y, en última instancia, retándolos a obtener las 128 estrellas, las cuales solo se pueden conseguir recolectando todos los coleccionables de cada nivel y derrotando a cada Donkey Kong sin recibir daño. Lo cual implica tanto destreza a los controles como entender cómo se resuelve cada pantalla de la manera más eficiente. Pero, claro, esto es para quienes quieres más desafíos y Nintendo también tienen en cuenta a quienes necesitan alguna ayudita extra.
Las novedades y opciones no acaban aquí: además del estilo clásico visto en Game Boy Advance, Nintendo se ha sacado de la chistera y acierta al introducir un estilo relajado que se puede activar en cualquier momento, el cual reduce la cantidad de peligros de cada pantalla, elimina los límites de tiempo, introduce banderines por si somos eliminados y nos da hasta cinco intentos antes de perder una vida. Con todo, y siendo justos, a diferencia del juego de 2004 si jugamos con el estilo clásico y decidimos salirnos de una fase no perderemos una vida. De modo que el nuevo Mario vs Donkey Kong no sólo da más facilidades, sino que sabe ser mucho más permisivo para quien lo necesita.
Las novedades no acaban aquí, que conste: Nintendo ha aprovechado para reemplazar los niveles de bonus por otros que facilitan la obtención de VidasExtra y en cada uno de los dos nuevos mundos se introducen nuevas mecánicas a juego con sus temáticas, ampliando la movilidad de Mario y diferentes maneras de resolver los puzles, ya bien sea aprovechando el deslizamiento sobre hielo o las propiedades de un viento capaz de elevarnos sobre zonas peliagudas. Sin embargo, el gran acierto del remake es su apertura hacia el multijugador cooperativo.
Así es el multijugador de Mario vs. Donkey Kong
Como en Game Boy Advance, el nuevo Mario vs. Donkey Kong se puede jugar de principio a fin en solitario y ofrece unas 15 horas de desafíos que se disfrutan muchísimo. Sin embargo, Nintendo no se olvida de algo fundamental: los juegos de Mario en Switch se disfrutan mucho más en compañía. Y pese a que no podremos jugar con Luigi, la adición de Toad a las partidas le añade una capa más de diversión al conjunto.
La idea es sencilla: basta con activar un mando o un Joy Con en la Switch que estamos usando al elegir nivel y podremos compartir pantalla y dividirnos las tareas de manera cooperativa. No hay pantalla dividida y compartiremos tiempo, pero se le añaden algunos elementos extra a cada partida, ya que además de la tradicional llave dorada hay que obtener una mini-llave plateada. Sin embargo, al haber dos personajes en pantalla también se duplican las opciones, estrategias y posibilidades.
Dicho de otro modo, Mario vs Donkey Kong no habilita el multijugador de cualquier manera sino que es plenamente consciente de que al jugar a dos Joy Con uno de los jugadores puede dedicarse a los interruptores o reposicionar resortes, así que se han añadido cambios y ajustes a cada nivel para que, además de redescubrirlos, siempre sean interesante jugar, poner en común ideas o tratar de resolver las cosas de nuevas formas.
La noticia no tan buena es que el multijugador de Mario vs Donkey Kong está pensado únicamente para dos jugadores y no dispone de funciones online o modos de juego adicionales o competitivos. ¿Se ha perdido una oportunidad adicional para aumentar todavía la cantidad de horas de juego? Lo cierto es que se trata de una de las adiciones estrella de un remake que nos tendrá obsesionados tardes enteras. Tanto rejugando a los niveles ya superados como desafiándonos para que obtengamos todas las estrellas. Redondeando más y mejor un clásico al que los años y las posibilidades de Nintendo Switch le han sentado de maravilla.
La opinión de VidaExtra
No todos los juegos de plataformas son iguales: están los de Nintendo y luego van todos los demás. Lo que hace especiales a los primeros no es solo la diversión o ese punto de magia que parece exclusivo de sus obras, sino que se crean para ser disfrutados durante décadas. Mario vs Donkey Kong es una auténtica joya y el paso de los años revalida todos sus aciertos. Ahora Nintendo lo eleva al estatus de nueva cita obligada para los fans de Mario.
Que conste que Mario vs Donkey Kong ya era una joya hace dos décadas en Game Boy Advance. Pero es que en Switch es mucho mejor. Y, a la vez, es una legítima extensión del legado conjunto del Mario más plataformero y el Donkey Kong que nos obsesionó en los arcades. Siendo este remake mucho más que un rencuentro: es una nueva oportunidad de brillar para un clásico esencial. Una puesta al día integral para que generaciones enteras lo puedan descubrir y disfrutar. Y según que caso, incluso hasta facilita que se consigan todos los niveles y estrellas que quedaron pendientes en el original.
El nuevo Mario vs Donkey Kong no es una revolución ni lo necesita: borda todo lo que hace y cuanto se propone. Combina puzles y plataformas con maestría. Sabe ser simple de cara al jugador, deliciosamente ameno para quien llega de nuevas y ofrece auténticos desafíos para todo el que los busca, y lo mejor es que lo logra sin perder la perspectiva: Super Mario es y debe ser sinónimo de entretenimiento para todos. Debe encandilar a todo el que tiene un Joy Con en la mano promoviendo que en cada mundo y en cada nivel se hagan pequeños descubrimientos que lo cambian todo.
Revalidando todo aquello que hace especiales a los personajes más icónicos de Shigeru Miyamoto. Y es que si la magia y el encanto de los primeros éxitos de Nintendo se pudiese guardar en un tarrito, en la pegatina hoy pondría Mario vs. Donkey Kong.
Precio de Mario vs. Donkey Kong
El precio de Mario vs. Donkey Kong para Nintendo Switch es un atractivo adicional: lo puedes comprar por 49,99 euros tanto en físico como en digital desde la eShop. Además, forma parte del programa de cupones de Nintendo que te permite comprar dos juegos por de la casa por unos 99 euros. Con todo, si prefieres tenerlo en caja y con tarjeta de juego te encontrarás que se puede adquirir por incluso menos de lanzamiento y con promociones especiales según vendedor.
Mario vs Donkey Kong
Por otro lado, no está de más recordar que Nintendo ofrece una demo (gratuita) de Mario vs. Donkey Kong desde la eShop que incluye varios niveles del primer mundo, La Fábrica de Juguetes de Mario, lo cual es un pequeño aperitivo de los compases iniciales del propio juego.
Finalmente, Nintendo no ha ofrecido una edición especial o conmemorativa de Mario vs. Donkey Kong para Nintendo Switch, pero si lo adquirimos directamente desde My Nintendo Store también tenemos la alternativa de un pack que incluye, además del llavero de reserva, un Puzle y un set de stickers por 53,99 euros, con gastos de envíos gratuitos. Una opción a sopesar con un lote disponible hasta fin de existencias.
Duración de Mario vs. Donkey Kong
Puedes completar Mario vs. Donkey Kong en unas 15 horas, lo cual incluye sus superar sus 16 mundos, sus enfrentamientos con D.K., y sus niveles Expertos. Otra cosa es lo que tardes en obtener el 100% del juego y sus 128 estrellas, lo cual se consigue obteniendo todos los regalos y Mini-Marios de cada pantalla. ¿Buscas un extra de desafío? Su modo cronómetro que no duplicará esas horas, pero casi.
Merece la pena tener en cuenta aquí dos elementos: dado que se trata de un juego de puzzles, seguramente acabes leyendo las palabras "¡Todo completado!" en la ranura de guardado que uses en menos tiempo de lo que tardé yo, o quizás en más. Todo depende de lo inspirado que estés en según que zonas. Además, hay que sumar la diversión de redescubrirlo todo en multijugador compartiendo partida y JoyCons.
Por otro lado, que se incluya un modo de dificultad relajado también influye en la duración del tiempo recortando la cantidad de intentos que necesitarás. En mi caso, y como referencia, terminé todo el juego usando el modo Clásico. Pero, como te comento, la idea es que incluso en esas rejuegues cada nivel mejorando sus tiempos o en compañía.
Mario vs. Donkey Kong
Plataformas | Nintendo Switch |
---|---|
Multijugador | Sí, dos jugadores en la misma consola |
Desarrollador | Nintendo |
Compañía | Nintendo |
Lanzamiento | 16 de febrero de 2024 |
Lo mejor
- Montones de niveles plataformeros que desborda la inconfundible magia de Nintendo
- Un remake que pone al día, amplía y supera al original con montones de buenas ideas
- Se acomoda de maravilla a todos los jugadores, ofreciendo montones de facilidades, verdaderos desafíos y una enorme rejugabilidad
- La apertura hacia el multijugador cooperativo es un acierto total que le sienta de maravilla al conjunto
Lo peor
- Es una lástima que no se haya incluido multijugador online o más personajes que añadan un extra de variedad
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