De todos los géneros que puedes llegar a elegir para hacer tu propio videojuego, el de los puzles es el que más complicado me parece. En ese saco sólo entraría hacerlo, ojo, ni siquiera estoy hablando de si es mejor o peor. Crear algo como Baba is You, en cambio, me parece una misión imposible.
De la mano de Arvi Teikari, encargado de programar, diseñar, crear el arte y la banda sonora, nos llega un título mayúsculo cuya estética puede llevar fácilmente a error. Ni es infantil, ni es simple, ni mucho menos merece que pases ni un minuto más sin darle una oportunidad. Baba is You entra de cabeza a la lista de juegos que seguramente englobará los GOTY de este año.
Una idea más fácil de enteder que de explicar
Explicar Baba is You es tan difícil como fácil es caer en spoilers al hablar de él más de la cuenta. El resumen que esquiva ese problema está en separarlo en dos términos: un puzle de cajas y otro de morfosintaxis. Que no se vayan todavía los que salgan acongojados de recordar cómo analizar adverbios y complementos indirectos porque esto acaba siendo mucho más simple.
En Baba is You, en la frase, tenemos todo lo necesario para entenderlo. Imagina que hay un nivel en el que Baba está fuera de un recinto amurallado e impenetrable. Dentro de él, una bandera y una roca. Baba, el conejito protagonista, no puede acceder a la condición ganadora de ese nivel, la bandera, pero sí puede mover los sustantivos y verbos que hay esparcidos a su alrededor como si fuesen cajas.
Uno de ellos es el sustantivo Rock, que puede empujar para desplazar al nombre Baba y, una vez apartado, que la frase que antes leía Baba is You, ahora sea Rock is You. Tras un sonido y un cambio en la intensidad con la que brillan las letras, en vez de mover al conejo estás moviendo la roca, pudiendo así acercarte a la bandera y completar el nivel.
Algo tan simple es el detonante de más de 200 niveles en los que, sorprendentemente, nunca tienes la sensación de estar repitiendo la misma acción. Baba is You recoge las reglas del videojuego, las imprime, las encuaderna y las rasga delante de tu cara para que olvides todo lo que crees saber sobre ello. Lo hace con algo tan brillante como quitarte la roca del ejemplo y darte la única opción de que te conviertas en el muro que no te dejaba pasar para alcanzar la bandera.
La gamificación como herramienta de lenguaje
Hablábamos antes de la idea de crear un puzle desde cero y creo que es importante entender hasta qué punto juegos como Baba is You son un logro a nivel de diseño. Como ejemplo reciente para ilustrar esto mismo, Tetris 99 puede ser una fórmula muy distinta a lo que el creador de los tetriminos parió hace más de 30 años, pero sigue apoyándose en unas estrategias que ya hemos visto y las hace crecer hasta adaptarlas a lo que necesita la idea.
The Witness, en cambio, se saca de la manga un concepto, una forma de trasladarlo a la pantalla y una base desde la que trabajar para ir experimentando y retorciendo esos frentes hasta ganarse al jugador. De nada sirve tener una idea cojonuda si nadie la entiende, así que en esencia vendría a ser como inventarte un idioma y enseñar a la gente a hablarlo.
De esa clase puedes salir chapurreando o con un diploma en la mano. Todo depende de tu habilidad, paciencia y lo bueno que haya sido el profesor, pero si pasas una hora delante de un texto y no entiendes nada de lo que te han explicado, el aprendizaje pasa de ser un reto a una continua frustración.
Su simpleza es su mejor arma
Sin alcanzar esa gloria, y no gozando de la misma sutileza y guía que sí presentaba en sus juegos Jonathan Blow, Baba is You se las apaña para que entiendas hasta qué punto puedes maniobrar en la realidad que presenta. Puede que no lo hagas durante los 15 minutos que llevas frente a la pantalla, pero sí cuando en la ducha se te encienda la bombilla y acabes entendiendo la lógica que hay detrás del desafío.
Alcanzar ese zénit de iluminación incluso cuando no tienes el juego delante sólo es posible cuando a un juego le despojas de todo lo que le sobra. Su aspecto visual es clave para que consigas no sólo recordar qué había en pantalla y puedas seguir pensando en él, también para que puedas concentrarte al máximo en lo que debes completar.
Habiendo hueco para niveles en los que la suma de nombres, verbos y adjetivos se complica, la simpleza nunca deja de ser su objetivo y, cuando las palabras no dan para más, es el espacio en el que puedes maniobrar el que marca el reto. Esa caja no la puedo empujar porque está pegada a una esquina y no puedo arrastrar hacia atrás. Ese verbo que sé a ciencia cierta que me va a dar la victoria, está sobre un lago que no puedo atravesar.
La combinación de ambos factores es, normalmente, lo que acaba provocando que se te atragante un nivel. Pero entonces llega el momento en el que vuelves atrás, tomas otro camino para poder seguir avanzando y con ello evitas cualquier atisbo de frustración que pudiese aparecer.
La opinión de VidaExtra
Logro en lo técnico y en lo jugable, Baba is You es una de esas pequeñas joyas que se recuerdan de generación en generación. Un título capaz de romper los convencionalismos y quedarse grabado en nuestras retinas como ya lo hicieron en el pasado otras obras como Braid o el reciente Return of the Obra Dinn.
Puede que no recuerdes todos sus puzles, lo mucho que se complicó en cierto punto o lo limitado que te pareció en algún aspecto, pero sin duda recordarás que Baba is You es un idioma que llegaste a aprender, que disfrutaste con sus clases y que lo dominaste hasta el punto de recordar que, para presentarte ante alguien, sólo tienes que decir “Saludar es Hola”.
Imprescindible
Baba is You
Plataformas | PC y Switch (versión analizada) |
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Multijugador | No |
Desarrollador | Arvi Teikari |
Compañía | Hempuli Oy |
Lanzamiento | Ya disponible |
Precio | 12,49 euros |
Lo mejor
- Uno de esos juegos que no puedes soltar u olvidar
- Puzles desafiantes pero no imposibles
- Una cantidad inmensa de niveles y secretos por descubrir
Lo peor
- Algunos tutoriales no saben llevarte de la mano lo suficiente
- Ciertas combinaciones no son posibles en un nivel pero sí en otro