Cuando tienes responsabilidades de persona mayor, el tiempo se convierte en un recurso muy preciado. Empiezas a cuestionarte en qué cosas quieres invertirlo. Cuando se trata de videojuegos, esto suele traducirse en el sentimiento de progresión: nivel, estadísticas, equipamiento, escenarios y otros que nos transmiten cambio y que el tiempo invertido importa.
La experiencia me ha enseñado que si empiezas a plantearte si estás invirtiendo bien tu tiempo mientras juegas a un videojuego, significa que algo no está yendo tan bien como debería... y sorprendentemente la culpa no siempre la tiene el videojuego. En este caso sí, pero no es extraño que sea del jugador.
Pensamientos de desertor en Helldivers 2
No es un secreto que Helldivers 2 me maravilla. Lo he dejado muy claro a nivel profesional en VidaExtra y personal en mis redes sociales. Todo lo positivo siempre ha superado a las flaquezas, que las tiene y no son pocas. Sin ir más lejos, el juego lleva dos semanas seguidas sufriendo crasheos y problemas con los servidores por diferentes razones. Molesta, pero sigo volviendo.
Otro de los problemas que supe ver desde un principio era el contenido: suficiente por entonces, pero creo que Arrowhead Game Studios empieza a ir muy justito en este apartado. Al menos en lo que respecta a mi experiencia y a otras que he podido conocer en conversaciones y directos en Twitch.
Soy consciente que Helldivers 2 se lanzó hace casi dos meses y un así hemos tenido muchas novedades: mechas, un Bono de Guerra centrado en el arco (electricidad), dos nuevas armas de apoyo como estratagemas y algunos eventos en vivo que han escrito las primeras páginas en la historia del juego. Sin embargo, empiezo a sentirlo insuficiente.
Después de casi 100 horas luchando para llevar la democracia en ambos frentes, Termínido y Autómata, me he dado cuenta de que estoy empezando a caer en la monotonía. Se me acaban los alicientes para jugar y no sé cuánto tiempo voy a durar sin objetivos más allá de las misiones en sí. Y antes de que me llevéis a paredón por pensamientos de traición y deserción, permitid que me explique.
Si querer más es ilegal, que me lleven preso... pero de la forma más democrática posible
Entro a Helldivers 2 a diario para comprobar el estado de la Mesa Guerra, contribuir a la Orden Suprema y sacarme la misión diaria, todo para asegurarme unas cuantas medallas extra como recompensa. El pasado no fue una excepción: hice unas cuantas misiones entre aventuras en Dragon's Dogma 2. Al acabar la tercera misión, volví a mi nave para ver qué recompensa podía desbloquear... y me percaté que me queda muy poco para tener todas las mejoras. ¡Y solo soy Nivel 32!
Tengo todas las estratagemas, me faltan dos o tres módulos de nave por desbloquear y he completado los dos Bonos de Guerra Premium y del gratuito apenas me quedan apenas dos páginas. Soy consciente de que esto es producto de haber viciado como un animal para traeros el análisis y luego jugando por mi cuenta. A cualquier persona normal todavía le quedan unas cuantas batallas para llegar al punto en el que me encuentro.
Pero como dijo José Ortega y Gasset: "Yo soy yo y mis circunstancias". Mantengo que Helldivers 2 es un juegazo, pese a todas sus flaquezas, pero muchos jugadores hemos empezado a sentir que la evolución del juego se nos queda poco lento... o corto. Sin el aliciente de las mejoras, lo único que queda es la repetición en busca de ahorrar materiales para cuando salga nuevo contenido... lo que a su vez nos devolverá a este estado al poco tiempo de que se lancen las novedades.
Ni mucho menos es un tema exclusivo de Helldivers 2, aunque esta vez he decidido poner cartas en el asunto para no acabar quemándome: he abandonado las dificultades más difíciles (7, 8 y 9) y estoy ayudando a los novatos en las dificultades 4-5, lo que a su vez reduce la velocidad del progreso. Esto y conocer el estado de la guerra es lo único que me motiva a seguir jugando, como le ocurre a otros muchos jugadores. Solo espero que Arrowhead tenga entre manos eventos, Bonos de Guerra y más contenido inminente, especialmente ahora que la mesa está casi limpia de enemigos.
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