Análisis de Dragon Quest Builders, el juego que encandilará a los que odien Minecraft

Análisis de Dragon Quest Builders, el juego que encandilará a los que odien Minecraft

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Análisis de Dragon Quest Builders, el juego que encandilará a los que odien Minecraft

En sus 30 años de historia, la saga 'Dragon Quest' ha tocado varios palos más allá del modelo clásico de los RPG nipones. Sin ir más lejos, el año pasado recibimos el musou 'Dragon Quest Heroes', mientras que en enero de este mismo año nos sorprendía su acercamiento al modelo de 'Minecraft' con 'Dragon Quest Builders', debutando en Japón. Catamos su demo y nos gustó, de hecho.

Nueve meses después, le toca el turno a nuestro territorio y con textos en castellano. Tendrá la difícil papeleta de hacerse un hueco en un género claramente dominado por el gigante de Mojang, aunque parta con la ventaja de basar su universo en 'Dragon Quest'. ¿Habrá cumplido con las expectativas?

El constructor legendario, nuestra última esperanza

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Algo malo ha pasado en Alefgrado. La oscuridad se cierne sobre su mundo y sus habitantes han olvidado por completo cómo se construían las cosas. Por fortuna, ahí es donde entramos nosotros, encarnando el papel de un héroe (o heroína) que demostrará cualidades innatas como constructor legendario. Aún hay esperanza.

El punto de partida en 'Dragon Quest Builders' es sencillo, a modo de tutorial. Empezamos con lo básico, como si nunca hubiésemos probado el 'Minecraft' o cualquier juego del estilo: recolección de materiales, fabricar cosas nuevas desde una mesa de trabajo, colocar los bloques para crear nuevas vías de escape o fabricar cosas... Todo aquí es muy intuitivo y práctico.

Nuestro primer objetivo es retomar el dominio de la ciudad de la zona por medio de un estandarte especial. Hecho eso, tendremos que lograr que prospere nuestro improvisado reino edificando todo tipo de construcciones mientras más y más civiles se van animando a visitarlo para quedarse y, de paso, ayudarnos.

'Dragon Quest Builders' no olvida, en cierto modo, sus orígenes como RPG, porque en todo momento tendremos una historia que seguir y objetivos que cumplir. Todos los habitantes de nuestra ciudad nos irán dando misiones que habrá que superar si queremos completar el capítulo: construir viviendas o defensas, rescatar a otros civiles, derrotar la presencia de monstruos por la zona...

No resulta revolucionario, pero sí efectivo. Aunque se torna demasiado simplista en los combates, incluso aunque hayamos desbloqueado habilidades para el héroe, como el tajo circular, como si de Link se tratase.

Dragon Quest Builders, el Minecraft más kawaii

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Comparándolo con 'Minecraft', título en el que se inspira claramente, 'Dragon Quest Builders' parte con ventaja al mostrarnos un universo que conocemos. Ese estilo inconfundible de Akira Toriyama para los personajes y los monstruos, esas deliciosas melodías de Koichi Sugiyama... Todo aquí resulta muy acogedor.

Eso sí, a diferencia del superventas de Mojang, aquí contamos con perspectiva aérea que podremos girar a voluntad. Tan solo contaremos con una visión más cercana y prácticamente en primera persona si queremos ver lo que hay en el interior de un edificio o una cueva. E intercambiar entre los dos tipos de vistas.

En cuanto a la mecánica, la recolección de materiales será vital. De vez en cuando, al conseguir un elemento nuevo, el héroe adivinará qué cosa (o cosas) podrá construir con ello. Mientras que otras veces dependerá de las recetas que les vayan proporcionando los habitantes de su ciudad. Todo queda registrado.

El proceso, desde cualquier variante de la mesa de trabajo (o cocina), será el mismo: mezclamos los elementos necesarios y pasará automáticamente a nuestro inventario. Podemos crear de uno en uno, o bien gastar el máximo de materiales para crear el nuevo objeto. No habrá medias tintas.

Al principio estaremos muy limitados con nuestro inventario, con pocas ranuras disponibles. Incluso tras crear los primeros cofres para guardar el doble de elementos, no lograremos disipar el caos reinante. Por suerte eso queda en mera anécdota cuando conseguimos la receta para el cofre colosal. Desde ese instante, todo elemento que consigamos, aunque el inventario del héroe esté completo, pasará automáticamente a dicho cofre. Y lo que es mejor, podremos acceder a él desde cualquier lugar. Ahora bien, cuenta con límite de ranuras.

Esto no es un RPG, aunque pueda parecerlo

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A pesar de los orígenes de 'Dragon Quest', esta aventura no conserva todas las raíces de los juegos de rol nipones. Por ejemplo, no habrá barra de experiencia para el héroe. En su defecto, podremos subir el máximo de su vida consumiendo una semilla especial muy rara de ver que nos darán casi siempre en las misiones.

Y del mismo modo, su poder ofensivo y defensivo lo delimitará el equipo que lleve en ese instante. Y el equipo se gasta, ojo. Sean espadas, mazas, armaduras o escudos, todo se deteriora con el uso y deberemos fabricar más repuestos.

Lo que sí podrá subir de nivel es la base. Todo dependerá de la calidad y cantidad de elementos que pongamos en cada casa. Cuantas más recetas sepamos, más objetos con mejores bonificaciones podremos crear. Aquí nuestro límite lo pondrá la imaginación y las dimensiones de cada habitáculo. Tan solo habrá que tener en cuenta que toda casa necesita, al menos, dos bloques de altura (no requiere tejado), entrando en juego después las camas y la iluminación, con un montón de variantes de por medio. En casos especiales habrá que seguir unos planos fijos, a todo esto. Pero 'Dragon Quest Builders' nos da manga ancha.

Un inconveniente que le hemos visto, en cualquier caso, dentro de los capítulos de la historia principal, es que la base tendrá unas dimensiones bastante reducidas. Esto tiene su porqué: el enfrentamiento contra cada jefe final. Puesto que llegado el momento, deberemos defender nuestra ciudad, y si hemos edificado fuera de esos márgenes, desaparecerá del combate. A mí no me hizo gracia la primera vez. Y menos aún el perder muchas construcciones por culpa de los ataques del jefe.

Dragon Quest Builders tiene margen de mejora

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No es el único aspecto que me ha disgustado de 'Dragon Quest Builders'. Me han chocado bastante esas barreras invisibles entre cada isla. El juego nos fuerza a seguir la historia, sin adelantar acontecimientos viajando a un lugar antes de tiempo. Da igual que hayamos extraído suficientes bloques (del material que sea) para construir un puente hasta el infinito, que siempre contaremos con una barrera invisible que nos impedirá conectar cada isla. Para eso están los portales.

Sí que me ha gustado, por otro lado, la libertad reinante en su mundo. A pesar de las pistas que nos van dando sus ciudadanos, en algunos casos arropadas por el GPS en el mapa, es una aventura en donde se premia las ganas de explorar. Desde conseguir aliados completamente secundarios, como un adorable Limo, a derrotar bestias de grandes proporciones. En muchos casos, no sabremos cuántas cosas habrá hasta completar el capítulo en cuestión y ver todos los desafíos ocultos en su interior. En este sentido, es muy rejugable.

Por otro lado, vuelve a chocar otra decisión. En cada capítulo se resetea todo lo que conseguimos. Siempre partimos de cero, a excepción de las recetas, planos y habilidades. Todo lo demás, como los materiales de nuestro cofre o del propio inventario del héroe, se pierde. Y al trasladarnos a otra localización distinta, también deberemos construir una ciudad desde cero. No es algo que vaya a agradar a todos por igual. Aunque, como es lógico, contaremos con muchas cosas nuevas por descubrir, tanto materiales como recetas, por supuesto.

Teniendo en cuenta que la duración de cada capítulo es bastante larga (en el primero me lo tomé con mucha calma para escudriñar todos sus secretos), y que luego están los desafíos ocultos donde tampoco faltará el completar cada zona en un número reducido de días, 'Dragon Quest Builders' nos ofrece a mayores un modo libre, Terra Incógnita, donde podremos construir sin ningún tipo de preocupación externa. Será, además, el lugar desde el que podremos compartir nuestras creaciones con otros jugadores. Un modo, en definitiva, pensado para los fans de 'Minecraft' en el que las horas pasarán sin darnos cuenta.

La opinión de VidaExtra

En resumen, 'Dragon Quest Builders' nos ha sorprendido gratamente. Sí que es cierto que nos han echado para atrás ciertas decisiones, pero es, en cualquier caso, una propuesta muy consistente que cuenta con el aliciente extra de basar su universo en 'Dragon Quest'. Seguro que muchos que renegaron de 'Minecraft' en su momento le darán una oportunidad a este trabajo de Square Enix.

A favor

  • Ambientación 100% Dragon Quest
  • Engancha cosa mala desde el principio
  • Los secretos que guarda en su interior

En contra

  • Las barreras invisibles entre islas cortan el rollo
  • O que se resetee todo entre capítulos
  • Los combates son mejorables
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