Da igual el año que leas esto: los clichés de Hollywood y el cine clásico de artes marciales siempre han formado parte de la esencia de Mortal Kombat y el ADN de Netherrealm Studios. Poco a poco, y desde el renacimiento de la saga en 2009, se ha encauzado hacia una dirección que parecía haber tocado techo con Mortal Kombat 11. Ahora bien, Ed Boon y su equipo todavía se guardaban grandes ideas bajo la chistera. La que dará identidad a Mortal Kombat 1: hacer borrón y cuenta nueva.
En palabras textuales del propio Ed Boon, la cara visible del juego, máximo responsable del proyecto y cocreador de la saga; la sensación de Netherrealm tras acabar Mortal Kombat 11 (un juego absolutamente intachable en todos los aspectos) es que deseaban "empezar de nuevo y en otras direcciones", refiriéndose a la historia, el estilo de juego y, ya puestos, darle actualizar el motor del juego y ver qué podían lograr con él. Según Boon, un reboot a gran escala.
Eso no quiere decir que aquellos elementos esenciales de la saga desaparezcan. Más bien todo lo contrario: la violencia absolutamente explícita, los luchadores que parecen sacados de películas de videoclub y esos remates que nos hacen apretar los dientes -por pudor o por emoción- siguen siendo el aderezo perfecto a un gameplay crudo y a la vez bien planteado que recompensa tanto la destreza como la creatividad.
Sin embargo, en Mortal Kombat 1 el trasfondo ha cambiado por completo, y eso afecta a diferente escala a todos los luchadores conocidos y confirmados hasta la fecha. ¿Un cambio menor en las fichas de personaje? Bueno, que Lui Kang -el enésimo homenaje a Bruce Lee en los juegos de lucha- ahora sea Dios del Fuego y Raiden pase a ser un Campeón de la Tierra son factores que tienen grandes efectos a los mandos más allá del propio Modo Historia. Y que Scorpion y Sub Zero ahora pertenezcan al mismo clan de ninjas también.
Basándonos en nuestra experiencia de juego, las declaraciones de Boom y el cierre de la entrega anterior, en VidaExtra nos hemos propuesto poner sobre la mesa el contexto que definirá Mortal Kombat 1 como juego. Nuestro punto de partida: el nuevo génesis. O más bien, ¿qué rayos es lo que le ha pasado a Liu Kang?
Un nuevo universo creado por Liu Kang, el Dios del Fuego
Tras diez entregas numeradas de Mortal Kombat (y varios spin-offs) el Dios protector de la Tierra conocido como Raiden acabó por tocarle demasiado las narices a Kronika, la titán guardiana del tiempo y del destino. Sobre todo, tras revelarse que ella siempre fue la mano en la sombra tras cada una de las desgracias acontecidas desde el Mortal Kombat original. Así, aburrida por ver cómo los campeones de Mortal Kombat salían de rositas, Kronika inició los preparativos para crear una nueva era en la que jamás existió el entrometido Dios del Trueno.
Una de las singularidades de Kronika es, tal y como se deduce de su cargo, su capacidad única de manipular las fuerzas del tiempo y lograr que el presente y el pasado colisionen. Es más, como quedó demostrado en Mortal Kombat 11, se dedicó a reiniciar la línea de tiempo con demasiada frecuencia en busca de una línea temporal de su agrado. Pero una cosa es modificar el tiempo y otra distinta que suceda lo que quieras.
Pese a que el poder de los titanes es superior al de los dioses, la visión de Kronika de crear una nueva era exigirá la creación de un poderoso artefacto: un Reloj de arena que le permitirá dibujar una realidad a su agrado. Y, en el proceso, poner patas arriba los acontecimientos desde el primer torneo de Mortal Kombat, incluyendo el regreso de las versiones jóvenes de kombatientes como Sonya Blade, Johnny Cage o Jax que coexistirán con los de presente. ¿Y Liu Kang? Bueno, no solo regresa, sino que técnicamente se reencuentra con su contrapunto que habitaba en el infierno.
Tras batallas, traiciones, revelaciones y dolorosas pérdidas en el fragor de una batalla entre dos grandes facciones, Raiden llega a una conclusión: para romper el bucle en el que se encontraban, y tener una oportunidad contra Kronika, deberá ceder su divinidad y la responsabilidad de proteger la Tierra a Liu Kang, pasando éste a convertirse en el Dios del Fuego. Y, tras derrotar a la titana, el nuevo dios pasará a ser el nuevo arquitecto del Tiempo a través del Reloj de arena.
Así, sin entrar en detalles significativos y en el taimado intento de Shang Tsung por hacerse con el control de la existencia en la expansión Mortal Kombat 11: Aftermath, llegamos al reinicio propuesto por Mortal Kombat 1: con el control total del Reloj del Tiempo, Liu Kang crea una nueva era reescribiendo los acontecimientos para que exista una nueva era de paz. Y, por extensión, ahora Raiden es un mortal y su antepasado Kung Lao el campeón elegido para proteger la Tierra de aquello que está por venir.
Qué sabemos de la era de Mortal Kombat 1
No se puede decir que lo que tenemos ante nosotros nos pille de nuevas, ya que el final de Mortal Kombat 11: Aftermath (salvo que eligiésemos luchar con Shang Tsung) nos dejaba de la mano a las puertas de lo que sucede esta entrega. Dicho lo cual, hasta hace muy poco todo lo que teníamos por delante eran pistas sobre cómo la reescritura del tiempo de Liu Kang había afectado a los personajes ya conocidos quitando el hecho que ahora él mismo tiene las responsabilidades de Raiden, mientras que el que una vez fue el dios del trueno ahora es un campeón más.
¿Qué ha hecho Lui Kang con todo ese poder? Según la biografía oficial y actualizada del personaje previa al lanzamiento de Mortal Kombat 1, usando el reloj de arena, el Dios del Fuego reescribió toda la historia, de modo que todo mal y peligro conocido quedó completamente anulado. Así durante generaciones, se garantizó la paz en la Tierra, el mundo Exterior y allá donde alcanzan el enorme poder de los dioses y su conocimiento.
Y es, precisamente, ese el punto de inicio de Mortal Kombat 1: una amenaza que él mismo no pudo imaginar ha entrado en escena. Si no, no tendría sentido que hubiese un juego, lógicamente. Así que, siguiendo los pasos de Raiden, Liu Kang recluta nuevamente a los campeones de una era que él mismo creó. Incluyendo a un Raiden que no solo es mortal, sino que está plenamente entregado a las labores del campo junto con Kung Lao, su familia y el pequeño pueblecito al que pertenece.
No obstante, a este nuevo Raiden todavía quedan restos del poder del Trueno que se manifiestan como chispazos en las palmas de sus manos. Y Kung Lao, también elegido por el Dios del Fuego para defender la paz, se une a la causa sabiendo que él mismo está destinado a una causa mayor que una tranquila vida en el campo.
¿Y qué pasa con Scorpion y Sub Zero? al reescribir la historia, Liu Kang encontró el modo en el que sus facciones ninjas, destinadas a eliminarse entre sí, encontrasen la paz: ahora ambos son leales al mismo clan Lin Kuei, el cual -en esta realidad- no consiste en poderosos guerreros asesinos, sino en los protectores de la Tierra desde las sombras.
Pero, claro, cuando siempre reina la paz en la Tierra ¿qué sentido tiene su existencia?
Con Sub Zero como líder, los Lin Kuei se disponen a usar la fuerza de su clan para salir de las sombras y convertirse en una nueva potencia mundial al precio que sea. Algo que su hermano Scorpion no termina de aceptar: en el fondo de su alma es plenamente consciente de que tarde o temprano ambos están destinados a enfrentarse y, quizás, la enorme ambición del maestro criomante sea ese detonante.
Mientras tanto, más allá del reino de la Tierra, dos hermanas comienzan a tomar responsabilidades de cara al traspaso de poder. Mileena, la hermana que nació apenas unos segundos antes, es la heredera natural del trono al Mundo Exterior, a pesar de que arrastra en secreto una inusual maldición: está infectada con la enfermedad tarkat que la hace salvaje e irascible. Y eso podría comprometer coronación como la emperatriz.
Kitana, la hermana menor y protectora de la heredera, cuenta con el beneplácito del un pueblo que siempre la ha visto más preparada para gobernar, pero es plenamente consciente de todos los riesgos y que la situación es una bomba a punto de estallar. Tanto si se descubre el secreto de su Mileena, como de lo que ésta puede llegar a hacer si pierde el control.
Y hablando de un ascenso a la fuerza y un intento a la desesperada de impedir un ocaso, tenemos los casos de Kenshi y Johnny Cage. La mayor diferencia tras la reescritura de la historia del Dios del Fuego es que Kenshi luchará para restablecer el honor de su clan, ahora perteneciente a la yakuza, y luchará para reclamar el control recuperando la espada de su familia.
Los propósitos de Cage, todo sea dicho, son bastante más banales: tras ser un actor reconocido, se ta topado con que su popularidad está cayendo en picado y cree que uniéndose a la causa de Liu Kang y los campeones de la Tierra recuperará su éxito. Eso sí, sigue siendo un portento de las artes marciales. Como siempre, genio y figura.
Cómo afectan estos cambios a Mortal Kombat 1
Como comentamos al principio, Ed Boon quiso que Mortal Kombat 1 no solo fuese un reinicio, sino que llevase a los fans en otras direcciones. Dado que el contexto, la nueva predisposición de cada kombatiente y el replanteado poder de todos los luchadores anunciados, y basándonos en nuestra experiencia tras jugar, podemos esperar que las técnicas y el estilo que todos han manifestado en las entregas anteriores sea acomodado a las circunstancias.
Y eso, sumado a las nuevas mecánicas de juego o el uso de los kombatientes kameo, abre interesantes posibilidades de cara a lo verdaderamente esencial: la experiencia a los mandos.
Recuperando los ejemplos puestos originalmente: Liu Kang suma nuevas técnicas con el poder de un dios, mientras que Raiden sigue teniendo la capacidad de generar rayos, pero a un nivel propio de un mortal que ha vivido como un campesino. Lo cual no quita que tenga la capacidad para emplear técnicas asesinas. ¡El futuro de la realidad entera está en juego!
A nivel estético también se notan los cambios. Normalmente, en los anteriores juegos de Mortal Kombat existe una atmósfera más oscura, decadente y siniestra, mientras que en la realidad dibujada por el Dios del Fuego Liu Kang se aprecia un mundo más iluminado, menos violento y relativamente libre de amenazas. Al menos en lo mostrado hasta la fecha: también contamos con que la cosa se irá torciendo de manera gradual.
Mortal Kombat 1 no es un reboot al uso ni tampoco la típica secuela, pero funciona como ambas cosas a la vez siguiendo los acontecimientos planteados en la entrega anterior. Y, a la vez, funciona como una manera de redescubrir y añadirle capas diferentes a la historia y personajes conocidos por millones de jugadores en todo el mundo. Dejando en suspense esa gran amenaza a la que deberán enfrentarse.
A partir de este punto podemos hacer meras suposiciones sobre el tipo de peligro que se avecina, pero quizás, solo quizás, la pista nazca del final alternativo de Mortal Kombat 11 en el que el taimado Shang Tsung se sale con la suya de manera triunfal. Pero esto, como comentamos, es una sencilla teoría.
¿Es posible que Shang Tsung haya traspasado la realidad que separa los dos posibles finales de Mortal Kombat 11 y se haya colado en la era dibujada por Liu Kang? Por lo pronto, sabemos que el hechicero devorador de almas estará presente en Mortal Kombat 1 como incentivo de reserva.
Lo que sí tenemos claro es que todas las respuestas empezarán a responderse a partir del 19 de septiembre, fecha en la que Mortal Kombat 1 se pondrá a la venta en PS5, Xbox Series X / S, Nintendo Switch y PC.
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