Análisis de Like a Dragon: Infinite Wealth, la mayor obra maestra de la saga que nos lleva a una Hawái de la que no querrás escapar jamás

Uno de los primeros textos con el que comencé el año fue el de las primeras impresiones que me dejó Like a Dragon: Infinite Wealth, la nueva entrega de la saga Yakuza, sobre la que destaqué que tenía todas las papeletas para convertirse en el juego más completo de toda la franquicia. Y eso solo jugando unas pocas horas.

En los últimos días prácticamente a lo único que he jugado es a este nuevo capítulo porque su contenido es simplemente abrumador. Sin duda, Ryu Ga Gotoku Studio ha decidido tirar la casa por la ventana directamente, porque lo que ha conseguido con este título es simplemente una locura. Ya los últimos juegos de la serie me habían encandilado lo suficiente para meterme de lleno en ella, pero lo que se ha conseguido con este título está a otro nivel.

Es una de esas experiencias que hay que vivir uno mismo, sobre todo si sois aficionados a todo lo relacionado con Yakuza, en cuyo caso ya os anticipo que es un juegazo que no puede faltar en vuestra colección. En cualquier caso, estáis más que invitados a leer el siguiente análisis acerca de por qué el nuevo Like a Dragon apunta a ser una de las mayores sorpresas y de los mejores bombazos de este 2024.

Un excepcional drama con unos emblemáticos personajes

Con tantos videojuegos de Yakuza y Like a Dragon que existen es inevitable hacerse la pregunta de si ¿es necesario haber jugado a todos los anteriores? La respuesta rápida sería no, pero también hay que matizarla, ya que el juego te da la opción de ponerte un poco en antecedentes acerca de lo que ha sucedido en Yakuza: Like a Dragon, su precuela directa, aunque no entra tampoco muy a fondo en todo lo que sucedió en este último.

Dicho esto, podréis jugar perfectamente a Infinite Wealth, independientemente de si os adentráis en la saga por primera vez o no. Por supuesto, los que ya estén más familiarizados entenderán mejor ciertas partes del argumento o conocerán mejor a determinados personajes. Aun así, esta sensación solo sucede en los primeros compases de la aventura, porque a la larga no importa tanto, por lo que, a grandes rasgos, no afecta tanto la experiencia previa que tengáis.

Partiendo de esta base, Ichiban Kasuga vuelve a ser el protagonista, quien está tratando de rehacer su vida tras los acontecimientos previos. Sin embargo, debido a ciertos acontecimientos, todo se acaba yendo al traste y se encuentra desconcertado acerca de qué debería de hacer. Es entonces cuando se acaba enterando de que su madre biológica está viva y se encuentra en Hawái, lo que le lleva a emprender un viaje hasta Estados Unidos para dar con ella.

Lo que a priori parece una especie de semi vacaciones en un lugar paradisíaco, no tarda en convertirse en toda una odisea para Kasuga. Más que nada porque no es el único que va tras ella, de ahí que de repente se empiece a encontrar con otras facciones de malhechores que también cuentan con la misma misión y contra las que tocará lidiar constantemente. Además, entre todos ellos también estará Kazuma Kiryu, la cara más reconocida de toda la saga.

Los caminos de ambos personajes se acaban cruzando y decidirán ayudarse mutuamente en una de las alianzas más épicas de todas. De hecho, el motivo de que Kiryu aparezca también está relacionado con los acontecimientos de Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name, por lo que es otro título importante a tener en cuenta. En cualquier caso, al grupo se acabarán uniendo cada vez más compañeros hasta formar un grupo un tanto variopinto.

Así tenemos a Kasuga con su desparpajo, a Kiryu con su toque más serio y al resto de aliados con otras personalidades muy destacadas. Todo ello mezclado en una trama muy dramática y que sabe perfectamente cuándo encajar los momentos muy cómicos, consiguiendo como resultado una combinación magistral con la que da la impresión de que estás frente a una serie de televisión por inmensa cantidad de secuencias cinemáticas, por el realismo que presentan y sobre todo por la facilidad con la que te atrapa el argumento.

La historia es muy emocionante y las ganas de querer profundizar en ella no cesan en ningún instante, manteniendo un ritmo alucinante que no para de transmitir toda clase de sensaciones. Asimismo también ayuda la relación que mantienen los protagonistas entre ellos, el cómo se ayudan, se entienden, las conversaciones que mantienen, pero de nuevo he de hacer hincapié en lo diferentes que son cada uno y cómo aportan su toque especial a una trama que puede durar decenas de horas.

Solo la historia principal os puede llevar una cantidad simplemente abrumadora, ya que cada capítulo se tarda su buena cantidad de tiempo en finalizarlos, en algunos casos hasta siete u ocho horas, como mínimo. Por otro lado, otro factor que ayuda a meterte más de lleno en lo que tienes delante de la pantalla es su sobresaliente doblaje en japonés e inglés con subtítulos en castellano. No obstante, los que se decanten por la primera opción, seguirán escuchando a determinados personajes hablar en inglés, dado que no hay que olvidar que el escenario está ambientado en Hawái.

¡Aloha! Es turno de un cambio de aires

La mayor característica de Like a Dragon: Infinite Wealth es que, por primera vez en la saga, la historia abandona Japón y el continente asiático para dar el salto hasta Honolulu, la capital de Hawái, donde pasaréis prácticamente la mayor parte del tiempo del juego. Si bien todo comienza en Yokohama, esto no es más que un paso previo antes de emprender un fantástico viaje e inolvidable que lo cierto es que era muy necesario, porque un cambio de aires siempre sienta bien.

Así, se pasa de una ciudad más grisácea a un lugar claramente paradisíaco por sus kilométricas playas, restaurantes, locales nocturnos, sus coloridas calles, lujosos edificios, palmeras, hoteles del tamaño de rascacielos, etc. Y eso sin olvidar a sus propios habitantes, ya sea por el buen rollo que transmiten o por sus vestimentas, dado que aquí todos van vestidos con un toque más veraniego o directamente con bañadores.

Se ve que sus creadores no han querido escatimar en gastos y cuando decía anteriormente que han tirado la casa por la ventana, no era ninguna exageración. Ya de por sí, Yokohama es enorme, pero es que Honolulu es la ciudad más descomunal que se ha visto en toda la saga. El simple hecho de recorrerla a pie de un lado a otro os puede llevar mucho tiempo, pero por suerte hay otras formas de ir por sus calles más allá de andando y corriendo o utilizando taxis en forma de viaje rápido.

Casi al poco de llegar se puede desbloquear un patinete eléctrico, conocido como Street Surfer, que resulta de gran ayuda para desplazarse por cualquier parte manualmente o activando la navegación automática mientras te limitas a disfrutar de los paisajes y todo lo que hay por los alrededores. Es más, esta opción o la de ir corriendo son las más recomendables, porque la exploración es un componente fundamental y muy beneficioso a largo plazo.

Vayas por donde vayas, por todas partes hay objetos de todo tipo tirados por los suelos, algunos que vienen bien para los combates, otros para venderlos en tiendas y tampoco faltan los que son muy útiles para canjearlos por premios. De entre todos ellos, en las playas de Hawái se acumula mucha basura, tanto en la arena como dentro del mar, de ahí que también hay que ejercer de basurero para dejar los alrededores más impolutos y de paso agenciarte ciertas recompensas.

Aun así, este no es el único trabajo que puede desempeñar Kasuga durante su estancia en este lugar. También se puede pasar el rato como fotógrafo para sacar instantáneas de los lugares más especiales de la capital o incluso como repartidor de comida en un divertido minijuego. Esto nos deja con una especie de Crazy Taxi, con la diferencia de que aquí se llama Repartos Delirantes y vas montado en una bici, pero es muy parecido a grandes rasgos.

Lo que es indiscutible es que es imposible aburrirse por la ciudad, porque hay tanta cantidad de actividades para llevar a cabo que es realmente una locura. Sobre todo porque lo indicado hasta ahora no es más que una pequeña parte, ya que se puede visitar tiendas para cambiar de trabajo o mejorar las armas, tener citas con otras chicas en una aplicación de ligues, cantar en karaokes, acudir a salones de máquinas recreativas y mucho más. Y eso sin dejar de lado las misiones secundarias.

Una vez más, la saga vuelve a demostrar por qué es una de las mejores en este sentido al invitarnos a completar otro tipo de tareas que resultan inevitables dejarlas de lado. Los momentos más divertidos y disparatados son los que deparan estos objetivos secundarios que siempre viene bien realizarlos por sus recompensas, por desbloquear nuevas funciones y porque, en definitiva, siempre apetece hacer echarse unas risas por las situaciones en las que se ven envueltos Kasuga y compañía.

Más allá de todo esto, Honolulu puede resultar un lugar muy peligroso por los enemigos que hay por todas sus calles, aunque también resulta una ciudad muy agradable por el buen rollo que transmiten sus ciudadanos, a los que les puede saludar con un "¡aloha!" para hacerte amigo de ellos y hasta en ocasiones obtener recompensas, especialmente en los casos en los que les salvas de un apuro cuando están rodeados por delincuentes.

Con respecto a los miembros del equipo, tampoco hay que dejarles de lado. Con Kiryu y el resto hay que mantener una buena amistad para que los lazos que los unen se vuelvan más fuertes. Para ello es posible hacerles regalos, aunque lo mejor es acudir a determinados lugares donde te contarán historias de su vida y de sus aficiones, lo que potenciará esos vínculos que afectan directamente a los combates en los que se ven envueltos. De esta forma, cuanto mejor se lleven, mejor se desenvolverán cuando tengan que luchar codo con codo.

Y a otro al que también hay que prestarle atención es al propio Kasuga, porque es el único que se le puede aumentar su personalidad a base de cumplir con ciertas actividades. Eso servirá para aumentar aspectos como la amabilidad, el carisma o el intelecto, entre otros, para así desbloquear más trabajos y una larga lista de mejoras para que se vuelva más poderoso todavía. Además de ser un apartado fundamental por todo lo indicado, puede llevar decenas de horas finiquitarlo al 100%, por lo que los más completistas tienen mucho trabajo por delante.

Un RPG con todas las de la ley y con toques estratégicos

Cuando Yakuza: Like a Dragon pasó de ser un juego de acción en tiempo real a un RPG no fueron pocos los que se llevaron las manos a la cabeza por optar por un cambio tan drástico en la jugabilidad. No obstante, la jugada le salió redonda a Ryu Ga Gotoku Studio, de ahí que haya querido decantarse por ella una vez más al presentarnos unos combates por turnos que también presumen de un toque muy frenético y estratégico.

Como Kasuga es un gran aficionado a los videojuegos, siempre ha querido vivir su propia aventura, de ahí que se crea un héroe y por eso fantasea con el aspecto de los enemigos. Es por ello que al entrar en contacto con cualquiera cambian su aspecto por otro más hilarante, al igual que ocurre con los protagonistas, sobre todo si se opta por escoger trabajos diferentes como surferos, bailarines, ninjas, etc., lo que además sirve para desbloquear nuevas habilidades que se pueden traspasar de unos a otros.

La mecánica no puede ser más fácil de entender. Tan solo basta con seleccionar la acción que se va a llevar a cabo, ya sea un ataque normal o uno especial y son los propios personajes los que se encargan del resto con unas secuencias tremendamente salvajes. Aun así, también tiene su miga los enfrentamientos, porque importa la colocación al causar más daño si estás pegado al enemigo o si le dañas por la espalda, pero no siempre se puede elegir algo así.

Cada personaje se puede desplazar libremente dentro de un pequeño rango de alcance. Si bien puedes seleccionar al enemigo que quieras, no depende de uno mismo el poder pegar de cerca o por la retaguardia, así que ahí influye un poco la suerte. Esto mismo sucede con algunas habilidades, en especial las que ayudan a potenciar u ofrecer beneficios a los compañeros, porque dependes de que estén cerca de ti para sacarles un mayor partido.

Con el tiempo se añaden más funciones a los combates, como por ejemplo los ataques combinados si el vínculo entre dos personajes es muy fuerte o los momentos en los que son ellos mismos los que deciden asestar un impacto muy demoledor por su propia cuenta. En general, hay multitud de formas de acabar con los adversarios, quienes no se andan con chiquitas y pegan bastante fuerte, de manera que hay que estar atentos a sus movimientos para tratar de bloquear los golpes y así reducir el daño que causan.

A pesar de todo, la mayoría de combates mantienen una dificultad estándar y por lo general no da la sensación de que vayas sobrado de fuerza, algo que he comprobado al mantener un nivel muy similar al recomendado, y eso que no he dejado títere con cabeza cada vez que me cruzaba con alguien. Cuando les sacas demasiado nivel puedes optar por hacer que los altercados se resuelvan automáticamente en apenas unos segundos, pero cuando la cosa se pone seria de verdad es en las peleas contra los jefes finales, porque son huesos muy duros de roer.

En estos casos hay que darlo todo y siempre teniendo cuidado de que Kasuga no muerda el polvo, porque si es eliminado se acabó lo que se daba. Con el resto no importa si son derrotados al poder resucitarlos, pero lo que siempre viene bien es echar mano de elementos que están tirados por el escenario. A la vez se pueden emplear otras cosas como granadas, pelotas, balones, bombas y otros objetos que causan estragos o incluso llamar a Mercenarios para que echen un cable durante varios turnos, aunque también hay que decir que no son muy baratos y por lo tanto no merecen tanto la pena.

Fijándose en Animal Crossing, Pokémon y echando la vista atrás en la saga

Si Like a Dragon: Infinite Wealth hubiese limitado su contenido a todo lo contado hasta ahora ya habría resultado un juego redondo y muy completo. Sin embargo, va mucho más lejos todavía con lo que se podría definir como otros modos de juego o actividades con las que las horas se pasan volando constantemente, siendo ideales para los que quieren pasar el rato de otras formas que no sea recorriendo la ciudad o combatiendo contra criminales.

Uno de los mejores ejemplos lo tenemos con la Isla Dondoko, que se podría llamar Isla Animal Crossing, porque la finalidad es muy similar a la de la aclamada saga de Nintendo. Llegado a cierto punto de la historia tocará viajar a esta zona en la que el objetivo es el de convertirla en un magnífico complejo hotelero, pero requiere un gran esfuerzo y trabajo para renovarlo de arriba a abajo.

El motivo se debe a que una banda de piratas han transformado la isla en un vertedero repleto de basura y la han dejado en las últimas, con materiales y bolsas de basura por todas partes. Es ahí donde Kasuga entra en escena para machacar todo a golpe bate de béisbol para cargarse todo lo que no sirva y limpiar los alrededores o para machacar a los enemigos con unos combates que aquí sí apuestan por ser de acción en tiempo real.

Pero si hay algo en lo que se asemeja a Animal Crossing es en el hecho de que hay que decorar la isla con muebles, colocando mesas, sillas u otras cosas más voluminosas, como paradas de autobús, puestos de comida, muebles, sofás, etc. Por otra parte, no es posible tirarte el tiempo que quieras, ya que al haber ciclos de día y noche hay que descansar para que Kasuga recupere fuerzas y así, al día siguiente, volver a ponerse manos a la obra para dejar la isla como nueva.

Otra de las mayores actividades nos lleva a abandonar Honolulu en un momento muy avanzado de la historia, ya que Kiryu, por motivos que es mejor no destripar si no los sabéis ya, debe volver a Yokohama temporalmente, momento en el que pasará a ser el protagonista. Es ahí cuando su meta será el de cumplir con diversas actividades de una lista de deseos que siempre ha tenido en mente, lo que le lleva a recorrer toda la ciudad acudiendo a locales, disfrutando de minijuegos y a hablar con determinados personajes.

Además, algo que hace muy especial a este viaje temporal a Japón, es que por todas partes habrá puntos de interés que servirán para que Kiryu recuerde anécdotas y algunos de los momentos más especiales de toda la saga. Desde luego, es una parte que encantará a todos los aficionados de Yakuza al poder rememorar tantos buenos momentos que nos ha hecho vivir a lo largo de todos estos años.

La guinda del pastel la ponen los Sujimones, lo que se podría definir como una copia descarada de Pokémon, algo que no esconde en absoluto porque se toma a mofa la popular saga de Nintendo. Así, Kasuga se deberá de convertir en un entrenador de Sujimones que, en vez de ser criaturas, son humanos con unas vestimentas un tanto peculiares y con poderes especiales, así que el objetivo es el de "hacerse con todos" y "llegar a ser el mejor, el mejor que habrá jamás" (frases textuales del juego).

Esta clara mofa a Pokémon, que no se toma nada en serio, consiste en entrenar a un grupo de Sujimones para desafiar al Alto Pacto. Para ello hay que visitar gimnasios y derrotar a sus líderes, aunque también hay que combatir contra entrenadores callejeros para fortalecer a los Sujimones en unos combates de tres contra tres, con sus fortalezas y debilidades dependiendo del tipo de cada uno.

Y hasta hay que capturar a más Sujimones para entrenarlos, aunque aquí no hay Poké Balls. En su lugar se emplean Regalos que funcionan de una manera similar, porque tienes que engatusarles para que se unan a tu equipo, a no ser que los rechacen y entonces huyan. Para rematar la jugada, hasta hay una especie de Poképaradas como las de Pokémon GO, así como incursiones para desafiar a Sujimones muy fuertes y hasta algunos legendarios.

La opinión de VidaExtra

Cada hora que he pasado a los mandos con Like a Dragon: Infinite Wealth la he disfrutado muchísimo. Daba igual si era avanzando con la historia principal, ayudando a ciudadanos con sus locas peticiones, decorando la isla, entrenando Sujimones o simplemente explorando la ciudad, porque hay tantísima cantidad de actividades y todas tan bien desarrolladas, que hagas lo que hagas siempre estarás pasándolo en grande.

No es que algo de todo esto se haya metido con calzador por el simple hecho de alargar su duración. Todo tiene sentido, su motivo de estar ahí y eso es algo de agradecer, porque nunca tienes la sensación de estar perdiendo el tiempo, de ahí que el entretenimiento esté garantizado durante decenas y decenas de horas. Por si no fuera suficiente, la historia es sublime, con unas secuencias muy épicas, y con el resto de actividades las risas son constantes.

En resumen, Ryu Ga Gotoku Studio nos deja con el que claramente será uno de los juegos más destacados de este 2024. Para todos los seguidores de Yakuza es un título que no puede faltar en su colección, mientras que los aficionados de los RPG tampoco lo pueden dejar escapar porque es una de las mayores obras maestras del género de los últimos años. La aventura de Kasuga y Kiryu es espectacular en todos sus apartados y uno de esos juegos que deja una huella imborrable en la memoria.

Precio de Like a Dragon: Infinite Wealth

Los que queráis haceros con la edición física de Like a Dragon: Infinite Wealth la tenéis disponible en Amazon por 59,99 euros en PS5 y por 66,99 euros en Xbox Series X/S. En el caso de la edición digital su precio aumenta hasta los 69,99 euros en PlayStation Store, la tienda de Microsoft y Steam.

Duración de Like a Dragon: Infinite Wealth

La historia principal de Like a Dragon: Infinite Wealth puede rondar fácilmente las 40-50 horas si os centráis exclusivamente en ella y no hacéis ninguna otra actividad secundaria. Por el contrario, los que os dediquéis a pasar el rato de otras formas, podéis tener claro que os pasaréis a los mandos más de un centenar horas.