Con el paso de los años he aprendido a tomarme con calma el entusiasmo frente a una beta como la de Call of Duty Modern Warfare 3. Soy consciente de hasta qué punto las buenas sensaciones se pueden ir al traste con la versión final, pero si el juego termina siendo lo que es a día de hoy, no puedo negar mi alegría.
Con buenas razones para estar ilusionado, pero también con el miedo a seguir viviendo problemas más o menos habituales, lo que es innegable es que las últimas 24 horas con la beta han sido una auténtica gozada. Y no sólo por el chute de nostalgia, sino también por haber dado forma a un multijugador que parece dispuesto a acertar el tiro allí donde más lo necesitaba el juego.
Las sensaciones con la beta de Modern Warfare 3
Lo primero que te llama irremediablemente la atención es lo bien que se siente, especialmente tras unas sensaciones con la anterior entrega que me hicieron abandonar el multijugador bastante antes de lo que a cualquiera con algo de solera en esta saga le gustaría poder admitir.
A medio camino entre los saltos de los jetpacks y la lentitud de un juego que por momentos quiso tirar hacia lo táctico sin haber sido nunca nada de eso, si algo destaca especialmente en Call of Duty Modern Warfare 3 es la agilidad de movimiento que entre deslizamientos, carreras y gozadas como poder recargar en sprint, nos devuelven la esperanza frente a su movilidad.
Para mí Call of Duty siempre ha sido una colección de ratoneras con tantas opciones como peligros acechándote, y ser capaz por fin de no sólo sobrevivir a ellas sino tener la oportunidad de aprovecharlas -consiguiendo escapar del último tiro antes de morir subiendo por unas escaleras para luego saltar por una ventana y coger al rival por la espalda, todo en apenas unos escuetos segundos-, es una sensación magnífica.
Ayuda especialmente que lo que transmiten las armas, tanto por el trabajo a nivel de sonido como por un retroceso que es gloria bendita por la estabilidad que propone, haga que acumular muertes sea notablemente más asequible que entregas anteriores. Incluso pese a que mis reflejos poco o nada tienen que ver con lo que eran hace una década, haber cerrado partidas con muy buenos números me ha sorprendido gratamente.
Lo mejor (y lo peor) de Call of Duty
Pero de nada sirve que un juego de tiros tenga buen gunplay y se sienta bien al jugarlo si, por otro lado, los mapas no están a la altura. Entiendo el factor nostalgia y también la rabia de ver cómo el reciclaje se puede terminar llevando por delante parte de la creatividad, pero entre la opción de jugar a nuevos mapas que no aportan nada y volver a aquellos que triunfaron por razones más que evidentes, reconozco que me quedo con lo segundo.
Es cierto que Favela no es Estate (que por alguna extraña razón se siente mucho más grande), y que incluso en esta colección de mapas remasterizados del Modern Warfare 2 original hay una variada compilación de joyas y morralla, pero al menos tienes la impresión de que hay cierto sentido en su estructura. Que pese a no ser los tres carriles de mis adorados Black Ops, hay una fina línea entre lo que proponen estos escenarios y aquellos encontronazos en puntos clave del mapa.
Lástima que el respawn siga dando quebraderos de cabeza, que no hayan metido mano a huecos para camperos que llevan cantando como una almeja desde que se crearon esos mapas, que Guerra Terrestre siga teniendo poco o ningún sentido en un Call of Duty y que, por quejarme también de algo más allá de lo básico, que no se hayan matado demasiado a remodelar la interfaz de los menús.
¿Son buenas las sensaciones con la beta de Call of Duty Modern Warfare 3? Pues sí, lo cierto es que la sorpresa ha sido más que grata. ¿Significa eso que ya me lo han vendido con esto? En absoluto, pero al menos han conseguido captar una atención que ni estaba ni se le esperaba, y teniendo en cuenta el aluvión de juegos que se nos viene, no es poca cosa.
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